—No Jos—Dije despacio pues me tenía bajo control.
—Jos, ¿Puedo entrar?—Una voz femenina hablo desde fuera.
—Mi mamá—Dijo Jos, Se levantó de inmediato poniéndose su camisa y peinando su cabello, abotone rápidamente mi camisa, Jos me ayudaba a componer mi cabello.
—¿Jos, estas?—Pregunto nuevamente.
—¿Si mamá?, tengo una visita… ¿querías algo?—Pregunto sin abrir y aun preparándonos por si entraba.
Abrió la puerta, de inmediato Jos y yo nos sentamos en completa calma y serenidad intentando simular que nada pasaba—Buenas tardes señora—Me levante con una sonrisa—Soy ____________—Le di la mano.
—Hola—Dijo extrañada—Soy Marina, la mamá de Jos—
—Ella es mi Novia mamá—Jos se veía serio, bastante cortante en su hablar, quizás era parte de la molestia que tenía por irse.
—Un Gusto—Sonrió la señora Marina—Supongo estás igual de triste que Jos—
—Sí, estoy bastante triste—hable lento.
—Yo le dije ya que nos iremos por un mejor futuro, y que pronto volveremos, creo que es lo mejor—
—Claro, creo que si es por apoyar a la familia se debe hacer lo posible—No pensé que tiempo después me tragaría cada palabra.
—Exacto, que inteligente eres—
Asentí con la cabeza, una sonrisa pequeña y fingida se formó en mi rostro.
—¿Cuándo se van?—Pregunte con una aparente tristeza y resignación.
—En unos días, Jos volverá apenas sea mayor de edad, quizás quiera estudiar aquí la universidad y ustedes… bueno se podrían reencontrar—
—Si pero, hablé con Jos y ya le dije que lo mejor será que no se quede atado a alguien—Jos nos miraba con tristeza, con los ojos rojos… quizás había llorado—El amor de lejos no creo que sea bonito, entonces sería bueno que busqué a alguien allá si así lo desea—
—Bueno, en realidad esa es su decisión, y algo que deben hablar como pareja así que no me meteré—Señalo bastante prudente su madre.
—¿Querías algo mamá?—Pregunto Jos en un tono directo y molesto, quizás para que saliera de la habitación.
—Voy donde los abuelos, quería saber si tu querías ir—
—No—Hablo completamente serio y cortante.
—De acuerdo, cuídate, no rogare a adolecentes—Le miro igual de sería—Hasta luego __________, un gusto—Se despidió amable de mí.
Salió de la habitación, apenas salió gire a ver a Jos con duda, entrecerré mis ojos al ver su cara misteriosa que no decía nada, y su seriedad que causaba escalofríos, apenas se escuchaba su respiración.
—¿Qué?—Pregunte.
—Tú quieres que me vaya—Hablo en un tonó molesto.
—No, ¿Por qué dices eso?—Pregunte un tanto enfadada.
—Es obvio no crees, has dicho que quieres que me vaya, una mejor pregunta sería—Levanto la voz—¿POR QUÉ QUIERES QUE ME VAYA?—Me miro fijamente.
—Que estúpida tu imaginación—Utilice una mala palabra intentando controlar sus acertados pensamientos.
—¿Estúpida imaginación?—Pregunto alterado—Por dios ________, lo hiciste evidente, ¿Por qué quieres que me vaya?—Pregunto reiteradamente—vamos, dilo—
—Piensa lo que quieras—Le dije levantándome de la cama.
—Freddy—Dijo seco, con un semblante en blanco, no decía nada con su mirada, con sus ojos, no podía ver lo que sentía pero probablemente estaba furioso.
Guarde silencio por un momento—No, por Marisa—Sonreí victoriosa.
—Deja de ser infantil, di la verdad—
—Discúlpeme usted, señor maduro, mi léxico poco desarrollado aunado a mi inmadurez y poca cultura provoca mis reacciones—Hable sarcástica.
—De acuerdo ahora lo entiendo—Dijo serio.
—Quieres ir con Freddy, anda ve—Se acercó a la puerta y la abrió para señalarla—Vamos, ¡vete!—Su enojo era evidente—Vete con él—
Quizás pretende pensar o imaginar que yo le rogare el estar con él, mas sin embargo no es nada de eso—Jamás te arrepientas de lo que digas—Le dije seria, comencé a caminar con mi orgullo encima.
Orgullo que no dejo que nadie pisoteé, baje nuevamente por las escaleras donde antes había subido, sin pensar en nada, de pronto escuche los pasos rápidos de Jos—NO, espera, discúlpame—Regreso arrepentido.
—No, no, adiós—Le dije sería sin si quiera voltear.
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YA SE ACERCA, De la creadora de Ángel Cruel... "LA HIJA DEL JARDINERO"... Proximamente.
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Se puso frente a mí—Espera por favor—Se notaba arrepentido, por lo menos el tiene prioridades más claras, supongo yo soy una—Disculpa, estaba molesto por todo lo que pasa—
—Yo no estoy para que se desquiten conmigo—Lo mire fijo a los ojos, ojos que simplemente son hermosos.
—Discúlpame—Beso mis labios tomando mi cintura para acercarme a él, choque mi frente con la suya para detener el beso—Solo hay que estar bien el tiempo que me queda aquí, por favor mi amor—
—De acuerdo—Dije en voz baja, complaciendo su deseo, en fin… después de esto ya no lo veré.
