Detrás de la cámara. © [Tom F...

By Sherley_Vila

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Magdala O. Armstrong "Moa" siempre ha estado enamorada de su amigo Tom Felton desde que tiene memoria pero el... More

Detrás de la Cámara.
Antes de leer.
Capítulo uno.
Capítulo dos.
Capítulo tres.
Capítulo cuatro.
Capítulo cinco.
Capítulo seis.
Capítulo siete.
Capítulo ocho.
Capítulo nueve.
Capítulo diez.
Capítulo once.
Capítulo doce.
Capítulo trece.
Capítulo catorce.
Capítulo quince.
Capítulo dieciséis.
Capítulo diecisiete.
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve.
Capítulo veinte.
Capítulo veintiuno.
Capítulo veintidós.
Capítulo veintitrés.
Capítulo veinticuatro.
Capítulo veinticinco.
Capítulo veintiséis.
Capítulo veintisiete.
Capítulo veintinueve.
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno.
Capítulo treinta y dos.
Capítulo treinta y tres.
Capítulo treinta y cuatro.
Capítulo treinta y cinco.
Capítulo treinta y seis.
Capítulo treinta y siete.
Capítulo treinta y ocho.
Capítulo treinta y nueve | FINAL.
EPÍLOGO | PRIMERA TEMPORADA.
Invitación.
Invitación II.
Invitación III.
Invitación IV.
Detrás de la Cámara | SEGUNDA TEMPORADA.
Antes de leer. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo seis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diez. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo once. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo doce. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo trece. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo catorce. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo quince. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo dieciséis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diecisiete. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo dieciocho | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo diecinueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinte. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiuno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintidós. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintitrés. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinticuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veinticinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiséis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintisiete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintiocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo veintinueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo treinta y nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA
Capítulo cuarenta y siete. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y ocho. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cuarenta y nueve. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y uno. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y dos. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y tres. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y cuatro. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y cinco. | SEGUNDA TEMPORADA.
Capítulo cincuenta y seis. | SEGUNDA TEMPORADA. | FINAL.
EPÍLOGO. | SEGUNDA TEMPORADA.
Una carta para Tom.
Agradecimientos.
EPÍLOGO. | FINAL ALTERNATIVO.
Curiosidades de DETRÁS DE LA CÁMARA.
"Mentiras." | ONE SHOT | Draco L. Malfoy.

Capítulo veintiocho.

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By Sherley_Vila

SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

M I É R C O L E S


Robert apenas abría los ojos sintiendo como su estómago parecía retorcerse soltando un leve “Mmmh” como quejido, comenzaba a ser consciente de su alrededor, a lo lejos se escuchaban unas voces tan sordas lo hicieron cuestionarse sobre lo que estas hablaban, no fue hasta que su mirada azul se posó en el televisor de la pared frente a la cama.

Trató de moverse llevándose la sorpresa de que en su pecho se ejercía una presión un tanto pesada, y no solo su pecho sino también que en uno de sus brazos el cual estaba entumecido.

Sus ojos se clavaron en el cuerpo que estaba escondido en su pecho.

Moa dormía tan plácidamente en el pecho de Pattinson ocupando el bícep de su brazo como almohada, en su expresión se notaba la tranquilidad con la que dormía confiada, con un aura de seguridad sobre que nada ni nadie le podría hacer daño en donde estaba.

De todas las veces en las que Robert pudo verla dormir esta era de las pocas en las que parecía tener un sueño favorecedor pues en sus labios muy levemente se podía apreciar como las comisuras estaban suavemente curvadas hacia arriba.

Qué hermosa es.”

Fue el pensamiento de Robert quien con el brazo libre, descubrió el rostro de la chica de aquellos cabellos oscuros que caían en este.

Un sentimiento de felicidad lo abarcaba.

Me pregunto ¿Que tan bueno habrá sido lo que hice como para tenerte en mi vida?”

Una sonrisa apareció en el rostro de facciones definidas de aquel varón, quien tuvo que hacer un esfuerzo para moverse lo más sutilmente y así besar la frente de la chica.

Con mucho cuidado el británico acobijó bien a la mujer que dormía acurrucada en su pecho en una expresión de serenidad, con un rostro imperturbable.

Su mirada se posó en el televisor frente a él tratando de hacer memoria sobre lo que había pasado en la noche cuando ella regresó de esa salida con Tom.

Y tras unos cuantos segundos a su mente en fotogramas llegó el recuerdo de la morena abriendo la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, con una actitud positiva y alegre cosa que aunque alegró al de piel pálido también lo puso en un estado de alerta ¿Que habría pasado para que ella estuviese así? No fue hasta que la chica le confesó con emoción que había logrado patinar, no demasiado, pero sí había dominado el estar de pie sin caerse por unos segundos al soltar la barandilla.

