Ayham y Musafer, idean un plan para provocar los celos de Geygey, cosa que dice que aún está preparado para una relación. Mientras, en el parque de atracciones, de disputa entre quién ganará, si el equipo de Aylim, o el de Aderen y en ése momento, llegan Embre, con Leyla y ella entonces se enfrenta a él.
Y de qué, te van ha servir? Crees que lo vas a olvidar, así, como así? --preguntó Embre. Embre.
-- No puedo. Como cree que voy ha olvidar, las mentiras que le dado? Pero si incluso ayer mismo, con el tema del anillo, le mentí, a la cara.
-- Quizás deberías dejarlo -- dijo Embre.
-- Por qué, le molesta tanto, nuestra relación? -- preguntó ella.
-- No quiero, que Can sufra. Y tú, tampoco.
-- No se preocupe. Nuestra relación, no durará. No, sufrirá.
-- Y, eso? Yo pensaba, que iba en serio.
-- No. Se siente, mejor? Cuando llegue el momento, le dejaré sin romperle el corazón. Pero, déjeme en paz.-- Buenas noches.
Pero que no sabían, ninguno de los dos, es que él, lo había oído todo y sabía que hacer. Seguiría con ella, o no, tras escuchar la conversación entre su hermano y ella. Se retiró del lugar, y montandose en el coche, se fue muy defraudado.
-- Estos son, de aquí-- dijo Gollit.
--Am... Gollit, has visto, al señor Can? -- preguntó ella.
-- Acaba, de irse.
-- Irse? Adónde?
-- Y porqué, te sorprendes? Esto ya ha terminado.
-- Claro...tienes razón. Bueno, pues...me voy a casa.
-- Sanem. Si ves a Osman, dale recuerdos de mi parte. De acuerdo?
-- Ooohh, bueno. Estás, obsesionada, eh?
-- Oh, Sanem.
" El número al que llamas, no está disponible, en éstos momentos. Por favor, intentalo---, mas tarde--dijo, la operadora, cuando intentó llamarlo.
-- Sanem. Has visto, a Can? --interrumpió Aderen.
-- Se ha ido.
-- Se ha ido, sin decirle nada a nadie? Lo llamo, ahora mismo. Bueno, pues tiene el móvil, apagado. Mañana tengo que reunirnos, para hacer un plan nuevo. Esa mujer, no nos va a traer, más que problemas. Realiza una reunión, para mañana mismo. Que nadie, llegue tarde. Así que, muchísimas gracias por todo, y buenas noches.
-- Gracias. --" No he podido verte. Me gustaría, escuchar tu voz, antes de dormir. -- le escribió, en un mensaje.
Mientras el conducía decepcionado, ella cogió un taxi para llevarla a casa.
-- Yo cogeré, otro taxi. Aquí, no cogemos todos. No te preocupes. Venga, adiós.
-- Sanem, Sanem. No hay algo, que quieres decirme? -- preguntó él, de repente.
-- Te he llamado, 1000 veces, pero...
-- Sobre qué?
-- Sanem. Ya estoy harto, de tus juegurcitos. Te oído, hablar con Embre. Que no tenemos, futuro juntos. Todo.
-- Can...
-- Sanem. Porqué no lo haces, ahora? Porqué, todo esto? En vez de hablarlo, con mí hermano, dímelo, a mí, a la cara?
-- Can. No importa...
-- En qué, estaba pensando? Y yo como un completo idiota, creía, que me amabas, eh? De verdad, me quieres dejar, Sanem? Quieres dejarme, eh? Eso es, lo que quieres?
-- Sí-- dijo ella,tragando saliva.
-- Sí, eh? Porqué? Porqué?
-- Te lo he contado, 1000 veces. De mis mentiras.
-- De qué mentiras, hablas?
-- Del primer día, de trabajo. Del día, en que me encontraste, en tú casa. Te dije...que se me había olvidado el anillo. En realidad, entre a tú casa, ha robar.
-- Ha robar, que? Ha robar, tú? Es, demasiado. Entraste a mí casa, ha robar, tú? Vamos. Pero, que dices? Si es una broma, no tiene gracia.
-- Cuando me pillaste, te mentí, aquella noche. Y ya no he dejado, de mentirte.
-- Pero, que me estás contando, eh? Mentiras, robos, mentiras, robos. Quién, es?
