El tiempo no pasaba en vano y mi dolor no se detenía.
Camila no estaba, se había ido a Londres sin decir nada y no encontraba una razón para que lo hiciera.
Sus padres estaban felices de que se fuera a donde ellos querían y me lo restregaban en cada visita que le hacía a mi padre en el hospital, él cada vez empeoraba y según los médicos, su cerebro moriría poco a poco. Yo no estaba al tanto de ello pero escuchaba cuando Chris se lo contaba a Taylor.
Mi hermana no tenía cambios pero el corazón que necesitaba no parecía que fuese a llegar pronto.
– ¿Cómo estás? –la pregunta que Normani me hizo era la que escuchaba desde que salimos de la casa de Camila casi una semana atrás.
–Igual que ayer y anteayer –respondí mordiendo un poco de mi emparedado.
Nada de lo que comía me agradaba, pero comía porque no quería volver a desmayarme.
–Nadie ha podido hablar con Camila –susurró Dinah quien recibía noticias de Sally sobre ella.
–Lauren, ella debe haber tenido una buena razón para irse y sé que no eres tu –Ally intentaba reconfortarme con sus palabras pero nada lo conseguía.
–Chicas, gracias de verdad pero no quiero que en cada almuerzo hablemos de ella y su partida –me levanté y salí de ahí bajo las atentas miradas de mis compañeros que para entonces ya estaban al tanto de todo.
Caminaba por los pasillos del edificio y sentí que mi teléfono vibraba.
–Diga –respondí deteniéndome.
–Lauren, tienes que venir al hospital. Taylor entrará al quirófano dentro de poco y quiere verte –la voz de Marie sonó con cierta emoción.
–Bien, iré enseguida –sin dudar salí corriendo hasta mi auto.
Conduje hasta el hospital y entré casi corriendo. Llegué a la puerta de la habitación en donde Taylor estaba y abrí.
Chris y la Nana estaban junto a la cama mientras mi hermana sonreía.
– ¿Qué sucede? –pregunté mirando a todos.
–Encontraron un corazón para Taylor –dijo Chris con una sonrisa.
Sentí mis ojos humedecerse y no pude evitar sonreír.
– ¿Están hablando en serio? –Taylor levantó una de sus manos y la extendió en dirección a mí.
Tomé su mano y ella la sujeto con fuerza, era un sí.
Poco faltó para que la llevaran al quirófano y nosotros aguardábamos en la ya familiar sala de espera.
– ¿Y mamá? –pregunté al darme cuenta de que ella no estaba con nosotros.
–Está con papá desde la mañana –la voz de Chris se apagó un poco.
– ¿No ha venido a ver a Taylor? –fruncí en entrecejo y al mismo tiempo la mano de Marie tomó la mía.
–Sí, la vio justo antes de que llegaras pero en estos momentos ella debe estar… –mi mamá apareció frente a nosotros y la vimos rota – ¿Todo está bien Clara? –la mujer que estaba a mi lado se puso de pie y se acercó para abrazarla –Iremos a la cafetería –ambas salieron de ahí dejándome con mi hermano.
–No estuviste en la escuela –dije viendo mis botines.
–No tenía ánimos –lo escuché decir.
– ¿Cómo está papá? –había una extraña tensión entre nosotros.
–No lo sé, mamá no ha querido que lo vea y tampoco nos ha dicho nada –lo miré y vi que estaba molesto.
– ¿Has sabido algo de Camila? –no sé si él quería mejorar el ambiente entre ambos pero esa pregunta no funcionó.
–Lo que sé desde que se fue, es que está en Londres –sentí su mano sobre mi hombro y lo miré pero no dijo nada.
No hubo más palabras ni muestras de apoyo.
–Estaré afuera –se puso de pie y salió.
Transcurrieron cerca de tres o cuatro horas, los cuatro estábamos esperando cuando el medico apareció quitándose el gorro quirúrgico.
–La operación resultó perfecta, ahora lo único que tenemos que esperar es a ver cómo reacciona su cuerpo –él nos sonrió y luego miró a mi mamá –Lo siento mucho señora Jauregui –le dijo al tiempo en que mi madre se sentaba en el sofá sin disimular su llanto.
–Tranquila Clara, todo estará bien. Piensa en que Michael sigue vivo sólo que de otra manera –las palabras de la Nana nos dejaron confundidos a mi hermano y a mí. Lo miré y tenía el mismo gesto que yo.
– ¿Podrían explicarnos eso? –pidió Chris y mi mamá levantó el rostro lleno de lágrimas.
–Su padre estaba muriendo, su cerebro lo estaba y poco a poco estaba perdiendo la capacidad incluso de respirar pero su corazón aun funcionaba –ella intentaba no romper en llanto de nuevo y su voz era rasposa –Antes de que perdiera la movilidad total de su mano derecha él me pidió que su corazón fuese destinado para Taylor –me miró fijamente y bajó la mirada –Él quería disculparse contigo antes de morir –sus lágrimas salieron de nuevo.
Estaba segura que mi rostro no tenía expresión alguna y no pretendía hacerlo.
–Supongo que tengo que agradecerle –murmuré y ella me miró de nuevo –Ha dejado a mi hermana conmigo y eso vale mi disculpa –ella se puso de pie y me abrazó.
Todo un mes había transcurrido y yo aún no sabía de Camila, Taylor estaba en casa y su cuerpo respondía bien a su nuevo corazón. Chris estaba saliendo con Cinthya, la Nana había conocido a alguien y parecía que todo marchaba bien. Mamá había conseguido más trabajo y yo intentaba llevar mi doble carrera. Alejandro se estaba haciendo parcialmente cargo de la compañía pues aún no se elegía a la persona que se responsabilizaría de ella definitivamente. Estábamos a un día de enfrentarnos a algo que hubiésemos preferido que tardara en suceder pero teníamos que hacerlo tarde o temprano.
El testamento de Michael Jauregui.
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Supongo que tuve que advertirles desde el principio que soy una diosa del drama xD pero prometo no hacerles sufrir demasiado.
Espero sus votos y comentarios :3
Besos.