POV Camila
Todo un mes había pasado y aunque yo era feliz con Lauren, me sentía culpable de ocultar a mis padres una pizca de mi felicidad. Yo no creía posible que mis padres pudieran reaccionar de mala manera ante nuestra relación pero mi novia realmente temía de lo que sus padres pudieran decir.
–Buen día cielo –mi madre besó mi mejilla y me abrazó cuando entré a la cocina –Feliz cumpleaños –me sonrió con alegría y extendió su mano con una pequeña cajita en ella –No lo abras hasta más tarde.
–Gracias mamá –la abracé de nuevo.
– ¿Ya llegó Lauren? –preguntó mi papá y mi mamá respondió de forma negativa.
– ¿Lauren? –pregunté viendo a mi madre.
–Sí, vendrá a dejar unas cosas que manda Clara –explicó antes de beber un poco de café.
– ¡Feliz cumpleaños Mila! –mi hermana me abrazó por la cintura y yo le sonreí.
–Gracias pequeña –me agaché y le di un buen abrazo.
–La señorita Jauregui acaba de llegar –anunció Sally entrando a la cocina con una caja de cartón y la dejó en la mesa.
–Ve a saludarla hija –mi mamá comenzaba a abrir la caja.
Al salir de la cocina la vi llevar otra caja idéntica a la que mi mamá abría en la cocina.
–Hola princesa –dijo dejando la caja en el piso para abrazarme.
–Hola amor –hablé con el mismo discreto tono que ella para que no nos escucharan.
–Tengo ganas de darte un beso –susurró acercándose a mí.
–Hola Lauren –mi mamá interrumpió y enseguida mi novia se alejó dando un paso atrás.
–Hola Sinu –se saludaron con un beso en la mejilla.
–Mi mamá mandó todo en las cajas y manda disculpas por no poder venir a ayudarte a cocinar –Lauren hablaba y yo no podía dejar de mirarla.
–No tiene por qué preocuparse, pero no puede faltar a la comida –Sally apareció y tomó la otra caja para llevarse y mi mamá se fue detrás de ella.
–Amor, tengo que irme pero vendré más tarde ¿sí? –miré hacia todos lados y cuando vi que no había nadie la besé por unos segundos –Camz –susurró.
–Lo sé, pero es que odio no poder besarte cuando yo quiera –bajé la mirada.
–Pronto, te lo prometo –levantó mi barbilla tomándola entre su pulgar y su dedo índice.
–Está bien.
Después de que Lauren se fue, Dinah y Normani llegaron a mi casa felicitándome.
– ¿Y Ally? –pregunté al no verla con ellas.
–Prefirió no venir –dijo Normani con una mueca.
–Sí, dice que no quiere incomodarte –agregó Dinah.
–Creo que debería hablar con ella, al fin y al cabo es la mejor amiga de mi novia –nos encontrábamos sentadas en mi cama.
Hablábamos de muchas cosas sin importancia hasta que mi mamá me pidió que me arreglara para la comida que había organizado.
Dinah y Normani estaban en el patio ayudando a mi madre inflando globos y otras cosas.
–Te ves muy linda hija –mi padre me abrazó y besó mi mejilla cuando salí al patio.
–Gracias papá, seguramente son los genes –le guiñé un ojo y él sonrió.
–Pues espero que mis nietos también los tengan –me apuntó con un dedo.
–Yo también espero que tengan esos perfectos genes –el susurro de mi novia provocó que mi piel se erizara.
–Puede que sí y más si también tienen los genes Jauregui –dije dándome la vuelta para entrar a la casa pero sus brazos me detuvieron al tomarme por la cintura.
–Seria hermoso –sus palabras me llenaron de felicidad y emoción.
¡Estábamos hablando de hijos! Yo no sabía si ella quería niños pero cuando aquello entro por mis odios me llené de felicidad.
– ¿Sabes que te amo? –dije aun de espaldas entre sus brazos.
