D O M I N G O
Recargado en el umbral de la puerta principal yacía un británico de ojos claros, quien aguardaba con calma a una chica de piel morena que desesperada buscaba algún cambio de ropa adecuado.
— Buenos días.—La voz de Erin se escuchó haciendo al varón ojos claros alzar la mirada quien le respondió el saludo.— ¿Todo bien?
— Sí, solo es Moa que aún no decide que ponerse. —Explicó con simpleza el chico.— Desde la noche ha estado algo eufórica.
Daniel rodó los ojos, siempre sufrió de ese problema cuando salía con ella. Pidió disculpas pasando al interior de la cabaña dejando a su novia y a su amigo atrás quienes comenzaron a hablar vagamente.
— Solo ponte una maldita camisa y sal ya. —Habló Radcliffe encontrándose con una morena vestida en un pantalón con su respectivo bra.— ¿Que tanto buscas? Solo vas a la cafetería.
La mirada de Moa se había centrado en el rostro de facciones marcadas de su mejor amigo a quien casi le suplicó por ayuda en silencio.
Radcliffe entendió.
Suspiró pesadamente mientras se acercaba a la chica viendo el colchón de la cama tendida donde yacían unas cuantas opciones.— A ver que tenemos aquí. —Dijo más para él mismo que para la chica. El de ojos azules hizo una mueca no muy convencido de las opciones. —¿Que se supone que harás? Ponte esta, y mueve el culo de aquí que tenemos hambre.
Tomó una playera de algodón negra que él mismo le había regalado. La morena la tomó y se la puso mientras que se desplazaba hacia el baño.
-—¿Se puede saber que te ocurre?
— Tom me ha invitado después del desayuno. —Respondió la chica la pregunta en un susurro como si fuese un secreto.
Dann por alguna razón sintió inquietud, más por el hecho de que a su mente saltó el plan que tenía su amigo.— ¿A dónde y para qué o qué? —Preguntó en un tono receloso e intrigado.
— A caminar, supongo que conoceremos mejor el lugar. —Dijo la chica con una sonrisa pequeña.
— Te recuerdo que tiene novia.
Esa frase hizo que el estómago de su amiga se contrajera en una terrible sensación de desagrado.
— Ya sé que tiene novia, ya sé, no hace falta que me lo repitas.
— Lo siento pero debía hacerlo, pareces muy emocionada como para que sea una simple salida.—dijo Dann en un tono que para nada le agradó a la morena quien frunció el ceño.
— No sabía que estaba prohibido ser feliz.
— Pues ya lo sabes, lástima. —Le mostró la lengua a lo que la chica le dio un pellizco en el brazo haciendo que el varón chillara y le regresara la acción con un zape, la morena le dio una cachetada corta y sin tanta fuerza.
Salió disparada de la habitación antes de que su mejor amigo le devolviera el golpe.— ¡Robby! —Gritó la chica entre risas dirigiendose al mencionado quien la abrazó por la cintura cuando ella saltó a él.— ¡Daniel! —Alertó.
Robert se balanceo hacia atrás y por un momento creyó que caería al suelo pero no fue así.
— ¡Dann! —Regañó Erin a su novio quien dio una mueca.
— Ella me pegó.
— Tú también, no te hagas, además fuiste quien empezó.—Acusó la morena.
— Dann, deja a la nena. —Pidió Pattinson con gracia quien depositaba con dulzura un beso en su frente.
La morena en burla le mostró la lengua a su hermano, Daniel se volvió ofendido a los otros dos adultos queriendo acusarla pero estos se soltaron a reír, sin duda eran como niños pequeños.
Los cuatro amigos caminaron hasta la cafetería encontrándose con Tom, Emma junto a Evanna y James quienes eran los que habían llegado primero, saludaron a todos antes de sentarse a comer.
La conversación en la mesa fue calmada, no tan desastroza, cosa que a todos les favoreció para apreciar la tranquilidad del lugar. Tras acabar todavía se quedaron en la mesa hablando un poco más recibiendo con el paso de los minutos al resto de sus amigos.
Hubo un momento en el que la mirada marrón se cruzó con aquel azul cielo los cuales se miraron cómplices, entendiendo sin necesidad de palabras lo que harían.
Tom pudo sentir una felicidad nacer en él ante esa conexión silenciosa, justo como la de Moa y Robert.
— Bueno chicos, nos retiramos.—Habló Tom quien se puso de pie siendo seguido por Moa.
— ¿A dónde van? —Preguntó James con curiosidad.
— A perdernos por el camino de la vida. —Vaciló la morena.— Iremos a caminar solamente, nos vemos más tarde.
