Juego de roles

Od cabritapalmonte

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¿Pueden las tramas de dos personajes de ficción traspasar el papel y afectar a las actrices que los interpret... Více

Prólogo.
Capítulo 1. El post-it.
Capítulo 2. Sonia y Selena.
Capítulo 3. Confirmamos.
Capítulo 4. Conexión.
Capítulo 5. Una buena idea.
Capítulo 6. Equipo de investigación.
Capítulo 7. La vedette.
Capítulo 8. El oráculo.
Capítulo 9. La pipa de la paz.
Capítulo 10. La llorona.
Capítulo 11. Tú y yo solas.
Capítulo 12. Spoilers.
Capítulo 13. Luisita quiere ser actriz.
Capítulo 14. La cena.
Capítulo 15. La noche sigue.
Capítulo 16. Cuando no me ves.
Capítulo 17. Romeo y Julieta.
Capítulo 18. Día de estreno.
Capítulo 19. Luisita se da cuenta.
Capítulo 20. Gracias.
Capítulo 21. Yo quiero bailar.
Capítulo 22. Poder de convicción.
Capítulo 23. El primer beso.
Capítulo 24. Navidad en octubre.
Capítulo 25. Twitter vs Instagram.
Capítulo 26. La carta de los Reyes.
Capítulo 27. Y bailar juntas a la luz de la luna.
Capítulo 28. Juego de roles.
Capítulo 29. Real Madrid vs Alcoyano.
Capítulo 30. El sofá.
Capítulo 31. La blonde, le bisou et le froid.
Capítulo 32. Aquí pasa algo.
Capítulo 33. La intervención.
Capítulo 34. Policía de Chamberí.
Capítulo 35. Dinamita.
Capítulo 36. Misión cumplida.
Capítulo 37. Jugada maestra.
Capítulo 38. El regalito de Jonás.
Capítulo 39. Qué electricidad.
Capítulo 40. No es una escena intensita.
Capítulo 41. Clases particulares.
Capítulo 42. A veces eres insoportable.
Capítulo 43. La paella se come con cuchara.
Capítulo 44. Agua.
Capítulo 45. La bella durmiente.
Capítulo 46. El consejo de Angy.
Capítulo 47. Bola de discoteca.
Capítulo 48. Los espejos.
Capítulo 49. Amunt València.
Capítulo 50. Malvarrosa.
Capítulo 51. Cierra la puerta.
Capítulo 52. El teatro.
Capítulo 53. Luisita y Amelia y Paula y Carol.
Capítulo 55. La quedada.
Capítulo 56. Amelie.
Capítulo 57. Sucumbir.
Capítulo 58. Click.
Capítulo 59. Es inútil huir de ti.
Capítulo 60. El Retiro.
Capítulo 61. Mi rosa.
Capítulo 62. Dos dramas con final feliz.
Capítulo 63. Fiesta, borrachera y bronca.
Capítulo 64. Implicarse.
Capítulo 65. Después del partido.
Capítulo 66. Yo así no puedo.
Capítulo 67. Las violinistas del Titanic.
Capítulo 68. Crush.
Capítulo 69. El concierto.
Capítulo 70. Fin de fiesta.
Capítulo 71. Volver a medias.
Capítulo 72. Casa.
Capítulo 73. Sorpresas y cervezas.
Capítulo 74. El Holandés Errante.
Capítulo 75. Terceros en discordia.
Capítulo 76. Happy flowers.
Capítulo 77. Las dos despedidas.
Capítulo 78. Junta de capitanas.
Capítulo 79. ¿Tú crees que Luisita y Amelia...?
Capítulo 80. #Luimelia.
Capítulo 81. Cosas de trabajo.
Capítulo 82. Amelí is back.
Capítulo 83. Día 1.
Capítulo 84. Día 2.
Capítulo 85. Día 3/1.
Capítulo 86. Día 3/2.
Capítulo 87. Día 4.
Capítulo 88. Nudos y líos.
Capítulo 89. La verdad.
Capítulo 90. Pasarlo muy bien.
Capítulo 91. Regalos de Navidad.
Capítulo 92. ¿Aprender a ser amigas?
Capítulo 93. Sustos.
Capítulo 94. Una canción alegre y otra no tanto.
Capítulo 95. Operación Horchata.
Capítulo 96. Cuando zarpa el amor.
Capítulo 97. La luna de cartón.
Capítulo 98. Malpensada.
Capítulo 99. Petons.
Capítulo 100. No plan de San Valentín.
Capítulo 101. Encierros, viajes y destinos.
Capítulo 102. Sin besos.
Capítulo 103. Cierra la puta puerta.
Capítulo 104. El beso favorito de Paula.
Capítulo 105. Lunas y meñiques.
Capítulo 106. La sorpresita de la cebra y el león.
Capítulo 107. El tercer grado.
Capítulo 108. El frontón sentimental.
Capítulo 109. Estado de alarma.
Capítulo 110. Como ninguna.
Capítulo 111. A golpe de nostalgia.
Capítulo 112. Fase cero.
Capítulo 113. Hacer ruido.
Capítulo 114. Carol está rara.
Capítulo 115. Almas viejas.
Capítulo 116. Kamikaze.
Capítulo 117. Te quiero.
Capítulo 118. Todo el rato tú.
Capítulo 119. Ojitos de sueño.
Capítulo 120. Cariño.
Capítulo 121. Confesiones y planes.
Capítulo 122. Soltar y seguir.
Capítulo 123. Dos tías que se quieren y ya está.
Capítulo 124. Luimelia dos y tres.
Capítulo 125. Probando nombres.
Capítulo 126. Amor amor.
Capítulo 127. Tríos, mentiras y verdades.
Capítulo 128. ¿Sí o no?
Capítulo 129. Las Torres KIO.
Capítulo 130. Nuestro propio universo.
Epílogo.

