𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄
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CHAPTHER FORTY-SEVEN:
Ese día domingo me la pasé toda la mañana sentada en la arena de la playa Hermosa, me sigue dando risa decir el nombre de la playa, no se a quién se le ocurrió pero seguro se fue a su casa con un buen cheque por dar ese nombre.
Era el último día que estaríamos en la ciudad, el vuelo de regreso salía a las seis de la tarde, llegaríamos entre muertos y herido a las diez de la noche a Nueva York.
Chris salió muy temprano en la mañana, diciendo que lo habían llamado para arreglar unos asuntos que si me explicó, pero como estaba más dormida que despierta no le entendí nada, solo le dije que saldría a la playa y me dio mil indicaciones de que hacer para que no me roben.
El mismo joven que me dijo que Chris le había pedido que no me dejaran salir, me saludó alegre cuándo me vio, no se que pensará de mi, o porqué no ha llamado a la policía, como sea le pregunté y dijo que conocía a Chris y él únicamente la había pedido que no me dejara salir porque no conozco la ciudad.
Buena esa Chris, ahora todo el hotel sabe que soy una desorientada del carajo.
La curiosidad fue más fuerte que yo y me acerqué un poco al mismo grupo de surfistas que vi ayer, está vez me puse a hablar con ellos, y aunque trataba de concentrarme en cómo me decían lo hermoso que es surfear, las palabras 'hombres en mallas apretadas' me carcomian la cabeza.
Cerca de la una de la tarde, cuándo yo ya había regresado al hotel a comer y luego volví a salir a comprar algunas cosas, Chris llamó diciendo que estaba de regreso y que si era necesario llamar a la policía, le dije muy orgullosa que no estaba perdida, que estaba en una tienda de souvenirs a solo unas calles del hotel.
—Hoy estoy completamente perdido, no se a dónde podríamos ir, pero como sea siempre se puede buscar en internet.—me dijo el susodicho una vez que encontró la tienda donde estaba y se sentó a esperar que yo me decidiera por algo.
Una tienda de souvenirs que estaba llena de mujeres, hasta me daba risa cómo Chris trataba, según él, de pasar desapercibido.
No podía pasar desapercibido si era el doble de alto que todas las mujeres que estábamos dentro.
Su plan no funcionó y un grupo de mujeres se acercó a tomarse fotos con él, yo por mi parte seguí buscando algo que me llamara la atención mientras Chris se ahogaba en el mar de fanáticas.
Las gorras no funcionan como él cree, esto no es Marvel.
Voy a comprar pulseras a juego para tener con Mandy, al fin y al cabo le debo algo por como me ha defendido desde ayer de los comentarios en la foto que Chris subió a Instagram.
Una joven de apariencia hippie y muy amable me dijo que le podía poner nombres a las pulseras, y esperé sentada hasta que escribiera nuestros nombres, sin tener idea de si Chris sigue aquí o la ola de fanáticas ya lo raptó y yo no me di cuenta.
—Muchas gracias, a Mandy le encantará.—a Mandy le gusta básicamente todo lo que haga ruido, tiene una pulsera en el tobillo que hace ruido, parece un gato con un cascabel.
—No hay de qué, por cierto, tu novio parece estar aburrido.—cuándo veo a Chris, sigue sentado dónde estaba antes, jugando con sus propias manos.
—Los hombres no tienen mucha paciencia con las compras.—la joven me sonríe dándome la razón, porque la tengo, los hombres simplemente no nacen con paciencia para comprar.
Mi padre siempre nos dejaba a Aida y a mi en las tiendas de ropa y él se iba a pasear sólo hasta que nosotras acabemos.
—A los hombres nadie los entiende cariño.
—Amén.
Al final terminamos regresando al hotel, a Chris lo citaron para darle más detalles de la película, fue básicamente el segundo actor que se unió al elenco solo después del protagonista que será Daniel Craig.
Y mis ganas de visitarlo cuándo este en Boston aumentan si se que probablemente me tope con el mismísimo James Bond.
Ah si, y también para visitar a Chris.
—Hazme caso, mi idea de ir al letrero de Hollywood es buena.—se sigue quejando Chris cuando le digo por novena vez que no tengo suficientes fuerzas como para trepar una montaña como si fuera King Kong.
—Está bien, si venimos en otra ocasión lo haré.—lo haré solo si me dan un fajo de dinero por hacerlo, porque por diversión ni loca.