Se despidieron y apenas los dos cuerpos de la mujer y el varon salieron de la cafetería, una mirada cayó en Robert quien mantenía una mueca algo desagradable, Daniel al parecer había encontrado a quien también todo aquello le diera una mala vibra.
Tom cargaba su guitarra acústica en su espalda la cual era sostenida por la tira que cruzaba su pecho, Moa por su lado emocionada apreciaba los matices de aquel día.
Una luz fría caía sobre el paisaje lo que a la chica le daba una impresión un tanto sombría y triste.
— ¿Que tal amaneciste? —El silencio que había entre ambos fue roto por la pregunta del chico.
Moa se volvió al chico sonriendole.— Bien, en realidad, gracias, es placentero dormir con Robert, no se mueve demasiado en la cama.
Explicó aunque pronto se hizo consciente de que esas no fueron las mejores palabras para explicar su idea.
Tom, ayer por la noche no había dejado de pensar en lo que planeaba decirle a la chica la mañana del domingo pero tal como si fuese magia, se le había olvidado todo al abrir los ojos.
— ¿Sabes que me parece curioso?
— ¿Qué cosa? —La duda nació en la morena al escuchar al chico hacerle la pregunta.
Ambos se dirigían al mirador por mera inercia.
— Que a pesar de que te considero tan cercana a mí, siento que no te conozco.—Las palabras del rubio tomaron por sorpresa a la morena ¿A que se refería con eso?— No me malentiendas, siento que no conozco aspectos básico de ti.
Eso apaciguó el mar de sensaciones que se había creado en el interior de la chica al malpensar esas palabras.
— Pues... Me gusta el color verde. —Fue lo primero que dijo seguido de soltarse a reír.— No creo que no saber esas cosas sea malo.
— Yo tampoco pero simplemente, cuando me replantee nuestra amistad surgió eso.
La morena frunció el ceño confundida, por alguna razón, no le agradaba demasiado las palabras que había escogido el chico "Replantear su amistad"
— ¿Hay algo malo con nuestra amistad? —Preguntó Moa acercándose a una de las bancas del mirador para sentarse ahí.
Tom negó.
— Entonces no veo porque habrías de replantearte nuestra amistad.
Tom tragó un poco de saliva tomando asiento poco después a un costado de la morena.
— No, mira... —Hizo una pausa aquel rubio mientras que buscaba las palabras correctas para ser sutil al querer dar a entender su idea. Pero no las había.— Solo digo... Me gustaría conocerte más de lo que ya lo hago.
La chica no tan convencida asintió pero protno ignoró esa sensación de rareza en el rubio, regalandole una sonrisa.
— ¿Quieres que nos presentemos de nuevo?
— Sería lo indicado. —Ambos rieron y apenas cesaron las risas el de ojos color cielo, aclaró su garganta llamando la atención de la de cabellos oscuros.— Hola señorita, soy Tom.
Una sonrisa llena de ternura nació en el rostro de la chica a la que el sol decidió broncear su piel.— Hola Tom, soy Magdala pero puedes decirme Moa.
— Un placer señorita Moa.
— Solo Moa, por favor joven Tom.
— Moa será. —Ese juego de papeles de desconocidos le hacía gracia a la chica.— ¿Puedo preguntar por qué te dicen Moa?
La chica se acomodó en su asiento tomando una postura firme asintiendo.— Mi nombre es Magdala Olga Armstrong. —Explicó con calma.— Y las iniciales de mi nombre forman "Moa"
Una expresión de sorpresa fingida apareció en el rostro del rubio quien asintió ante tal descubrimiento, justo como cuando fueron niños, soltaron una risa aquellos dos mayores.
La risa de Moa era un tanto escandalosa, no era para nada similar a la risa delicada de Emma o Bonnie, la de ella eran carcajadas que terminaban en una expresión de sofoco cuando algo le daba demasiada risa.
— Ha pasado tanto tiempo desde que nos conocimos. —Dijo Tom casi como si hubiese leído el pensamiento de la morena la cual asintió.
— Demasiado, aunque admito que me agrada que todos estemos en contacto años después de filmar juntos... Es lindo, ojalá sigamos así de unidos a futuro.
— Eso espero. —Dijo Tom con una sonrisa pequeña. Felton, con la mención al pasado que hizo a su mente llegaron las conversaciones que tuvo con la mujer con la que ahora compartía banca.— Prometí nunca volver a mencionarlo...
Un "¿Mmmh?" salió de los labios de la chica quien miró atenta a su compañero.
— El chico que te alejó... ¿Sigues en contacto con él? —Preguntó tratando de ser sutil.
Quería saber, quería indagar, quería enterarse de todo con respecto a ese misterioso chico que justo la mañana de ayer se enteró que era él.
