Con el tiempo me había vuelto ambiciosa y aunque no necesitaba absolutamente nada... yo lo quería todo.
Este juego se había vuelto divertido y es que tantos años de paz sólo significaba que el enemigo planeaba quitarmelo todo y yo fui una estupida al caer y peor aún... caer ciegamente enamorada de alguien que aceptó la paga de unas cuantas monedas por mi vida... y me enfurece tanto el hecho de no saber cuánto le ofrecieron por mi cabeza me pone tan de malas... ¿¡Cuánto vale mi vida!?.
Es algo que me cuestionaba constantemente o será que el señor Min ¿realmente se enamoró de alguien como yo? Esos pensamientos vienen a mí cada que recuerdo nuestro último encuentro y cada que lo pienso termino peor castigandome y torturando mi mente con un posible "¿porqué?" Digo... inteligente no soy. Mira que meterlo a casa a sabiendas de mis sentimientos... esa fue la primera alarma que sonó y yo sólo pensaba con el corazón... la ignoré.
Yo bien pude alejarme de él y seguir con mis negocios, era consciente que cada que alguien se acercaba a mí resultaba que coincidíamos con Min Yoongi, se supone que él sólo era un pianista, uno muy bueno a decir verdad, no un maldito traficante.
————Mi señora. Escuché unos cuantos golpes en la enorme puerta de metal.——debemos irnos de aquí, la casa en los subterráneos está lista. Me puse de pie y sacudí mis jeans con enfado, estar a la espera perdiendo el tiempo me hace divagar de más avivando los sentimientos que intentaba enterrar.
————-La mercancía. Coloque el enorme abrigo color negro sobre mis hombros mirando a Jeon a los ojos.———La mercancía está intacta, ¿cierto?. Arque una ceja al preguntar y Coloque un cigarrillo en mis labios para pronto recibir fuego del elegante encendedor de mi compañero.
———-La mercancía, el dinero... todo está intacto en el subterráneo. Ofrecí un cigarrillo y sin pensarlo lo tomó entre sus dedos para prenderle fuego. Caminamos hacia la salida de la cabaña para encontrar a mis hombres cargando los Todo terreno.———Creo que no buscaban nada de eso, ellos sólo iban tras de usted y eso es algo que me preocupa. Dio un larga y profunda calada al cigarrillo mientras yo sonreía tras escalofriante comentario.
————Entonces veamos quién muere primero. Le di una leve palmada en el hombro y caminé hacia Korn quién me tendió un chaleco antibalas y un arma la cual no dude en aceptar.
Habiendo colocado el chaleco me trepe al jeep dando marcha a lo que sería nuestro nuevo escondite, cruzando la frontera... era obvio que debía permanecer ahí, sólo un loco suicida entraría a Corea del Norte.
Habían pasado pocas horas... no sé cuantas pero en cuanto las luces cegadoras de unos faros apuntaron directo a nosotros nos detuvimos.
—————-Diles que quiten esa mierda de mis ojos Jeon... vaya forma de recibir a sus invitados. Espete molesta.
—————En seguida arreglo esto mi señora.
Jeon bajó del Jeep y se dirigió a una especie de caseta de vigilancia, segundos después apagaron las luces, lo vi correr de regreso hacia mí.
—————Mi señora... el Jefe de batallón en turno quiere saludarla si no es molestia. Me miró firmemente.————Tiene algo muy importante que decirle.
—————Con un carajo. Coloque mi dedo pulgar e índice sobre mi frente.———¿Saludar he? ¿Un simple Jefe en turno? Benditos buenos modales que se carga... maldito inconsciente... solo quiero llegar a casa y dormir, no andar estrechando manos pajeras. Escuche una leve risilla reprimida por parte de mis hombres.
——————Dile que tiene un minuto, necesito comer... consígueme carne Jeon, mucha carne. Saque un cigarrillo de la cajetilla de plata que perteneció a mi Padre.
Esperaba fuego del elegante encendedor de Jeon pero unas finas y blancas manos entraron por la ventana quedando frente a mí ofreciendo fuego de su encendedor de colores... ¿Un maldito hippie? Di la primera calada a mi cigarrillo.
—————Mi señora. Una fina y suave voz llegó a mis oídos y en cuanto el humo que exhalé se disipó pude visualizar frente a mí a un hombre de no más de treinta años, un poco más alto que yo, cabellera negra y una ingenua e inocente sonrisa...
————-¿Y usted es?. Coloque el cigarrillo entre mis labios para ajustar mis guantes.
—————-¡Mucho gusto! Permítame presentarme.
