Nada Es Para Siempre

By AbyRodhez

883 49 25

Katheryn Lander es una chica estudiosa, amable y algo introvertida. Es buena hija y amiga. Y una increíble n... More

Nada es para siempre
Capitulo 1: Un Deceso Mortal
Capitulo 2: Viaje De Última Hora
Capítulo 3: Que Comience Mi Nueva Vida
Capítulo 4: Golpe De Amistad
Capítulo 5: Sin Anestesia
Capítulo 6: Segundo Round
Capítulo 8: Tomando riesgos
Capítulo 9: Sueños compartidos

Capítulo 7: Podría Ser Él

18 1 0
By AbyRodhez

Me quedé callada un momento hasta que de repente una carcajada salió de mí.

Fuerte y larga.

Ian me miró divertido pero confundido, no se reía conmigo, sólo me miraba, y cuando me di cuenta de cómo lo hacía mi risa se detuvo.

-Lo lamento- dije con una amplia sonrisa en el rostro.

-Oh no te preocupes, siempre que digo mi nombre la gente se ríe de la nada- dijo con sarcasmo, pero sonriendo.

Su mirada era tan tierna, me miraba como si algo en mi le resultara fascinante, y eso me hizo sentir miles de cosas internamente.

-Lo siento, es que... ¿En serio no me recuerdas?

- ¿Si sabes que es de noche y en la noche la oscuridad es tanta que te impide reconocer a la gente? - rio.

-Katheryn Lander, hace casi dos meses me golpeaste en la cara- dije sacudiendo su mano.

Ian se quedó callado un momento procesando la información. Vi como sus ojos se iluminaban al recibir el recuerdo de la pelea y entonces él rio también.

- ¡No puedo creer que seas tú! - dijo levantando los brazos.

-Bueno, definitivamente lo nuestro es encontrarnos en las peores situaciones- dije sonriendo- creo que puedo caminar un poco más, vamos- dije alejándome de la pared.

Ian pasó su brazo por mi cintura y me ayudó a caminar. 

Hablamos de muchas cosas mientras caminábamos, nos resultaba muy fácil bromear sobre la pelea y nuestras propias actitudes, era muy fácil hablar con él.

- ¿Entonces el chico al que golpeaste en la escuela es el mismo por el que te perseguían hoy?

-Así es- afirmó con la cabeza- ¿Sabes? Después de la pelea traté de buscarte, pero me suspendieron una semana y después de eso creo que nunca volví a coincidir contigo en la escuela.

-Bueno, estuve fuera 3 días y después me mantuve entre el piso 1 y el 2.

-Eso explica mucho- rio.

- ¿Por qué lo dices?

-Entre el piso 1 y el 2 se encuentran las clases avanzadas, lo cual es obvio en ti si lo pienso ahora.

-Gracias...creo- hice una mueca.

-Sin duda era un cumplido- dijo guiñando un ojo.

Seguimos caminando y cuando por fin llegamos a la puerta del club vi a Mandy y a Eddie hablando por teléfono. Me acerqué a ellos despacio e Ian se quedó a una distancia corta detrás de mí.

- ¡Oh por dios Kat! - dijo Mandy al verme- Pero ¿Qué demonios te pasó?

-Estoy bien, sólo una pequeña caída, eso es todo- traté de tranquilizarla.

- ¡Katheryn! - gritó Eddie cuando me vio y corrió hacia mi con los brazos abiertos.

Me abrazó y un pequeño atisbo de dolor apareció en mi espalda.

- ¡Ay! - exclamé. Eddie se separó de mí y me vio, al parecer por primera vez, en el estado en el que estaba.

- ¿Pero qué demonios Kat? - dijo con el ceño fruncido.

-Solo una caída, estoy bien.

-Bueno, creo que es mejor que me vaya- dijo Ian desde atrás.

Casi había olvidado que él estaba ahí, así que me sorprendió un poco oírlo hablar, lo cual también pasó con Mandy y Eddie que al parecer no se habían percatado de su presencia hasta ese momento.

- ¿Ian Sernot? - dijo Mandy con incredulidad en la voz.

- ¿Tú tuviste que ver con esto? - preguntó Eddie y comenzó a acercarse a Ian con cara de pocos amigos.

-No no no- dije rápidamente- Ian sólo me ayudó. Yo me alejé del club, tropecé, caí y por suerte él estaba por aquí y me ayudó.

Eddie y Mandy miraron a Ian con confusión, y este les dio una sonrisa a medias en respuesta.

-Fue un gusto verlos chicos- musitó Ian- nos vemos luego. Katheryn, fue un gusto verte- dijo suavemente.