Tras eso, recuerdaba haber salido de la cabaña en compañía de la morena a la cafetería para comprar algunas cuantas cosas y poder comerlas en la habitación mientras veían alguna película.

No lograba centrar en que momento fue que ambos quedaron dormidos pero si recuerda que junto a la morena de sus ojos veía The Sword in the Stone, Moa recargada en su estómago, formando una T.

Ahí fue donde su corazón dio un vuelco al ser consciente de algo.

— ¿Qué día es? —Se preguntó a sí mismo por lo bajo contorsionando su propio brazo libre debajo de su almohada para tomar su celular viendo primero la hora y fecha.— 08:27, Miércoles.

Nuevamente ese retortijon en su estómago que lejos de ser provocado por la comida ingerida la noche anterior, era más por la emoción.

Hoy era el día en el que planeaba decirle lo que sentía a Magdala.

El movimiento de un cuerpo lo hizo reaccionar rápido volviendo su mirada a su costado, Moa se reacomodaba sobre su mismo lugar para darle la espalda curveandose un poco como si buscara estar en la posición que vulgarmente era conocido como "cucharita", el chico hizo caso adoptando esa nueva postura pasando una mano por la cadera de la chica dejando que su cabeza cayera cercana a la nuca de esta.

Una decisión arriesgada.

Moa se recomodó mejor curvandose para buscar estar bien escondida en el pecho del varón pero inconscientemente también movía, no solo su torso, sino sus caderas haciendo que peligrosamente el trasero de rozara con la entrepierna del chico, acción que hizo que el británico dejara de respirar por un momento sintiendo como su snagre se helaba en segundos.

Suspiró con pesar tratando de no pensar en eso, y lo hubiese logrado de no ser que la chica no encontraba la comodidad que deseaba entre sus sueños, por más que el Cullen alejara la mitad inferior de su cuerpo de la chica, esta más incómoda se encontraba. Robert rogaba que la chica no se moviera, y decidió no moverse.

Mala decisión.

Lo que parecía ser que por fin la chica había encontrado la comodidad, no la obtuvo hasta moverse por última vez.

El trasero de la chica rozaba, casi embonando, con su entrepierna. Solo Dios sabía que el británico estaba siendo torturado, trataba de no pensar en la joven, luchaba contra sus impulsos naturales involuntarios, quería tomar el control de su cuerpo pero parecía que simplemente este estaba desconectado. Una erección comenzaba a crecer en la entrepierna del varón haciéndolo jadear por lo bajo cuando sintió por medio de las telas la piel de la chica, y quizás hubiese ayudado el silencio de no ser por la morena que entre sueños soltó un gemido suave volviendo a moverse buscando comodidad echándose hacia atrás pegada al cuerpo del chico, sintiendo como su virilidad erecta rozaba.

La respiración del adulto se entrecortó, un calor lo abarcó.

A la mierda todo.

Robert tuvo cuidado al alejarse de la chica para no despertar para salir disparado al baño donde se encerró, se recargó en la puerta con pestillo puesto, echó su cabeza hacía atrás alzandola mientras cerraba los ojos con fuerza, su diestra de venas marcadas ejercía una presión sobre el bulto prominente de hombría del chico.

Tenía que pensar en otra cosa, rápido, rápido.

Pero su mente traicionera solo reproducía la nada, llegando de golpe, en su imaginación el cuerpo de la mujer que estaba en la cama de la habitación de la cabaña, esas curvas que querían sus manos recorrer salvajemente pero a la vez con mucha delicadeza, llegaba de golpe el recuerdo de las veces en las que la vio sin ropa convencional encima solo ropa interior, llegaba de golpe las ocasiones en las que notó sus pezones a través de las camisas.

Eso no ayudaba.

— Maldita sea. —Maldijó con una voz ronca. La ereccion que trataba de calmar comenzaba a crecer al punto de sentir la propia su palpitacion. Caminó hasta el retrete donde con la mano libre que no trataba de bajar el bulto, la ocupó como apoyo en la pared frente a él. Sudaba frío apesar de sentir todo su cuerpo arder.— Eres un maldito enfermo, Douglas. —Se dijo a sí mismo jadeante.

Dejó de ejercer presión, con su pulgar enganchó el elástico de sus pans e interiores, dejando ver a su longitud apuntando al cielo, su mano la envolvió a duras penas logrando que sus dedos a penas y se rozaran por el grosor de su hombría.

