Narrador omnisciente.
El Sábado el centro de atención para el grupo de amigos fue la chica de piel morena pues al igual que el viernes, no hizo acto de presencia fuera de la cabaña, desde luego todos quisieron visitarla, todos a excepción de Tom quien actuaba de forma normla y cuando tocaban ese tema se limitaba solo a decir “Espero que mejore” cosa que encendía el infierno en Pattinson.
El Domingo, la morena pisaba fuera de la cabaña vestida de un pantalón verde así como una camisa negra estilo deportiva, sus tenis y su cabello oscuro sujetado en una coleta baja, no se veía tan bien como los otros días pero se veía lo necesariamente justa como para creer que solo fue una simple y mala noche enferma.
— ¡Moooa! —Canturreó James llegando a ella para abrazarla por encima de los hombros.— Señorita ¿Cómo estas? ¿Te sientes mejor?
— Jamie~—Apodó la joven mientras dejaba que su brazo rodeara la cintura del varón de casi dos metros.— Me siento mejor, gracias, solo fue una mala noche.
— Me alegra escuchar eso.~ ¿Ibas para la cafetería?
— Sí, iré a desayunar ¿Tú también? —Asintió.— Vamos, vamos.
Los dos amigos caminaron hasta la cafetería sin alejarse, caminaban abrazados con calma mientras Moa escuchaba a James ponerla al corriente de los días en que no había salido de la cama.
— Y Tom pareció discutir con Emma... Nadie sabe por qué pero bueno, ya sabes que no tardan mucho peleados.—Concluyó calmadamente, balancenando su cuerpo un poco para poder abrir la puerta y permitir que la morena entrara primero.
La morena admitía que le daba curiosidad preguntar, indagar de la razón de su pelea pero terminó por no darle importancia, principalmente porque Tom estaba implicado en la ecuación.
Fue recibida por todos, quienes la llenaron de alegría por la preocupación que recibía así como esta dio disculpas por haberse enfermado y dejarlos en duda.
En la mesa, para todos pasaba por alto la tensión entre el rubio y la morena excepto para Robert y Emma, y obviamente, los involucrados. Tom actuaba como si nada y claramente, la indiferencia de este le dolía a la chica aunque era claro que simularia no dolerle, ella prometió ignorar todo aquello que implicara un acercamiento entre ellos.
— Moa ¿Puedes pasarme las servilletas, por favor? —Pidió Tom a la chica.
Esta movió sus ojos de Robert, con quien platicaba, al servilletero para tomarlo y dárselo pero eso sin siquiera mirar al otro varón.
Tom pudo fruncir el ceño con suavidad para tomar el servilletero.— Gracias.—La chica solo asintió pero sin dejar de hablar con su pareja, su amigo a su costado.
— Moa, o Robert, alguno de los dos ¿Me pasan la sal, por favor? —Esta vez fue Matthew quien habló.
— Claro, espera. —Respondió la de ojos marrones tras verlo al momento en el que fue mencionada. Le hizo una seña a Robert quien estaba más cercano al salero, este lo tomó y se lo dio a la morena, aquella se volvió virando su cuerpo para darle a Matt lo que pidió.— Aquí tienes.~
Emma quiso reprimir una risa al ver que los ojos azules de su mejor amigo siguieron los movimientos de Moa y Matt, incrédulo, a él siquiera le había respondido o mirado pero a Matt sí. Tom sentía algo de molestia ¿Por qué se comportaba de forma grosera? No dijo nada y dejó que todo el desayuno siguiera tal cual estaba.
Hoy tocaba ir a la tirolesa lo que en realidad, no animaba mucho a la chica por su miedo a las alturas y peor aún de saber de debajo de ella habrían más de cien metros que la despegarían del suelo por aquella cuerda suspendida.
— Yo no quiero ir. —Resistió la chica, siendo el centro de atención para algunos de sus amigos.— ¿Irán chicas? —Preguntó volviéndose a sus amigos Erin, Katy y Evanna quienes habían sido las que se habían quedado anteriormente cuando salieron a practicar alpinismo. Sus tres amigas asintieron lo que hizo que la morena hiciera una mueca ofendida.— Perras traicioneras.
No lo dijo en serio, se notaba que era broma por ello es que ninguna se ofendió y solo rieron junto a la chica.
— Sí ella se queda, puedo quedarme. —Una voz habló. Era Tom.
— No. —Dijo casi enseguida Robert, Tom frunció el ceño mientras parecía que entre estos una rivalidad crecía.— No me parece justo que te quedes y pierdas ir con los chicos a la tirolesa.
— Oh, gracias pero no es molestia hacerle compañía a Moa.—Dijo con un falso tono de agradecimiento.
