Soñando Contigo

By urantiana63

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Revive la historia de amor entre Can y Sanem, en "Soñando Contigo " More

Cap 1o
2a Parte
3o parte
Cap 2o
2o parte
3a parte
Cap.3o
2a parte
3a parte
Cap. 4o
2a Parte
3a parte
Cap 5o
2a parte.
3a parte
Cap 6o
2o parte
3a parte
Cap 7
2a parte
3a parte
Cap 8o
2a parte
3a parte
Cap 9o
2a parte.
3a parte
Cap 10
2a Parte
3a parte
Cap 11
2a Parte
3a Parte
Cap 12
2a Parte
3a Parte
Cap 13
2a Parte
3a Parte
Cap 14
2a Parte
3a Parte
Cap 15
2a Parte
3a Parte
Cap 16
2a Parte.
Cap 17
2a Parte
Cap 18
2a Parte
2o Parte
3a Parte
Cap 20
2a Parte
3a Parte
Cap 21
2o Parte
3o Parte.
Cap 22
2a Parte
3o Parte
Cap 23
2a Parte
3a Parte
Cap 24
2a Parte
3a Parte
Cap 25
2o Parte
3a Parte
Cap 26
2a Parte
3a Parte.
Cap 27
2a Parte
3a Parte
Cap 28
2a Parte
3a Parte
Cap 29
2a Parte
3a Parte
Cap 30
2a Part
3a Parte
Cap 31
2a Parte
3a Parte
Cap 32
2 Parte
3a Parte
Capítulo 33
2a Parte
3a Parte
Capítulo 34
2a Parte
3a Parte
Capítulo 35
2a Parte

Cap 19

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By urantiana63

Después del secuestro del chofer del señor Fabryk por Musafer, Can, Sanem y el señor Fabryk, buscan la dirección que le habían dado. Al llegar allí, Musafer se encuentra como si lo hubieran apaleado, y el chófer sentado en la silla todavía atado y amordazado.

--Amigo, que clase de persona, eres tú? Te secuestre, creyendo que eras un hombre de la mafia, y resulta, que eres un auténtico pirado. Me prometiste, que no me harías nada. Te desate, y me pegaste. De ahora, en adelante, no tendré piedad de ti.

-- Aquí. Éste es el sitio, dónde están-- dijo ella, cuando llegaron.-- paren aquí, entraré yo. Ustedes quédense, vuelvo en seguida.-- Misifuz.--le gritó, al entrar.
-- Gracias a Dios, que estás bien.
-- Desatalo, ahora mismo-- gritó ella.
-- Sabía que conseguirias escaparte. He luchado, contra la mafia italiana, por ti. Pero resulta que éste italiano, es un farsante.
-- Pero, que has hecho? Desatalo.
-- He luchado, contra la mafia, por ti. Has visto, lo que me ha hecho? Éste tío, me ha partido la cara.

-- La señorita Sanem, es imperceptible. Como una caja de sorpresas-- dijo Fabryk.
-- Sii. Así es ella. Toda emoción y adrenalina. Oh, Sanem. Ohh...Sanem. me tiene, harta.-- Porqué no la esperamos aquí, señor Fabryk? -- preguntó Aderen. -- el los traerá, a los dos. Es mejor, esperar fuera. No se preocupe. Seguro, que no hay, ningún problema.

-- Ahí está, Can-- dijo Musafer.
-- No ha pasado, nada. Está bien-- dijo ella.
-- Sal y pídele disculpas, al hombre qué está en el coche-- le dijo él.
-- Vale. Hermano, que Dios, te bendiga. Nos vemos.
-- Me lo vas, ha pagar. Desgraciado.-- dijo el chofer.
-- Vamos, venga. Le pedimos disculpas, por lo ocurrido.
-- Te voy, ha matar.

-- Sanem, Sanem. De qué perfume, habla él? -- preguntó él.
-- Eso no es, asunto tuyo.
-- Sanem.
-- Sueltame.
-- Sanem, Sanem. Sólo quiero saber, si le has dado, ése perfume? El que, llevas tú siempre.
-- Bueno, antes de que responderte, quiero decirte algo. Me escucharas?
-- No. Sólo quiero, que me respondas.
-- Entonces, no responderé, a tú pregunta.