Vaya forma de empezar el día en el que confesarías tus sentimientos.

Moa jadeó incómoda al sentir el frío de sus costados, siendo apenas consciente extendió un brazo al frente palpando mas que almohadas, a sus espaldas al acomodarse para repetir la acción, lo mismo, el vacío

¿Robert dónde estaba?

La televisión seguía prendida, pasaba algún programa que no le interesaba saber cual era.

Llevó sus pequeñas manos a sus ojos para frotarlos antes de pestañear bien y apreciar su al rededor.

— Buenos días. —Dijo una voz, sus ojos marrones buscaron localizar el cuerpo que le hablaba encontrándose con uno de sus británicos favoritos en el umbral de la puerta del baño. El cabello de Robert estaba mojado indicando que había tomado una ducha, vestido de un pantalón cualquiera y una camisa negra de botones, en manos sostenía su cepillo de dientes.

La morena le sonrió con pereza antes de volver a cerrar sus ojos unos segundos, en lo que era una lucha en decisión de si volvía a dormir o se despertaba.

Pero todo el sueño se fue cuando recordó la noche anterior, no exactamente la desvelada que se dio con Robert viendo películas y comiendo sino el recuerdo del rostro de Tom y su mirada que al igual que en la noche del día anterior, hizo su estómago contraer en una sensación reconfortante.— ¿Que hora es? —Preguntó.

— Aproximadamente las 09:30, tal vez.

— ¿Tienes rato despierto?

El británico hizo una mueca.— Diría que no.

La chica asintió, inhaló profundo antes de sentarse en medio de la cama.

— ¿Ya desayunaste?

— No, te estaba esperando para ir a la cafetería. —La chica le sonrió.

— En seguida me alisto, y vamos, cielo. —Dijo con pasividad algo que sorprendió al chico. Ella solía llamarlo Robby y cuando lo llamaba por algún apodo similar, era significado de que sería un buen día.

Eso animó al chico.

— Bien, te espero.

Tras unos cuantos minutos después, casi rozando las 10 de la mañana, atravesaron la puerta de la cafetería la morena y el de piel pálida.

— Buenos días.—Dijeron ambos al misno tiempo, Robert dirigiendole una mirada a la señora que atendía ahí, pues aquella señora había sido cómplice para la realización de la confesión.

Extraño, pero algo gratamente divertido y agradable.

— Buenos días, Moa, Rob. —Saludó Bonnie al igual que Emma y Matthew.

Se dispusieron los dos amigos a elegir que poder comer del bufé, siendo Matthew el que entendiera la razón del por qué Pattinson estaba con más hambre que de costumbre así como el ánimo notoriamente más entusiasta.

Poco a poco, a los minutos fueron sumándose el resto de amigos, excepto Rupert y Georgia quienes habían desayunado temprano pues estos tenían planeado ir a primera hora a ver las montañas en las que podías "tocar el cielo" llamadas así pues en las primeras horas del día podías ver las nubes en la cúspide del dichas montañas.

— ¿Amanecimos de buenas? —Preguntó James sonriendo con picardía a Moa quien pronto se sonrojó al igual que Robert, claramente ambos por motivos muy diferentes pero que a ojos de los demás, era más que obvio que compartían la razón.

Tom dirigió una mirada rápida divertida a la morena, pues él al igual que la chica, tras despertar había sonreído bobamente al recordar la cercanía em la pista de patinaje.

Daniel por su lado, miró de forma cómplice y disimulada a su mejor amigo, él sabía que hoy era ese ansiado día que hasta a él lo había dejado sin dormir la noche anterior.

Todos comieron con calma, siendo la mesa más enérgica que otros días desde que llegaron el Viernes pasado pues la vitalidad de Moa y Robert contagió a los demás muy independiente de Daniel y Tom.

— Bien ¿Que haremos? —Preguntó Moa deteniéndose en las escaleras de la cafetería tras salir de esta al igual que sus amigos, Robert se detuvo unos cuantos escalones abajo.

Al volverse a verla le sonrió como nunca antes le había podido sonreír, sonrisa que turbó la tranquilidad del rubio que venía detrás de ese par de amigos, en compañía de James con quien hablaba.

— Cierto, tengo algo que hacer con Daniel, corazón.

La morena frunció el ceño mirándolo con severidad.— Y luego dices que no hacemos nada, menso.

Pattinson rió divertido negando extendiendole la mano para que la tomara, cosa que la chica hizo.— Prometo que haremos algo, y prometo que te gustará, o eso espero. —Dicho eso jaló suavemente la mano de la chica haciendo que esta se moviera solo un poco, y besó los nudillos de la mano de la morena, acción que la hizo sonrojarse suavemente.

