Día: Sábado (Si amigos sábado también estudian)
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(Narrador)
– ¿Qué les parece? – preguntó Anna con una sonrisa, mirando las atónitas personas que la rodeaban.
– ¿Qué hiciste? – Ray se aproximó hacia ella y observó su pequeño cabello - ¿Dónde está tu cabello?
– Intenté hacer un nuevo estilo.
- ¿Nuevo estilo? – Emma observo su cabello y soltó una risa – ahora Yo, Anna y Gilda tenemos el cabello corto – dirigió su mirada hacia T/N - T/N ¿Qué dices? ¿Quieres córtate el cabello también?
– ¿Qué? – Ray se sorprendió al escuchar la pregunta de Emma.
– ¿Ah? – T/N no sabía que responder.
– Chicas ¿Cuál es la diferencia si el cabello es largo o corto? No cambia nada – comentó Don.
– Yo creo que Anna se ve hermosa con el cabello corto – Nat parecía estar hipnotizado.
Gilda dirigió su mirada hacia su mediano cabello – Supongo que el corte de cabello depende de cada persona.
Norman toco el hombro de T/N con una sonrisa - Escuche que la gente con corto cabello es más confiada de sí misma, aunque las probabilidades de que te salga el corte de Dora son muy probables.
– ¡Por que tenías que decir algo tan cruel! – gritaron el coro algunos de los presentes.
– No es cruel, es realista – Ray mostró su acuerdo con lo dicho por Norman con una sonrisa.
– Mejor hablemos de otro tema – comentó Gilda - ¿Qué les parece si hablamos del cumpleaños de No...
Rápidamente los presentes interrumpieron el hablar de Gilda y la arrastraron fuera del salón.
– ¿Qué sucedió? – preguntó Norman con interés por lo que Gilda diría.
– Nada – respondió rápidamente Emma – Es solo que Gilda tenía que ir al baño.
– ¿Con todos?
Emma soltó una sonrisa – creo que solo tenían algo de que hablar – rápidamente intento cambiar de tema – ¡Norman tus ojos son más azules que de costumbre! – hablo acercándose a él.
Norman aparto su mirada de ella mientras se sonrojaba.
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Ante aquella larga y extensa mesa, la cual estaba rodeada por el consejo estudiantil, solo abundaba el silencio, unos a otros se miraban reconociendo rostros, sin contar con Oliver sobre el medio de la mesa, alrededor de está estaban 6 alumnos, presidentes de club importantes, los cuales eran:
La Gran Legravalima la jefa del club de matemática y contadora del consejo estudiantil. Sostenía su largo cabello con una coleta y trenzas sobre esta, movía sus manos ocasionado que sus largas unas golpearan la mesa provocando un molesto ruido.
Smee el encargado de el orden en la escuela, y presidente del club de Etiquetas y Orden, Un joven delgado, con sus extraños pantalones sueltos, y lentes circulares.
Geelan el presidente del club de arte y eventos dentro de la escuela. Un joven apuesto de cabello rubio y largo recogido por una coleta, con una camisa de color blanca algo suelta.
Pupo el encargado de las noticias que rodeaban la escuela y presidente del mismo club. Sabía todo lo que ocurría en la escuela. Siempre sostenía una cámara que colgaba de su cuello la cual se movía cuando caminaba, golpeando a su enorme panza apodada por muchos "La devora".
Yverk presidente del Club Literatura. Un joven con un rostro sin sentimientos, alto y de cabello corto, tenía la mirada centrada en Oliver. Sosteniendo sobre sus brazos un bastón apodado por algunos "el divino peligro" ya que con este objeto se encargaba de golpear a los desobedientes alumnos.
- No puedo tolerar esto –. comentó Legravalima mirando a Oliver - ¿Como puedes mirarnos a la cara después de faltar a una importante reunión?
Oliver no tenía intención de responder, pero ante furiosa mirada de Legravalima lo único que dijo fue - Lo lamento...
- Un lamento no resuelve nada, deberías hacer algo para remediarlo.
