Emma.
"El actor británico Robert Pattinson es captado al salir de un club en compañía de una misteriosa mujer, se especula acerca de la identidad de la mujer en cuestión."
Fue una de las notas que llamó mi atención al despertar de un profundo sueño.
No hacía faltar mencionar que tras la conmoción de la noche anterior, o mañana del día en curso, había estado insistiendo en que Tom me visitara.
Él sabía que debía hacerlo y es por ello que justo al medio día, lo tenía en la sala de mi casa.
— ¿Que fue lo del club? —Pregunté a Tom.
— Una estupidez. —Respondió con algo de amargura en su voz.
— Eso ya todos lo sabemos pero ¿Por qué ocurrió eso? ¿Por qué te preguntó sobre si le mentías, a que pendiente se referían? —Bombardee acercandome para darle una taza con agua fría.
El rubio hizo una mueca mientras parecía buscar las palabras idóneas para comenzar su relato, yo me senté frente a él en mi sillón individual.
— Ya sabes que estuve saliendo con Moa mientras Jade no estaba conmigo. —Yo asentí.— En la última noche, supongo, Halloween, Moa perdió uno de sus aretes que era un pendiente de perlas. —Hizo una pausa, yo asentí dándole a entender que le prestaba atencion.— Yo lo encontré días después, exactamente el mismo día que te visité y llegaba Jade, ella se percató del pendiente pues lo puse en el alhajero de ella porque así no se me perdería.
Tomó un poco de aire.— Jade malinterpretó las cosas y en un arranque de celos aventó el pendiente al retrete. —Sus manos que sostenían la taza que le di, ahora, con sus dedos tamboreaba el mismo con algo de ansiedad.— Y yo en lugar de decirle la verdad a Moa, le mentí y me encargué de conseguir una réplica que no fue exactamente la mejor.
Tom pudo notar mi expresión, visto desde esa forma era algo exagerado que Moa haya reaccionado así pero de cierto modo entendía su furia, después de todo, había mentido.
— Era el pendiente de su madre. —Mis labios formaron una "O"
Para algunas personas podía ser insignificante el tremendo apego afectivo que se tendrían a ciertas cosas que serían banales.
La pérdida de la madre de mi amiga sin duda era pesada.
Fruncí un poco mis labios al pensar en lo mucho que ese simple pendiente significaba para ella, podía ser la vida entera de Moa esa joyería, el único recuerdo que tenía de su madre o el único que tenía un significado especial entre todos.
— Le mentiste. —Reprendí dejando que mis ojos le dedicaran una mirada juzgativa, él asintió.
— No se hubiese dado cuenta de no ser por Jade. —Comentó Tom con algo de pesadez.
— ¿Jade? —Pregunté alzando mi ceja mientras lo miraba expectante y a su vez con un toque de ironía.
Jade, nunca me agradó al cien porciento, jamás lo hizo pero ese desagrado no lo podía dejar ver tan plenamente debido a que era la novia de mi mejor amigo. Tom sabía que Jade no era de mi agrado, no era alguien a quien me gustaría llamar amiga, más bien la toleraba.
Prefería mil veces a Moa antes que a Jade.
Y para ser sinceros, esperaba con ferocidad que ambos en algún momento se hicieran pareja pero no.
Intenté congeniar con la mujer que había encarnado a Astoria en la filmografía de Harry Potter pero dejé de hacerlo en la ocasión que pude ver lo nerviosa que su puso tras ser sorprendida por mí durante una llamada que a mi parecer erra muy sospechosa.
Solo eso había bastado para que dejara de intentar tenerle confianza y plenamente, confiara en mi corazonada, esa mujer no me agradaba.
— Sí, ella lo mencionó...
— No esperaría mucho de ella, sabes que no me agrada.
— ¿Por qué? ¿Por qué a nadie le agrada Jade? —Dijo eso con un tono de vez ligeramente exaltado cosa que a mí me hizo fruncir el ceño.