-- Te dije...que me deje el anillo...en la chaqueta, del señor Embre. Nunca he estado, comprometida. Todo lo que sabes, de mí, es mentira. La Sanem, que amabas, es una gran mentira. No, existe. Can .
-- Espera, espera. A ver si me entra en la cabeza. No lo entiendo. El robo, el anillo, Osman. Todo lo que has contado, no lo entiendo.
-- Can, escucha.
-- Espera. Yo pregunto, y tú contestas. A ver si así, me aclaro de una vez. No has estado prometido, con Osman. No? Nunca, lo has estado.
-- No-- dijo, con gesto.
-- Todos esos cuentos, del anillo. Abrazar, a Osman, dentro del campamento, era falso? Es decir...llevas semanas, engañandome. No quise acercarme, mucho a ti, porque estabas prometida y tú seguias engañandome, mientras me mirabas a lo ojos, no es así?
-- Can, es que...
-- Espera, Sanem. Para, para. Osman, también estaba involucrado? Tú hermana? Ayham? Todos os habéis burlado, de mí. Os habéis reído, de mí, eh? Qué, bonito. Dime, una cosa. Tus padres, también participaban, en ello, eh?
-- No.
-- No? Qué clase de persona eres, Sanem. Eh? No se como puedes mentir así. Siento, que no te conozco.
-- Me vi obligada, ha mentirte, Can.
-- Y eso, de tú separación. ZMe dijiste, que habías roto con Osman. Más, y más mentiras. Dime.
--Verás. Deja que te lo explique.
-- Espera, espera. Voy ha procesar, el momento. Espera, Sanem, espera. Vuelve, al principio. Te colaste, en mí casa, para robar como una vulgar ladrona. Es así? Eso es, muy serio.
-- No es, lo que crees.
-- No es? Entonces, que es? Ya no se, que pensar. Es que no me entra, en la cabeza, Sanem. Acabare, volviendome loco. Entiendes. Quién eres, Sanem? Cometiste un robo. Qué es, lo que hiciste? Te vi a ti, en mí casa.
-- Tenía que coger, una carpeta.
-- Qué, carpeta?
-- Y para que querías tú, una carpeta, que estaba en mí casa? Porqué, te colaste, en mí casa, en vez de pedirmela?
-- Porque, no debía hacerlo.
-- Y porqué, no debías hacerlo? Qué tenía, en la carpeta, y que hacía en mí casa? Era algo, sobre ti? Habla.
-- No. No tenía que ver conmigo. No sabía, lo que contenía. De esa carpeta, lo único que sabía, es que no debías verlo.
-- Estoy, flipando. Estoy, flipando. Quién te dijo, que fueras a mí casa, ha robar, la carpeta, mm? Quién fue, Sanem?
-- El señor Embre.
-- Mm? Embre, eh? Esto se pone, cada vez más interesante. Ósea que entraste en mí casa, como una ladrona, para robar una carpeta, que no debía ver,mm?
-- Sí, cierto. Tú me pillaste, y tuve que decirte que me deje una cosa en la americana de tú hermano, y encontraste el anillo. Pero, ya sabes...
-- La dichosa, carpeta? Qué me, ocultabais?
-- No lo sé. Te juro, que yo no sabía lo que había en esa carpeta. Yo sólo sabía, que no debías, verlo.
-- Así, que Embre, te mandó ha robar la carpeta, y que ni siquiera, sabías lo que contenía. Oye, no me mientas más. Deja de jugar conmigo. Haz el favor, Sanem. Ya basta.
--Buenas noches, señor Embre. Traigo, el segundo pago.--le dijo, a un individuo.
--Perfecto. Te he bloqueado, todos los pagos. Me he llevado, todo el dinero, de la caja fuerte, está aquí. Como no firmemos el contrato de I.R.T.P...
--No se preocupe. Se firmará, mañana por la tarde. Y usted cobrará, lo antes posible..
--Sus proveedores llegarán, en 2 días. Todo, saldrá bien.
--Escucha--le dijo Embre, sujetandolo del brazo--si descubren, lo que he hecho, estoy acabado. Y si descubren, que hemos pagado...estamos liados. Entiendes?
--Esa gente, es de fiar. Tranquilo, mañana, habrás firmado. Sacará un buen beneficio. Esta maletilla será calderilla para ti.
--Can, te juro, que estoy diciendo la verdad. Tienes que creerme. Te juro que no se, lo que había en la carpeta. El sólo me dijo que la cogiera, y ni siquiera, lo conseguí.