Capítulo 54. Paralelismos.

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Od cabritapalmonte

Era viernes a primerísima hora de la mañana en la sala de maquillaje y peluquería de Amar y Lucía y Angy charlaban animadamente mientras a su lado se encontraba una Paula bastante distante. En todo aquel rato, la valenciana apenas había abierto la boca y si lo había hecho había sido para contestar con monosílabos y con un tono bastante borde. Cierto era que el humor de Paula por las mañanas no era el mejor pero aquel día parecía estar especialmente irritada, seria y hasta algo irascible. 

Tanto Angy como los demás compañeros allí presentes habían notado aquella actitud de la rubia y por miedo a que les contestara con alguna bordería o les propinara algún comentario no muy acertado por su parte, prefirieron no decirle ni preguntarle nada y dejarla tranquila con lo que fuera que le pasara.

En cuanto hubieron acabado con Paula y estuvo lista esta se levantó del sillón y siguiendo con aquel amargo silencio en el que había estado en aquella sala, salió por la puerta y se fue a su camerino. Angy y Lucía, a quienes aún les quedaba un buen rato allí, en cuanto vieron que la rubia desaparecía por la puerta saltaron rápidamente a comentar la situación.

- Pero, ¿y a esta qué mierda le pasa? -dijo Angy extrañada.

- Pfff -negó Lucía con la cabeza-, a ver cómo te lo explico porque para entender cómo funciona esa cabecita rubia se necesita un máster hija...

- Cuenta, cuenta -insistió Angy.

- A ver, ayer por la noche fuimos a los premios estos.

- Sí -asintió Angy.

- Y te acuerdas que os dije por el grupo que no sabía si Carol iba a ir o no.

- Sí -volvió Angy a asentir.

- Vale pues al final no fue y esta pues... -hizo un gesto de obviedad con la mano.

- Mmmmm -seguía asintiendo-, vale...ya veo por dónde va la cosa...

- Pues el tema es que aparecimos allí las dos junto con María Castro, íbamos guapísimas por cierto, o sea, reinísimas...

- Sí, sí, he visto las fotos de Insta ahí en la escalera esa guapísima.

Lucía asintió antes de continuar hablando.

- Y bueno eso, que llegamos allí, alfombra roja, entramos, pasaba el rato y Carol no aparecía ni le contestaba los Whatsapps a esta.

- Bueno a ver lo de que Carol tarde en contestar los Whatsapps es bastante normal, si ya sabemos cómo es, que está siempre en los mundos de yupi.

- Sí pero es que a parte estaba estudiando, que nos dijo que para hoy tenía siete secuencias.

- Buah -sacudió Angy su mano.

- Claro, es que era totalmente comprensible que no le contestara...pues nada, resumiendo, se pasó prácticamente toda la noche mirando el móvil por si Carol le hablaba y se acabó pillando un buen pedo mientras me rallaba a mí la cabeza porque bueno...la niña quería que fuera la otra y no fue.  Y nada, llegamos bastante tarde a casa y ya sabes a la hora que nos teníamos que levantar, así que habrá dormido poco e imagino que algo de resaca tendrá...y está gilipollas.

- ¿Pero Carol le había dicho que iba a ir?

- Ella me dijo que Carol estaba invitada pero que eso, que tenía mucho que estudiar y que no tenía pensado ir, pero que había hablado con ella para convencerla y no sé...el caso es que estaba muy segura de que Carol iba a aparecer y no fue así y se llevó un chasco. 

- Vaya... -dijo Angy pensativa-, o sea, que aún sabiendo que tenía mucho que estudiar pensaba que Carol iba a ir y ni fue ni le contestó a los Whatsapps y por eso hoy está así de rancia con todo el mundo.

- Mayormente. ¿Que Carol le podía haber dicho algo de que al final no iba?, pues sí, pero yo qué sé, se le habrá pasado, estaría hasta tarde estudiando sin mirar el móvil para nada y luego se iría a dormir.