–Tanto como yo te amo a ti –giré entre sus brazos y después de un fugaz beso la abracé –Feliz cumpleaños princesa –susurró –Tengo un regalo para ti pero te lo daré más tarde –fruncí el ceño y ella hizo lo de siempre cuando eso pasaba.
– ¿No puede ser ahora? –ella quitó sus manos de mi cuerpo y negó con la cabeza.
–Será más tarde, tengo que ayudar a tu mamá o la mía se molestara –besó mi mejilla y al darse la vuelta le di una nalgada. Me miró con la boca abierta y seguía caminando.
Al entrar en la casa pasé a la sala y vi a mi hermana dibujando.
– ¿Qué es eso? –pregunté sentándome en el sofá junto a ella.
Sofía me miró muy seria.
– ¿Qué pasa? –le pregunté con preocupación.
– ¿Por qué Lauren y tú se besan? –la pregunta me sorprendió.
–Sofí, cuando dos personas se aman normalmente se besan –dije ocultando mis nervios.
–Lo sé, nuestros papás lo hacen pero a lo que me refiero es que ustedes son dos mujeres. Mamá me ha dicho que eso no está bien –de inmediato fruncí el ceño.
– ¿Eso dijo mamá? –mi hermana asintió.
–No es malo ¿tú crees que el amor es malo? –ella negó – ¿Lauren y yo te lastimamos? –lo pensó y volvió a negar –Entonces no veo lo malo –antes de que ella hablara apareció mi mamá.
–Niñas, deberían estar afuera –dijo mi mamá tranquilamente.
Sin decir nada salimos de ahí.
– ¿Estas bien? –Dinah me miraba fijamente.
–Creo que no mucho –después de contarle lo que acababa de ocurrir ella me abrazó.
–Mila, todo va a estar bien. No creo que tus padres te vayan a rechazar si les cuentas sobre Lauren y tu –nos encaminamos a la mesa en donde se encontraban nuestros amigos.
–Feliz cumpleaños –dijo David poniéndose de pie para abrazarme.
–Gracias –les dije a todos cuando dejaron de abrazarme y felicitarme.
Ally recién llegaba a mi casa de la mano de Troy y me regaló media sonrisa.
–Felicidades Camila –dudó en abrazarme así que sonreí y extendí mis brazos.
–Ally, quiero que seamos amigas. Lamento por cómo me he comportado contigo –ella sacudió ligeramente la cabeza.
–Entiendo porque lo hacías pero créeme que ahora de verdad me gusta Troy. Lauren es toda tuya –sonreímos.
Se sentía bien hablar.
La comida fue verdaderamente alegre y divertida.
Al final era de noche y sólo mis amigas, mi novia y nuestros padres estaban en la casa.
–Camz, me gustaría darte tu regalo pero en privado –murmuró Lauren cuando entramos a la cocina.
Los demás estaban en el jardín platicando.
–Vamos a mi habitación –la tomé de la mano y subimos. Cuando entramos cerré la puerta.
–Ven –caminamos hasta mi cama y nos sentamos.
–Aquí esta –sacó un sobre blanco del bolsillo trasero de su short y me lo entregó.
Estaba emocionada y cuando lo abrí mi emoción creció.
– ¡¿Florencia?! –ella asintió con una gran sonrisa – ¡No puedo creerlo! –tomé los boletos de avión y la abracé con fuerza – Te amo, te amo , te amo –la besé por todo el rostro y sólo la escuchaba reír.
POV Lauren
Después de retirarnos de la casa de mi novia estaba dispuesta a subir a mi habitación e ir a dormir pero mi mamá me lo impidió.
–Lauren, queremos hablar contigo –el tono serio en el que me lo dijo me intrigó.
Mis padres y yo entramos a la sala y se sentaron en un sofá distinto donde yo estaba sentada –Hija, te haremos una pregunta y esperamos que nos respondas con la verdad –mi papá comenzó.
