Amor Mío

By VictoriaRuffoLove

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Español Versión de My Love ~ (U/P: 2010) Victoria Ruffo y César Évora La Pareja Tekila como Victoria y Heribe... More

Introducción
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce

Capítulo Uno

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By VictoriaRuffoLove

-- ¿Listos, mis amores? --Victoria preguntó a sus niñas mientras alcanzaba sus llaves.

Estaba vestida y lista para afrontar su día también, aunque estaba cansada; mental y físicamente, ya que no había dormido mucho en los últimos días.

-- Sí, mami --Fernanda, su hija menor recogió sus libros y los metió en su mochila.

Ya estaba vestida con su uniforme, lista para dirigirse a su escuela.

-- ¿Y tú? --miró a su mayor, María. -- ¿Estás lista, hija? --

Levantando la vista de su computadora-- Sí, pero no necesitas llevarme a la universidad. Papá me llevará más tarde, ya que es una clase nocturna --arqueó una ceja, luego desvió la atención de su madre.

-- Está bien... ¿Te veré para cenar? --ella preguntó.

-- No. --

-- ¿Otra vez? --ella puso una mano en su cadera.

-- ¿Por qué? --ella se encogió de hombros. -- No veo ningún problema... --

-- Yo tampoco --Fernanda negó con la cabeza, tratando de liberarlos de la tensión.

-- Mi amor, ¿podrías esperar en el coche? --suplicó con simpatía.

Ella asintió, pero obedeció a su madre.

-- Gracias, mi'ja --suspiró y luego miró a María de nuevo. -- ¿A dónde sales de noche? Apenas te veo y te extraño, mi vida. --

-- Yo también, mamá, pero voy a la casa de Max o clases de noche. No me gusta levantarme temprano... Y es la única forma en que puedo ver a mi papá, desde que comenzó a hacer turnos nocturnos en el hospital. Nadie está despierto cuando llegamos a casa y luego cenamos juntos --se encogió de hombros.

Ella suspiró. -- Tienes razón... y lo entiendo --asintió.

Sabía que su marido se había marchado por su culpa; el hombre de la casa no quería estar con su esposa solo porque estaba seguro de que terminarían en algún tipo de discusión.

La mujer se acercó y besó la cabeza de su hija.
-- Te quiero mucho. --

-- Yo también. --

En ese momento, Victoria se volvió para salir de la casa; agarrando su bolso y su chal.

-- Mamá, espera --la joven se volvió para mirar hacia atrás. -- ¿Te gustaría almorzar conmigo? --

-- ¿Cuando? --ella sonrió.

-- Hoy... --

-- Mm... no lo sé, mi amor, estoy ocupada toda la semana en el estudio. --

-- ¿Qué tal si te conozco? Estoy seguro de que Max necesita un descanso de ti... --

-- Gracias --puso los ojos en blanco.

-- Perdóname --se rió-- pero eres firme... Necesitas relajarte. Por eso no has dormido bien. Estás estresada por el trabajo, mamá, lo sé. Yo hago lo mismo con mi trabajo de escuela. --

-- Cierto... --

-- Sé que es verdad. --

-- ¿Sabes qué? Intentaré tomarme un descanso hoy. Lo prometo. --

-- ¿Lo intentarás? --frunció el ceño, no muy segura de por qué tenía que intentarlo.

Ella se rió pero luego sonrió. -- Hasta luego, mi amor. --

-- Claro --negó con la cabeza y luego se rió mientras se giraba para completar su trabajo en la computadora.

Cuando Victoria estaba cerrando la puerta principal al salir, se detuvo en seco solo porque estaba un poco aturdida al ver a su cónyuge tan temprano en la mañana.

-- Victoria --inclinó la cabeza a modo de saludo.

Su voz profunda hizo que su corazón diera un vuelco, aunque en el mismo momento también se detuvo cuando sus ojos se posaron en él.

-- Heriberto... --hizo lo mismo. -- ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano en la mañana? ¿No deberías estar durmiendo? Pensé que ya estarías en casa... --

-- Sí, pero me retrasé en el hospital... decidí tomarme el día libre. ¿Bien? --

-- Sí --asintió ella.

-- ¿A dónde vas? --cuestionó.

-- Bueno, tengo que llevar a Fer a la escuela y luego voy al estudio. Yo también tengo que trabajar. --

-- Sí, lo sé... --estuvo de acuerdo.

-- ¿Bueno, te veo luego? --sus ojos color avellana revolotearon hacia él.

-- ¿Te gustaría verme más tarde? --preguntó por sí mismo.