- comprendo que estés enfadada Legravalima, pero no es la manera de hablarle al presidente de esta escuela –. Smee intento detener el enfado de Legravalima.
- si le interesa saber presidente, intente eliminar los rumores de su falta ante la reunión del día de ayer, pero creo que muchos se enteraron igualmente – hablo Pupo.
- Gracias –. Respondió con desanimo, Oliver se levantó de su asiento y bajo su cabeza hacia la mesa – enserio lo lamento – habló con una cálida voz, la sorpresa de los presentes fue grande.
Una persona de clase alta nunca debía bajar la cabeza frente a nadie a menos que este sea de más autoridad que los demás, pero aquí Oliver era el presidente lo que lo convertía en una persona de más autoridad ante los presentes.
Oliver levantó su cabeza –. Dicho esto, tenemos muchas cosas que organizar, no quiero tener más retrasos.
Nadie hablo, ni murmuro, solo abundo el silencio.
- ¿Qué actividades proponen? – preguntó Oliver sentándose en su asiento dejando salir un suspiro de cansancio, no sonreía, no podía hacerlo, su mirada había perdido su brillo, los presentes hablaban, pero él no podía escucharlos.
◆'・ω・'◆'・ω・DESPUES DE LA REUNION・ω・'◆'・ω・'◆
- ¡Oliver! – Grito Gillian con una sonrisa acercándose a él, Oliver mostro una débil sonrisa mientras entraba al salón.
- Hola chicos – habló en voz baja mirando a Zack, Nigel y Gillian en aquel lugar. colocó sus cosas en uno de los asientos.
- ¿Oliver, estas bien? – preguntó Gillian preocupada observando su agobiado comportamiento, pero él solo soltó una sonrisa.
- Sí, solo que no pude dormir bien y me siento algo cansado – bajó su cabeza hacia la mesa –. Creo que descansare un poco antes de que la siguiente clase inicie.
Zack se aproximó hacia Oliver y golpeo su espalda con brusquedad, ocasionado que Oliver soltara un quejido de dolor.
- ¿Qué demonios... te sucede? – preguntó Oliver intentando soportar el dolor.
- ¿Por qué pareces muerto en pena? – Zack levanto el cuerpo de Oliver y observo sus impasibles ojos, lo soltó y entrego una lista de papeles – Tienes muchas cosas que hacer.
Oliver miro a las hojas, no mostro asombro o disgusto de ver el trabajo que haría – Al parecer tendré muchas cosas que hacer –. comentó y se dispuso a tomar asiento.
Zack comprendió que algo le sucedía a Oliver, estaba enfadado, Oliver ignoraba el hecho de que estaban preocupado por él, y fingía estar bien, se retiró del salón y cerró la puerta con fuerza.
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– ¿Por qué hoy todos actúan raros? – preguntó Nigel saliendo del salón junto a Gillian.
– Todos tenemos días malos – respondió Gillian con desanimo de ver a Oliver de esa manera.
– Ellos tienen días pésimos – añadió Nigel.
Mientras caminaban, observaron a lo lejos a una persona con el peinado semejante a "Rayis", Gillian corrió rápidamente hacia aquella persona.
- ¡Rayis! – Grito Gillian tocando el hombro de aquella persona, Ray dirigió su mirada hacia Gillian y se sorprendió al verla.
Nigel se aproximó hacia Ray - Ella no es Rayis –. hablo observando a Ray, el cual sostenía un jugo de la máquina que se encontraba cerca de ellos.
- Soy el hermano de Rayis.
- Eso dice el parecido –. Nigel dirigió su mirada hacia la maquina e intentó sacar algún jugo, pero solo tenía unos centavos.
- ¿Eres Ray? – preguntó Gillian al recordar al alumno que comentaron los alumnos de la clase "C5"
- el mismo –. respondió mirando fijamente a Gillian la cual parecía retarlo con la mirada.
