POV Camila
Tres días habían pasado desde nuestra primera vez y yo seguía sin poder creer lo perfecto que fue. Aunque en ese mismo lapso de tiempo habíamos estado un poco distantes ya que las tareas de la escuela eran cada vez más exigentes, además de que mi novia ayudaba a Michael en la casa productora.
–Yo también te extraño amor –nos encontrábamos al teléfono. Mientras conversaba con ella salí al jardín trasero caminando junto a la piscina.
–Me encantaría estar contigo pero mi papá apenas y me deja respirar –la escuchaba por el móvil y su voz sonaba algo agitada –No he parado de estar de un lado a otro. Ahora no sólo son las entrevistas, también quiere que me encargue de la producción del nuevo comercial de Lacoste.
–Deberías estar emocionada cariño, no cualquiera hace eso; además tal vez estas sean oportunidades para que por fin te decidas sobre a qué quieres dedicarte –me senté en la orilla de la piscina e introduje mis pies en el agua.
–Supongo que tienes razón –escuché que habló con alguien más –Princesa, tengo que irme pero prometo que te compensaré el sábado ¿te parece?
–Este sábado será imposible, he quedado con las chicas para una reunión en casa de Normani –dije ahora desanimada – ¿No estarás con nosotras? –Aunque sabía su respuesta esperaba que fuera otra.
–Desearía poder pero sabes que tengo que volar a Los Ángeles por la noche ¿no te puedo ver en la mañana? –suspiró.
–Tengo que ayudar a mamá con la planeación de la boda de Ruby –en definitiva sería una semana larga y torturadora.
–Bueno, supongo que ya hablaremos de esto mañana en la escuela.
–Te amo –dije como despedida.
–Te amo más preciosa –después de sus palabras colgué.
–¿A quién amas? –preguntó mi hermana sentándose junto a mí.
–Es un secreto –dije con una tonta sonrisa aunque deseaba decir el nombre de mi novia.
–Qué mala eres –frunció el ceño y me salpicó.
En la noche cené con mis padres, luego fui a terminar mi tarea en mi habitación y aun vez que terminé me puse mi pijama lista para dormir pero antes tenía que desearle las buenas noches a mi novia.
Los siguientes días apenas y veía a Lauren entre clases pues siempre estaba corriendo de una clase a otra. En la hora del almuerzo tenía que asistir a la junta del comité de reuniones ya que ella era la encargada así como era la representante estudiantil. La veía correr de un lado a otro y cuando cruzábamos caminos se detenía a besarme, le acomodaba su corbata y me decía te amo.
–Parece que alguien está triste porque su Romeo ha tenido una semana ajetreada –bromeó Dinah sentándose en la mesa del comedor junto a mí. Ally y Normani la imitaron sentándose frente a mí.
–Vamos Mila, sólo ha sido una semana. Tal vez la próxima se la pasen escurriendo miel por toda la escuela como siempre –intentó animarme Normani pero no era tan fácil.
–Lo sé, pero parece que cada vez está más ocupada –mi tenedor pinchaba y pinchaba la ensalada que tenía frente a mí.
–Tú sabes que Lauren está trabajando duro para así conseguir un buen lugar de prácticas, además su doble carrera es algo complicado de llevar. Ella no sabía que su padre le pediría ayuda en la compañía tan pronto. Esperábamos que fuera a Chris a quien le pidiera ayuda –fruncí en entrecejo – ¿Qué? –preguntó después de morder su sándwich de queso, hubo y tocino.
– ¿Está haciendo una doble carrera? –ella dejó de masticar y me miró sin expresión alguna.
– ¿No lo sabias? –negué con la cabeza.
En ese momento no me molestó que Lauren nunca me hablara de eso pero lo que me molestaba era que siendo su novia supiera menos que Ally.
Sí, tenía celos. Aun no se me quitaba de la cabeza que Ally gustaba de mi novia y no sabía si algún día lo olvidaría y lo dejaría pasar.
– ¿A dónde vas? –preguntó Normani viendo como me paraba de la mesa.
–Tengo algo que atender –dije sin más y salí del comedor.
Caminé hasta la sala del comité de la escuela y llamé a la puerta. Al abrir todos discutían pero al verme en la puerta un silencio brutal invadió la sala.
– ¿Sucede algo Camz? –preguntó Lauren poniéndose de pie en la punta de la mesa.
–Necesito hablar contigo –ella se iba a excusar –Ahora –mi tono fue frio y seco.
Salí y esperé en el pasillo.
– ¿De qué quieres hablar? –cerró la puerta detrás de ella. Se notaba confundida.
– ¿Cuándo ibas a decirme que estudias una doble carrera y que esperabas que Chris estuviera en tu lugar ahora y no tú? –estaba siendo irracional pero era demasiado tarde cuando ya había preguntado.
– ¿Te lo dijo Allyson? –preguntó sin responder.
– ¿A caso alguien más lo sabe? –fruncí el área entre mis cejas.
–No –no dije nada y seguía esperando su respuesta a mi primera pregunta –Nunca salió a tema eso –dio como respuesta.
–Cielos Lauren, Ally sabes más de mi novia que yo misma –confesé y ella me miró divertida.
– ¿De eso va todo? ¿Estás celosa? –parecía a punto de reír.
–Ni se te ocurra sonreír Jauregui –la reté.
Se acercó a mí y tomo mi cintura.