-- Claro --asintió de nuevo. -- Voy a almorzar con María, dijo que no está disponible para cenar... Me gustaría que comiéramos juntos en familia, así que revisa su horario y avísame. Debería estar entre mi oficina y el estudio todo el día. ¿Bueno? --

-- Bien --asintió.

-- Está bien, adiós --dio un paso adelante para besar las mejillas con él.

Aceptó su gentil afecto, aunque le entristecía que no fueran tan afectuosos como solían ser. Siempre le hacía preguntarse; qué salió mal.

Ella le dio unas palmaditas en el costado de la cara y pasó junto a él para llegar hasta Fernanda, que esperaba pacientemente en el coche.

Heriberto luego caminó hacia el interior de su casa, donde fue recibido inmediatamente por su hija.

-- ¡Hola papá! --ella se levantó de un salto y le dio un gran abrazo.

-- Hija --la besó en la cara. -- ¿Cómo está usted? --

-- Bien. Pero ¿qué estás haciendo aquí? --

-- Me voy a tomar el día libre. Pasé una noche muy larga en el hospital --la soltó de sus brazos y se acercó al gabinete por una taza. Luego se sirvió una taza de café solo y la llevó a la mesa donde estaba su hija. -- ¿Algo nuevo contigo? --luego se preguntó.

-- No, nada... --negó con la cabeza. -- Sólo la escuela y pasar el rato con Max. --

-- No sé si me gusta que visites a Max con tanta frecuencia --explicó.

-- ¿No? --

-- No --negó con la cabeza. -- Eres mi hija y me gusta pensar que soy más protector de lo que digo... Puede que trabaje para tu madre, pero no lo sé --sacudió la cabeza mientras tomaba otro trago de su bebida.

-- Papá, puedes confiar en mí --se acercó y colocó su mano sobre la de él. -- No planeo cometer ningún error ni tomar decisiones repentinas sin tu aprobación o la aprobación de mamá. Realmente estoy concentrada en mi educación y convertirme en algo. Ser modelo para mamá me está ayudando a comprender el dinero... --

-- No sé cuánto me gusta que modeles tampoco --se apresuró a agregar.

-- Papá... --ella miró lascivamente y luego se rió. -- No es como si estuviera haciendo cabriolas semidesnuda. Estoy usando hermosos vestidos con los que creó su esposa. No creo que mi madre alguna vez me pusiera algo inapropiado. Y siempre me maquillan sutilmente. --

-- Es cierto, pero podrías estar haciendo algo en lo que podrías ganar más experiencia. No quieres ser modelo, ¿verdad? ¿O diseñadora como tu mamá? --

-- Aunque me encanta verla trabajar y probarse las cosas bonitas, todavía no sé si es para mí. Pero tampoco sé si quiero ser médico. Fernanda parece más apta para ese tipo de trabajo... Ella muestra más interés en convertirse en enfermera que yo, ¿no te hace sentir bien eso? --

-- Por supuesto, pero me preocupo por ti --sacó su mano de debajo de la de ella y la colocó encima, apretándola suavemente.

-- Lo sé. Pero detente... necesito espacio para cometer errores y necesito trabajar para corregirlos si tiene que ver con dinero... te prometo que estaré bien. Créeme. Además, Max toma buen cuidado de mí. --

El asintió.

Luego sonrió y miró su reloj. --Debo irme... tengo que hacer algunos recados antes de reunirme con mamá. ¿Puedo tomar prestado tu coche? --

-- Sí, pero ten cuidado --sacó las llaves de su bolsillo y se las entregó.

-- Gracias, papá --saltó mientras recogía sus cosas y besaba su rostro. -- Regresaré en el tiempo, ¿y luego me puedes llevar a la universidad? --

-- ¿Por supuesto? ¿Cómo vas a llegar a casa? --

-- No lo sé todavía. Hablaré con Max cuando lo vea --se colgó el bolso al hombro. -- ¡Adiós! --

-- ¡Adios te quiero! --gritó mientras ella salía corriendo.

-- ¡También te amo! --

Luego se rió entre dientes.

Una vez solo, de repente estaba pensando en su esposa; pensando en todas las personas con las que trabajaba a diario, en cómo le disgustaba la atención que recibía. No era que no estuviera feliz de que ella tuviera éxito, solo sentía que pasaba demasiado tiempo en el trabajo que en casa para una esposa y una madre. También sabía que ella estaba trabajando tanto para distraerse de él.

---

-- Victoria, ¿están bien? --su amiga, socia y asistente, Antonieta se acercó a ella con dos pañuelos de seda.