— Ah ¿Ahora no? —Burló el más alto haciendo que el rostro de Tom se deformara.
— Pensandolo bien iré. —Dijo Moa ignorando la presencia de Tom y esa pequeña confrontación.
Tom estaba impactado por la manera en la que la morena actuó, y terminó por estar ofendido cuando vio como es que la chica tomó a Robert de la mano por unos segundos solo para alejarlos.
Habían comenzado a caminar hacia donde se suponía era el camino para llegar a la cumbre donde estaba la tirolesa, la cual atravesaba el río.
Todos iban en pareja.
Rupert con Georgia, Erin y Daniel, James; Matthew, Tom; Emma, Oliver con Katy, Evanna y Bonnie y hasta el final Robert y Moa.
— Por favor ignora a Tom, no le hagas caso. —Pidió en un susurro la morena a su compañero quien solo hizo una mueca.
Moa le había comentado a pequeños rasgos lo que había pasado entre los dos, y aunque tal vez no era lo suficientemente razonable para molestarse, Tom había caído de la gracia de Robert por haberla hecho llorar, solo por eso.
— Pero Moa, me molesta como simula que no le importa que te haya herido los sentimientos.
— ¿Qué esperabas? ¿Que me guardara luto o algo?
Robert bufó.
— Solo ignoralo, no es la gran cosa.
— Oh, permiteme diferir pero es la gran cosa, se trata de ti.
Ese comentario hizo reír a la chica, negó con la cabeza esta misma para acercarse a aquel y abrazarlo con calma y ternura.
Para suerte de Tom cuando en su lejanía logró escuchar la risa de Moa volvió su rostro por encima de su hombro justo en el momento que Robert se detenía para corresponder a su abrazo y darle un beso en la punta de su nariz. Eso lo hizo bufar. Emma al escucharlo volvió su rostro en dirección a donde había visto su amigo percatandose de la razón por la que había bufado y sin evitar rió.
— Ay Tom. —La chica de forma vacilante rodó los ojos.
Después de haber llegado a aquella cumbre la chica no pudo evitar sentir fascinación por la vista, había un gran panorama que no dudó en capturar en una foto, foto que no fue solo de la chica de ojos marrones sino que también de Robert.
— ¿Asustada, Armstrong? —Dijo Daniel de forma burlona, él y Erin iban a ir antes que ellos, ambos eran equipados de forma correcta por el personal capacitado.
— Ni un poco, Radcliffe. —Respondió mientras sentía como los nervios la comían viva.
La morena sentía como sudaba frío, y dentro de poco podría comenzar a hiperventilar hasta caer desmayada.
— ¿Lista? —Preguntó Pattinson quien estaba detrás de ella mientras veía como sus amigos se colocaban pasaban, para suerte, eran la última pareja.
— No.
— Lástima. —Dicho eso, Robert de una patada suave en la espalda de la joven empujó a la joven haciéndola deslizarse por la polea suspendida. Escuchandose como un grito que en la lejanía se perdía.
Robert la seguía, claro que en otra polea que estaba al costado.
Moa estaba aterrada ante la simple idea de que los cables que suspendían la polea se rompiera y ella terminara o en el río o entre la zona de árboles, es por ello que con los ojos cerrados, casi en posición fetal, sus manos se aferraban a la cuerda con tanta fuerza mientras que gritaba y en su mente suplicaba a Dios por piedad y perdón por sus pecados jurando no volver a comer carne nunca.
No, nunca no, solo en el resto del día.
Se escuchaban los gritos extasiados del ojiazul y las risas en burla a la morena.— ¡Moa, abre los ojos!
— ¡No! ¡Come mierda, Robert Douglas Thomas Pattinson! —Gritó la chica ocasionando la carcajada del chico.
Apenas sintió como el viento dejaba poco a poco de pegar en su rostro se dio cuenta por las voces que había llegado al otro lado del decline, el joven que los recibía para quitarles el equipaje apenas se acercó a la chica esta se aferró a él con fuerza.
— No me sueltes, por favor. —Pidió sintiendo como su corazón latía con tanta fuerza por la adrenalina ¿Cómo es que no había muerto de un paro cardíaco?
Las risas de sus amigos estallaron, Robert rió en cuanto llegó.— Hay que volver a repetirlo.
— No, chinga a tu madre. —Dijo enseguida la morena ante la propuesta haciendo que las risas se intensificaran.
— Señorita, necesito que me suelte para que pueda quitarle el arnés. —Pidió el joven trabajador un tanto tímido.
— Robby, ven, sostenme. —Pidió, el mencionado se acercó apenas le quitaron el arnés para sostener a la joven entre risas.