- Mae mía la drama queen, es que ni que fueran novias de verdad -rió Angy. 

- Ya hija -rió también Lucía-, si es que es absurdo que esté así porque es una tontería, pero bueno...ya sabes que Pau es muy sentida y se rebota muy pronto y con Carol pues...

- Ya...

- Yo creo que en su cabecita de alguna manera lo de ayer era una cita y Carol la dejó plantada.

- Hombre pero no lo era porque había más gente, ¿no? -rió.

- Claro, claro, pero como Carol no tenía intención de venir, si de repente aparecía pues sería porque Paula la había convencido.

- Y a Paula se le caerían las bragas y estaría toda orgullosa porque pensaría que si estaba allí era solo por ella -añadió Angy.

- Eeeeeeso es -dijo Lucía entre risas. Y como estaba tan convencida de que iba a ir y al final no fue, pues patadita en el orgullo y en el cora...y si alguien además de ser sentida y tomárselo todo siempre a pecho, también es orgullosa, pues esa es Paula.

- Aaaaaaay señor... -suspiró Angy.

- Qué le vamos a hacer, es un amor pero tiene sus cositas, como todos -rió Lucía.

- ¿Y ya ha hablado con Carol de todo esto?

- No, creo que ni se han visto aún, pero sé que en un rato tienen una secuencia muy interesante juntas y por supuesto no me la voy a perder.

- Define muy interesante.

Lucía sonrió pícara.

- Resulta que es el cumpleaños de Amelia y Luisita la sorprende en su habitación del hotel con una tarta y yo qué sé qué más y pues polvo cumpleañero de regalo -rió.

- O sea que follan en un hotel...vaya, no sé por qué esta situación me resulta familiar -sonrió con malicia.

- ¡Hostia es verdad! -estalló Lucía en una gran carcajada. Cuando vives en el limbo entre la ficción y la realidad -seguía riendo.

- Se han pasado el juego de los roles -reía Angy también.


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Tras haber grabado a primera hora de la mañana la escena donde Amelia llegaba a la habitación de su hotel y se encontraba a Luisita sorprendiéndola por su cumpleaños con un ramo de flores, una tarta y una botella de champán, ahora a media mañana les tocaba grabar la segunda parte de esa escena donde ambas estaban en la cama tras haber tenido sexo. 

Las habían vestido a ambas con camisones de seda, las habían peinado con los cabellos desaliñados y debían meterse juntas en una pequeñísima cama individual mientras bebían champán, se fumaban un cigarro y decían su texto.

Paula había pasado toda la mañana enfurruñada por el desplante de Carol de la noche anterior y seguía en sus trece. Mientras el director les daba unas últimas indicaciones antes de empezar a grabar la rubia estaba distante y con cara de pocos amigos. Estaba tan ensimismada en conservar su enfado que ni se había dado cuenta de que se iba a meter de nuevo en una cama con Carol, cosa en la que sí había reparado la catalana. Paula y Carol habían estado juntas en la misma cama en una habitación de hotel, ahora harían lo mismo Luisita y Amelia y a Carol no podía dejar de hacerle gracia la situación y a la vez excitarla.

Miró a Paula esperando encontrar en ella una mirada cómplice o una sonrisita nerviosa que le indicara que en efecto ella también se había dado cuenta de los paralelismos de la realidad y de la ficción, pero sin embargo lo que encontró fue a una Paula con la mirada algo esquiva y con pocas ganas de hacer el ejercicio de sonreír. Ya había reparado en este comportamiento de la valenciana al grabar la primera parte de aquella secuencia y pensó que se debería a que era la primera hora de la mañana, pero al ver que se seguía comportando de la misma manera fuera de escena ya pasada media mañana, entonces fue cuando se empezó a extrañar.

Justo cuando se estaba preguntando si tendría un mal día y estaría comportándose así con todo el mundo o por algún motivo solo lo estaba haciendo con ella, el director acabó de dar sus indicaciones y las mandaron meterse en la cama así que aparcó por un momento aquellos pensamientos e hizo lo que le ordenaron.

Puesto que la cama estaba pegada a una pared primero se metió Paula y seguidamente Carol. Esta se arrimó bien a la rubia para que cupieran ambas en aquel colchón tan reducido y en cuanto sus brazos desnudos hicieron contacto piel con piel entonces Paula se giró, vio de nuevo en primer plano aquella constelación de lunares y cayó en la cuenta, olvidándose momentáneamente del absurdo enfado que llevaba encima y casi hasta de su nombre.

Aunque fuera siendo Luisita y Amelia se había vuelto a ver de repente en la misma cama con la morena que le nublaba los sentidos y le hacía perder la razón y un montón de recuerdos de aquella noche en Valencia ocuparon su mente haciendo que se le acelerara el pulso y hasta se le erizara el vello.