— ¿Para que quieres saber eso?
— Curiosidad... Justo ayer que pensaba en la relación que tienes con Robert me acordé, sé que no es apropiado pero—Fue interrumpido.
— ¿Relación? ¿Que relación? ¿Piensas que Robby y yo salimos?—Preguntó con extrañeza en una ligera mueca de burla e intriga.
— ¿No es así?
— ¡No, para nada! —Chistó con gracia.— Robby es mi mejor amigo, justo como Daniel.
Y sin saber porque, el que la joven aclarara eso, el que esas palabras salieran de sus labios, el que escuchar a la morena pronunciar aquello le daba tanta satisfacción.
Tom sentía tranquilidad ante la idea de que no eran nada oficialmente, y esperaba que siguiera así.
— Oh, yo pensé que sí...
— Pensaste mal.
El de cabellos dorados tuvo que morder el interior de su mejilla para no dejar una sonrisa victoriosa que luchaba con asomarse en su rostro.
— Lo siento, solo que recordé lo que Jade dijo en la fiesta sobre lo de tú y—Y volvió a ser interrumpido.
— Tom, no quiero recordar nada de la fiesta que no sean las veces que baile. —Dijo tratando de sonar lo menos grosera posible.
Felton relacionaba esoa al disgusto que hubo al final pero la mera razón es que la morena no quería siquiera pensar en la imagen de Jade, la novia de su enamorado que sin duda la hizo padar un momento desagradable y que agradecía que no se encontraría en ese viaje.
El chico asintió con algo de pena, hubo un silencio que se instaló entre los dos que era algo incómodo.
Tom pasó su guitarra al frente para apoyarla contra su pecho, tocando algunas cuantas cuerdas que llamaron la atención de la morena.
Si había algo que fascinaba a esta, y si había algo que el rubio no olvidaba es que la chica podía pasar horas apreciando el talento de los demás, ya sea que podía pasar horas viendo bailes, obras visuales y escuchando el canto o la composición.
Armstrong fue de las primeras personas con las que Tom se desenvolvió en el arte de la música, ella en su nube apreciaba como es que la voz con energia y melodiosa de su gran amor cantaba.
Y en su vaga imaginación, ella imaginaba que él cantaba para ella y solo para ella.
Una tonada alegre comenzó a ser tocada con agilidad por los dedos de la mano de Tom que se movían por mas cuerdas.
If you could be anywhere.
Una ancha sonrisa se asomó en los labios de la morena al distinguirla.
Misma sonrisa que hizo que Tom sintiera que el viaje a aquel lugar había valido la pena.
— If I had a plane, then where would I fly to?—La voz de Tom comenzó cantando mientras que el sonido de sus zapatos golpeando contra el piso al ritmo de las notas lo acompañaban.— If I had to use my brain for something else, tell me what would I do?—Esa canción le traía demasiados recuerdos muy lindos a la morena.
— And if I had a strange conversation with a lady in a waiting room, about leaving all this doom and gloom —La voz de aquel varón fue acompañada de la voz de la chica en esa estrofa.
— If you could be anywhere, where would you be?—el chico se puso de pie mientras se volvía a la chica sin dejar de cantarle con una sonrisa en sus labios.— If you could be anywhere, would you be there with me? —El chico cerró sus ojos sin preocupación, se sabía las nltas musicales.— If I could be anywhere, I'd be there, If I could be anywhere, I'd be there with you, girl.~
If I had a clue, I'd know exactly what to do
If I had a way to let you know where I wanted to go,
And if I had a strange conversation with a lady in the street,
Telling me to move my tired feet
If you could be anywhere, then where would you be?
If you could be anywhere, would you be there with me?
Los ojos del chico se abrieron posandose directamente sin rodeos en aquellos ojos marrones que en estos momentos se habían vuelto para el rubio los más hermosos que pudo ver alguna vez.— If I could be anywhere, I'd be there... —La euforia del momento comenzó a disminuir mientras tocaba las notas, comenzó a caminar hacia el barandal del mirador observando ese inmenso y tan hermoso paisaje que les regalaba la madre naturelaza dándole la espalda a la morena.— If I could be anywhere...—Cantó con su dulce voz.—I'd be there... —se volvió hacia atrás mirando anla morena.— with you, girl...~
Moa sintió que esas palabras no solo eran eso, palabras, que Tom no lo dijo solo por decir.
En ese momento, Moa sintió ese revoloteo en el estómago, agradable, que la hacía sentir una emoción y felicidad tan pura, pero no era la única, Tom también compartía esa sensación cuando sus ojos chocaron con los de la joven.