--Dime, Can.--contestó, al teléfono.
--Donde estás, Embre?
--He salido. Qué, pasa?
--Vete, a casa.
--Pero, porqué? Pasa, algo?
--He dicho, que vayas.
--Por favor, Can. Escuchame. Can, Can, por favor.
--Ahora mismo...me cuesta mucho...mirarte a la cara. Es como...como si no te conociera. No te, reconozco.
--No te vayas. Por favor, no te vayas.
--Hermano, estás aquí?--preguntó Embre, al llegar a su casa--Dime, Sanem.
--Señor Embre, se lo he contado todo.
--Como dices? Co...que le has contado?
--Que usted...me mandó a coger la carpeta, y que el anillo, era suyo. Lo he contado, todo.
--Sanem. Que estás diciendo? Te has vuelto loca? Como me haces, esto? Mierda.
--Lo siento mucho. No he podido, contenerme.
--Por eso me ha llamado, no?
--Sí. Yo también, voy para allá.
--Sólo le has dicho, lo de la carpeta? No le habrás contado, sobre las fotos plagiadas y de las licencias.
--No me ha dado tiempo. Ha cogido el coche, y se ha ido. Señor Embre, vamos ha contarselo todo y que sea, lo que Dios quiera.
--Sanem. Sal y escuchame.
--No, señor Embre. Tenemos que contárselo todo, y acabar con esto de una vez.
--Sanem. No te atrevas, ha venir aquí y no le digas nada más, a mi hermano. Déjame, a mí. Me has buscado, la ruina. La ruina.
--Embre. Siéntate, ahí. Siéntate. interrumpió él, furioso--te lo voy ha preguntar, una sola vez, y quiero que me digas la verdad. Tú hiciste a Sanem, a esta casa, ha coger una carpeta?
--Sí. Así es.
--Que había, en la carpeta?
"Embre--recordó el, la conversación de Aylim.
"Todavía quieres ser socia?
"Cariño. Te he mandado, una carpeta, con un mensajero. Ya ha llegado?
"No. Que contenía?
"Era una carpeta roja, con los documentos de la empresa, que debes firmar, para ser mi socio. Firmalos, y me los vuelves a enviar. No es asunto, tuyo.--le dijo, al final.
--Embre. Estoy tratando, de contener la calma. Hiciste que Sanem, entrase como una ladrona y se llevó una carpeta, que yo no debía ver.
--Sí.
--Qué había, en esa maldita carpeta? Vas ha contarme lo ahora mismo, o sino...
--Sino, que?
--Sí no te arrepentirás, de haber nacido. Me conoces, bien, Embre.
--Está bien. La carpeta, tenía que ver, con mamá. Era la información de la empresa, que debía enviarle.
--Venga, ya. Mamá, otra vez? Es que no me lo puedo creer. Porqué Meting y tú, le tenéis que mandarle documentos a mamá, eh? Que fue, lo que os dije? Dije que no enviaseis documentos a esa mujer?
--Eso es lo que dijiste. Pero, porqué tenía que obedecerte? Además, tú que crees? Crees que puedes hacer, lo que quieras, por estar al frente de la empresa, eh? Yo he trabajado en esa agencia, mucho más, que tu. Y el 40% es suyo.
--Si fueras un hombre, reconocerias que, te presenterias delante de papá y le diría, "eh, quiero dirigir la empresa, no pongas al frente, a Can. Pero, no. Ese no es, tu estilo. Lo tuyo es, las artimañas, las mentiras, y todo por la influencia que tuvo nuestra madre en ti.
--Qué jugarretas? De que, estas hablando?
--Te películas, te montaste con Aylim.? Le diste dinero, a Sanem. Le diste dinero, a Osman, para que?
--Aylim, no tiene nada que ver en nada. Quería proteger, a Sanem. El anillo, era para Aylim, pero se le cayó del bolso y entonces, a hacer preguntas. Ella, intentó, proteger a Sanem.
--Como convenciste a Sanem, para que entrase en casa, y robar esa carpeta?
--No fue, muy difícil.
--Embre. Ten cuidado, con lo que dices. Hablo, en serio. Como, la convenciste?
--Necesitaba dinero. Y se lo presté.
--Dices...que lo hizo, por dinero? Mientes. Ella jamás haría algo así.
--40.000 liras. Se las di el día, que llegó a la oficina. Le dije, que cogiera, la carpeta. Si no me crees, coge las cuentas.