Mientras la rubia intentaba que no se le saliera el corazón del pecho Carol encendió un cigarro acabándose de recolocar en la cama, seguidamente Paula cogió su copa de champán y entonces escucharon la señal de Edu.

- ¡ACCIÓN!

Esperaron unos segundos y entonces Paula empezó con su texto.

- Oye, coge tu copa -sonrió.

Carol le dedicó una mirada intensa mientras soltaba por la boca el humo del cigarro de una manera sensual y ya solo con eso Paula se estremeció por dentro.

Jo-der.

Sin decir nada Carol acercó su mano libre a la mesita de noche, cogió la copa y sonrió.

- Por ti y porque no te puedo querer más -siguió Paula con su texto.

Ambas se miraron con ojos brillantes por unos segundos y seguidamente Carol hizo su réplica.

- Por nosotras -chocó su copa contra la de Paula y sonrió.

Se acercaron y se dieron un escueto pero tierno beso en los labios. 

- Guapa -dijo Carol a escasos centímetros de su rostro.

Paula se mordió el labio inferior y se quedó mirando unos segundos aquella boca.

Pfff.

Tras el brindis y el beso bebieron, Carol volvió a dejar su copa sobre la mesita de noche y depositó su mano sobre la pierna de Paula en un gesto cariñoso.

- Oye -dijo Paula.

- ¿Mmmm? -sonrió Carol.

- ¿Te ha gustado?

- ¿Tú qué crees Luisita? -dijo entre risas mientras alzaba las cejas.

Paula sonrió y le cogió el cigarro de la mano para darle una calada.

- Es más -siguió Carol con su texto-, ojalá cada día fuera mi cumpleaños -sonrió.

De repente se escuchó un golpe tras la puerta de la habitación y ambas se giraron algo sorprendidas y asustadas.

- Eeemmmm, yo creo que te tendrías que ir -saltó Carol-, yo si quieres te acompaño Luisita, de verdad.

- No, Amelia, a ver, vamos a esperar diez minutos, diez minutos y me voy, venga diez minutos -acabó diciendo en un tono de súplica.

- Cariño si yo por mí te puedes quedar toda la noche, lo que pasa que sufro por tu madre -contestó Carol.

- Diez minutos y me voy -volvió a decir Paula.

- Mmmm mmmmmmm m mm mmm -murmuró Carol en un tono de burla como repitiendo lo que había dicho ella.

Paula sonrió bobalicona y la besó. Carol le agarró la cara con su mano derecha, volvió a repetir el beso y seguidamente dejó una caricia en su hombro y en su brazo.

- Bueno -asintió Carol. 

Paula le dio una última calada al cigarro y lo apagó en el cenicero.

- Anda, trae -dijo Carol cogiéndole la copa y dejándola sobre la mesita.

- Aaaay -suspiró Paula mientras se escurría entre las sábanas para meterse más en la cama.

En un rápido movimiento Carol le pasó su brazo derecho por la espalda y con la otra mano guió la cara de la rubia para que se recostara sobre su pecho y le dio un beso en la frente. Paula puso su brazo sobre su abdomen abrazándola de medio lado y usó aquella constelación tatuada y aquellos pechos de almohada, haciéndole sentir de nuevo tanto a ella como a Luisita tantas y tantas cosas y excitándola al saber que únicamente una fina capa de seda separaba su cara de aquellos pechos tan perfectos que un día saboreó.

Carol la estrechó aún más entre sus brazos, esta le contestó mirándola con ojitos reveladores y de nuevo volvió a besar su frente. Paula sonrió mientras cerraba los ojos para dormir y por un instante no pudo evitar sentirse cuidada y protegida entre aquellos brazos y deseó que ese momento entre Luisita y Amelia ojalá se hubiera dado en Valencia con Paula y con Carol para haber acabado aquella noche tan mágica de una manera perfecta.

Jo.

Se quedaron en aquella posición durante unos largos segundos y acto seguido escucharon cómo Edu les indicaba que seguían grabando lo que sería la mañana siguiente sin cortar, así que se recolocaron en la cama, Carol se puso de medio lado y Paula se pegó a su espalda abrazándola. La estrechó con fuerza entre sus brazos y respirando aquel olor del trópico que la volvía loca y sintió que podría quedarse en aquella cama toda la vida pero lamentablemente Críspulo dio unos golpes en la puerta para hacer su aparición en escena.

- Amelia -dijo Críspulo al otro lado de la puerta.

Carol abrió sus ojos algo desconcertada y acto seguido se incorporó en la cama dando un respingo mientras le daba unos golpecitos a Paula para que se despertara.

- ¡Ay!, ¡Luisita! -dijo llevándose una mano a la boca.

- Ay, ay, ay, ay, ay, nos hemos quedao dormidas -dijo Paula maldiciéndose mientras hacía aspavientos con las manos y se tapaba la cara.

