Regina: a que se refiere? Que tiene que ver mi hija?
Daniel apareció de inmediato.
Daniel: pues nada, es que le dije a mi mamá que Miranda era una niña encantadora, que la quería tener siempre cerca y así como ella me lo ha dicho, espero que un día pueda ser su papá.
Regina sonrió y emocionada lo abrazó, dándole la espalda a Alicia mientras que esta entendía la situación con tan solo la mirada de su hijo.
Por un pelo todo estuvo a punto de descubrirse.
Daniel: te parece si después de comer pasamos al dispensario y nos regresamos a la capital?
Regina: me parece bien, va a venir con nosotros?
Alicia: todavía no hija, tengo algunos pendientes, pero les prometo que en unos días me verán en la ciudad.
Daniel: me alegra escuchar eso mamá.
Desde España Arturo disfrutaba de un evento en un club muy reconocido.
La estás pasando bien, verdad mi amor?.... dijo Lucia, su ahora esposa.
Aquella mujer que tanto daño le había hecho a Regina, había logrado su cometido, quedarse con el novio de su "amiga".
Arturo: así es, estoy seguro que este negocio nos traerán muy buenas ganancias.
Lucia: que bueno porque necesitaremos el dinero para nuestro próximo viaje.
Arturo: se puede saber a dónde vamos?
Lucia: a México, mis padres quieren que vayamos unos días, este año no podrán viajar a visitarnos.
Arturo: sabes bien que no puedo regresar.
Lucia: lo de Regina fue hace mucho tiempo, seguramente el caso ya está cerrado, de otro modo ya estarías encerrado, me imagino que ahora es una madre soltera, pobre dudo mucho que algún hombre la tome enserio... quien lo diría, con esa cara de mosquita muerta que tiene y fue capaz de ponerte los cuernos y peor aún de embarazarse de su amante y engañarte a ti, que bueno que no caíste en su juego, sino en este momento estarías criando a un hijo que no es tuyo.
Arturo: prefiero no hablar de eso, si me permites voy a tomar una copa.
Lucia: es muy temprano.
Arturo: es un aperitivo, no pretendo emborracharme.
Lucia: Regina, Regina... me encantaría saber cómo una niñita consentida como tú ha afrontado la maternidad sin la ayuda de un hombre, quien será el padre de tu hijo, con quien te habrás revolcado esa noche? Bueno, ya no importa, pero de mi cuenta corre que Arturo jamás se entere de que te drogué y te metiste sabrá Dios con quien, lástima que mi primo Alan perdió la oportunidad de tenerte en su cama como lo habíamos planeado.
Regina, Daniel y Alicia dejaron algunas cosas en el dispensario, luego fueron a dar una vuelta con la plaza e hicieron algunas compras después metieron algunas al auto de Daniel, se sentaron a comer y dadas las 4 de la tarde salieron rumbo a la capital, cada uno en su auto, aunque parecían separados, iban muy cerca en la carretera.
Arturo llegó a su departamento, primero que su esposa, mientras sacaba algunas pertenencias de su despacho, se cayó una fotografía, era Regina, se la habían dado cuando recién se habían hecho novios.
Arturo: me pregunto qué será de ti? porque me engañaste? no he podido olvidarte, no mereces mi amor.
Lucia llegó, Arturo guardó rápidamente aquella fotografía en su bolsillo.
Lucia: que haces?
Arturo: nada, solo sacaba algo de basura.
Lucia: ya veo, que quieres que pida para cenar?
Arturo: nunca vas a cocinar algo para mí?
Lucia: no empieces, sabes bien que la cocina no se me da, yo tomé un café con una amiga hace un rato, sino quieres algo, allá tú, me voy a dormir.
Arturo salió algo disgustado, era muy tarde y necesitaba pensar.
Miranda hacia la tarea en compañía de su tío Alejandro, mientras Esperanza y Lorenza veían el menú para la cena y Ariel aún no llegaba de la constructora.
Regina y Daniel llegaron a la capital, cerca del departamento de ella se detuvieron, cada uno se bajó de sus respectivos autos.
Daniel: voy a dejar las cosas en el departamento.
Regina: voy a recoger a Miranda y a Esperanza.
Daniel: entonces paso en la noche para leerle un cuento.
Regina: me parece perfecto.
Daniel le dio un beso y se fue, Regina se subió a su auto y condujo hasta la casa de sus padres.
Miranda guardaba sus libros cuando escuchó la voz de su mamá.
Regina: gracias.
Regina entró a la sala después de colgar su teléfono.
Miranda: mamaaaa! Mamá.. llegaste!
La pequeña corrió a los brazos de su madre, está la abrazó con tanto amor que parecía que llevara días sin verse.
Miranda: te extrañé.
Regina: yo también mi amor, y como te portaste?
Miranda: bien, ya terminé mi tarea, me la revisas?
Regina: por supuesto, pero antes te quiero dar algo.
Regina traía una bolsa de papel rosada, de allí sacó un pequeño conejo morado tejido a mano.
Miranda: es para mí?
Regina: por supuesto.
Miranda: esta padrísimo! Gracias mamita.
Miranda le dio un enorme beso a su madre en la mejilla.
Regina: espera, falta algo más.
Regina volvió a meter la mano a la bolsa y sacó una muñeca.
Regina: Daniel la compró para ti.
Miranda: qué bonita esta!, puedo llamarlo para decirle gracias?
Regina: porque no esperas a que vaya en la noche a leerte un cuento?
Miranda sonrió muy feliz.
Esperanza: Miranda ya está la cena... Regina, ya regresaste.
Regina: nana!!
Regina saludo amorosamente a su nana.
Esperanza: pensé que regresarías hasta mañana.
Regina: no fue necesario.
Esperanza: entonces arreglaste las cosas con tu novio?
Regina asintió emocionada.
Miranda: que cosas?
Esperanza: nada, cosas de adultos.
Miranda no le dio importancia y abrazó sus regalos muy emocionada.
Cuando una de las empleadas le dijo a Lorenza que su hija estaba de regreso, ella corrió a saludarla.
Lorenza: me alegra verte de regreso hija.
Regina: mamá!
Lorenza: no te pregunto cómo te fue porque con tu cara lo dices todo, te advierto que tu papá no está muy contento.
Regina: lo sé, jamás contestó mis llamadas.
Ariel entraba justamente a la casa.
Ariel: que bueno que eres consciente de que lo que hiciste no fue correcto.
Regina: tenía que hablar con Daniel.
Ariel: pudiste haber esperado a su regreso, pero parece que preferiste abandonar a tu hija y correr tras él.
Regina: yo no abandoné a mi hija.
Esperanza: Ven conmigo Miranda vamos a ver lo del postre.
La pequeña pudo percibir que se avecinaba un problema y no quería dejar sola a su mamá, pero no tuvo otra opción que irse con su nana.
Ariel: estás cometiendo los mismos errores que cuando te dejaste embarazar de ese patán, olvidaste todas las locuras que hiciste por él?
Regina: papá cálmate!
Ariel: cómo quieres que me calme?, si también dejaste tirado tu trabajo, que es lo que quieres que despida a tu novio para que se aleje de ti.
Ariel estaba realmente furioso, temía que Regina volviera a sufrir por seguir nuevamente su corazón.