- ¡¿Alguien sabe cómo haces para que esta máquina te devuelva tu dinero?! – Nigel golpeaba la máquina de jugos intentando que regresara los centavos que deposito en esta.
Ray aparto la mirada de Gillian y coloco un par de monedas dentro de la maquina y este arrojo el refresco pedido por Nigel.
- Gracias Ray –. Habló Nigel con una sonrisa.
- Ustedes son Gillian y Nigel de la clase D5, son los organizan los libros de la biblioteca – Ray mostro una sonrisa – Me encantan las listas que hacen, gracias a ustedes es más fácil saber dónde está el género de libros que busco.
Gillian y Nigel tenía unas hermosas sonrisas.
- Te lo dije Nigel, algún día alguien nos agradecería por nuestros trabajos – comento Gillian y abrazo dulcemente a Nigel el cual soltó una sonrisa y correspondió a su abrazo, empezaron a saltar de un lado a otro.
Ray no comprendía sus exageras reacciones, rápidamente Nigel y Gillian se detuvieron.
- Lamentamos actuar de esa manera, pero estamos muy felices. – hablo Gillian moviendo apresuradamente sus pies y con una enorme sonrisa.
- ¿Y qué libros piensan organizar esta semana? – preguntó Ray con interés.
- bueno no tenemos idea – Gillian observó con entusiasmo a Ray - ¿Ray, que genero de libros es tu favorito?
Ray parecía pensarlo – todos los géneros interesantes, pero me encanta la fantasía.
- ¡Excelente! Esta semana haremos una lista de los mejores libros de fantasía.
La biblioteca de la escuela es un lugar abundante de libros, a pesar de eso no muchos tienen el interés de leerlos. (La humanidad está perdida)
Es un lugar muy silencioso, y vacío, por lo que la mayoría lo usa para hablar de temas privados u ocultarse del regaño de algunos profesores, desde que descubrieron que algunos alumnos lo usaban para nada más que tonterías, decidieron dejar encargados a su cuidado, los cuales fueron escogidos por la ex directora.
Gillian y Nigel eran los encargados del orden de los libros, la cual a veces era algo cansado.
***Recuerdo***
- Libro 33, 34, 35...- Nigel dejo salir un bostezo – Gillian no podemos guardar los libros como sea, ya me cansé de contar cada uno – dejo el libro que sostenía en la mesa - ya deberíamos ir a casa ya es tarde. Desearía haber rechazado estar al cuidado de los libros.
- ¡Cuidado! – exclamó Gillian y se lanzó desde la enorme escalera hacia Nigel, el cual rápidamente intento aferrarse a ella e impedir que callera, pero resbalo y el cuerpo de Gillian cayó sobre el suyo.
- ¿estás bien? – preguntó Nigel intentando levantarse observando a Gillian.
- Eso debería preguntar yo –. comento Gillian – Es impresionante que puedas estar bien después de que te aplastara.
– Gillian...- Nigel dejo caer su cuerpo al suelo –...no vuelvas a hacer locuras, casi muero.
- ¡Nigel! – gritó e intento levantarlo del suelo.
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***Narrado por Don***
Estaba observando el cielo con curiosidad, Ray siempre lo hace y llama la atención de muchos, a veces me pongo a pensar "¿Qué diablos le ve al cielo?"
- ¡Don! – grito Gilda, dirigí mi mirada hacia ella, observé como rápidamente intentó ocultarse entre los arbustos, tomé una profunda respiración y caminé hacia ella –. Lo...lo lamento, no debí gritarte, y tampoco quería hablarte... en realidad sí, pero no sé de qué, tal vez lo olvidé...
- Gilda... - me acerqué a ella. – Esta bien – la abracé – Enserio está bien. No tienes que huir de mí – sentí sus manos aferrase a mí cuerpo –. Te quiero... y no espero que tú lo hagas, pero está bien. El amor es así, solo que a veces las 2 personas son correspondidas. No te preocupes, no voy a esperar que tú lo hagas, solo déjame amarte y aprender a dejarte ir.