- ¡Jesús!, ¡ya voy!, ¡ya voy! -alzó la voz Carol.

- ¡Amelia voy a entrar!

- No -dijo Carol mientras se giraba hacia Paula para cubrirla.

- No, no, no, no, no, no -dijo Paula histérica escondiéndose bajo la manta.

- ¡Entra, entra! -dijo Carol una vez Paula se había cubierto.

- ¡¿Pero qué pasa?! -dijo Críspulo abriendo la puerta-, ¡¿pero no has visto las horas?! -señaló su reloj de muñeca.

- Sí, ya lo sé Jesús pero es que, que, que, que -dijo Carol acelerándose con las palabras como intentando buscar una excusa rápida-, ha sonao el despertador y noooo, no, no, no me he enterao.

- Pues date prisa si no quieres que Domingo te cante las cuarenta -dijo entrando en la habitación y cerrando la puerta tras de sí-, ¡que ya sabes cómo es con la puntualidad!

- Que sí, que sí, que vete que me voy a cambiar -dijo mandándolo salir con la mano mientras miraba de reojo la cama.

Críspulo miró el bulto que había en la cama y sonrió pícaro.

- Y...¿y ese bulto?, ¿a quién...?, ¿a quién escondes ahí?

- A nadie Jesús, que es la almohada.

- Ya... -seguía con la sonrisa pícara. 

- Es que doy tantas vueltas por la noche que, que, que, que al final es que termina en cualquier sitio menos en la cabeza.

- Ya, ya, ya, ya...

- ¡Jesús vete ya, por favor!, oh -se quejó.

Críspulo se acercó corriendo a la cama y levantó la manta.

- ¡NO!, ¡TSS!, ¡EH! -grito Carol.

- ¡AAAAAAAH! -grito también Paula al haber sido descubierta.

- ¡Lo sabía que había gata encerrada! -dijo Críspulo-, es que tengo un olfato yo...

- ¡Ya, ya!, ¡a ti te gusta mucho meter las narices donde no te llaman, Jesús! -dijo Paula en un tono de enfado mientras intentaba taparse.

- Jesús no digas nada por favor, ¿eh? -dijo Carol.

- No, no, no, no, tranquilas, tranquilas -las calmó Críspulo. Luisita, hay dos camareras ahí fuera desayunando, si no quieres que te vean ándate con ojo, ¿eh?

- Bueno, gracias, gracias -dijo aún con el susto en el cuerpo.

- Bueno -saltó Carol-, vete, vete, que nos tenemos que cambiar Jesús.

- No, no, no, ¿y salir ahora?, ¿y si me ve Domingo?, no, va a resultar muy raro, mejor me quedo aquí, vosotraaaas...vosotras seguid a lo vuestro -dijo pícaro.

- ¡Jesús! -dijo Carol entre risas.

- Es broma, ¿no? -dijo Paula en un tono de enfado.

- Vaaaaale -dijo saliendo de la habitación con una risita traviesa.

- Corre, sal -dijo Carol girándose hacia Paula con su vestido en las manos.

- Me van a matar, en casa me matan sdkuenlsxnd -barruntaba mientras salía de la cama.

- Si es que ha sido culpa mía, ha sido culpa mía Luisita si es que estaba tan a gustito... -dijo Carol.

- ¡Ya!, ¡y yo también!, ¡es que, es que tengo que andar a escondidas todo el rato! -se quejó mientras se ponía el vestido.

- Es lo qué tenemos que hacer, ¿eh? -dijo Carol mientras la ayudaba a vestirse y se aguantaba la risa por ver aquella Luisita histérica. Por aquí -ayudó a meter el brazo de Paula por la manga del vestido.

- Me van a mataaarrr -dijo Paula con una vocecita muy aguda, histérica. 

Carol le abrochaba el vestido por la espalda entre risas.

- ¡No te rías!

- Ya está Luisita -seguía Carol entre risas.

Críspulo volvió a llamar a la puerta y entró tapándose los ojos.

- SSSSHHH -saltó Paula.

- ¡¿QUÉ!?, SSSHH -saltó Carol.

- Luisita, ahora o nunca, no hay moros en la costa -rió Críspulo mientras volvía a cerrar la puerta.

- Gracias -dijo Paula. ¡Amelia! -le dio un golpe en la mano para que dejara de reírse y se diera prisa abrochando el vestido.

- Amoooor que ya está -reía-, espera, aaahí -acabó de abrocharle el vestido.

- Diooossss -seguía Paula sulfurada.

- Ya está, guapísima, guapísima -rió Carol poniéndose frente a ella y arreglándole algo el pelo alborotado.

- Te veo luego -le dijo Paula mientras la acercaba hacia sí para darle un beso.

- Oye -le cogió la cara con ambas manos. Muchas gracias por el mejor cumpleaños de mi vida, ¿mmm? -asintió mientras sonreía y se daban otro beso.

