Narra Ann:
Me agarro a él, no es que me den miedo las motos, bueno quizás un poco, un amigo murió en un accidente de moto y desde entonces no he vuelto a subir a ninguna, quizás si tengo un poco de miedo, pero eso nunca se lo admitiré a él, sé que soy un juego para él y él lo es para mi.
- ¿Tienes miedo Ann?
- En tus sueños Collins.
- Estás temblando nena.
- Tengo frío, además este vestido no deja a la imaginación.
- Aún no entiendo como te has subido a una moto con vestido.
- Sorprende eh.
- Eres una caja de sorpresas, sigo opinando que te sobra el vestido.
- A ti te faltan neuronas pero no me quejo.
- Eres muy mala conmigo. - acelerá más la moto y hace que me acerque más a él apoyando mi cara en su espalda y cerrando los ojos.
- Así que no tienes miedo eh.
- Que te den Collins.
- Mi apellido en tu boca suena bien, imagínate Ann Collins.
- Imagínate que no.
- ¿Quieres que aceleré más?
- ¿Seguro que no quieres violarme?
- Te dejarías.
- No.
- Sí.
- Agh que te den.
- Me amas pequeña.
- En tus mejores sueños.
- En mis mejores sueños sales desnuda y gritando mi nombre, pero también podrías gritar eso.
- En mis mejores sueños sales mudo.
- Pero salgo.
- ¿Tienes que cambiar todo el sentido verdad?
- Sí.
No le hablé en todo el camino, no sé donde me llevaba, estábamos muy lejos ya, y no sabía donde estábamos, de repente para la moto, y se baja, y me ayuda a bajarme, todo está oscuro, no veo nada, ni a nadie.
- Si no te bajas el vestido es imposible concentrarme.
- MIERDA COLLINS, AVÍSAME CABRÓN.
- ¿Y perderme esas culotte negro? Ni de coña.
- Te odio.
- Ven anda. - me agarrá la mano y me lleva a una colina, es preciosa, se ven todas las estrellas, y me encanta, es un lugar tranquilo. Nos quedamos callados mirando las estrellas tumbados en la hierba.
- Mi abuelo siempre me decía que si le echaba de menos que mirara las estrellas, y la más bonita sería la nuestra. ¿Cuál crees que es la más bonita Ángel?
- La más bonita eres tú, eres la estrella más bonita de todo el firmamento.
- No mientas anda.
- Para mi y lo más seguro que para tu abuelo eres y serás nuestra estrella más bonita, así que mírate y verás a tu abuelo apoyándote.
- Para ser un imbécil dices cosas muy bonitas.
- ¿Es lo más bonito que me puedes decir?
- No, prefiero hacer esto. - me siento a horcajadas encima de él mientras le beso y le abrazó.
- Eso sí que no me lo esperaba.
- Muchas gracias Ángel.
- A mi no me des las gracias nena, a mi me gusta más esto. - me vuelve a besar, la verdad, me encantan sus labios, me encanta sentirlo cerca de mi, joder, me encanta. Después de unos minutos (horas) besándonos decidimos volver. - ¿Te ayudo a subir? ¿Quieres estar delante?
- Mmm, no sé conducir una moto.
- Yo te ayudo. - Me subo delante y él se sube atrás, me aparta el pelo de la oreja y coloca sus manos encima de las mías que están en el manillar, y arrancamos. - Lo estás haciendo muy bien. - Se me eriza la piel y empieza a besarme el cuello.
- Ángel si no quieres tener un accidente para.
- Como estrelles mi moto te mato.
- Pues deja de hacer eso.
- Pero es que estás tan rica. - me dice con un puchero en los labios, me dan ganas de comerle a besos.
- No hagas eso.
- ¿El qué?
- Los pucheros solo los hago yo. - digo poniendo uno, coge mi cara y me besa.
- A la mierda, cambio de planes no quiero ir a esa estúpida cena, llamaré a mis padres, hoy dormimos en un hotel.
- No, vamos a la cena o moriré.
- No me pienso rendir.
- Oh sí, sí lo harás.
- Te odio.
- En verdad sabes que no.
- Mierda, es verdad. Te quiero Ann.
- Lo sé.
- Flipada.
- Estúpido.
- Pues me enfado.
- Ángel.
- ¿Qué?
- Te quiero mucho imbécil.
Cuando llegamos mi madre me mira mal, vale creo que se por qué es, Ángel tiene toda la boca llena de pintalabios y yo tengo todo el pintalabios corrido, genial, por que me maquillaría, ah sí, me obligaron.
- ¿Teneís una explicación para esto? - dice mi padre.
- Bueno sí, tu hija y yo ya nos conocíamos del internado y bueno.. estamos juntos. - dice Ángel convencido, oye pero no estamos.
- Bueno Ángel, no estamos, ya que aún no me has pedido ser tu novia, por tanto, somos amigos.
- Amigos que se besan.
- Sí.
- Eres una niña muy idiota.
- Inmaduro.
- Infantil.
- Te recuerdo que sigues viendo Peppa Pig.
- ¿Quieres ser mi novia?
- Pues claro subnormal.
- BASTA. BASTA. BASTA. - grita mi padre.
- ¿Entonces sois una pareja? - dice el padre de Ángel.
- Sí. - respondemos al unísono.
- Pues podrías venir a cenar el día del cumpleaños de Ángel.
- Vale, señor Collins.
- Llámame Eric.
- Vale Eric.
Después de este incidente mis padres y los suyos siguieron a su aire, nuestros hermanos hablaban de coches y motos, y nosotros no nos creíamos lo que estaba pasando, ¿cómo me he metido aquí? Dios mío.
- Ann, ¿eres consciente de que ahora somos novios?
- Sí cállate, aún no me lo creo.
- Eres mía.
- Suenas como un obseso.
- Da igual, ahora ningún chico se acercará a ti.
- Celoso.
- Soy irresistible.
- Tengo un novio creído, pf.
- Me quieres.
- Que remedio, me pagan por hacerlo.
- No mientas, estás conmigo por voluntad propia, no te he obligado.
- Pues entonces supongo que soy tuya.
- Bien.
- Seguimos teniendo una apuesta Ángel, y no pienso perderla.
- Pues yo tampoco.
- Buena suerte con eso.
- No la necesito.
- Anda cállate, menos mal que ya me voy, adiós. - antes de irme me planta un beso frente a todos pero le devuelvo el beso.
- Te quiero. - susurra.
- Yo también te quiero. - susurro sobre sus labios.