Se acercó un poco a mí y me dio un abrazo que me tomó por sorpresa. Era dulce y muy cálido, me sentía a salvo. Yo le devolví el abrazo y él me susurró al oído.

-Espero verte muy pronto.

Sentí cómo una sonrisa se dibujaba en su rostro mientras hablaba, lo que me hizo sonreír a mí también.

El abrazo terminó y él se alejó.

Eddie y Mandy se acercaron a mí y comenzaron a hacerme muchas preguntas, a las cuales respondí sin mucho afán.

En lo único en lo que podía pensar era en el chico que había desaparecido en la oscuridad.

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~

El lunes por la mañana desperté mucho antes de que mi alarma sonara.

Todo el fin de semana había esperado al lunes con ansias. Me había imaginado a mi misma caminando por los pasillos y encontrándome a Ian por casualidad, un momento mágico y cursi en el que tropezaría y él me ayudaría con los libros. Una escena tal vez producto de haber visto tantas películas románticas los días anteriores.

Me alisté con prisa y salí muy temprano hacia la escuela. Fui la primera en llegar, así que me quedé en el auto viendo cómo poco a poco comenzaban a entrar los demás al edificio. Estuve atenta por si veía a Eddie o a Mandy, y por supuesto, mi atención estaba centrada en encontrar entre la multitud que crecía a Ian, pero en ningún momento logré reconocerlo. Cuando faltaban 10 minutos para la hora de entrada salí del auto y vi que Mandy y Eddie se acercaban a la puerta, corrí a alcanzarlos, los saludé y entramos juntos al edificio.

Estuve ausente la mayor parte de las clases, estuve tan abstraída en mis pensamientos que cuando el Sr. Garner, mi profesor de Cálculo, me hizo una pregunta, tardé más de dos segundos en regresar a la realidad y no pude contestar correctamente.

Durante todo el almuerzo me la pasé buscando entre la gente y casi no puse atención a lo que Eddie y Mandy decían.

Al final del día perdí la esperanza de encontrarme con Ian y me fui a casa con un estado de ánimo bastante bajo.

Me sentía decepcionada porque no había podido verlo, lo cual era raro en muchos sentidos, ¿Por qué rayos yo, Katheryn Lander, me sentía tan triste por no poder ver a un chico que me había golpeado dos veces, accidentalmente, claro, y con el que sólo había entablado conversación durante menos de dos horas?

-Vamos Katheryn, ¿qué demonios pasa contigo?- Pensé -Hace una semana estabas llorando por Sam, luego estabas confundida y te sentías mal por pensar en Eddie como algo más que un amigo y ahora sientes que te falta el aire si no ves a un chico que ni siquiera tiene intención de verte de nuevo.

-Estoy harta de los hombres, eso es todo- dije en voz alta.

Subí a mi cuarto sin ganas de comer siquiera y comencé a hacer mi tarea.

Cinco minutos después sonó el timbre, así que bajé las escaleras para abrir la puerta.

-Hola- dijo Ian sonriendo cuando abrí.

No supe cómo reaccionar, me quedé muda, mis ojos se abrieron por la sorpresa y una sonrisa tonta se extendió por todo mi rostro.

-¿Estás bien?- dijo al no recibir respuesta de mi parte.

-¿Qué haces aquí?- logré decir por fin.

-Bueno, vine a verte- dijo sonriendo aún.

-Sí, pero ¿cómo rayos sabes dónde vivo?

-Ah, eso, sí claro, ammm, entré a la oficina del director y busqué en tu expediente la dirección.

-¡¿Qué?!- dije casi gritando.

-Te sorprendería lo fácil que es husmear en la oficina del director- contestó entre risas- Sólo quería checar cómo seguías, y cómo no te vi hoy en la escuela pensé en venir a tu casa.

-Oficialmente estoy hablando con un acosador- dije divertida por la situación.

-Oh, y uno muy peligroso. Si yo fuera tú no me dejaría entrar- dijo siguiéndome el juego.

-Cierto, lo siento, pasa- contesté apenada.

Él sonrió y pasó a mi lado mientras yo cerraba la puerta. Lo conduje hacia la sala y nos sentamos en uno de los sillones largos, con una distancia bastante prudente entre nosotros.

Nos quedamos en silencio un poco incómodos con la situación. Él me miró y se deslizó por el sillón un poco más cerca de mí.

-Y entonces...- dije tratando de aligerar la tensión que claramente había en la habitación- ¿me estuviste buscando en la escuela?

-Sí, entre clases fui a los salones de las clases avanzadas y luego en el almuerzo estuve en la cafetería y después salí al patio, pero no te encontré.