-- Sólo esto, ha sido, un desafortunado malentendido. El me pisoteaba, la cara, con su zapato. Creía que eran de la mafia italiana. Por eso, lo secuestre.

-- Sanem.
-- Qué.
-- Dile que se calle. Llevatelo.
-- Es inofensivo. No te preocupes. Muy pronto, se callara.

-- No somos italianos. Se lo digo, en serio. De verdad. Nos encanta, todo lo italiano, en serio-- dijo Musafer.
-- Cállate-- le dijo, ella.
-- Sí. O qué se vaya. Se ha ido, sin despedirse, del señor Fabryk? Me vais ha matar, ha disgustos--dijo Aderen.
-- Señorita Aderen. Ése era, el señor Can? -- preguntó Fabryk.
-- Señor Fabryk. No hay tiempo, para una reunión urgente. No se lo hemos podido, decir.
-- Bien, entiendo. Ha sido un día, trepidante de aventuras.
Sí. La inteprida, Sanem. Todos los días, pasa algo.
-- Ah...le he dicho, que le voy ha demandar.
-- Demandale.
-- Por su, pasión.
-- Sí.
-- Y también, por su secuestro.
-- Agresión.
-- Y también, por agresión.
-- Ha sido, un malentendido. Les juro, que es un malentendido.
-- Robo.
-- Oh...robo, también?
-- Le costará, 30, o 40 años.
-- 30, o 40, años?
-- Sí. Ha dicho, 40 años. Lo he oído-- dijo Musafer.
-- Por supuesto, no voy ha denunciarle-- dijo Fabryk--solo quiero, adustarle.
-- Sí. A ver si aprende la lección, den una vez-- dijo Aderen.
-- Señor Fabryk. Le pido disculpas, por lo que ha ocurrido-- dijo ella.
-- Sí, bueno. Son cosas, que pasan.

-- Perdóname, amigo-- dijo Musafer, al chófer.

-- En fin, señorita Sanem. Nos vemos mañana, de acuerdo?
-- Sí.
-- Señorita Aderen. Vamos de camino, a casa. Sí quiere, la llevo en camino.
-- Estupendo, gracias.
-- Bien--adiós.
-- Encantado, de haberles conocido-- dijo Musafer, mientras Sanem, tiraba de él.
-- Vamos-- dijo ella.
-- Creía, que te habían secuestrado. Qué querías, que hiciera? Qué otra cosa, podría hacer?
-- Cuántos días en la cárcel, te darían? -- preguntó ella.

-- Aylim. Te has llevado, el contrato de asociación? -- preguntó Embre.
-- No.
-- Dime, la verdad. Te has llevado, el contrato de asociación que me trajiste?
-- Te estoy diciendo, la verdad. Tengo una copia, pero la original, se quedó, en tú mesa.
-- Entonces, quien se lo ha llevado? Quién?
-- Embre. Yo no tengo, ni idea. Quieres calmarte, un poco? Quieres venir, aquí?
-- Estás segura, de que no te lo llevaste? Me amezaste, con hacerlo, eh...? Todo esto, es por tú culpa. Necesito, hacerlo.
-- Embre, ven aquí, por favor. Estoy segura, de que encontraremos, una solución. De acuerdo?
-- Mm.-- dijo con coraje.