No es que fuese peligroso o algo pero es que la morena estaba aterrada que sentía incluso que si se impulsaba para dar un paso su cuerpo recibiría la señal como un “Resbalate y cae de espalda”
En cuanto fue liberada del arnés agradeció y se acercó un poco al cuerpo del británico más alto.
— Uy, cuidado. —Vaciló dándole un pequeño empujón aunque claramente, sostenía a la chica con fuerza, claro, haciendo que esta chillara.
— ¡Imbécil! ¡Hijo de puta! —Bramó.— Ay, Dios me perdone por hablar mal de tu madre.
— Relájate, fue divertido ¿No? —Preguntó Daniel.
— A ti nadie te empujó con una patada.—Dirigió una mirada de severidad y furia al más alto el cual rió tomandola entre sus brazos para darle un beso.— Mira, mira ¡Mira! —Chilló alzando su brazo para que notara aquel como es que sus vellos se habían erizado.
— A mí me pasa cuando necesito ir al baño con urgencia.—Habló James.
— Pues no me sorprendería que tuviera que cambiar mi ropa interior.—Robert volvió a reír.— Pero duermes conmigo... En algún momento del día caerás por el sueño. —Amenazó.
El grupo de amigos decidió vagar por la zona tomando fotos, apreciando la naturaleza así como conversando entre sí divertidos, así como estos organizaban las cosas para hacer una fogata, la cual pretendían hacerla el Martes o Miércoles dependiendo de en que horario pretendían irse pues aunque se había dicho que se irían el Miércoles algunos pedían salir Miércoles para Jueves y Martes para Miércoles.
Tom no había pasado por alto que encontraba a Moa verse más animada en cuanto a Robert y este mismo como parecía ya no contenerse para halagar a la chica o besarla en el rostro siendo la frente o la nariz los lugares donde posaba sus labios, así mismo, una amarga sensación lo abarcaba desde la mañana cuando siquiera esta le dirigió la mirada.
Era extraño para el rubio no recibir tan enérgico saludo desde que llegaron al lugar así como en general, cuando hablaban por redes o cuando ambos se visitaban, o quedaban para hacer algo.
Tom no lo admitiría pero muy en el fondo esas ganas de querer suplir a Pattinson eran casi tan bestiales como nada pero este solo admiraba, veía y escuchaba a la joven reír así como hablar con fascinación por cosas que resultaban lo más ramdon, él quería eso.
Emma, tampoco había pasado por alto esas conductas para Pattinson y Armstrong así como Felton tampoco pasaba por alto. Ella se percataba que miraba con el ceño fruncido cada que Robert demostraba su cariño por la morena quien parecía recibirlo gustoso. Sentía pena por ella pues justo el Sábado por insistencia Tom le confesó lo que hizo y lo que dijo provocando que ambos discutieran principalmente porque esta defendía que su amiga no merecía eso a tal punto de herirla.
Lo que más le colmaba era ver como es que su rubio mejor amigo parecía estar tan tranquilo ante la idea de que había hecho lo correcto.
Cosa que Emma sabía que no era así.
Tom defendía que todo estaría bien entre los dos, entre él y Moa.
Cosa que Emma sabía que no sería así.
Y no le sorprendería, incluso podría decir, que le daría un poco de gusto que la morena lo ignorara.
— Para regresar tenemos que irnos en las lanchas de motor, nos tenemos que dividir porque hay algunos asientos ya ocupados.—Explicó Emma tras haber llegado a las casetas.
Emma, Evanna, Rupert, Georgia, James y Tom subieron a la primera lancha de motor la cual ya tenía unos asientos ocupados pero quedaba un lugar vacío a lado del rubio.
— Por aquí señorita. —Dijo uno de los trabajadores a la morena extendiendole la mano para ayudarla a subir al interior.
La morena estaba por hacerlo pero sus manos apenas se rozaron cuando se percató de que el único lugar vacío era el que estaba a lado del hombre al que había estado queriendo ignorar.
— Gracias, no, iré en el otro.
— Aquí hay asiento con el joven, señorita. —Sugirió.— Pase, sí entra.
Moa no sabía decir que no, y eso alegraba un poco al rubio.
— Déjela, quiere ir con su novio. —Vaciló James divertido, a lo que el trabajadlr pareció entender, y eso hizo que internamente Moa diera las gracias.
— La verdad es que sí. —Burló la chica haciendo una mueca de burla al gemelo el cual entre risas le respondió.
Eso hizo que el estómago de Tom explotara.
Daniel, Erin, Bonnie, Matthew, Oliver, Katy, Robert y Moa embarcaron, en ese orden por lo que juntos iban los dos últimos amigos. Tom solo los vio unos segundos antes de desviar su mirada con molestia, asqueado.
No quería a su morena en brazos de otro.