La emoción que sentía al volver a ver a los F4 era indescriptible, desde el pasado, había disfrutado tanto de su compañía y anhelaba la oportunidad de compartir tiempo con ellos nuevamente, eran mucho más que simples amigos, eran mi refugio, mi apoyo incondicional. Mi deseo de asistir a las reuniones de trabajo de mi padre iba más allá de la mera obligación o interés profesional, era la posibilidad de encontrarme cara a cara con los únicos seres humanos que, de verdad, me entendían y aceptaban tal como era.
Así que, una vez más, nos encontramos en la magnífica mansión de los Gun. A estas alturas, el esplendor de aquel lugar ya no me intimidaba ni impresionaba de la misma manera, pues llevaba asistiendo a estas reuniones semanales desde hacía más de dos meses. Sin embargo, esta visita en particular era diferente, habían pasado más de tres largas semanas desde la última vez que los había visto, y la nostalgia y la necesidad de volver a tener aquella conexión única con ellos habían crecido. No podía evitar que mi corazón latiera con más fuerza y mi mente se llenara de expectativas a medida que nos acercábamos a la entrada de la mansión.
A pesar de mis esfuerzos por mantener la calma, mi sonrisa se ensanchaba cada vez más y no podía evitar que mis ojos brillarán con felicidad y anticipación. En ese momento, mi mirada se cruzó con la de mi padre, y en sus ojos pude ver cuánto se alegraba de verme tan feliz y emocionada por este encuentro.
[...]
— Oye— dijo Jun Pyo desde el otro lado de la habitación, lo que provocó que mi padre y yo volteáramos para verlo —¿Qué crees que haces?— Preguntó con evidente molestia, acercándose hacia mí con paso rápido. Sus cejas estaban fruncidas y su mirada transmitía cierta agresividad mientras hablaba — Te estuvimos esperando desde hace días, apúrate y ven con nosotros.
Mi padre se encontraba visiblemente desconcertado y tal vez un poco molesto por la actitud de Jun. Sin embargo, al ver cómo me reía por el comportamiento de Jun Pyo, mi padre interpretó que esta era una dinámica normal en nuestra amistad y me instó a irme con los chicos.
— Te veo en un rato, papá — le di un beso rápido en la mejilla y me apresuré a salir de la habitación.
Una vez afuera, en el patio, nos encontramos los cinco reunidos, sentados cómodamente en el césped. Todos teníamos una expresión de alegría en nuestros rostros.
— Y bien, ¿Qué haremos el día de hoy? — pregunté emocionada —Esto parece una pequeña reunión de algo importante, como las reuniones que tienen mi papá y tus padres— comenté mientras le daba un codazo a Jun Pyo
— Aunque no lo creas, no somos tan bondadosos con otras personas como lo hemos sido contigo —interrumpió Yi Jeong en tono desafiante, desviando el tema y reflejando una cierta actitud más reservada en comparación a su trato conmigo.
—Genial, soy la excepción a la regla — respondí con humor, dejando en claro que no me tomaba en serio su comentario desafiante y mostrando confianza en nuestra relación— ¿Eso quiere decir que gané un premio o algo por el estilo?— sonreí divertida
— Parece ser tu día de suerte, tonta — dijo Woo Bin en tono burlón.
— Mjm Mjm — Jun Pyo se aclaró la garganta con cierta arrogancia — Eres bienvenida a los F4 — dijo con autoridad. — Aunque rompes un poco el significado de nuestro nombre, te daremos el honor de ser parte de los F4 aunque contigo en nuestro grupo seremos los F4+1. Porque solo nosotros somos mejores que las flores, tú eres solo alguien más — mencionó con arrogancia
— ¿Soy un F4? — pregunté emocionada, tratando de contener mi entusiasmo.
— Digamos que sí, pero a la vez no — respondió Ji Hoo, aguafiestas como siempre.
Mi pose se volvió orgullosa al escucharlo. Me sentía parte del grupo de chicos, por fin encajaba en algún lugar. Comencé a cantar alegremente mientras corría alrededor de ellos, repitiendo una y otra vez "Soy un F4, Soy un F4, Soy un F4".
— Entonces creo que sí gané un premio — afirmé, tratando de expresar la inmensa felicidad que sentía en ese momento. El grupo de chicos me importaba y me hacían sentir parte de algo más grande. Sin saberlo, ellos me estaban salvando la vida.
— Si sigues así te vetamos para siempre del grupo — criticó Jun Pyo, intentando hacerme molestar.
— No importa lo que digas, porque soy un F4 — le empujé y salí corriendo alegremente, iniciando una persecución amistosa. La risa y los gritos llenaron el aire mientras corríamos, demostrando la alegría en nuestro recién formado grupo de los F4 + 1.