–Aunque ella tenga toda una enciclopedia escrita sobre mí, a quien amo y amaré es a ti. Entiende que Ally es mi amiga desde hace mucho, y nosotras no nos hablábamos hasta hace unos meses. Todo lo que sabias era lo que mi familia decía entre reuniones. Estoy segura que Dinah también sabe más de ti que yo –seguía con un semblante duro pero cuando pasó sus dedos sobre mi rostro sentí mis facciones suavizarse.
–Lo siento, creo que fue el calor del momento –ella no dijo nada y sólo se acercó a besarme con ternura.
–Te amo, deja tus tontos celos en un pozo –su tono era tan dulce que sentía derretirme.
–Lo haré –la bese de nuevo –Yo también te amo.
Durante la mañana del sábado acompañe a mi mamá a una pastelería para catar diferentes sabores, también probamos diversos vinos. Vimos distintos tipos de arreglos florares y visitamos algunos salones de la ciudad.
–Ruby está tan emocionada con la idea de una boda perfecta y yo solo espero que todo salga bien –decía mi mamá revisando algunos apuntes que ella misma había hecho. El chofer sonreía ante la mortificación de mi madre.
–Todo saldrá bien mamá, Ruby te pidió esto porque eres su amiga y confía en ti –puse una mano sobre hombro en señal de apoyo.
Respiró profundo y asintió –Tienes razón –revisó de nuevo su agenda –Hoy por la tarde será la prueba del vestido ¿vendrás con nosotras?
Esa tarde no vería a Lauren ya que se estaría preparando para su viaje y no vería a las chicas hasta la noche.
–Está bien.
Unas horas después nos encontramos con la amiga de mamá, Ruby. Una mujer muy bella y unos cuantos años mayor que yo.
–Te ves hermosa –dijo mi mamá viéndola parase frente a tres espejos.
–Cierto, ese vestido es increíble y te sienta muy bien –comenté observándola.
El color del vestido no era totalmente blanco según la mujer que lo describía. Era un color perla. Los hombros descubiertos, largo y con muy poca cola. El corsé se cenia a su cuerpo y dejaba ver una esbelta cintura. Era perfecto para su color de piel claro, el corte superior hacia resaltar su cuello al igual que su cabello corto y castaño.
Ver todo eso me hacía desear casarme aunque claro, en unos años más y sobre todo, casarme con Lauren Jauregui. El detalle era que no sabía si ella también quería casarse y formar una familia.
–Tendré que preguntarle –puntualicé en mi mente.
Por la noche las chicas y yo estábamos en casa de Normani. Sus padres saldrían a cenar y no regresarían hasta tarde.
– ¿Entonces cómo fue? –me preguntó Dinah de repente cuando apenas me senté sobre la alfombra en la habitación.
– ¿Cómo fue qué? –pregunté intentando evadir su pregunta.
–Venga, no nos puedes decir que no pasó nada entre ustedes el fin de semana –escuché a Normani decir y me sonrojé.
–Mila, no puedes decir que no y meno después de haberte sonrojado de tal forma –Ally me miraba inquisitivamente y bajé la mirada. Aun me incomodaba la interacción entre ella.
–Pues sí pasó y fue increíble, es todo lo que diré –oculté mi rostro entre mis manos y escuché un aww por parte de las tres.
–Son tan lindas, Lauren debió ser buena como para que hasta las orejas se te pongan rojas –escuché a Dinah mientras ahora me cubría los oídos
–No quiero que hablemos de eso –susurré apenada.
–No tienes de que avergonzarte –comenzó Normani –A fin de cuentas es algo normal –las otras dos chicas asintieron mientras comían palomitas.
–Pero es que es algo muy íntimo y no es como que me guste andar divulgándolo –comenzamos un dialogo acerca de lo normal que era intimar con la pareja, lo especial que era entregarse físicamente a esa persona y lo fascinante que era la sexualidad. Pero también me enteré de que las tres chicas frente a mi aun conservaban esa parte para ellas.
–Aún no he conocido a la persona que me haga sentir preparada para algo así –comentó Ally y Normani concordó con ella.
–Siope y yo hemos hablado de ello y queremos esperar un poco más –levantó sus hombros restándole importancia.
Después de algunos minutos más platicando recibí un texto de mi novia.
–Justo ahora estoy por subir al avión, te escribo cuando aterrice. Te amo –leí con una sonrisa y antes de responder Normani llamó mi atención.
– ¿Tu lo haces Mila? –me preguntó y de nuevo estaba bajo la mirada expectante.
– ¿Hacer qué? –esta vez no tenía ni idea de que hablaban.
–Depilación –respondió Dinah como si fuera lo más obvio del mundo.
– ¿En dónde precisamente? –pregunté con el móvil aun en las manos.
–Pues ahí, ya sabes –Ally hizo un ademan para referirse a mi intimidad y me sonrojé.
–A decir verdad no lo había pensado antes, bueno, no es que tenga mucho que depilar –definitivamente no me era una conversación muy cómoda.
–Mañana Ally nos llevará al lugar a donde Lauren va –comentó Dinah como si fuera lo más normal de decir.
Por un momento me quede pensando y recordando era cierto, Lauren no tenía ni un solo vello en esa zona. Me ruborice al recordarla desnuda.
–Eres una pervertida Cabello –sentí una almohada impactarse en mi cara.
–No estaba pensando nada malo –me defendí y ella se rio.
–En fin, mañana iremos las cuatro y tú serás la primera –me señalo Ally y yo la miré nerviosa.
–También tienes que comparar lencería nueva Camila, no querrás ahuyentar a Lauren con eso que tú llamas ropa interior –las tres rieron y sabía que habláramos de lo que habláramos, yo saldría perdiendo.