— Muy bien, prometido eh. —Robert alzó su dedo meñique.

Por la garrita. —La chica rió, alzó su dedo meñique y lo enlazó con el del varón.

Por la garrita... Ahora pierdete.

Dicho eso entre risas, Daniel y Robert se despidieron de la morena mientras tomaban un rumbo diferente.

James quien se había detenido junto a Tom a observar la escena le dio un codazo sin cuidado al rubio haciendo que este se quejara por el golpe mirándolo extrañado y confundido por la razón del golpe.

El menor por minutos de los Phelps, sabía que Moa estaba enamorada de Tom, que seguía estandolo por la conversación que tuvieron en la fiesta del susodicho.

James le indicó con la mirada al ojiazul que fuera a donde Moa, quien al entender eso asintió, sin más, con una sonrisa divertida pasó por el lado de la morena.— Señorita.~

Saludó, ese era el saludo distintivo del chico con la morena, la chica sonrió y lo saludó vacilante.

— ¿De buen humor?—La voz de Tom hizo a la de ojos marrones sobresaltarse soltando una risa después del susto.

— De muy buen humor diría. —Sus ojos chocaron con los de Tom, ambos par de ojos, brillantes.

— Eso es cool. —Le sonrió dejando que se notarán los suaves hoyuelos en sus mejillas con esa risa nerviosa que enloquecia a la chica, antes de quedar en silencio.

— ¿Tienes algo que hacer? —Ambos hablaron al instantes.

Y ambos rieron al mismo tiempo.

— No, no tengo nada que hacer ¿Que propones?

— Cerrar los ojos e imaginar que estamos en Hawaii, bajo una palmera. —El rubio ensanchó una sonrisa al escuchar dar esa referencia a su canción Hawaii.

Siquiera Jade que era su novia solía mencionar sus canciones, y por eso, ello le hacía sentirse bien.

El rubio y la morena comenzaron a caminar para perderse en algún lugar, no importa dónde, no importaba que estuvieran haciendo, mientras que la compañía del otro no les faltara todo genial.

Por otro lado, Pattinson se encontraba preparando lo que era su declaración, se suponía que no habría ensayo para decirle lo que sentía pero en cuanto Erin le planteó que si Moa le pedía que le dijera ella con exactitud qué le decía ¿Que diría? Pues según la fémina alta de ese cuarteto de amigos, a las mujeres les gustaba que los hombres fueran claros y explícitos con sus sentimientos.

Y en un abrir y cerrar de ojos, al verte, me di cuenta de que mi corazón roto latía con fuerza y con tanta pasión por ti, sintiendome desfallecer cuando te veía sonreír, cuando te veía reír, cuando bailabas, cuando cantabas, cuando hablabas e incluso cuando suspirabas, es difícil para mí encasillar en palabras todo lo que ocasionas en mí porque lo que siento por ti es tan gran que más de una vida me hará falta para demostrarte lo mucho que te amo... Sé que dudarás, tal vez no de mí, sino de ti y te preguntarás si realmemte mereces el amor que te ofrezco pero créeme, por favor, cuando digo que no hubo, no hay y no habrá ninguna otra mujer que merezca tanto como tú el amor que en esta noche te doy a conocer, porque tú mereces todo lo bueno del mundo, eso y mucho más.

Erin miraba embelesada a su amigo quien relataba de manera clara y decidida lo que diría una vez tuviera en frente a la mujer que amaba.

Mientras que Daniel, apesar de ser quien apoyara a Robert en esa declaración, los celos protectores salían a la luz, después de todo se trataba de su hermanita.

Robert había hecho una pausa para tranquilizar esos nervios que lo invadían.

Todo bien, pero es declaración de amor, no le vas a pedir matrimonio. —Resongó con recelo Radcliffe recibiendo un zape por parte de su novia.

— Cállate mejor amor.—Su mirada se volvió a Pattinson quien estaba levemente sonrojado por la vergüenza ocasionado por el comentario de Daniel.— No le hagas caso... Realmente me encantó lo que dices Robb.

— ¿En verdad? ¿No tendrá razón Dann? ¿No es algo cursi? —Preguntó dudoso y avergonzado británico.

— ¡No, para nada! ¡Es perfecto cariño! —Dijo Erin ensanchando una sonrisa que le dio la seguridad que necesitaba en ese instante el británico de 1,85.

Los minutos pasaron, con ello las horas.

Robert practicaba una y otra vez su declaración hasta que comenzaba a acercarse la hora en la que tenía que preparar todo evitando que Moa no fuese a descubrirlo.