-Dime ¿qué posibilidades hay de que eso pasara si yo también estuve buscándote entre clases y en el almuerzo?

-¿Estuviste buscándome?- preguntó con tono juguetón.

-Bueno, algo así, la verdad no. Creo que sólo quería... no lo sé, lo dije sin pensar- contesté nerviosa. Él rio con ternura al notar mi nerviosismo y después me miró como la noche del club.

-Bueno, yo sí estuve buscándote, ¿cómo sigues de la otra noche?

-Bien, me siento como nueva, sin dolor ni nada. Claro que mis amigos no estuvieron muy felices con mi historia, pero me dejaron en paz luego de un rato.

Sonreí.

-Gracias por no decirles lo que pasó realmente, creo que con el primer encuentro que tuvimos es suficiente para que me odien por el resto de sus vidas.

-No fue nada. Tampoco quería que hubiera problemas o que Eddie hiciera algo estúpido.

-¿Ustedes dos tienen algo?- preguntó de repente.

-¿Eddie y yo? No lo sé, es decir, es mi amigo y me siento muy bien estando con él, pero no estoy segura de nada últimamente. La ruptura con mi ex fue un golpe muy duro y no creo estar lista para pensar en chicos ahora.

-Creo que lo entiendo. Bueno, algo así- se quedó callado un segundo como pensando y luego continuó- No, la verdad no. El engaño de mi ex me dolió e hice cosas estúpidas por ello, pero yo sí pienso en chicas ahora.

Su comentario me hizo sentir un nudo en el estómago, pero sonreí para disimular.

-Así que piensas en chicas- traté de sonar juguetona. Ian sonrió y cambió a una postura más despreocupada.

-Bueno, en realidad eso suena raro. A lo que en verdad me refería era a que estoy abierto a la posibilidad de encontrar a alguien y estar con ella.

Mi sonrisa se volvió genuina y el nudo en mi estómago desapareció. Me sentía nerviosa y ridícula al sonreír de esa forma.

-Bueno, tal vez yo debería hacer lo mismo- respondí.

Ian me miró a los ojos y se enderezó, comenzó a deslizarse lentamente hasta quedar a una distancia bastante corta de mí. Sentí un cosquilleo en el estómago y las manos se me congelaron como reacción a los nervios que me inundaban.

-Sí, yo creo que deberías hacerlo- dijo en voz baja.

-Bueno, tal vez lo haga cuando llegue una persona que me haga sentir que vale la pena volver a estar con alguien- contesté en voz baja también.

-¿Y tú crees que esa persona llegue pronto?- comenzó a acercarse lentamente un poco más a mí.

Comencé a respirar lento y de vez en cuando sentía que me faltaba el aire, a medida que se iba acercando más y más a mi cuerpo.

-Yo... no-no lo sé- contesté entrecortadamente.

Su cuerpo emanaba calor tan cerca del mío, se sentía tan bien el roce de su piel con la mía, era como sentir pequeñas descargas eléctricas en cada pedazo de piel que entraba en contacto con la suya. Cerré los ojos un segundo y tomé un profundo respiro.

-Tal vez esa persona esté más cerca de lo que tú crees- susurró a mi oído.

Su aliento era cálido y me hacía cosquillas en el cuello el contacto del aire de su respiración con mi piel.

-¿Tú crees?- contesté con nerviosismo y con los ojos cerrados.

-Estoy muy seguro- dijo mirándome a los ojos de una manera tan dulce y con su rostro tan cerca del mío, todo mi cuerpo pedía a gritos que eliminara la escaza distancia que quedaba entre nosotros y me fundiera con un beso en él.

-Tal vez...-dejé la frase al aire y cerré los ojos despacio mientras nuestros labios quedaban a unos cuantos milímetros de distancia.

De repente escuché la llave entrando en la chapa de la puerta principal y salté asustada, en el momento en que me paré deprisa, golpeé a Ian en la nariz con mi brazo. Me situé en el sillón más cercano y vi a Ian agarrándose la nariz y acomodándose en su asiento.

Mi tía apareció en la entrada de la sala y me miró con una media sonrisa después de ver a Ian, quien había dejado de tocarse la nariz y había puesto una sonrisa discreta en su rostro al ver a mi tía.

-Bueno, hola- dijo mi tía confundida.

-Hola- contesté nerviosa. Me levanté de mi asiento y caminé hacia ella para saludarla con un beso en la mejilla.

-Hola, Señorita Rowe- contestó Ian y se acercó a mi tía con la mano extendida en señal de saludo- Me llamo Ian, soy compañero de su sobrina en la escuela- continuó.

Mi tía tomó su mano y la sacudió gentilmente con una sonrisa en el rostro.