--Vete. Lárgate. No quiero oír, ni una palabra más. Marchate. Vete de aquí, o sino, me iré yo.
--Can--interrumpio ella--podemos, hablar?
--Confíe en alguien, por primera vez. Diferente. Me enamoré, por primera vez. Y fue, de ti, Sanem. Creí en...tu inocencia. En tu buen, corazón. En que eras, diferente. Dónde está, esa Sanem?
--Aaqui. Estoy aquí, mira. Se que me equivoqué. Pídeme, lo que quieras. Castigame, si te sientes mejor. Aceptaré, lo que decidas. Estoy aquí.
--Sí puedes decirme, que todo es mentira, te escucho. Si puedes decirme, que...no me mentiste, que me utilizaste. Ni te reiste, de mí. Delante, de todos. Que no jugaste, con mis sentimientos. Entonces habla. Sino, vete.
--No puedo. No puedo dejarte, Can. No puedo vivir, sin ti. Por eso, no pude hablarte antes.
--Sanem. Se acabó. Ya no quiero saber, nada de ti. Vete. Sino será, peor. Vete.--y ella salió, echando un mar de lágrimas, mientras él, se quedó sin palabras.
--Maldita sea? Mierda--gritó Embre.
Mientras ella, caminaba por el paseo marítimo. Empezó ha recordar todo.
"Como te llamas?
"Sanem.
"Sanem. Cómo eres, tan inocente? Espero que no te conformes, con lo que te ha dado la vida. Porque te mereces, mucho más." No puedo dejar, de pensar en ti. El día, en que te vi la primera vez. Me he enamorado de ti, Sanem. Tengo que irme. 5mn. 5mn más, por favor. Sólo 5mn. Por favor.5, 5.
"Está bien.
Por otro lado, él, quemaba las fotos de ella, en el jardín de su casa.
--Qué haces, Nihad? Pero hombre, ya te has comido, todo el pan. Y no hemos empezado, ha desayunar.
--Es que has hecho las rebanadas, demasiadas finas, Mezquive--dijo con la boca llena.--crees que no me doy cuenta, pero si lo hago. Son muy finas.--Leyla. Hija mía, mira si Sanem, se ha despertado.
--Sanem.
--Hija. Tu padre se refería a que subiera. No que le pegases un grito, desde aquí.--Sanem.--gritó.
--Sí. Ya voy.
--Baja de prisa, hija. Sino, se te va ha enfriar el desayuno.
--No tengo hambre, mamá. Y...llego tarde, a la oficina.
--Leyla. Qué le pasa, a tu hermana. Parece que ha estado llorando, otra vez. Y esa prisa, por irse a trabajar, eh?
--No sé, mamá.
--Ah...Leyla. No te preocupas, por tu hermana. A nosotros, no nos habla. Habla tú, con ella, y luego nos cuentas, eh?-- dijo Nihad.
--Está bien. Le preguntaré, y os cuento.
--Bien.
--Hasta luego.
--Qué cara. Cada uno, por su lado, y nosotros, sin enterarnos de nada--dijo Mezquive.
--Sanem, Sanem. Qué, pasa? Has estado, llorando?--preguntó Leyla.
--Can y yo, lo hemos dejado.
--Por qué? Cuando?
--Cometí, un error. Pero anoche, pensé luego. Lloré, y pensé. He decidido hablar con él, y lo arreglare todo.
--Que error, cometiste?
--Osman. Se ha enterado, de todo. Sabe que le mentí, y me ha dejado.
--En qué le mentiste? En lo del anillo. En el anillo de compromiso. Lo sabe, todo. Y la culpa, es sólo mía. Esto, se veía venir.
--Sanem. Tienes que hablar con él, y explicárselo todo. Seguro, que entiende. Mira...lo que hiciste, fue sin mala intención. Te viste, obligada. Como ibas ha saber, que se montaría este enredo? Tu no tienes, la culpa. No llores.
--Estoy contigo.
--Oye. Quieres que vayamos a hablar juntas, en algún sitio?
--No...luego, a lo mejor. Cuanto más hablo, más ganas de llorar, tengo. Tenemos que ir, a trabajar.
--Sí, vamos.
Toda la conversación entre las dos, la escuchó Menahad escondida.
--Ah...ay Señor. Qué vamos, a hacer? Madre mía, ay. Madre, de mí alma.--dijo.
--Que pasa? Porqué, estas hablando sola?--preguntó, el chacal.