-- Vaya. Así que Aylim, y Embre, son socios-- dijo Osman, al ver el contrato.
-- Bueno, bueno, bueno-- dijo Ayham.
-- Qué, fuerte.
-- Chica. Esto es, realmente intrigante. No crees? Qué tejemanejes, se traen ésos dos, entre manos?
-- Me engañó, diciéndome, que Can, quería arruinar la compañía-- dijo ella.-- Quería asociarse, con Aylim, y hundir a su propio hermano, robandole todos los clientes, de la agencia.
-- Una cosa. Can sabe algo, de todo esto? -- preguntó Osman.
--No. Pero, lo sabrá. Y muy pronto.
-- Cómo? -- preguntó Ayham.
-- Yo se lo, diré.
-- Me has dicho, que ni siquiera, quiere mirarte. Cómo vas a hacer, para contárselo?
-- Tiene que saberlo. No permitiré, que Embre le haga daño, nunca más. Está compinchado, con Aylim. Quiere arruinar la vida, de su propio hermano. Puede que no quiera leer mí carta. Pero me asegurare, de que tiene derecho...de conocer, la verdad.
-- Nos dijiste, que quería mucho a su hermano. Qué pasará, cuando se entere? A lo mejor, te perdona. Tú no sabías, todo esto. Embre, te utilizó.
-- El nunca, me perdonará. Me ha echado, de su vida, sin dudarlo un solo segundo. Piensa si se descubre que les robé a Embre, para que nadie, las viera? Qué hará, si se entera,que por eso le quitaron la licencia de fotógrafo? Si supieras, lo enfadado que está me entenderias. No quiero conseguir, que me perdone. Solo que no le hagas más daño. -- dijo ella.
-- Aauuff.-- se quejó Musafer, tocándose la cara -- Sanem, querida. Hablando de perdón, deberíamos decirle la verdad, a Musa. El pobre hombre, lo está pasando mal. Cree que va a ir, a la cárcel.
-- Aauuff, 40 años. Qué horror. Es difícil, incluso explicarlo con palabras. 40, años, sin salir de allí. Un hombre, metido en la cárcel, se olvida hasta de su nombre. Más vale que todos os olvidéis de mí, y qué no vengáis a verme-- dijo Musafer.
-- Vamos ha esperar, unos días más. Tiene que aprender, la lección. No crees?-- dijo ella.
-- Guarda bien, esos documentos. Archivalos, para que no se pierdan-- dijo Osman.
-- Hasta ahora.

-- Sí, Sanem-- respondió Embre, al teléfono.
-- Si quiere el contrato de asociación, lo tengo yo.
-- Dónde estás, ahora mismo?
-- No quiero escuchar nada, de sus mentiras. Lo sé todo, de lo que le iba a hacer, al señor Can-- dijo ella.
-- Sanem, escuchame. Son las 3. Le doy 3 horas, hasta las 9 de la noche. Aprovecha, para contarle, toda la verdad.
-- Me estás, amenazando? Sanem, me estás amenazando?
-- Piense, lo que quiera. Yo ya no tengo nada que perder. Esta noche, se sabrá la verdad. Si quiere, hacer las paces, con su hermano, cuentale, la verdad. Tiene, una oportunidad.
-- Sanem,escucha un momento....
"El número al que llama, está ocupado-- se escuchó, en el teléfono.
-- Maldición-- dijo Embre, soltando el teléfono. -- Qué pasa, Aylim?
-- Embre, donde estás? Siempre que pasa algo. Si no vas ha venir, lo haré por mí cuenta. Tenemos que averiguar, quien se llevó los documentos.
-- Sanem, le los ha llevado.
-- Que??
-- Me ha amenazado, con contárselo todo a mí hermano. Ha dicho, que tengo hasta las 9, o sino, se lo dirá ella.
-- No me digas. No se lo permitiremos. Si Can, se entera, será un desastre.
-- Será, mí fin. Lo entiendes, bien? Aylim, porqué trajiste, los documentos, a la oficina?
-- No debiste dejarlo, encima de la mesa. Da igual. No podemos echarnos la culpa. Ven aquí, y encontraremos la forma, de solucionar, éste asunto. La encontraremos. No te preocupes.
-- De acuerdo, bien. Ya voy.
-- Date prisa.