Con ayuda de Daniel y Erin, sus dos amigos, logró darse la confianza que necesitaba para animarse a confesarle sus sentimientos a Moa.

La noche había comenzado a caer, Robert tenía planeado dar su confesión en aquel kiosco que llamó su atención la primer día que llegaron, siendo este el lugar que gritó ser el idóneo para esa ocasión.
Había sobornado a algunos trabajadores del área cercana al kiosco para que al momento en el que vieran a la morena entrar con él colocarán unas cuantas canciones que ayudarían.

— Mucha suerte, hijo. —Dijo la señora de la cafetería que en un principio fue quien le dio detalles del kiosco. Esa señora desde que el británico le comentó su plan había quedado más que encantada de ayudarle.— Espero que todo salga bien... Y si no, tengo una hija de tu edad casi, o un poquito mayor, es divorciada, por si estás interesado.

Robert rió agradeciendo esa "oferta" así como el interés en ayudar, antes de despedirse y verla partir lejos.

Daniel y Erin que estaban ahí despidieron a la señora agradeciendo la ayuda también, y en cuanto estuvo lejos, la pareja no pudo evitar soltarse a las risas.

— Si Moa te rechaza puedes encontrar consuelo con una Suggar Mommy. —Bromeó Daniel recibiendo un codazo fuerte y firme por parte de Erin en cuanto notó que la inseguridad nacía en la mirada azul de Pattinson.

— No le hagas caso, todos sabemos que Daniel está bien imbécil, cariño. —Dijo Erin tratando de consolar y animar al chico.

— Tidis sibimis qii Diniil isti biin imbicil. —Arremedó el mencionado, siendo que la mujer balbuceó simulando imitar a su novio.

— Ay ya, cállate Dann. —Chistó la chica con gracia.— Pattinson, es hora... Ve a buscarla.

Y tras la pareja desearle suerte y retirarse, Robert salió caminando en busca de Moa sintiendo como todo su ser comenzaba a ser invadido por un cosquilleo que delataba lo nervioso que estaba.
Nunca antes se había sentido así de ansioso al punto de sentir su estómago cerradoce incluso con ganas de vomitar, lo que realmente deseaba que no pasara.

El reloj en su muñeca indicaban las 20:26.

Comenzó a buscar a la chica con detenimiento evitando y esperando que no estuviera con el resto de sus amigos, todos reunidos.

Buscó en el mirador, en la pista de patinaje, preguntó a Bonnir casualmente si había visto a Moa quien le dijo que no, buscó en la cafetería, en su cabaña recorriendo por último lugar el rió

Esperanzado aguardaba que estuviera ahí, pero no ¿Dónde se había metido? Llamó a su celular siendo este mandado directo al buzón de voz cosa que hizo que decayera su ánimo pero no, una parte de él no quería darse por vencido.

— 21:17.—Dijo para él mismo al ver la hora, guardó su celular animandose a dar otra vuelta por todo el lugar para buscarla con mayor detenimiento.

A lo lejos escuchó música, comenzó a caminar en dirección al lugar de donde venía la música percatandose de que venía del Kiosco.

Él no había dado la indicación que de sonara la música, sobre todo la canción que justo ahora sonaba.

Put your head on my shoulder.
“Pon tu cabeza sobre mi hombro”

En el interior del Kiosco, podía ver a alguien, no distinguía quien por la cortina de pedrería que tenía pero imaginaba de quien se trataba.

» Hold me in your arms, baby
Sostenme en tus brazos, nena.”

La indicación fue que cuando la vieran entrar pusieran la canción.

» Squeeze me oh-so-tight
“Apriétame oh-tan-apretado”

Con el corazón en mano, emocionado, lentamente con cuidado de no ser visto y dar una sorpresa a la morena, introdujo su mano en la cortina de pedrería con sutileza para no hacer ruido abriendola lentamente.

» Show me that you love me too
“Muéstrame que tú también me amas.

Divisó el cuerpo que tan bien conocía, Moa estaba ahí en medio del kiosco pero no estaba sola.

Moa era presionada contra el cuerpo de Tom, ambos bailando con tanta delicadeza, al ritmo de la música, una de las manos de Tom estaba bajo el brazo de la chica, que se posaba en el hombro del varón, descansado su mano en el omóplato de la espalda de la mujer morena. Mientras que las manos libres de aquellos dos estaban entrelazadas.

» Put your lips next to mine, dear
“Pon tus labios junto a los míos, querida.

Y tal cual la canción, los labios de aquellos dos que bailaban al son de la canción de Paul Anka, se juntaron.

¿Por qué de repente Robert se sentía sofocado, por qué sentía su pecho doler?

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