Con el paso del tiempo, nuestra amistad se fue fortaleciendo cada vez más. Pasábamos la mayor parte del tiempo en la casa de Jun Pyo o en la mía, creando recuerdos inolvidables juntos. Aunque nuestras reuniones oficiales se limitaban a nuestras respectivas casas, eso no nos impedía salir y explorar el mundo juntos. Nuestros paseos por la ciudad eran siempre emocionantes. A pesar de que las salidas del país estaban supervisadas y requerían la aprobación de mi padre, conseguimos disfrutar de cada momento fuera de nuestras rutinas diarias. Era como si el mundo se volviera más colorido y vibrante cuando los cinco estuviéramos juntos. Sin embargo, también era cierto que la fama de nuestros padres a veces nos afectaba. La sociedad siempre tenía grandes expectativas sobre nosotros y nuestras vidas, lo que hacía que nuestra amistad fuera aún más importante. Nos apoyábamos mutuamente, compartíamos nuestras frustraciones y alegrías, sabiendo que podíamos contar el uno con el otro en cualquier momento.
A pesar de los desafíos que enfrentamos, teníamos el apoyo constante del mayordomo Lee. Su papel en nuestras vidas era crucial, siempre asegurándose de que estuviéramos seguros y cuidados. Él era nuestro confidente y cómplice, dispuesto a ayudarnos en cualquier situación. Sin embargo, también debíamos lidiar con las regañinas constantes de la señora Kang, la madre de Jun Pyo.
En fin, siempre que estuviéramos juntos todo era mejor para los cinco, y pasamos siendo igual de inseparables muchos años, cuatro para ser exactos...
[...]
MOMENTOS
Estábamos reunidos en el patio de la mansión de Jun, sentados en el césped. Miré a los chicos, quienes parecían sumidos en sus propias tareas y conversaciones, sin prestar mucha atención. Suspiré mientras contemplaba el cielo azul, deseando que el tiempo pudiera detenerse en ese momento. Decidí romper el silencio y dirigirme a ellos:
—El tiempo pasa volando, ¿no lo creen?— pregunté a los chicos, quienes apenas me prestaban atención. Suspiré, sintiéndome un poco decepcionada por su falta de interés. Observé el cielo, tratando de encontrar algo más emocionante que hacer.
—¿Con quién hablas?—— preguntó Ji Hoo con su voz llena de condescendencia, sosteniendo un libro en sus manos como si el mundo a su alrededor no le importara en absoluto.
No podía dejar de sentir que todo se volvía aburrido últimamente. A pesar de que siempre nos reuníamos en el patio y pasábamos tiempo juntos, desde que empezaron las clases, las reuniones de los F4+1 se habían convertido en aburridas sesiones de lectura. Ellos siempre estaban juntos en clase y yo me encontraba encerrada las 24 horas del día, los 7 días de la semana, esperando pasar tiempo con ellos, pero parecían no prestarme ni la más mínima atención.
—Estoy hablando con ustedes o eso supongo— Suspiré nuevamente por la falta de interés que mostraban hacia mí —pero ni siquiera me prestan atención— me senté junto a Jun Pyo, recostándome en él en busca de algo de consuelo. Pero incluso él parecía distraído y poco interesado en lo que ocurría a su alrededor.
—No sé si te diste cuenta, pero nosotros estamos haciendo tareas, a diferencia de otros— dijo Yi Jeong de forma sarcástica y volteó a verme con una expresión de molestia e impaciencia. Siempre se cansaban de mis berrinches.
—Como si fuera culpa mía no tener tareas—le respondí con voz desafiante. No pude contener mi enojo y lo miré con furia. —Envidioso—, murmuré, dejando escapar mi frustración.
—Te llamó envidioso—mencionó Jun Pyo. Antes de que pudiera ocasionar más problemas, lo golpeé para que no volviera a repetirlo frente a Yi Jeong. — Mejor toma—dejó caer unos libros en mis piernas y me dijo de manera desinteresada: —Haz mi tarea, yo ya me aburrí y parece que tú también, porque no cierras la boca.
—Eres un tonto — tomé los libros — Si te ayudo, sabrán que tú no hiciste las tareas, solo si quieres que me queden horribles —Expresé cierta frustración y sarcasmo.
—Tiene razón—mencionó Ji Hoo, sin despegar la vista de su libro, mostrando apoyo, por primera vez, a mi comentario.
—No me interesa, solo haz mi tarea, tal vez así aprendes algo importante— respondió con un tono desinteresado.