-- Qué día tan bonito, verdad? -- preguntó Mezquive, al ver que las dos estában con los móviles-- mis hijas, están conmigo. Y puedo charlar, con ellas. Echaré de menos, los tiempos en que hablábamos, tranquilamente.-- Verdad, Sanem?
-- Mm.
-- Qué tal está, el trabajo? Bien?
-- Mm.
-- Oye. Lo que hizo Musafer, no tiene lógica. Dice que...se había olvidado, de ti. Hasta qué claro, que sigue igual. Espero que no te haya metido, en ningún problema. Esta vez, ha aprendido, la lección. Le dijiste, que lo iban ha meter en la cárcel, y el pobre, está asustado. Aunque no me sorprende, que actúe como un loco. Su madre, está igual. Pobre muchacho-- Oye Leyla. No pareces, muy conversadora. Por lo visto, no echas de menos, hablar con tú madre. Está quedando, claro.
-- Sí, mamá. Lo que tú, digas.
-- Leyla. La próxima vez que te prepare el te, le echaré, veneno y pimienta. Crees, que te gustará?
-- Seguro, que está bueno.
-- Quieres escucharme, Leyla? Ooohh. Dejad ya, ésos teléfonos. Ésos chismes, os van ha freír, el cerebro. Ya no hablamos, nunca. Si siquiera, me escuchais. Pero qué, es esto? Se acabó. Vamos a hablar.
-- Mamá, es que llegamos a casa, muy cansadas por el trabajo. Y el teléfono, nos ayuda ha desconectar.
-- Leyla, tiene razón. Pero voy a ir, al paseo marítimo, para desconectar de verdad.
-- Me alegra mucho, de haber hablado contigo, antes de desconectar. Pero antes, dime una cosa. No estarás pensando en otras cosas, que te tiene la cabeza distraída, verdad?
-- No...sólo el trabajo, y un...malentendido. Eso es todo, mamá.
-- Me alegro hija. Me alegra que no tengamos más problemas en esta casa, hija-- Ven, aquí. Ven-- le dijo, a Leyla.
-- Dime, mamá.
-- Menahad, me ha contado, lo del secuestro. Pero no, ha entrado en detalles. Cuéntame. Qué, sabes?
-- Aayy, mamá.
-- Uuuhhh?
-- Está bien. Te lo contaré. Musafer se encontró con el coche de Fabryk, con chófer sentado y qué estaba dormido.
-- Síiii?
-- Y resulta, que luego...

-- Bienvenido, cielo.-- dijo Aylim, tras abrir la puerta.
-- Cómo que bienvenido? Sabes? Estoy acabado. Mí padre, nunca me perdonará. Y todo, por tu culpa--dijo Embre.
-- Calmante. Cuando hablas así, me pongo nerviosa, y no puedo pensar en una solución.
-- Aún crees, que hay una solución? -- gritó.
-- Por supuesto. Quitarle, los documentos, a Sanem.
-- Supongo, que es una broma, eh? Y como, vamos a hacer eso?
-- Quién dice, que lo haremos nosotros?
-- Qué?
-- Ven y te lo explico. Venga, entra cielo.
-- Estás segura, de que tú plan, funcionará? -- preguntó Embre.
-- Sí. No tenemos otra opción.Tenemos que reaccionar, rápido. Sólo tienes que hacer, exactamente, lo que te he dicho. Toma, adelante.

-- Y qué pasó, luego? -- Mezquive.
-- Nada más. Te lo he, contando todo. Tengo que cogerlo-- dijo Leyla, al sonar su móvil.
-- Leyla, tienes un momento? -- preguntó Embre.
-- Sí, señor Embre, claro.
-- Si Sanem, está contigo, no le digas, que soy yo.
-- No, no está aquí.
-- Estupendo. Tengo que hablar contigo, de algo confidencial.
-- Muy bien. Le escucho.
-- En persona. Puedes, salir? Pasaré, ha recogerte.
-- Claro que sí.
-- Muy bien. Qué esto, quede entre nosotros.
-- Sí, señor Embre.

-- Listo.
-- Genial.
-- Y si no conseguimos, recuperarlos?
-- Pués...le dices a Sanem, que te de más tiempo. Sino, se lo dirá, esta noche.
-- Eso espero.
-- Relájate. Seguro que todo, saldrá bien.
Mientras tanto, él, que había terminado de ducharse, al ver su ropa, recordó el día que calló en la piscina.
" Mi vestido, está en la secadora. Ya se, sacará.
"Tú perfume, me vuelve loco. Está...conmigo siempre. Está...en todas partes. Porqué huyes, de mí? Porqué, me haces esto?
"Porque te quiero, demasiado. Incluso, a mí misma.
Mientras, por otro lado, ella, recuerda aquéllas conversaciones.
"Vamos ha escaparnos. Adónde, sea. Qué, me dices?
"A...dónde?
"Adónde, tú quieras. A las Galápagos. A cualquier sitio, que quieras ir conmigo.
"Aquí.
"Dónde?
"Justo, aquí. Para mí, es suficiente.

-- Hola, señor Embre.
-- Hola.
-- Qué está, pasando?
-- Ahora, te lo cuento. Entra. Vamos a un sitio más tranquilo, y hablamos.
-- Vale. -- Osman, lo había visto, esperandola.