- Don...yo... – me miró a los ojos, eran los mismos ojos que completaban la felicidad de mis días, los mismos que me hacían sentirme seguro en ella -... yo te amo.
No podía dejar de mirarla, me había quedado sin palabras, después de unos segundos pude decir algo - ¿Hablas... de sentir algo por mí?
Apartó la mirada de mí con timidez –. sí, bueno eso creo... no lo comprendo, pero quiero estar a tu lado, me gusta observar tu sonrisa, es muy dulce y a veces brusca, eres una persona impulsiva y muchas veces haces que tus sentimientos de dominen, por lo que necesitas que alguien te ayude a controlarlos, no me importaría ser yo esa persona. Hemos estado juntos desde ya hace mucho que pensé que solo era amistad, pero... - Dirigió su mirada hacia mi - ¿Por qué... estas llorando? - preguntó asombrada al verme con lágrimas en los ojos.
– es... es... solo que... lo que dices están dulce. – levanté mi rostro hacia ella e intenté secar mis lágrimas – Estoy muy feliz.
- Yo también –. mostro una cálida sonrisa cerrando sus ojos.
- ¿Y... que deberíamos hacer?
- ¿Eh? No lo sé, nunca he pensado en eso, supongo que deberíamos estar juntos.
- ¿Juntos?, tengo una idea - rápidamente saqué la pulsera que rodeaba mi mano y la amarré a su muñeca – Es uno de mis objetos más valiosos, supongo que lo sabes...
- Es tu pulsera de la buena suerte.
- lo era, ahora será tuyo, compartiremos la misma suerte – Gilda miraba la pulsera con curiosidad - ¿te gusta? – pregunté apartando la mirada de ella.
- Es muy bonita, Gracias.
- No tienes que agradecérmelo... - El ruido del importuno timbre tintineo.
- ¿Ya es salida?
- Creo que no podremos seguir hablando – ella vivía lejos a mi casa, siempre fue así, pero quería acompañarla a casa, acaricie su cabello – bueno Gilda tengo que ir a casa.
- ¿Nos volveremos a ver? – preguntó Gilda deteniéndome mientras sostenía mi camisa.
- Gilda...- tomé su mano y solté una sonrisa -... estudiamos juntos.
- ¿ah? Sí, pero...- observe su rostro el cual estaba nervioso.
-...Nos volveremos a ver, no importa si hoy nos separamos, volveremos a estar juntos, día tras día, hasta que seamos adultos y vivamos juntos, pensándolo bien ¿Cómo se llamaran nuestras mascotas?
- ¿No crees que es muy apresurado pensar en el futuro?
- No, yo no pienso separarme de ti, y bueno espero que tú tampoco – solté sus manos y me despedí de lejos – Nos vemos la próxima semana.
- Nos vemos...
Mientras caminaba a casa no podía dejar de sentirme feliz, al llegar abrí la puerta con la llave que siempre llevo a la escuela.
- Buenos días – entre saludando, madre siempre está feliz de recibirme en casa, al entrar observé a los 2 reunidos en la pequeña sala, sentados con lágrimas en los ojos, mi padre es un hombre muy serio verlo llorar era una sorpresa - ¿Qué sucedió? – pregunté imaginándome alguna respuesta en mi cabeza.
- Don... - la voz rota de mi madre me hacía darme cuenta poco a poco que pasaba, ella intento tranquilizarse, pero su llanto de paraba -... no quiero hacerte cargar con este dolor, pero tienes que saber que Connie está empeorando...
- No –. era difícil aceptarlo, solté una sonrisa – Mamá no te preocupes, le pregunté a una doctora si era tumor era curable y dice que si hay forma de curarlo, que Connie puede salvarse...- no podía respirar.
- Don...- Madre se desplomo al piso de llanto mientras mi padre intentaba levantarla – ...el tumor es mucho más grande que al inicio.
- No es cierto. Connie puede sanarse, ella es fuerte, ella... - golpee el suelo con llanto en mis ojos -... ella estará bien. Ella...
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NANANANANANANA
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