--No me preguntes. Un tipo malvado, está obsesionado, con Sanem.
--No.
--Se enteró de que ella y Osman, estaban prometidos y la ha hecho llorar. Pobrecita. No sé, quien es? No he podido, escuchar, su nombre.
--Pues yo sí sé, quien es.
--En serio?
--Sí. Uno alto. Una vez vino aquí, a verme.
--Queeeee?
--Sí. Y es por eso, que vendí, la tienda.
--De verdad?
--Sí sí. Si tu, supieras?
--Que barbaridad.
--Y ha venido, más veces.
--Cuando, ha venido?
--Viene,de vez en cuando.
--Que me dices?
--El otro día, vino.
--Dime. Es de la mafia?
--Sí. Seguro, que es de la mafia. Salta a la vista. Además, esto es, Estambul. Los mafiosos, ya no van, con pinta, Gangster.
--Oohhyyy.
--Sí, sí. Es uno de ellos. Además, van bien vestidos. Claro, que iba a amenazarme.
--Pues va a hacer, eso. Ay...
--Claro.
--Dónde vamos a ir, a parar. Huy.
--Y dices que...Sanem, tiene una relación, con él?
--No lo sé. Exactamente.
--Claro.
--Ayer que ver. Siempre lo hemos visto conflictivo, y resulta que no.
--Pero Menahad, conflictivo yo? Pero como dices, esas cosas.
--Que?
--Cada uno tiene la forma, de ganarse la vida. Yo cobraba con pocos intereses, y no robaba a la gente.
--De que estás hablando? Anda, que tengo muchas cosas que hacer. Vamos, vete.
--Hasta luego.
--No puedo, con este hombre. Huy, madre mía. Pobre muchacha.Vaya rollo de mentiras, le había contado el chacal a Menahad-- Meysam.
--Que pasa?
--Escucha. Nuestra Sanem, tiene líos con la mafia.
Por el anochecer, el amanecer, él como siempre corre para intentar olvidarla, pero, no podía. Lo primero que hizo, fue oler las violetas que ella cogía para hacer su perfume y recordó, aquel primer día que bajaron del coche, para que ella los cogiese.
"Así que esa era la razón.-- y siguió corriendo.
--Sanem. Oye, te encuentras bien? Me siento realmente mal, cuando te veo así--dijo Leyla.
--Sí. Tranquila, estoy bien. He decidido, hablar con él.
--Así es. Haces bien. Explicárselo todo, y verás como se resuelve el problema. Además, tampoco es para tanto. Además, ya sabes que puedes contar conmigo. No voy ha dejar, que te hagan daño. Vamos, venga.
--Sí, entremos.
--Aunque te juro, como voy ha soportar el careto a Aylim. Me tendré que hacer, de tripas corazón.
--Que pasa, aquí? Oye, que eso es mío. Dejadme. Quita, fuera, fuera. No la toqueis. La caja, viene de mi pueblo. Me la manda mi madre, porque piensa en mi. No toques. Fuera--decía Geygey, al ver que estaban viendo su caja.
--Es que tengo, curiosidad. Ya está bien. Porqué, no nos dices, que es?--preguntó Gollit, impaciente.
--Basta. Acaso os pregunto yo, de donde sois vosotras?
-- Pues pregunta. Yo por ejemplo, yo si pregunta, soy de Garapasay- dijo Gollit.
--Garapasay?--preguntó Vulkan.
--Siii.
--Sí, sí. Dicen que los de allí, son muy inteligentes.
--Sí.
--Yo soy, de Malalya.--dijo Vulkam.
--De Maladya?
-- De Maladya.
-- Yo soy, de Manedsa.
-- Manedsa? -- preguntó Geygey.
-- A ver, que es?-- preguntó Gollit.
--Parad.--gritó, Geygey.
--Geygey--interrumpió, ella.
--Hola...Sanem.
-- Sí quieres, puedo ayudarte.
-- Mira...ha soñado conmigo, y me lo ha enviado. Y no se lo puedo contar. Porque si lo cuentas, no se cumplen. Y estos, los quieren ver. Soltadlo ya. Soltad, de una vez. Y si hay algo, subido de tono, eh? A lo mejor, ha soñado algo, que no se puede contar. Sois unos cotillas. Soltadme.
--A ver, que es?
-- Suelta, suelta, suelta. Soltadla--dijo.
--Dejadle, en paz--dijo ella.