-- Sí, gracias --sonrió y tomó el primero para llamar su atención. Luego lo dobló por la mitad cuidadosamente, para atarlo sobre la cabeza de su modelo para el look. -- Perfecto --sonrió, luego también arregló el cabello de la chica a su gusto.

La modelo sonrió.

-- ¿Dónde está Pipino? --preguntó por su diseñador de la mano derecha, que era un hombre heterosexual y extravagante.

-- Fue a firmar algunos papeles para obtener más materiales. Dijiste que querías aumentar la cantidad de algunas piezas. --

-- Bien --asintió con la cabeza, alejándose de su modelo para ajustar algunas piezas de utilería. Mirando a otro modelo-- Todo esto está mal. Estos accesorios deben desaparecer --le dijo a su amiga. -- ¿Quién le puso esto? No está bien. --

-- Yo, Victoria... ¿No es lo que pediste? --

-- No, tiene que ser un cinturón de piel de serpiente, no de cocodrilo... De lo contrario, no tiene sentido. --

-- En eso --el hombre que tomó la culpa se alejó.

-- ¿Victoria? --un camarógrafo llamó a la mujer que estaba trabajando duro.

-- ¿Eh? --ella se volvió, sus ojos se posaron en él mientras sus manos aún estaban ocupadas.

Luego tomó una foto, mostrando la cámara en sus ojos.

-- ¡Oye, no hagas eso! --ella lo despidió, riendo un poco. Luego se alejó del set, dejando que los modelos fueran fotografiados. -- Será mejor que borres eso --dijo con severidad.

-- ¡Vaya, te ves hermosa! --aseguró.

-- Uh-huh, bórralo --señaló con firmeza.
-- Todavía no soy parte de esta sesión. Mañana haremos mis fotos, así que relájate. --

Muy pronto, entró otro macho; uno en el que ella conocía.

"Victoria..."

-- Max, ¿cómo estás? --ella sonrió, dando un paso adelante para abrazarlo. -- ¿Qué tal? --

-- Este es Osvaldo Sandoval ... mi papá --sonrió y puso una mano en el hombro del hombre.

Osvaldo se rió levemente. -- Es un placer conocerte, Victoria, he escuchado muchas cosas buenas sobre ti y tu compañía --le besó la mano. -- Solo quiero agradecerle personalmente por darle a Max la oportunidad de trabajar a su lado. Esta es una gran experiencia; responsabilidad, liderazgo..." hizo una pausa. "Muchas cosas ..." mostró una sonrisa encantadora.

-- Encantado de conocerte también y es un placer. Ha sido de mucha ayuda para esta empresa... --aseguró, un poco impresionada por el hombre alto y bien formado. -- Entonces, eres el actor del que escucho grandes cosas todo el tiempo; en revistas, entrevistas, televisión o de Max, él mismo... --

-- Ah, supongo que no puedo negar eso... ¿Pero qué grandes cosas has escuchado? --

-- Eres un hombre de muy buen corazón --aseguró ella, solo habiendo escuchado eso de todas las historias que escuchó de su hijo.

-- Bueno, eso es bastante bueno si me preguntas --se rió entre dientes.

Ella se quedó con una leve sonrisa, aunque no parecía poder apartar los ojos de él.

Antonieta notó a su amiga y su interacción; fue capturada y no pensó que debería haberlo sido.

En ese momento, María estaba corriendo.
-- ¡Hola, mami! --se acercó y le dio un beso en las mejillas. -- Max --lo besó en los labios y luego se volvió. -- Oh, Osvaldo... ¿Qué haces aquí? ¿Cómo estás? --ella lo abrazó brevemente antes de fundirse con el lado de su novio.

-- Solo me estoy tomando el tiempo para que me presenten adecuadamente a tu madre... --se volvió para mirarla, una pequeña mirada en sus ojos color avellana. -- ¿Cómo estás, hija? --

-- Bien... Solo aquí para ir a almorzar con Max y mamá... ¿Te gustaría acompañarnos? --ofreció María.

-- ¿Victoria? --Osvaldo dijo su nombre. -- Me encantaría saber más sobre este imperio de la moda que lleva tu nombre. ¿Te importa? --

-- No, en absoluto... --ella negó con la cabeza y entrelazó su brazo con el de él.

Anonieta negó con la cabeza mientras el grupo se alejaba solo porque su amiga parecía estar olvidando que estaba casada con otro hombre.

•••
Cambio de planes; usaremos sus trabajos reales del jabón, pero aparte de eso, todos inventados.

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