-- Hola, Sanem. Ya has vuelto? -- preguntó Leyla.
-- Pués sí. Dónde, has estado tú? -- preguntó ella.
-- He estado dando un paseo, y ha tomar el aire.
-- Venid, chicas-- interrumpió Mezquive.
-- Ya vamos-- dijo ella
-- Me lavo las manos, y voy para allá. -- pero lo que iban a hacer Leyla, era lo que le había mandado Embre
-- Vale.

-- Esta es la segunda sorpresa, para nuestra querida Sanem-- dijo Aylim, cogiendo su móvil-- Buenas noches, Aderen. Cómo estás?
-- Bien, Aylim. Qué pasa?
-- Yo también, estoy bien. Gracias, por preguntar. En realidad, no estoy bien. Has visto, a Can? Sabes, donde está?
-- Cómo quieres, que lo sepa?
-- Embre, le está llamando, y no le coge el teléfono. Después, de lo ocurrido. Embre, está muy preocupado, por su hermano.
-- Puede que ahora mismo, esté en su casa.
-- Seguro, que está muy mal. No es bueno, que esté solo. Creo que voy ha visitarle, para ver como está.
-- Aylim, que dices? Pero cómo se te ocurre eso? Sí Can, te ve ahora, se va ha enfadar mucho. Tenlo por seguro.
-- Quiero saber, como está.
-- No es necesario. Quiero decir, que yo iré a verle. No te preocupes, yo me encargo.
-- Bueno...entonces...saludale, de mí parte.
-- De acuerdo, adiós-- Ah...gire a la derecha, por favor.
-- Vaya. Ha sido, muy fácil.

-- Mm!! Está muy bueno, Mezquive. Eres una cocinera, magnífica. Todos tus platos, estaban exquisitos-- dijo Nihad, chupandose los dedos.
-- Muchas gracias, Nihad.
-- Hija...porqué no dejas de mirar el móvil, ni un momento? -- preguntó Nihad.
-- Estoy esperando, a qué Ayham, me escriba. Me dijo, que me llamaría a las 9.
-- No te parece, que las 9 de la noche, es un poco tarde para quedar?-- preguntó Mezquive.
-- Cómo, que tarde? No...a mí, no me lo parece. Además, estaremos, en el barrio. Mm... Ayham, no se encuentra, muy bien.
-- Espero que no sea, nada serio. Podemos ayudar, en algo?
-- No! No es nada importante. Ah! Es ella, me está llamando. -- Sí, dime. Vale, vale.-- Me voy ha verla, un rato.
-- De acuerdo, pero no vengas tarde. Y no vayáis, ha salir del barrio, eh..?
-- Vale, papá.

-- Venga hija, ayúdame-- le dijo Mezquive, a Leyla.
-- Sí, mamá.

-- Tienes hambre? -- preguntó Aderen, a Can, llevando una bolsa con comida.-- hoy te he visto, un poco triste y me has...preocupado. Puedo, pasar?
-- Claro. Has traído, comida?
-- He pensado, que podríamos comer juntos. Te apetece?
-- No diré, que no.
-- Entonces, prepararé la mesa.

Son las 9 de la noche, Sanem y Ayham, y ella llama por teléfono a Embre.
-- Mm!! No sabía que éstos macarrones, estuvieran tan buenos-- dijo Aylim.
-- Es Sanem-- dijo Embre. -- Dime, Sanem?
-- Qué ha decidido, hacer?
-- A qué, te refieres?
-- Creo que tendré que contárselo todo al señor Can.
-- No creo, que sea una buena idea. Mira hermano, está disgustado, ahora mismo.
-- Tiene derecho, a saber la verdad.
-- Eso le hará sentir, peor.
-- Se acabaron, las mentiras, y los secretos.
-- Mm. Qué quieres enfrentarte, a mí? Bien. Ve ha llevarles, ésos documentos. Pero...serás tú...la que salgas perdiendo.

-- No le ha dicho, nada-- dijo ella, a Ayham.
-- Bien. Y ahora, que vamos a hacer?
-- Voy a ver a Can, y se lo contaré todo.
-- Ah. Sanem, Sanem. Estás segura? Espera.