- Diossss, me van a matar -dijo Paula cogiendo sus zapatos. ¡En casa me matan!

Carol no dejaba de reír. Paula cogió su chaqueta colgada tras la puerta mientras soltaba un ruidito agudo quejoso y por fin salió de la habitación.

- Ssssh -dijo Carol entre risas mientras la veía salir.

- ¡Vale cortamos! -dijo Edu tras esperar unos segundos. 

Paula volvió junto a Carol para escuchar lo que les tuvieran que decir.

- Podéis ir a descansar una media horita y luego volvéis para hacer una segunda toma de esta última parte, ¿vale?

Ambas asintieron.

- Buuuuueeeeno, bueno, bueno, buuueeeeno -dijo Lucía saliendo de la esquina donde estaba escondida. Mira el Alcoyano y el Madrid qué comedidos con lo bien que saben jugar -sonrió pícara.

Carol rió divertida y Paula le clavó una mirada desafiante mientras volvía a acordarse de aquel enfado que venía arrastrando toda la mañana.

- Pero no te enfades Alcoyano -saltó Lucía-, que yo ya sé que tú sabes jugar muy bien -le sacó la lengua.

- ¿Te quieres callar la puta boca? -dijo Paula en un tono de enfado mientras miraba a ambos lados por si alguien las estaba escuchando.

- Sí que sabe jugar, sí -dijo Carol con una sonrisa sugerente.

- Eeeeee...mira, paso de vosotras -dijo enfadada, girándose con intención de salir del set.

- A ver cuándo se acaba esta dictadura y os dejan comeros la boca a gusto como el finde pasado en Valencia, ¡eso sí que fue una buena comida de boca! -rió Lucía escandalosamente.

Carol rió con una risita nerviosa mientras se tapaba la cara algo avergonzada y Paula, quién estaba a punto de salir por la puerta, se giró toda nerviosa y alterada.

- ¡LUCÍA! -dijo alzando la voz mientras la atravesaba con una mirada que bien podría haberla matado.

Sin filtro alguno y con todo su descaro, Lucía había soltado aquellos comentarios en el set estando presentes varios miembros del equipo y estos la habían escuchado perfectamente. Entre que Lucía, Angy y alguno más de sus compañeros comentaban cosas de ellas sin mucho disimulo en la sala de maquillaje y peluquería y en otros lados y que Lucía chinchaba a Paula con ciertos comentarios siempre con segundas, ya era vox pópuli que algo pasaba entre Paula y Carol fuera de cámaras así que al escuchar aquellos comentarios de Lucía en el set, todos rieron disimuladamente sin saber muy bien si era broma pero con la sospecha de que no lo fuera.

Por supuesto ellas tres sabían que desde luego broma no era y mientras Paula salía al fin del set toda enfadada, Carol abrazó a Lucía pasándole el brazo por encima de sus hombros entre risas.

- Pero tía -reía Carol.

- Perdón, perdón, se me ha escapao -reía también Lucía. Es que no puedo evitar vacilarla aún más cuando sé que está tontita, se enfada de una manera que es que es graciosísima, es como una niña pequeña con una rabieta -volvió a reír.

- Qué cabrona -seguía Carol entre risas-, pero...¿por qué dices que está tontita?, o sea, algo he notado, pero no sé qué le pasa...

- Uy amiga...igual deberías hablar con ella.

- ¿Por? -dijo Carol extrañada.

- Porque si hoy lleva todo el día con los cables cruzaos es por ti...

- ¿Qué dices?, pero y, ¿yo qué he hecho ahora? -seguía sin entender.

- Tú no has hecho nada mi amor que eres un ángel caído del cielo -dijo entre risas-, lo que pasa que aquí la niña ya sabes cómo es...es muy sentida y bueno...que no le hizo mucha gracia que ayer no vinieras a los premios ni le contestaras y eso.

- ¡Hosti! -saltó llevándose una mano a la boca. Es verdad, se me olvidó por completo y no me acordé de contestarle...tengo que ir a pedirle perdón.

- Bueno igual ahora es mejor dejarla tranquila un rato porque igual te muerde -rió Lucía.

- No, no, voy ahora que no tengo nada que hacer hasta que volvamos a grabar -dijo Carol en un tono firme.

- Pues suerte amiga -le dio una palmadita en el hombro.

Carol salió del set dispuesta a arreglar aquel malentendido y a calmar las aguas y fue hasta el camerino de Paula.

- ¿Se puede? -dijo llamando a la puerta.

- Sí -contestó Paula al otro lado.

Carol entró con la mejor sonrisa que tenía y se puso frente a ella.

- ¿Qué? -dijo Paula en un tono de enfado y con la mirada algo esquiva.

- Oye que vengo en son de paz -rió Carol. 

Paula rodó los ojos.

- Que he hablado con Lucía y...bueno...que me ha dicho que estás algo enfadada por lo de ayer...