—Entonces no tengo idea de a dónde ir.
—No sabes tú que ya haz vivido aquí, peor yo.
Y nos quedamos tumbados en la cama, ya ni estoy segura de si Chris sigue despierto, porque si yo fuera él estaría dormida por haberme levantado tempranito un domingo.
—Deberíamos de ver algo en la televisión, y luego salimos a comer más tarde.
—Sip, dame un momento.—busco el control de la enorme televisión y busco algo, no está dando nada interesante, mejor entro a YouTube y cuándo encuentro lo que quiero, le doy play, para comenzar a configurar el idioma.
—¿Qué es eso, Belle, una serie?
—Una novela, te va a gustar.—eso espero, porque a mi me encanta.
—Jamás he visto una novela, ¿cómo se llama?—nos sentamos en la cama hasta esperar que los subtítulos si funcionen, de otra manera él no entenderá nada.
—Teresa, te va a gustar.—y luego de cantar el intro, comienza la novela.
Para que solo unos minutos después comience la lluvia de preguntas.
—Entonces, ¿ella es la mala?— pregunta Chris.
—No, ella no es mala-mala, solo ha tenido problemas en la vida.
—Entonces, ¿él es malo?
—No.—Chris me mira totalmente confundido.
Tenemos casi dos horas viendo Teresa.
—La verdad es que no estoy entendiendo, me dijiste que Teresa era la buena, que era pobre y por eso estaba buscando un marido.
—No te dije marido, te dije dinero, dinero.
—Sigo sin entender, luce muy malvada aunque trates de defenderla.
Que conste que fue su idea que veamos más capítulos porque luego del primero quedó en las nubes y no entendió nada.
Y de no ser por los subtítulos, él jamás habría entendido que estaba pasando.
Y ya dos horas viendo la novela y no pasamos del tercer capítulo, porque Chris no le está agarrando el ritmo y cada que le explico sólo se confunde más.
—¿Él es el malo?
—No.—ya no se cuántas veces le he dicho lo mismo, y sigue creyendo que cualquier personaje que se atraviese en la pantalla es malo.
—Se viste como malo, yo de Teresa tendría cuidado.
—No todos son malos, él es el que luego se muere no recuerdo cómo.
—¡Isabelle! Ya me contaste toda la historia.
—No sabía que pensabas seguir viéndola.—Chris me mira mal, el muy cínico no sabe ni quién de todas es Teresa pero quiere seguir viéndola.—Como sea, esa no es la gran trama de la novela.
—No quiero saber la gran trama, quería saber si ella sale de la pobreza o no, pero ya me hiciste menudo spoiler.—a todo esto, estamos tumbados en la cama, ya hemos comido gracias al servicio a la habitación, ya le dije unas quinientas veces que este hotel está increíblemente hermoso, Chris ya me dijo unas quinientas veces que regresaremos sólo en caso que yo quiera.
Si, me lo dijo todo el día, que íbamos a regresar si yo quería, si YO quería, este hombre me tiene mal, la amenaza viva.
Apenas salí viva del viaje y quiere que regresemos.
Aunque esta ciudad es tan hermosa que me quedaría para siempre aquí, pero es bulliciosa como Nueva York, y siempre he creído que el día que me mude será a una ciudad más tranquila.
—Ya me está dando hambre de nuevo.—para estar tumbados en la cama, cada uno está por su lado, Chris esta bocabajo porque según él así ve mejor, creo que es una excusa para que yo le vea su trasero, lo cuál hago siempre de todos modos.
Yo estoy sentada, porque me he visto la novela mil veces pero Chris no, y todo para él es nuevo, supongo que los americanos no ven este tipos de dramas donde la joven es pobre pero se casa con un rico, ese rico muere y ahora ella es millonaria.
—Apoyo la noción, quiero comer pizza, ¿tú no?
—Si, aunque si como mucho ahora lo más probable es que me den pesadillas si me duermo en el avión.
—¿Te dan pesadillas si comes mucho o cómo?
—No, me dan pesadillas si me duermo están llena, ¿a ti no?
—No, nunca me dan pesadillas, será porque ya estoy acostumbrado a dormir pocas horas, solo duermo bien cuando no tengo trabajo, luego estos viajes de un lado a otro me dejan algo mal, no puedo dormir bien.—ay, se me hace el corazón chiquito.
—Vaya, no sabía eso, tienes una vida muy ajetreada.