-- Te gusta? Esta, bueno? -- preguntó Aderen, sobre la comida.
-- Sí. No había comido, desde el desayuno. Tenía, mucha hambre.
-- Me alegro, mucho. Entonces ha sido, una buena idea, para comer.
-- Sí.
-- Se qué cuando tienes problemas, te olvidas incluso de comer.
-- Sí, es verdad.
-- Hoy ha sido, un mal día. Incluso, después de la discusión con Embre.
-- Tú, lo sabías?
-- El qué? Lo del, soborno?
-- Mm.
-- No. No lo sabía.
-- Si lo hubieras sabido, me lo habrías dicho.
-- Claro. Por supuesto.
-- Me has mentido, alguna vez?
-- No. Yo nunca, te he mentido. Además, no me lo puedo permitir.
-- Porqué?
-- Porque sé, lo que es importante, la honestidad. Porque si alguien te mintiera, tú no le perdonarías. Te conozco, y no puedo permitirme eso. Y tampoco, puedo arriesgar ha perderte.
-- Cierto. Cualquiera que me conocan un poco, sabe eso, sobre mí. Alguien, que me quiera, un poco...alguien que me quisiera un poco, no me mentiría.
-- Eso es. Quiero decir; las mentiras, son algo horribles. A mí, tampoco me gustan. Cómo se puede confiar en una persona, que te ha mentido?
-- Sí...si no hay confianza, nada tiene sentido.
-- Sí, es verdad. Can, yo nunca te he mentido. Además...lo siento mucho. Ha sido, sin querer-- dijo Aderen, tras derramar las copas de vino. -- tú, te has manchado?
-- Tú estás, empapada. No pensé, que hubiera sido, para tanto.
-- Sí. Menudo desastre. Más vale, que lo limpie rápido.
-- Síii, claro.
-- Lo siento mucho.
-- No tiene, importancia.-- Ella nunca, me ha querido-- se dijo, él.

-- Aamm. Puedo pasar? Por favor, no me digas que no-- dijo ella, tras abrirle la puerta.
-- Aamm. Vamos al jardín. Y bien, no dices nada?
-- La verdad... es que no sé, por donde empezar.
-- Qué pasa? Tienes más mentiras, que confesar?
-- La explicaciones sin sentido, están aquí-- dijo ella, entregandole una carpeta azul-- me engañaron, completamente. No lo sabía. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera permitido.
-- Y esto? A qué, te refieres? -- preguntó él.
-- El señor Embre, tendría que habertelo explicado, hace tiempo.
-- Esta carpeta, está vacía-- dijo él, cuando la abrió.
-- Cómo, que está vacía? No puede, ser! Yo misma cogí el documento, y lo metí, en la carpeta.
-- Sanem. Es mejor que paremos, toda esta locura.
-- Le juro que tenía unos documentos ahí guardados, Can, para entregartelos.
-- De verdad crees, que voy ha confiar en ti, después de tantas mentiras? No quiero oír, nada más.
-- Pero yo, lo metí, en esta carpeta. Créeme. He venido aquí, para decirte toda la verdad.
-- Mi vestido se ha manchado mucho, y me he puesto, una de tus camisetas-- interrumpió Aderen.-- Sanem, que haces tú aquí? -- preguntó. Ella se quedó sin palabras, al reconocerla.
-- Aderen, ha traído comida, y se ha manchado con vino el vestido y ha tenido que cambiarse-- dijo él.
-- Sí. Soy una patosa.-- dijo Aderen.
-- Pues qué suerte, que el señor Can, te haya dado, ésa camiseta-- dijo ella.
-- Yo, se lo he dado. -- dijo él.
-- Es verdad.
-- Siento haberos, interrumpió. Buenas noches-- dijo ella.
-- Buenas noches.
-- No se preocupe, señor Can. Sé el, camino.

-- Can, aún tenemos la cena ahí. Se va ha echar, ha perder.
-- Ya he... comido, bastante. Me gustaría...descansar un poco.
-- Sí claro. Debes estar, un poco cansado. Te pondré, un poco de música relajante. Te vendrá, muy bien.
-- Ponla, si te apetece. Yo me voy, a la cama-- dijo él.
-- Muy bien. Yo también he comido bastante. Así, que me voy.
-- Muchas gracias, por la cena.
-- De nada. Ha sido, un placer. Me voy.
-- Vale.
-- Mi ropa, ya estara seca. Voy ha vestirme. Adiós.
-- Adiós.
-- Buenas noches.