Y sin ninguno de los dos saberlo, los ojos de Tom brillaron al ver el rostro de Moa, justo como los orbes chocolate de la chica solían hacerlo por el hombre de pie con la guitarra en mano.
— Hacia tanto tiempo que no te escuchaba cantar... —Dijo Moa poniendose de pie tratando de aminorar la sonrisa que se había plasmado en sus labios.
El tiempo para ambos se fue volando.
El rareza e incomodidad que en un principio había dejó de estar ahí dándole paso a la tranquilidad, la comodidad y la calidez de dos corazones que latian fuertemente.
El viente fresco del medio día los cubrió haciendo que la chica soltara una risa, había sido de emoción, se sentía con ánimos, feliz, se sentía completa estando con ese rubio.
— ¡Mira! —Dijo la chica tras ver pasar un colibrí señalando con la mirada uno de los arbustos florales que habían sido puestos por los mismos trabajadores de mantenimiento y jardinería del lugar.
Tom miró a donde la morena se lo indicó.
Un colibrí estaba cerca bebiendo del polen.
— Desde que te conozco he notado que te encantan las aves.—Dijo el rubio con una sonrisa.
— Son almas libres, inocentes, hermosas... —Defendió ella con simpleza observando aquel colibrí que pasaba de flor en flor.— ¿Sabías que los mexicanos tienen una leyenda sobre los colibríes?
— ¿En serio? ¿Y de que va?—Dijo el rubio con interés.
— La leyenda dice que los colibríes son considerados los mensajeros del Inframundo, portadores de buenas noticias, ellos se dejan ver ante las personas como símbolo de que el ser querido que se ha ido del mundo terrenal está bien, está contento, y su alma descansa en paz...—La voz de la mujer cambió, fue siendo más airosa y pasiva conforme hablaba, una tranquilidad había inundado a la chica.— Los colibríes fueron dotados de gran sutileza por lo que el revoloteo de sus alas es imposible de mover un solo pétalo de una flor, volviendolos ágiles, imposibles de detectar y de apresar, de hecho, los hombres fueron amenazados por los dioses porque estos al ver la belleza de las plumas del ave intentaron atraparlos: "Todo aquel que trate de privar al ave de su alma libre, será vilmente castigado."
Sin darse cuenta, la morena dejó caer su cabeza en el hombro del varón a su costado, justo como lo hacía con Robert, cosa que sorprendió al de ojos azules pero este no hizo nada para alejarla.
Le gustaba la calidez que le daba ella.
— ¿Sabes de cultura mexicana? —La chica negó.
— No tanto como me gustaría, solo sé cosas así porque mi madre me las contaba... Lo del colibrí me lo contó cuando mi abuela falleció. —Explicó con simpleza.
— En ese caso... —Tom se quedó calladocun momento.— Ese colibrí es el mensajero de tu madre, y tu madre debe estar feliz de saber que estás bien... —Susurró el chico, imitando la acción que hacía Robert, dandole un beso en la cabeza.
— Debe ser que sí... —El silencio volvió a ellos.
Y durante los minutos que pasaron antes de que cada uno tomara una actividad diferente, apenas cruzaron palabras, solo se dedicaron a disfrutar de la compañía del otro.
Cuando el tiempo llegó, aquellos dos tuvieron que regresar a almorzar con el resto de sus amigos, Moa tomando asiento a un lado de Robert quien la recibió entre sus brazos apegandola a su pecho para darle un beso en la sien preguntando que tal le había ido a ella y al rubio.
Tom reconoció que sintió celos.
Celos que fueron apaciguados cuando la sonrisa de Moa nació en los labios de ella al momento en el que sus ojos hicieron contacto con los suyos.
Sin darse cuenta, esa salida sería el comienzo de una cercanía casi inigualable entre ellos dos.
Casi inigualable.
— Espero que se la hayan pasado bien. —Dijo Robert al momento en el que la morena dejó caer su cabeza en el hombro de este.— Principalmente tú, cariño.
— Nos la pasamos muy bien, gracias.~—Dijo Moa con una sonrisa.—¿Verdad, Tommy?
Y en ese momento, un sentimiento de culpa lo invadió.
Su ser se estremeció ante el apodo, Jade lo llamaba así.
¿Era normal que el remordimiento llegara a él por haberse sentido tan pleno como nunca antes?
Como nunca antes, con ninguna otra mujer, siquiera su novia.
Colibrí, el mensajero del inframundo | Leyenda maya.
La traducción de la canción "If you could be anywhere" se encuentra en el vídeo de la multimedia, por lo que para una mayor y mejor experiencia como lector, te recomiendo escuchar y ver el material audiovisual.