- No estoy enfadada -dijo en un clarísimo tono de enfado mientras le giraba la cara.

- Paula... -le cogió la cara con la mano para que la mirara. Estás enfadada conmigo -asintió.

La valenciana se soltó de aquel agarre y exhaló con fuerza antes de empezar a hablar.

- Es que me dijiste que ibas a venir y no viniste -le rechistó.

- Bueno, a ver, yo en ningún momento te dije que iba a ir seguro, te dije que si me daba tiempo a estudiármelo todo iba, pero no fue así y me dieron las tantas.

- Es que yo te dije que si al llegar a casa te ponías a estudiar te daba tiempo de sobras -dijo toda acelerada y enfadada-, y no lo hiciste porque sino hubieras venido, o sea que no sé qué coño estuviste haciendo toda la tarde.

- Ey, ey, tranquila, ¿eh? -dijo algo molesta ante la actitud de Paula. Claro que me pasé toda la tarde y toda la noche estudiando, ¿qué te piensas?, pero es que también tengo una vida y tenía más cosas que hacer.

- ¡Pues podrías haberme contestado!, que no sé para qué coño tienes un teléfono si no lo usas.

- ¡Pero si sabes de sobras que yo al teléfono nunca le hago caso! -dijo Carol ya algo enfadada. Se me olvidó, ¿vale?, lo siento, estaba liada y me fui a dormir agotada entre papeles y se me pasó contestarte.

- ¡Es que habías quedado conmigo joder!, si quedas en decirle algo a una persona pues se lo dices y además no ignoras sus mensajes después -dijo Paula mientras incrementaba su enfado.

- ¡Pero que no ignoré tus mensajes!, ¡es que simplemente no miré el móvil!, ¡no me acordé!, además, es que ni que te hubiera dejado sola si ibas con Lucía y con María, qué más da.

- ¡Pues no!, ¡qué más da no porque me tenías que haber contestado!, ¿y esta mañana tampoco has leído mis mensajes?, o los has leído y has dicho bueno ahora para qué voy a contestarle si total ya la ignoré ayer pues puedo seguir haciéndolo.

- ¡¿Pero qué dices?!, tío, en serio, a veces es que eres pffff -dijo Carol en un resoplo, ya bastante enfadada-, ¡pues no!, ¡no!, no he mirado el Whatsapp esta mañana qué quieres que te diga, me he levantado a las cinco y media y he llegado aquí a las seis y media y ya me he metido en maq y pelu y ya me he dejado el móvil en el camerino, no estoy todo el día pegada al aparatito como lo estás tú.

- Pues yo por lo menos le contesto a la gente cuando me habla.

- ¡Ya te he pedido perdón!, y te lo vuelvo a decir, perdón, ¿vale?, ¿te quieres relajar?

 - Mira...mira...no me digas que me relaje porque es que, es queee -dijo haciendo aspavientos con las manos-, ¡no se puede ir así por la vida!, ¡que tú vas siempre a tu puta bola y te la suda todo!

- ¡¿Pero qué me estás contando Paula!?, ¡vale que soy algo despistada pero no me la suda todo!, y a parte es que, ¿por qué coño te tengo que dar a ti explicaciones de lo que hago y lo que dejo de hacer?...mira de verdad es que estás gilipollas, paso de discutir con una cría, cuando se te pase hablamos, ¿vale? -dijo encaminándose hacia la puerta.

- ¡Gilipollas tú! -dijo Paula empujándola contra la puerta.

- ¿Me acabas de empujar? -dijo Carol boquiabierta girándose hacia ella.

- Si no lo has notado te puedo empujar otra vez.

- ¿Pero de qué vas? -la empujó Carol.

Paula la empujó de nuevo y Carol se la volvió a devolver. Empezaron a empujarse mutuamente entre gruñidos de enfado y brazos que volaban locos intentando atraparse y deshacerse de sus agarres y acabaron forcejeando contra la puerta del camerino. 

- ¡Que pares! -le dijo Carol.

- ¡Que pares tú! -replicó Paula.

Siguieron con aquel forcejeo cuando por fin Carol consiguió atrapar a Paula entre la puerta y ella y le agarró con fuerza las muñecas elevándolas y poniéndolas una a cada lado de su cabeza. La valenciana intentó hacer fuerza para salir de aquel agarre pero no fue capaz y la miró con rabia. Ambas se quedaron unos segundos retándose con los ojos, enfurecidas mientras se respiraban a pocos centímetros de sus rostros e intentaban recobrar el aliento perdido en aquel forcejeo y entonces, de repente, ambas sintieron la necesidad irremediable de lanzarse a sus bocas y se empezaron a besar con ansia y con rabia.