Un nudo en mi estómago me estaba haciendo sentir algo que no me gustaba.
– ¿Qué hay entre Camila y tú? –mi mamá preguntó dejándome con la respiración suspendida en mis pulmones.
–Ella… ella y yo –comencé a balbucear. Respiré profundo y tomé valor –Ella y yo estamos juntas –miré los inexpresivos rostros de mis padres –Ella es mi novia –dije como si no estuviera claro.
–Sabemos que estas en una etapa difícil pero no queremos que te confundas. Lauren, eres mayor de edad y tú no puedes estar jugando a esto –mi papá intentaba decirme lo que yo sabía que no era –Además hija, no puedes hacer quedar mal a tu familia –no decía nada, esperaba que tiraran toda la mierda de sus bocas.
–Si intentas humillarnos por algo que hemos hecho entonces ha sido suficiente cariño –odiaba el tono de mi madre en ese momento –No sé qué dirían las revistas si se enteraran, tal vez nos hundirían como a los Richardson –no podía creer lo que escuchaba.
–Te alejaras de ella mientras aclaras tu mente Lauren –mi papá usó su particular tono de imponencia.
–No lo haré, ella es mi novia y la amo. No estoy confundida y tampoco intento nada –los miré desilusionada de sus palabras –Me sorprende que les importe más lo que digan los otros a lo que yo sienta –me puse de pie y mi papá hizo lo mismo.
–Me obedecerás y no la veras hasta que te entre en la cabeza que esto no es más que una estupidez –dijo con la mandíbula tensa.
–déjenla ser feliz –Chris pareció en la puerta llamando nuestra atención.
–No te metas –mi papá intentó utilizar un tono más suave con el pero no resultó muy bien.
–Creo que suficiente daño le has hecho ya papá –miré a hombre frente a mi y pude notar como abría más sus ojos.
Mi mamá también lo miró confundida.
–Cállate, no sabes lo que dices –apuntó a mi hermano.
–Vamos, diles –mi hermano se adentró un poco más y su voz era retadora.
– ¡No es asunto tuyo! –mi papá estaba furioso y yo no entendía de que hablaban.
– ¡No seas cobarde, diles que fuiste tú quien vendió a su propia hija! –el rostro de mi papá se puso de color rojo.
– ¿De que estas hablando Chris? –mi mamá se paró de un golpe.
–Él permitió que secuestraran a Lauren para así pagar sus deudas de juego –Michael se aventó hacia mi hermano pero Andrew apareció impidiendo que golpeara a su propio hijo.
–Michael, contrólate –mi guardaespaldas lo sostenía pero él intentaba salir de su agarre.
– ¿Tu… hiciste eso? –el enojo en mí se reflejaban en mis ojos con lágrimas a punto de salir.
–Lauren, yo no quería –Michael me miró estando aun entre los brazos de Andrew.
No podía seguir ahí, sentía que me faltaba el aire. Lo único que quería era correr.
–Lauren –escuché mi nombre mientras salía de la casa. No supe quién me llamaba y no me importaba.
Subí a mi auto y conduje por unos minutos sin saber adónde ir.
Mi teléfono sonó. Dudé en responder pero cuando finalmente decidí ponerlo en altavoz sollozos llamaron mi atención.
– ¿Camz? –de inmediato mi preocupación nació.
–Lolo –ella comenzó a llorar.
–Amor, ¿qué pasa? –mi voz se dulcificó.
–Quiero estar contigo –logró decir con la voz temblorosa.
–Estoy de camino a tu casa –colgó.
Cuando llegué al frente de su casa escuché gritos.
–No papá, no lo haré –se abrió la puerta y mi novia salió corriendo.
–Vamos –decía apurada mientras veía a Alejandro caminar hacia el auto.
– ¡Camila! –el grito de su padre quedó alejado de nuestros oídos tan pronto como pisaba el acelerador.