--Aayy. Yo también tengo, curiosidad. Que hay, en la caja? jaja--dijo Leyla.
Ella le vio entrar, pero él a ella, no. O tal vez la vio, pero la ignoró?
--No. Dejadme. Me la llevo, de aquí. Solo se lo enseñaré, a Sanem. Pero...quita.-- y salió corriendo, con la caja.
-- Geygey.
-- Pero...Geygey. Enseñanosla, no seas así.-- dijo Gollit.
-- Can. No he podido pegar ojo, en toda la noche-- dijo ella, tras entrar en la oficina-- quiero explicartelo todo. Se que no quieres escucharme. Pero, por favor. Haz un esfuerzo. Sino quieres, no tienes ni que mirarme a la cara.
-- Quedó, todo dicho. No lo entendiste?
-- Lo entiendo. Pero, por favor. Tienes que escucharme.
-- Ya no quiero saber nada de ti, Sanem.
-- Pues no tienes, más remedio. No terminé, de explicarme.
-- No voy ha creer, más mentiras. Y me da igual, lo que me digas, vete.
-- Cometí un error, lo sé. Pero entonces, no te conocía. Lo juro.
-- Sanem. Te vas tú, o me voy yo?
-- Can, por favor.
-- Vuelve ha llamarme, señor Can.
-- Can. Cuando has llegado? No te he visto, entrar-- interrumpió Aderen.
-- Puedes irte, Sanem-- dijo él.
-- Señor Can. Quisiera hablar con usted, cuando tenga un rato libre.
-- Sanem. El señor Can, ha dicho, que te vayas. No lo has oído? -- dijo Aderen.
-- Sí, señor Can.
-- Cada vez que entro en este despacho, me encuentro a Sanem. La consistes, demasiado-- dijo Aderen.
-- Qué quieres, Aderen?
-- Pues...te traigo los análisis, del grupo, Group-cap. Quieres, verlo?
Mientras tanto, ella salió de la agencia, sin poder contener las lágrimas miéntras cogía él quemaba las fotos de ella y ella, cogió del bolso el rollito papel, recordando, cuando él le envió la caja con una pluma y un tintero que decía: no dejes de escribir, ni tampoco, de soñar.
-- No me apetece, entrar en la oficina-- dijo Embre.
-- Tú eres el dueño de la empresa, vale? No permitas, que te infravalore. Has conseguido la campaña, de I.R,T.P.T. La gente, depende, de ti. No lo olvides. -- dijo Aylim.
-- Me va ha montar, otra escena.
-- No le des, tanta importancia. Además, quién se cree, que es? Tú tienes tanto peso, como él, en esta empresa. No puede hacerte nada, tranquilo.
-- Está bien. Pero entra, tu primero. Luego voy.
-- Vale.
-- Ya he revisado, los resultados. Hay alguno, más? -- preguntó él.
-- No, no. Eso es, todo.
-- Perfecto.
-- Can. Estás bien?
-- Reúne a tú equipo, y busca los documentos anteriores, en el archivo.
-- Muy bien.
-- Vale.
-- Oh, no. No he traído, un boli. Me dejas, uno tuyo?
-- Sí, toma.
-- Muchas gracias.
-- No hay, de que.
-- Buenos días. Tenemos reunión, con Ovideo, no?-- interrumpió Aylim, al entrar.
-- Tú no hace falta, que estés-- le dijo.
-- Can. Soy la consultora.
-- Si consultamos algo, te avisaremos. Ve a tu despacho. Esto, no va contigo.
-- Ve a tu despacho. A lo mejor, te consultamos algo. Sino, no. Tú, espera.--dijo Aderen.
-- Vale. Llamadme, si me necesitáis.
-- No lo creo. Para que?
-- Qué hace, el aquí?-- preguntó él, al ver entrar a su hermano.
-- Mm?
-- Qué haces, tú aquí? -- preguntó él.-- como te atreves ha venir, eh? Vete, de aquí. Fuera. No me has oído? Lárgate.
-- Quien eres tú, para echarme? Te recuerdo, que yo también, soy socio de esta empresa.
-- Escuchame. La empresa, ya me da igual. Pero ahora, tengo otros problemas. Fuera, de aquí. Vete.
-- Tú te has vuelto loco, y por eso, me voy. Pero no puedes, echarme, de la empresa. Volveré. Pero no te hagas, a la idea.
-- No se te ocurra, volver. -- Qué, que pasa? Ha trabajar, vamos.