-- Aahh. Le ha dado, aquella camiseta, que yo me puse noche. Está claro, que no significo nada para él-- se dijo ella, furiosa.-- Porqué estaba, la carpeta vacía? Se me habrán caído, los documentos? Ooohh, Sanem. No me estás siguiendo. Claro, porqué, iba ha venir? Está comiendo y bebiendo, con Aderen. Y ya no está, tan desanimado. Debería esperar aquí, por si viene? Pero qué, digo? No sé, cuántas horas tardarán. Y si empiezan, ha gustarse? Podrían, enrroyarse. Está enfadado, conmigo. Sí, y tal vez...Dios, no quiero, ni pensarlo. Qué agobio. Necesito hablar con alguien, ahora mismo-- se dijo ella, cogiendo su móvil. -- encima la camiseta, no le quedaba, nada bien. Se le quedó, todo el hombro, al aire. Sanem, calmate, calmate, calmate.
-- Sanem. Me has dicho, que te encuentras en casa del señor Can, y te encuentro, en mitad de la calle. -- interrumpió Geygey, que iba en un taxi-- Pareeee, pareee. Pagado. Quedese, con el cambio-- le dijo, al taxista.
-- Geygey. Ven, de prisa.
-- Qué, pasa?
-- Can, y Aderen, están solos en su casa.
-- Sí. Y qué?
-- Cómo que y qué? Le ha dado a Aderen, la camiseta, que llevé en su casa. Puedes, creerlo? La carpeta de los documentos, estaba vacía. Y luego, no me ha seguido, hasta aquí. Tú crees que sabía ella, sobre el vestido?
-- Sanem, calmate. Vamos, por partes. Aahh. No he entendido nada, de lo que has dicho. Explícamelo otra vez, desde el principio. Oh...mejor, no me cuentes nada. -- Taxi.
-- No, no. Está bien, de acuerdo. Te lo contaré todo, desde el principio.
-- En serio?
-- Sí.
-- Vale. Cuenta, cuenta.
-- Esto es, lo que pasó.
Mientras tanto, Leyla, estaba con los documentos, de la asociación, en las manos y recordó la conversación con Embre.
" Leyla. Tienes que traer, ésos documentos.
" Señor Embre, no me pida eso. Como voy a hacerle eso, a mí hermana.
"Si mí hermano, se entera, de que me asocie con Aylim, nunca me lo perdonará. Ya te he dicho, cuánto me arrepiento, de haberlo hecho. Yo quería contárselo todo, a Can. Pero Aylim, me lo impidió. Ella, me amenazó. Me comprometí, por sus amenazas. Te juro, que ya no siento nada por ella. Pero no para, de acosarme. Justo cuando iba ha contarle, toda la verdad, cometí, otro error. Mi hermano, está muy enfadado, conmigo y si se entera de esto, y si se entera, nunca podré reconciarme con él. Se lo dirá a mí padre, y será, mí fin. Sanem, también, está enfadado conmigo. Hará lo que sea necesario, para que mí hermano, la perdone.
"Quizá sea mejor, que yo hable con ella.
"Me ha dado, 3 horas. A las 9, irá ha contárselo todo. Leyla. Eres la única persona, en la que puedo confiar. Por favor, ayúdame. Cuando todo esto se calme un poco, se lo contaré todo. Créeme. Yo también estoy cansando, de secretos, y mentiras. Cuando Can, me perdone, dejaré a Aylim. Te lo ruego. Ayúdame, por favor. Ayúdame.