Insistió al besar nuevamente mis labios, Jos tenía necesidad de mí quizás pues en cada momento que podía iba directo a mí, desplazaba sus manos por mi espalda, yendo de arriba hacia abajo en movimientos delicados, que detuve fríamente separándome de él.
—De igual forma me tengo que ir—Me separé un poco de él.
—No, no por favor…—
—Es un poco tarde, creo que es mejor que vaya a mi hogar ya—Sonreí un poco—Mañana nos veremos en la escuela ¿De acuerdo?—Pregunte.
—Claro que si princesa—beso cortamente mis labios.
—Hasta mañana—Camine un poco para acercarme a la puerta, la abrí y salí rápido de su casa.
Después de un largo rato llegue a mi casa, ya estaba la puesta del sol para entonces, era bastante tarde, no había comido, abrí la puerta de mi hogar para entrar, note que mi padre estaba sentado en una mesa con su laptop. Lo vi y recordé lo que Freddy me había dicho sobre sus faltas al trabajo.
Me acerque un poco a él—Buenas tardes—dije simple.
—Hola hija—Me miro cortamente y volvió su vista a su computador.
—¿Cómo va el trabajo?—Hable espontáneamente dejando mis cosas sobre una remesa en la cocina.
—¿Desde cuándo te interesa mi trabajo?—Dijo con sorpresa.
—Desde hoy—Hable sería. Volví donde estaba él y tome asiento cerca de él.
—Bien, todo va bien—No me miro.
—¿Enserio?—Pregunté—¿has ido todos los días?—Su nerviosismo se hizo evidente.
—¿Por qué preguntas eso?—
—Ya sabes, me preocupo por ti—
—Dejemos de hablar de mi trabajo y hablemos de ti—volteo su cuerpo para mirarme mejor.
—¿De mi?—Pregunte—¿Qué hay de mi?—
—Eso quiero saber… De un tiempo acá te maquillas más, te vistes mejor, te pones ropa más corta y pegada, ya no usas tus gafas… es decir ya no eres la misma de antes—Entrecerré los ojos entendiendo sus palabras—¿Lo haces por algún chico?—Pregunto serio, al parecer al fin estaba tomando el papel de padre.
—No, no—Me puse un poco nerviosa.
—Tienes que saber algo, si un chico se interesa en ti… No será por el exterior sino por el interior, se la misma de antes y los que de verdad te quieran sabrán que el exterior no es importante—
—¿De cuándo a acá eres un buen padre?—Pregunte sería.
—¡Nunca puedo hacer nada bien!—Dijo en alto—Te doy consejos te molesta no te los doy y aun así te molestas—
—Bueno, si tan solo me hubieras dicho algo alentador hubiera sido mejor—
—Es lo que hice, si alguien se enamora de ti no dejes que sea solo por parecer una ramera—Sonreí ante sus palabras.
—¿Tú te enamoras de las rameras que has traído?—Pregunte con una enorme sonrisa.
—No me cambies el tema—
—Bueno, volvamos al primero… ¿Qué ha pasado con tu empleo?—
—No, no me he enamorado de ninguna de ellas—Contesto la primera pregunta evitando hablar de su trabajo.
—Enserio no quieres hablar sobre tu trabajo eh—Sonreí.
Pesé a ser un momento agradable, tenía que subir a mi habitación a hacer mi tarea, por lo que tuve que despedirme de mi padre, por lo menos por un rato.
—Iré a mi habitación—Me acerque a donde había dejado mi bolso y lo tomé, agarre firme una Manzana para tener algo en el estómago.
Subí por las escaleras, llegue hasta mi habitación, me puse ropa cómoda y encendí el televisor poniendo un programa musical para relajarme.
Me hice un chongo sin ganas y puse mis gafas sobre mis ojos, no pude evitar verme frente al espejo y sentirme nuevamente yo. Me encantaría volver a la frialdad de antes, donde nada ni nadie me hacía daño, donde el amor estaba lejos de tocar a mi puerta, me encantaría regresar el tiempo a esa firmeza de la cual había sido mi mayor fuerte durante tanto tiempo.
La noche llego, miraba El Hormiguero (Les recuerda algo :a *u*), en total tranquilidad, distrayéndome por completo, y sin pensar en nada, cuando de pronto en mi ventana se escuchó un golpe, quizás producto del viento o algo así, no pude evitar el sonreír al recordar a Freddy, volví mi atención a el programa, cambié de canal para poner algo de música, cuando de pronto una secuencia de pequeños golpes se volvieron a hacer presentes.
Me levante de donde estaba y me acerque cautelosamente a la ventana.
Abrí con cuidado la cortina, apenas saque un ojo note a Freddy, abrí por completo la cortina y le dedique una sonrisa, abrí la puerta del balcón para verlo mejor.
—Freddy—Mencione su nombre con una sonrisa gigantesca.
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GRACIAS POR LEER Por favor voten y comenten para que la novela siga se los pido, y gracias, ahora que ya estamos en la ultimas semanas pues les quiero agradecer de corazón que me hayan leido tanto tiempo, y que sean tan fieles a la novela, ya hasta reconozco a algunas de ustedes, GRACIAS