—Que no tenga tareas no significa que no estudie, no voy a la escuela como ustedes, pero tengo clases todo el tiempo. Es aburrido porque estoy sola todo el día y nadie me habla, y vengo aquí para estar con ustedes y no me hacen caso... —Desahogué mi frustración y tristeza ante su falta de atención hacia mi. Los cuatro voltearon a verme un poco extrañados, ya que casi nunca hablaba de cómo me sentía sin ellos y ahora pudieron notarlo. —Mejor me iré a otro lado— Estaba a punto de levantarme del lugar cuando Jun Pyo me tomó de la mano, impidiéndome moverme del lugar en el que estaba.
—Quédate. —Intentaba aparentar falta de interés y compasión, sin embargo, se notaba un poco preocupado por mí.
— Solo quieres que haga tu tonta tarea. —Comenté con un puchero.
—¡Ash! dame eso. —Me arrebató los libros que anteriormente me aventó—. Mejor las hago yo, harás todo mal y si no lo hago yo, tendré cero por culpa tuya. —Tomó un lápiz y comenzó a escribir en su cuaderno—. Y bien, ¿Qué decías? —A pesar de su tono frío, parecía ahora interesarse en lo que decía.
—Ya nada, solo mencionaba una tontería—. me recosté nuevamente en el césped —El cielo es lindo—. Dije sin esperar respuesta, pero ahora todos los chicos voltearon su atención hacia mi.
Esos pequeños gestos que tenían conmigo me dejaban una sonrisa en el rostro. A veces podrían ser bastante fríos y groseros, pero cuando sabían que estaba mal, hacían hasta lo imposible por ponerme atención y hacerme sonreír.
— ¡Y que lo digas! —dijo Woo Bin— esa nube tiene forma de carro—. Señaló
— Más bien parece un dinosaurio —. Sugirió Yi Jeong
—Parece que no ven bien, tontos. Claramente es un trastor— dijo Jun Pyo muy seguro de sí
— Castor, se dice castor, Jun Pyo — corregí
— Es lo que dije— puso los ojos en blanco con molestia. Todos reímos, excepto él.
— Quisiera ir a una escuela normal, como ustedes. —Cambié drásticamente de tema, generando la curiosidad de todos.
— ¿Por qué no lo haces? — sugirió Yi Jeong
—Mi papá sigue sin querer... Han pasado ya años y sigo sin poder pisar una escuela, ya no sé qué se siente—. Reí para mí misma al recordar la última vez que fui a la escuela—. Dios, ¡tenía 5 años cuando fui por última vez, fue hace mucho! —Expresé cierta nostalgia.
—¿No crees que quiera todavía? Se ve que ahora ya no eres tan rarita como antes — dijo Woo Bin, burlándose de mí.
— Tonto—Murmuré.
La vida era graciosa e interesante siempre que estaba con los tontos F4
[...]
PLANES
—Bien, eso es lo que tienes que decir, ya repasamos el plan una y otra vez— dijo Woo Bin.
Todos estábamos en la segunda sala oficial de los F4+1 o sea, un rincón del patio de mi casa.
—Primordial, hacer un puchero— sugirió Yi Jeong —Los padres no se resisten a los pucheros y si te pones a llorar ganarás la batalla. —Sus palabras tenían un tono de confianza y seguridad, como si supieran de lo que estaba hablando.
Todos escuchamos un golpe seco y volteamos, era Ji Hoo quien cerró con fuerza el libro que estaba leyendo.
—¿hicieron esta reunión para hacer un tonto plan?—Su actitud mostraba molestia y desinterés hacia la reunión.
—Si no harás un esfuerzo por ______ entonces lárgate, amigo. Estamos intentando ayudar—dijo Woo Bin bastante molesto.
—Ve con tu novia— comentó Yi Jeong, tratando de molestar a Ji Hoo. Esto provocó aún más enojo en Ji Hoo, quien respondió con irritación.
—No lo tomes personal, _______, me voy porque ellos son unos tontos. —Era evidente el disgusto y la decepción en su tono de voz.
—Mal amigo—Dijo Woo Bin entre dientes, pero nadie más que yo lo escuchó, por suerte.
—¿Por... qué..? — dijo Jun Pyo, quien acababa de llegar y seguía a Ji Hoo con la mirada —¿Otra vez anda enojado? —Jun Pyo parecía confundido por el estado de ánimo de Ji Hoo.
— Eso supongo— mencioné con la mirada baja
—Déjalo—. Insistió Woo Bin —A quién le importa, sigamos con el plan.
—No te preocupes, sin su ayuda encontraremos algo que podamos hacer— dijo Jun Pyo tomando mis hombros y dándome una cálida sonrisa. Sus palabras transmitían apoyo y confianza, brindándome consuelo en ese momento.
—¿Seguimos? —dije devolviendo la sonrisa, mostrando determinación y ganas de continuar con el plan.
—Seguimos— dijeron los tres al unísono
Gracias por el apoyo, no olviden votar :3