-Oh, mucho gusto querido- dijo con su característica amabilidad.

-Sí, bueno, Ian estaba a punto de irse cuando llegaste- interrumpí con brusquedad.

-Sí claro- me siguió Ian- me estaba despidiendo de hecho, ya tengo que irme- sonrió.

-Oh, que pena, espero volver a verte algún día- contestó mi tía.

-Bueno, tenga por seguro que pasaré algún otro día a visitarlas- señaló Ian de manera realmente encantadora.

Mi tía sonrió y le dio una miradita de complacencia a Ian.

-Claro, bueno, te acompaño a la puerta- interrumpí de nuevo.

-Está bien- cedió Ian- Fue todo un placer Señorita Rowe.

-Llámame Carolina querido- contestó mi tía despreocupada.

La escena era de lo más rara y divertida. Mis nervios en ese momento eran más que injustificados, pero estaba tan abrumada que no podía pensar claramente.

-Un gusto- se despidió Ian.

-Igualmente- concluyó mi tía y siguió su camino hacia la cocina.

Ian y yo caminamos hacia la puerta tratando de no acercarnos mucho durante el camino. Abrí la puerta y él salió.

-Bueno, gracias por venir a verme- repuse sin saber qué más decir.

-Kat, yo...

-Hablamos mañana ¿sí?- lo interrumpí.

-Pero...- continuó.

-En serio Ian, hablamos mañana. Por favor- volví a interrumpirlo- salgamos después de la escuela o algo, pero por favor, déjame sola por hoy, ¿está bien?- concluí.

-Está bien- repuso Ian con una mueca en los labios- Espérame en el estacionamiento a la salida,¿okay?

-Sí, claro- contesté con una media sonrisa.

-Hasta mañana- se despidió.

-Hasta mañana- repetí.

Ian me miró un segundo, me regaló una sonrisa pequeña y después comenzó a caminar. Cerré la puerta y me encontré con mi tía en la cocina.

-Es un muchacho muy apuesto- comentó Carolina sin voltear a verme.

-Es lo que todas las chicas en la escuela dicen, aunque no con esas palabras exactas.

Mi tía soltó una risa pequeña.

-Me da gusto verte mejor querida- esta vez volteó a verme- y parece un chico agradable, sólo avísame la próxima vez que vayas a traer visitas a la casa para estar prevenida ¿okay?- dijo en un tono muy dulce.

Mi tía era la persona más amable que conocía. Tenía una forma de hacerte sentir bien muy particular, y sabía darte espacio y no entrometerse, pero al mismo tiempo apoyarte y hacerte confiar en ella.

-Sí, lo siento, no volverá a pasar- contesté un poco avergonzada.

-Bien- sonrió- ¿terminaste la tarea?

-Aún no.

-Bueno, sube a terminar y te avisaré cuando esté lista la cena- dijo sin mirarme de nuevo.

-Está bien- sonreí.

Subí a mi habitación y me tumbé en la cama un momento.

Todo lo que había pasado con Ian regresó a mi mente, su olor, la calidez de su cuerpo, nuestra conversación. Sentía las palabras resonar en mi mente. Había dicho que no debería cerrarme al amor y que tal vez la persona correcta estaba muy cerca de mí. Obviamente se refería a él mismo. Y la idea en realidad no me desagradaba para nada.

Cerré los ojos un momento para tratar de aclarar mis ideas y Eddie vino a mi mente de repente. Él era mi mejor amigo, y de cierta forma en las últimas semanas había comenzado a verlo como algo más que un amigo. Y luego llegó Ian y era tan fácil hablar con él que no me resultaba difícil imaginarnos juntos.

Me puse boca abajo y arrojé un grito de frustración a mi almohada. Era más que obvio que la idea de estar con alguien ya no me resultaba algo ajeno, pero el quién había despertado esa idea de nuevo en mí era algo confuso. Podría ser Eddie la persona de la que hablaba con Ian sobre volver a creer en el amor.

O simplemente podría ser él.

Continue Reading

You'll Also Like

18.7K 2.6K 20
Papá tiene un nuevo amigo. Es muy alto y no sabe hablar español, su nombre es Max (Chequito conoce a un amigo que tiene un amigo que tiene un perro c...
37.7K 6.7K 46
son posibles libros
1M 116K 30
Franco se mantuvo al margen por ser nuevo en el pueblo, incluso cuando hostigaban a ese chico. ¿Quién diría que se volverían amigos en secreto... e i...
34.4M 3.5M 70
Lluvia y sol. Chocolate y menta. Multicolor y monocromía. Así son Floyd y Felix; dos amigos de la infancia que se reencuentran bajo las circunstancia...