— Relájate, solo digo que a MÍ no me agrada. —Chisté.— Hay algo en ella... —Me interrumpió.
— Qii ni ti igridi. —Completó el resto de la frase cosa que a mí me hizo rodar los ojos.— Ella es una buena chica.
— ¿Una buena chica te mete en problemas?
— Solo estaba celosa. —Excusó.
— ¿Celosa? ¿De quién?
— De Moa.
— ¿Ella? ¿Por qué? —Una risa divertida se asomó en mis labios aunque lo que parecía ser una sonrisa de burla, era totalmente una sonrisa de victoria y emoción.
— Porque según esta enamorada de mí.
Me mantuve callada viendo como es que Tom le daba un sorbo a su taza.
¡Era obvio que lo estaba!
— No debería estar celosa, tú serías incapaz de engañarla si es lo que le pasa por la cabeza.
— Sí pero explicaselo...—Jadeó con frustración cosa que a mí me hizo reír por lo bajo.
— Bueno, debería entender que tú eres de ella y Moa de Robert.
Tom se tensó aunque pronto comencé a ver como su cabeza asentía ante la idea, se reacomodó en su lugar.
— Ahora que mencionas a esos dos.
— ¿Sí?
— ¿Sabes si están en una relación?
— ¿Por que lo preguntas?
— Porque justo antes de que ocurriera el incidente, Jade y Moa hablaban y cuando me acerqué a ellas y pregunté, Jade dijo que hablaban de la relación que tenía Moa con Pattinson.
Cualquiera diría que por la relación tan cercana que tenían eran algo pero para mí era más que evidente que no era así.
Moa estaba enamorada de Tom, y seguía estandolo como alguna vez lo estuvo en nuestra adolescencia.
La mirada que tenía Moa al ver a mi rubio mejor amigo, era la misma que Robert tenía por la morena.
Pero justo, la mirada que Tom tenía hacía Moa, era la misma que le daba ella al que encarnó al vampiro.
Amistad.
— Después de ver la química que tenían anoche, no me sorprendería que salieran juntos. —Respondí con una sonrisa amplia.
Los ojos de Tom se achicaron, sus cejas se fruncieron al igual que su nariz en señal de desagrado.
— ¿Eso no te alegra? —Dijo evidenciando su expresión.
— No ¿Debería? Moa no puede estar saliendo con Pattinson.
Arquee una ceja.— ¿Y por qué no?
— Porque no.
— Que gran argumento. —Ironicé.— Robert es un gran chico.
Sus ojos color cielo me fulminaron cosa que me hizo reír.— ¿Celoso?
— ¿De? —Respondió en un tono de inocencia y desagrado.
— Del noviazgo que tienen los dos.
— ¿Por qué debería estarlo? Que simplemente no quiera que estén juntos no es que este celoso, tú no quieres que este junto a Jade ¿Estas celosa?
— No es lo mismo idiota. —Rodé los ojos.— Vamos a poner las cartas en el asunto.
Tom hizo un ademán en espera a que prosiguiera.
— Estoy segura de que no fui la única, y al parecer no solo soy, que notó como es que casi te comías a Pattinson por bailar con Moa, Daniel también bailó con ella pero no fue lo mismo, no lo viste de la misma forma.
Tom me sostuvo la mirada un tanto perturbado.
— La otra vez estabas enojado porque Moa te había ignorado por estar con él sin mencionar que tú y ella casi se besaron o lo hicieron, no lo sé. —Lamió sus labios con rapidez preparado para alegar pero al alzar mi mano se quedó con la palabra en la boca.— Déjame terminar, anteriormente dijiste que si Moa saliera con Robert jugaría con él, no te gusta la cercanía que tienen, la simple idea de que estén en una relación te enferma, ayer si tan solo las miradas mataran hoy estaríamos dando el pésame a la familia Pattinson.
Inhalé antes de volver a hablar.— Se nota que te hiciste cercano a Moa desde que volvió, desde que comenzó a pasar contigo los días en los que Jade estuvo ausente y eso no está mal...