Hice un ademán con ni mano derecha y Jeon abrio la puerta del Jeep del cual bajé con fastidio... me pare frente a él y le vi mirarme de pies a cabeza disimuladamente. ———Yo soy el general Park, estoy a cargo de la frontera... es un placer trabajar para usted. Esbozó una pequeña sonrisa a la par que hizo una reverencia.
—————Es usted muy joven Señor Park, ¿influencias? ¿Algún soborno? Cuénteme... como un joven como usted está en tan importante cargo. No había terminado mi cigarrillo pero lancé la colilla por algún lugar del enorme terreno en símbolo de molestia.
Lo vi sonreír negando con la cabeza.
—————Astucia, inteligencia, determinación, capacidad y muchos otros atributos que mi Jefe y todo el ejército del Norte vió en mí, mi señora.
Escuche la risilla reprimida de Jeon.
------------Y puedo notar que tenemos la misma edad, pero muchos me dicen que aparento menos años, supongo que eso no ayuda mucho.
Imprudente... es un mocoso imprudente.
————Lo que la gente vea en usted para mi no significa nada. apreté los guantes de piel a mis muñecas.——-pero...estoy segura que nos divertiremos mucho trabajando juntos señor Park... estoy ansiosa por ver de lo que todo el Norte está tan orgulloso.
Quería reírme pero eso le quitaría seriedad al asunto así que mordí mi labio para ocultar una enorme carcajada.
Pude notar leves arrugas en los costados de ojos de Jeon, deduje que quería cagarse a carcajadas... tan bruto.
————-Me gustan los retos. Respondió altanero y coqueto.
Le sonreí de igual forma... y discretamente correspondí a su coqueteo pero el carraspeo falso de Jeon me devolvió los pies al suelo. Sonreí una vez más y me di media vuelta... caminé hacia mi vehículo pero me detuve al instante.
———¡Oh! Y Señor Park. Levante mi dedo índice en señal de que había recordado algo importante. Me giré un poco para verle
———dígale a sus hombres que tienen prohibido usar ese maldito faro en mi cara. Él solo asintió sonrientemente a mi petición.
Me di media vuelta y retomé mi camino.
————No me gusta nada este tipo Jeon. Hablé bajo.———-Parece el típico niñito que seria capaz de vender su alma al diablo con tal de estar en la cima.
Jeon río por lo bajo e hizo un sonido gutural pensando en las palabras correctas antes de cagarla más.
————Si me lo permite mi señora, creo que el tipo sólo quería tantear si tendría oportunidad con una mujer tan inalcanzable como usted.
Su comentario me hizo reír, pero me aguante las ganas de hacerlo.———Pero para que usted esté más tranquila, le prometo que estaré vigilándolo, a la primera le meto una bala entre las cejas.
——¡Perfecto! Palmee su hombro. —Gracias.
Me subí rápidamente al vehículo para echarlo en marcha viendo al simpático general sonreír y agitar su mano como si de un niño se tratase.
————No me agrada, no me agrada nada. Negué con la cabeza.
Pasó un corto tiempo y volví a quedarme dormida, estaba absolutamente cansada, pero una mano rasposa tocó la mía alertándome, así que corte cartucho al instante apuntando todo a mi alrededor, mi respiracion agitada y el bombeo acelerado de mi asustado corazón retumbaba en mis tímpanos como tambores al unísono.
———Señora, tranquila... soy yo, soy Jeon.
El cual se encontraba con las manos alzadas y el rostro de susto... al parecer no era la única con la respiración agitada.
——Joder.
Deje caer el arma.———Creo que me estoy volviendo loca. Susurre mientras llevaba ambas manos a los costados de mi cabeza y presionar un poco mi rostro entre ellas.
----------No pasa nada, no pasa nada... pronto llegaremos y usted tendrá su enorme plato de carne...
De pronto, las palabras de Jeon inundaron mis oídos con susurros lejanos. A decir verdad no era del todo sencillo cargar con tantos muertos en la conciencia. No era algo que me importara, sé lo merecían... realmente se lo merecían y si ese era el precio a pagar... ¡bienvenido sea! No me importaban las pesadillas o la puta ansiedad que me pone los pelos de punta.
El peso de mis muertos eran simples dolores de cabeza Pero... llevar en la conciencia la muerte del hombre que tanto amé... era un jodido infierno.
Todos comenzaron a bajar de los vehículos y yo me tense al ver la mano de Jeon apretando fuertemente la mía.
———No hace falta tanto contacto físico Señor Jeon.
Aparte mi mano bruscamente de la suya.