Carol soltó el agarre de sus muñecas y apresó con fuerza la cara de la rubia con ambas manos sin ningún tipo de delicadeza e introdujo su lengua con descaro mientras Paula jadeaba con fuerza en su boca y enredaba sus manos en sus rizos atrayéndola aún más hacia sí. Se devoraban las bocas de una manera primitiva, dura, nunca antes se habían besado de aquella manera estando tan enfurecidas, tan llenas de rabia. 

La catalana coló su mano entre aquellos cabellos dorados, los agarró con fuerza tirando de la cabeza de Paula hacia un lado para lanzarse a su cuello y entonces esta de un rápido movimiento la agarró con ambas manos de sus hombros y le dio la vuelta, colocando a Carol contra la pared. Se miraron por unos segundos a los ojos, excitadas por la rabia y el deseo y de nuevo Paula se lanzó a su boca en un instinto casi animal, succionando aquella lengua y mordiendo aquellos labios hasta el punto de llegar a hacerle daño.

- ¡Aaaah!, ¡joder Paula! -se quejó Carol.

Paula sonrió traviesa con la respiración entrecortada y le agarró el cuello de medio lado con firmeza.

- No me agarres así del cuello -dijo Carol clavándole una mirada que anticipaba peligro.

La valenciana no solo no la soltó sino que giró aún más su mano acabándole de coger por completo el cuello y la miró desafiante.

- Paula... -dijo Carol con una mirada cargada de deseo.

Esta se mordió el labio inferior casi a cámara lenta e hizo presión en aquel cuello, apretándolo y estrujándolo con su mano y aquello volvió loca a la catalana y entonces todo se desbordó. Carol volvió a darle la vuelta a Paula con ansia dominante y la atrapó con fuerza contra la puerta y ambas empezaron a estrujar sus cuerpos sin ningún tipo de delicadeza y volvieron a invadirse las bocas besándoselas, succionándoselas y mordiéndoselas como si fueran animales hambrientos.

Paula coló sus manos por debajo del camisón de Carol y clavó sus uñas en sus nalgas haciendo jadear a la morena y esta amasó los pechos de la valenciana sin ningún tipo de tacto, haciéndola gemir en su boca. Ambas vestían únicamente un simple camisón y no llevaban sujetador así que al sentir de una manera tan directa de nuevo sus cuerpos pegados, sintieron una excitación incontrolable que estaba empezando a hacer desperfectos entre sus piernas y a dejarlas sin aliento pero de repente escucharon unos golpes tras la puerta que las hicieron parar al momento.

- ¡Pau en cinco minutos en el set! -dijo un ayudante de producción desde el pasillo.

Ambas se quedaron respirándose los alientos intentando recobrar la respiración con sus frentes pegadas y Paula contestó como pudo.

- ¡Sí!...¡voy! -dijo mientras el pecho le subía y le bajaba desenfrenado.

- Tenemos que volver al hotel Luisita -rió Carol.

- No te rías imbécil -rió también mientras la separaba de ella con un empujón, esta vez cariñoso.

- No me empujes que acabamos mal -alzó una ceja.

- Tonta -dijo con una risita algo nerviosa.

Maldita ceja.

- Tú sí que eres tonta -le contestó Carol dándole una palmada en el culo. Venga anda, vamos -sonrió.

Antes de salir se ordenaron un poco las ropas y los cabellos y rezaron para que la hinchazón de sus labios disminuyera rápido para cuando hubieran llegado al set. Una vez recobradas sus respiraciones se sonrieron cómplices por lo que acababa de pasar y justo al abrir la puerta se encontraron a Angy en el pasillo.

- Hombreeeee pero si son Sonia y Selena la sensación del momento -dijo Angy mirándolas de arriba abajo y fijándose en sus labios aún hinchados.

- Estoooo, eemmm, que nos vamos ya que llegamos tarde que tenemos que grabar -dijo Paula visiblemente nerviosa.

- Emmm, sí, nos vemos luego -dijo Carol escapándosele una risita.

- Sí, sí, venga -se despidió de ellas alzando su mano. Vais muy sexys con esos outfits, ¿eh? -alzó su voz mientras Paula y Carol ya se alejaban por el pasillo. La madre que las parió... -dijo en un murmullo mientras sonreía con malicia.


*angy*

oye que estas ya se han arreglao eh?

*lu*

sí???

*angy*

sususu

*lu*

pero cómo lo sabes?

*angy*

porque me las acabo de encontrar saliendo del camerino de la rubia y te digo yo que se han arreglao

*lu*

se han hecho un arreglo de los suyos dices?

🌚

*angy*

🌝

eeeeexacto

no sé qué habrá pasao exactamente ahí dentro pero vaya que Carmen de Mairena gastaba menos labios, sabes lo que te quiero decir?

*lu*

JAJAJAJAJAAJAJAJA

entiendo perfectamente socia

*angy*

oleaje superado

navegamos con el viento a favor

*lu*

fetenísssimo 

*angy*

🚢👩🏻‍✈️


Pokračovat ve čtení

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