— ¿Pero? —Preguntó mientras me observaba con una mirada pesada.
— Pero a mí no me convence que simplemente no te agrade la idea, estás celoso pero no son celos de amigos.
Tom hizo una mueca y desvió la mirada.
— Soy yo, no te juzgaría. —Pareció meditarlo.
Pasó una mano por todo su rostro para terminar por perfilar con sus dedos su mentón.
— Estoy confundido.
— ¿Por qué razón?
— Moa, ella me hace sentir bien, casi tan bien como Jade pero a diferencia de ella, la idea de que Robert tenga un romance me pone de malas porque...
— ¿Por qué? —Insistí.
— No sé, no me agrada la forma en la que hablan, no me gusta que sean tan cercanos, ver a Moa reír junto a Robert o imaginarmela haciendolo me provoca una terrible y pesada sensación en mi interior, aquí. —Señaló su estómago.— El ver que bailaban y reían, que conversaban tan amenamente me jode... Quiero ser yo.
Alcé mis cejas un tanto sorprendida.
Si no fuera porque Tom parecía tan afligido hubiese soltado una risa enternecida o hubiese sonreído con emoción.
— Quiero ser con quien Moa ría, con quien baile, con quien hable, con quien se quede en silencio, quiero ser yo con quien tenga la misma conexión que tiene con ese...
Se quedó callado observando un punto de la sala, se perdió por unos segundos.
¿Tom era tan ciego como para no notar que Moa suspiraba por él?
— Me gusta su compañía, es alguien con quien puedo ser yo mismo, me gusta verla, me gusta escucharla hablar o reír, me gusta... Pero... —Se quedó callado dándole paso a una mueca consternada, horrorizada, confundida, amarga.— Todo es tan puaj.
— Tom. —Hablé, él alzó su mirada a mí.— ¿No sentirás algo por Moa?
Pronto su ceño que antes era perdido se frunció con un aire de horror y ofensa ante la idea— ¡No, no me jodas, tengo novia Emma!
Alcé mis manos en señal de inocencia.— Solo pregunto, además trato de ayudar... No deberías hablarme así.
Él cerró sus ojos y asintió.— Lo siento pero no puedo sentir algo por Moa, tengo novia, la amo...
— Bueno, solo digo que tal vez no estarías así se admitieras lo que sientes.
— ¿Y que se supone que siento, qué? No siento nada por Moa, por favor.—Bufó rodando los ojos con fastidio.
— Si no sintieras nada entonces desde un principio no estarías disgustado, y siquiera debería importar por si Robert o Moa son algo.
Él rodó los ojos.
Sonreí de forma pasiva, me puse de pie y caminé hasta él para sentarme en la codera del sofá en donde él estaba.
— Tal vez solo estás celoso de que te quite a una de tus mejores amiga.
Él asintió con lentitud algo dudoso pero su rostro que tenía un rostro muy difuminado de culpa se transformó poco a poco, en uno más seguro.
— Moa ha sido tu amiga, nuestra amiga, desde pequeños, tal vez solo sientes celos de que te la quite, y que ella se vuelva a alejar como lo hizo alguna vez.
Un suave "Ujum" me dio la razón de mi suposición, la cual yo apenas me tragaba.
— Y mira, quien la terminó alejando no fue Robert, fui yo. —Ironizó negando pronto con la cabeza.— Debe estar molesta...
— Entonces ve y pídele una disculpa.
— Seguro que no querrá verme.
— No hay mal que dure cien año, ni cuerpo que lo resista.—Le regalé una sonrisa.
— ¿A que te refieres?
— No va a estar enojada toda la vida contigo... Ve y pídele una disculpa sincera por querer engañarla en lugar de decirle la verdad, y hazlo pronto porque hay que viaje que realizar. —Tom rió por lo bajo, algo cohibido.
— Es verdad, el viaje.
— Así es señorito~—Le sonreí mientras extendía mi mano a su cabello acomodarlo.
¿Por qué tienes que ser tan ciego, Tom?