————Lo-lo lamento mi señora...sólo quería ayudarla y-
Balbuceaba nervioso.
No pude evitar soltar todas las risas reprimidas y ver la cara en blanco de Jeon me hizo soltar una que otra lagrimilla.
————¡Pero venga! que pasé de ser un asesino a un payaso de circo. Movió las manos nervioso. Creo que era la primera vez que me veía reír después de lo sucedido.
———Vamos Jeon, ¡me cago de hambre! Le mostré mis dientes en señal de paz.
Sonrió y negó varias veces.
———La cena debe estar lista... no se preocupe por ello.
Encontré una pequeña choza... comenzaba a cuestionar las estrategias de Jeon y los demás. Mira que tenerme viviendo en un pedazo de mierda... camine velozmente y abrí la puerta encontrando nada. Nadaaaa absolutamente nada, solamente un par de muebles viejos y una mesa donde no había ninguna cena.
Iba a ir por Jeon y partirle los testículos de una patada pero fue más rápido que yo y lo vi acercarse al pequeño estante de madera y moverlo para encontrarnos con unas escaleras subterráneas.
———-Interesante. Murmuré.
Baje con temor las pequeñas escaleras... eran aproximadamente cinco o seis metros bajo tierra para después encontrar una puerta enorme que nos daba la bienvenida al túnel más sofisticado que jamás vi en mi puta vida.
Caminamos durante diez minutos, tal vez más y encontramos otras puerta que nos llevarían a un puente que cruzaba de una montaña a otra en una corta distancia y ahí estaba... disfrazada entre lo verde de la montaña una enorme mansión. Un sofisticado y costoso escondite.
No dije nada, me quedé callada pues estaba asombrada... mi gente se cogia el cerebro y el culo de todos en una puta sentada.
Camine directo al enorme comedor dejando a mi paso el abrigo botado en el suelo y las botas que tenían mis pies adoloridos. Jeon me guió al comedor encontrándome una gigantesca silla simulando un trono. Sonreí. Me pareció un gran detalle.
Comimos, bebimos y hablamos sobre la distribución de droga y sobre cómo coño la moveríamos de la frontera al centro del país.
Era una bendita locura, era un suicidio ya que no todos los estados trabajaban para nosotros y viajar por encima de ellos nos aseguraba una guerra en el cielo.
———Los dejo en su casa caballeros... muero de sueño. Bostece como leon enjaulado.———Necesito a alguno de ustedes aquí a las seis de la mañana para entrenar. Buenas noches.
Me di media vuelta y caminé rumbo a la que sería mi habitación.
Di un salto callendo de espaldas en un gran colchón suave y esponjoso del cual no quería levantarme jamás.
Estaba tan cansada que no podía siquiera quitarme los jeans... me dolían las piernas, mis ojos comenzaban a sentirse muy pesados. Mi aliento tibio chocaba con el colchón dejándome a dos segundos del tercer sueño pero mis propios ronquidos me despertaron de un brinco. Sentí algo calientito cubriendo mis frías piernas y la comodidad se apoderó de mí al igual que un sueño profundo.
Faltaba un minuto para las seis y no llegaba nadie aún. Estaba a punto de caminar hacia los dormitorios y sacar sus malditos traseros de las camas y ponerlos a ejercitarse hasta vomitar pero una gran silueta apareció a lo lejos del pasillo así que detuve mi andar para esperar a ver la cara del susodicho.
Con unos shorts negros a medio muslo y una hoodie negra, deportivos color gris y una melena azabache demasiado ostentosa pude reconocer al señor Jeon y es que sólo él tiene esos enormes dientes que sobresalen cada que sonríe.
---------La esperaba más temprano mi Señora.
Estiro sus labios en una sonrisa burlona.
---------Esperaba más participación señor Jeon, pero por lo visto sólo seremos usted y yo.
Pase de largo un tanto furiosa y no me ofendía que me dejaran plantada, me ofendía la maldita sonrisa de Jeon, enserio? 6 a.m. idiota, deja me termino de despertar.
Abri la puerta de la enorme sala de gimnasio encontrando a todos mis hombres haciendo calentamiento.
--------Nuestro entrenamiento comienza a las 5 a.m. mi Señora. Escuche la voz de Jeon presumir con orgullo.
---------¿5 a.m.? Creo que se te excede la mano un poco Jeon.
Lo escuché soltar una risilla.
---------Y bien mi señora, ¿con qué empezamos? Tenemos todo tipo de armas y en la sección de----
----------Yo no quiero armas, las armas no te sirven de nada cuando te quedas sin balas.