Pov. Lauren
Sábado
No sé exactamente cuanto tiempo llevo sentada en las metálicas sillas de espera, mis padres están realizando el papeleo necesario. A mi lado están las chicas y mis hermanos.
No logro asimilarlo.
Se había ido, pero lejos de sentir culpa, una sensación de alivio me había invadido. Aun así mis mejillas estaban mojadas no he podido parar de llorar, mi nana, la mujer que incondicionalmente estuvo para mi, nunca se rindió conmigo, aun cuando estuve en rehabilitación fue la única que me defendió y seguía resaltando cada una de mis virtudes. Nana llevaba muchos años luchando contra el cáncer, sé que no se rindió, lucho valientemente hasta el final, ahora debe estar en un lugar mejor, libre de dolores pero aun así siendo mi guía. Tenía el poder de calmarme con tan solo mirarme y es que quien no se calmaría en ese azul de sus ojos, sabía que algo andaba mal conmigo o cuando necesitaba de su cercanía, conocía mis tiempos. Ella siempre me habló de lo fuerte que era mi energía y como nada me podría parar.
Ella me hizo especial.
No, ella no se había ido.
Ella siempre estará conmigo.
Estaba centrada en mis pensamientos cuando una enfermera pasó corriendo y en su mano, llevaba la tablilla con el historial medico de la paciente de la habitación 277. Fue sobre humano como mi mirada se enfocó justo en el el numero de habitación. Normani.
Voltee a mirar a Dinah, al parecer ella también lo notó ambas nos miramos y salimos corriendo hacía la habitación, pero los enfermeros no nos dejaron seguir, para completar nadie nos decía nada.
Dos despedidas en un solo día, no lo soportaría.
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Hola, sé que ha pasado un tiempo, pero continuemos juntas.
Quiero terminar este proyecto, regresar a wattpad y ver todo su apoyo me motivo aun más.
Tuve que leer de nuevo toda mi propia historia para continuar el hilo y centrar mis ideas. Les recomiendo que lo hagan.
Espero que sigan la historia y se preparen para lo que viene.
-Isa.