El beso fue bastante intenso, Daniel la tomó fuertemente por la cintura y ella por el cuello, parecía que no querían soltarse, al terminar y abrir los ojos, él no supo que decirle.
Regina: porque lo hiciste? Pensé que aquí terminaba nuestra discusión.
Daniel: me moría de ganas de hacerlo desde hace días, aunque quisiera sacarte de aquí no puedo, te has metido muy adentro.
Le dijo dándose golpes contra su corazón.
Daniel: cuando te vi ayer pensé lo peor, sentí que me hervía la sangre, que jamás podría tenerte.
Regina: tú también te has metido en mi corazón, no dejo de pensar en ti un solo segundo, no sé qué me pasa contigo.
Daniel se acercó, acarició su rostro.
Daniel: ni yo contigo, no puedo negarlo, me traes loco.
Regina lo besó.
Regina: eres un tonto.
Los dos rieron.
Daniel: Regina, quieres intentarlo?
Regina: sé que es muy pronto porque hace poco nos conocimos, pero siento una conexión muy especial contigo, como si te conociera de antes...
Daniel: yo siento exactamente lo mismo, entonces?
Regina hizo una pausa...
Regina: siempre me he dejado llevar por lo que siento, y esta vez mi corazón me grita estar a tu lado.
Daniel: es un sí?
Regina asintió emocionada.
Se dieron un fuerte abrazo.
Regina: se lo agradeceré a mi hermano.
Daniel empezó a reír.
Daniel: ya quiero conocerlo.
Regina: estoy segura que pronto estará aquí... Daniel, quiero que sepas que durante mucho tiempo he estado sola.
Daniel: y puedo saber, porque una mujer tan hermosa ha estado tan sola?
Regina: por que un miserable me rompió el corazón y dejé de creer en el amor.
La voz de Regina se quebrantó un poco, Daniel sintió unas ganas enormes de protegerla.
Daniel: lo que siento por ti es más fuerte que yo, prometo que nunca te lastimaré , y si te soy sincero, he sido de muy pocas novias.
Regina: no te creo.
Daniel: te lo juro, así que estamos a mano.
Los dos rieron, oficialmente ya eran novios.
El teléfono Daniel sonó.
Daniel: es tu padre, quiere que nos reunamos para ver los detalles de la construcción del centro comercial.
Regina: entonces vamos.
Los dos salieron agarrados de las manos hasta la sala de juntas.
Alejandro empezó su día ayudando a su madre con sus labores sociales.
Gabriel y Sofía empezaron a tener mucha cercanía, llevaban horas arreglando unos documentos, parecía que la atracción era mutua.
Al terminar la jornada laboral Regina y Daniel se despidieron con un dulce beso, eran las 5 así que ella iría a ver el departamento que tanto le interesaba, allí se encontró con su hermano.
Mujer de la Inmobiliaria: estas son las habitaciones, el decorado es realmente muy moderno.
Regina: me encanta, que piensas?
Alejandro: es ideal para ti, tienes tus colores favoritos, además creo que Miranda no va a querer salir de la alberca.
Regina: es lo que más me gusta, hay muchos lugares que va a disfrutar.
Mujer de la Inmobiliaria: entonces hacemos negocio?
Regina: sí.
Mujer de la Inmobiliaria: bien, por favor firme aquí.
Después de firmar la mujer le explicó a Regina que harían unos pequeños arreglos así que se lo entregarían en dos semanas, en ese tiempo ella esperaba amoblarlo.
Daniel llegó a su departamento muy sonriente, estaba realmente feliz, pero por un segundo dudó del paso que acababa de dar con Regina.
Daniel: la amo, no puedo negarlo, pero mi padre, también es importante, no cambiaré mis planes, haré justicia, y tendré que pensar como decirle a Regina, después de todo ella no fue culpable de lo que pasó.
Regina llegó a su departamento, mientras recogía un poco sus cosas en la habitaciones tarareaba una canción "Me gustas mucho", Esperanza se acercó y le tocó el hombro, Regina saltó.
Regina: nana!!
Esperanza: perdóname mi niña, es que escuché que cantabas y quise saber el porque estas tan feliz.
Regina: yo?
Esperanza: no te hagas, que se te nota, a ver cuéntale a tu nana que pasó para que tengas esa sonrisa de oreja a oreja.
Regina: se me nota mucho?
Esperanza: muchísimo.
Regina: te cuento después de cenar.
Esperanza: no, ahora mismo, o no cenas.
Regina: es un chantaje?
Esperanza: hice tu plato favorito.
Regina: eres una tramposa... está bien, te lo voy a decir... ya tengo novio!!!
Esperanza se levantó y se tapó la cara de la emoción.
Esperanza: de verdad mi niña?
Regina: sí.
Esperanza: y quién es?
Regina: el nuevo ingeniero.
Esperanza: ay mi niña, pero apenas lo conociste no sabes quién es.
Regina: precisamente, apenas lo conocí y con eso me bastó para enamorarme de él además esta relación nos hará conocernos más. No crees?
Esperanza: pues sí, y que te dijo sobre que tienes una hija?
Regina: aún no se lo he dicho.
Esperanza: cuidado, no puedes empezar un noviazgo ocultándole cosas, ni mucho menos a tu hija.
Regina: no la oculto, simplemente, pasaron tantas cosas que no hablamos de nada más que de lo que sentíamos, pero tienes razón debo decirle, solo espero que no sea un impedimento para estar juntos.
Esperanza. Si te quiere de verdad, no lo será.
Regina: por favor no le digas nada a nadie, ni a mi hermana, primero voy a hablar con él.
Esperanza: está bien.
Sofía había llegado temprano al departamento y se había llevado a Miranda a tomar un helado y a comprar unos víveres, por eso Regina y Esperanza podía hablar a gusto.
Al día siguiente Regina en su oficina empezó a sentirse nerviosa, no sabía cómo iba a reaccionar Daniel al enterarse de que tenía una hija, le aviso a la recepcionista que apenas Daniel llegara le dijera que ella quería verlo.
Tocaron a la puerta, era Daniel.
Regina: adelante.
Daniel: Hola, buenos días!
Daniel besó a Regina.
Daniel: me dijo la recepcionista que querías verme.
Regina: así es, necesito decirte algo muy importante, tan importante que tal vez pueda cambiar lo que apenas está empezando entre nosotros.
Daniel: de que hablas?, me asustas.
Regina: Daniel, no quiero que lo nuestro se empañe por nada ni por nadie, tampoco quiero que haya secretos entre nosotros.
Daniel pasó saliva.
Regina lo tomó de las manos.
Regina: es necesario que sepas que...tengo una hija.
Daniel la observó muy sorprendido, y se quedó sin habla.