-- He dejado a Can, y a Aderen, sólo en la casa.-- dijo ella.
-- Lo que me preocupa, son los papeles, en la carpeta. Como han podido, perderse? Es increíble!!
-- Lo de los documentos, ya los averiguare. Lo que me preocupa, es Can. Lo he perdido, y quiero, recuperarlos. Vamos.
-- A...dónde?
-- A casa, de Can. No puedo permitir, que se queden solos.
-- Y qué vas ha decirle, cuando lleguemos?
-- Yo no entraré. Entraras, tú.
-- No, imposible. Yo no voy ha entrar, en esa casa. Qué excusa, voy ha ponerle?
-- Ya se te ocurrirá, cualquier cosa. Puedes decirle, que estabas preocupado por él. Y has decidido venir, como está.
-- lo he decidido, ha estas horas de la noche?
-- Dile, que no podías dormir.
-- Me planto, delante del señor Can. Le digo, que no podía dormir, y qué venido ha charlar, de los problemas de la agencia.
-- No seas, así. Ya pensaremos, en algo. Ahora sigue, andando.
-- Mmmrr. Sí. Siempre, me estás metiendo, en tus líos.
-- Geygey, toca el timbre.
-- No. No puedo, hacerlo. Yo me voy a mí casa.
-- No. No vas, ha ninguna parte. Pero, que haces?-- preguntó ella, al ver que Geygey, le golpeaba.
-- Para, ya.
-- Venga ya. Eres, como un crío.
-- Shhh, shhh, shhh.
-- Digo, que toques.
-- M,m,m. No puedo. No puedo, hacerlo. -- decía Geygey, mientras que Can, tiraba la carpeta vacía.-- Aahh. -- dijo al ver que ella, había tocado el timbre. -- No. No pienso, entrar -- decía Geygey, negándose ha entrar. -- estate quieta. Sueltame.
-- Qué no puedes irte-- dijo ella, forzandolo.
-- Sueltame, sueltame-- decía Geygey. -- mientras que los dos, estaban peleando en la puerta, Can, iba a ver quien era.
-- Per...perdona. -- dijo ella, mientras que Geygey, estaba escondido.
-- Qué. -- dijo él.
-- He olvidado, algo. Sí.
-- Si te refieres, a la carpeta vacía, la he tirado.
-- No,no,no, es eso. Aamm, el teléfono. Me he dejado, el móvil dentro.
-- Vale. Voy ha buscarla. Espera.
-- Aahh, jajaja. No lo entiendo. Cómo he podido, olvidarlo. A lo mejor, me lo dejé atrás, cuando vine y puedo buscarlo. Puedo, entrar dentro?
-- Adelante-- le dijo, con un gesto.
-- Ups. Lo siento. Siento, lo del portazo. Estuve, en el salón? No. No estuve, en el salón. Y tampoco creo, que esté en la cocina. Por aquí, tampoco...tampoco estuve. Dónde estará, el dichoso teléfono? En la piscina, seguro, que no está, jaja. Qué, raro.
-- Yo creo, que no te lo dejaste aquí-- dijo él.
-- Debería mirar, en la cocina. Oh, madre mía. Dónde, me lo habré dejado? Lamento haber interrumpido, tú momento romántico.
-- No has interrumpido, nada-- dijo él.
-- Dónde está, Aderen? -- preguntó ella.
-- Se ha ido.
-- Puede que ella, haya visto, mi teléfono.
-- Sigue buscándolo, por aquí-- dijo él.
-- Bien. Ya voy. Aahh, increíble. Mire dónde estaba?-- fingió.
-- Estaba, ahí?
-- Sí.
-- No lo he visto. Qué, raro.
-- Estaba...en un lateral del asiento.
-- Bueno. Pues ya lo has encontrado.
-- Pues, si...lo he encontrado. En fín, me voy.
-- De acuerdo.
-- Bien. Buenas noches.
-- Buenas noches.
-- Me alegro, de haberlo encontrado!! Qué, bien. Jajaja. Oohh, no se qué me pasa. Estoy, un poco mareada. Despideme, de la señorita Aderen. Señorita Aderen, me voy. Buenas noches-- gritó.
-- Aderen, se ha ido.
-- Genial. Aamm, al final, se ha encontrado, mi móvil, jaja. Bueno, me voy. Ya no te molestare, más y te dejo, descansar.
-- Adiós-- se dijeron, con las manos.

-- Qué ha pasado? -- preguntó Geygey.
-- Gracias, Geygey.
-- Siempre estoy dispuesto, ha ayudar.
-- Sshh. Déjalo, ya.
-- Y Aderen?
-- No estaba, en la casa.
-- Aahh??
-- Venga, ya.-- dijo, golpeandolo.
-- Oye, pero porqué, me pegas? Encima de que vengo, ha ayudarte?
-- Oh, oh, oh-- decía ella, empujandole.
-- Pero, bueno?
-- Venga.

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