—Si, aunque ahora que tengo ya días durmiendo contigo duermo mejor, no creas que soy cursi pero duermo bien, solo hablas dormida pero no tanto.
—Oh cállate, yo no hablo dormida.—si hablo, y mucho, a veces hasta discuto, pero bueno, que se le puede hacer, me gusta debatir en mis propios sueños.—Como sea, si quieres nos podemos adelantar, para que veas la escena cuándo humillan a la pobre Teresa.
—Eso es trampa, luego le pierdo el hilo.
—Chris, no estás entendiendo nada, ya admítelo.
—Claro que si, la protagonista se llama Teresa, es una mujer hermosa, y anda atrás de un hombre horrible.—no acaba de decirle hombre horrible a mi poderosisimo Sebastián Ruli.
—Ese hombre es precioso, fin de la discusión.
—¡Claro que no! Ella es hermosa, no se porqué anda atrás de él, bueno, de su dinero, pero igual.—Me pongo a buscar el capítulo dónde la humillan, porque quiero ver esa escena y porque como sea Chris está perdido.—¿Ves muchas novelas Bellita?
—Si, pero nunca con un novio, no sabía que te iba a gustar, mi papá se aburre rápido y dice que los hombres no ven novelas.
—Cariño, llevo dos horas viendo una novela en un idioma que no entiendo, si te emociona verla la veremos juntos, cuando regresemos a Nueva York la seguimos viendo, hasta que yo la entienda.
Como sea, luego de darle un merecido beso porque amo que haga esto por mi, terminamos viendo otro capitulo más.
—Solo acaba este capítulo y nos vamos, te juro.—já, así digo yo con los capítulos de las series de Netflix y me acabo la serie en un día.
No se en que metí a Chris, pero se le va a hacer vicio ver novelas, casi lo presiento.
Logré casi de milagro hacer que apague el televisor, pero ni corto ni perezoso no esperó ni un segundo para correr a su Instagram y buscar a Angelique Boyer, únicamente no le dio like a sus fotos porque dijo que luego iban a molestar en las redes, y enserio que parece que mintiera, pero no, hasta por un like que se escape harán mil teorías, así dice él y ante semejante hecho científico, he decidido creerle.
—Amor por cierto, ¿ya guardaste todo? Tengo la sensación que algo se nos va a quedar.—yo también tengo esa sensación, y lo más probable es que si pase y algo se quedará.
—Sip, creo, creeeo que ya está todo, aparte no trajimos casi nada.
—Como sea, tampoco dejaremos cosas aquí.
A falta de Aida, Chris parece guiar nuestra excursión, porque si Aida estuviera aquí ya tendría todo ordenado desde la mañana para que nada se quede.
Claro que Chris es más olvidadizo, como yo, pero eso no me quita que se comporte como el mayor se la relación, y lo es, pero igual ese no es el caso.
El resto del día nos la pasamos dando vueltas por las partes de la ciudad a las que no habíamos ido, antes de las seis obviamente debíamos de estar en el aeropuerto, aparte Chris tiene que ir a devolver al auto que alquiló por el fin de semana.
Porque una cosa es guardarte un shampoo en la mochila, la otra es guardar un auto.
Cuándo son las cinco, Chris se pone intenso de que perderemos el vuelo, me he dado cuenta que pierde la cabeza muy rápido, como yo, en eso si nos parecemos muchísimo.
La cuestión es que abandonamos el hotel, y me daba pena irme porque me gustó mucho estar aquí y mañana en la mañana estaría luchando contra un grupo de niños revoltosos, y no rodeada de hombres en mallas apretadas.
Se me va a hacer difícil olvidar esa frase.
—¿Estás segura que no se quedó nada, tomaste el cargador, los audífonos?
—Si, Chris ya te lo he dicho mil veces, si guardé todo.
—Algo se quedó, estoy seguro.
Como que lleguemos al aeropuerto y lo que se quedó fueron los pasaportes, como que Chris me mata.
Pero no, mi mala suerte tampoco es tan bárbara, estamos sentaditos esperando que nos llamen a abordar, Chris consiguió un libro de algún autor de apellido difícil en una tienda dentro del aeropuerto y ahora lo está leyendo.
Yo estoy entretenida jugando Fruit Ninja con el celular de Chris que parece tener batería infinita porque aunque todo el día está en el celular, jamás veo que lo cargue.
Tiene un cargador de adorno.
—Cada vez me vuelvo más buena en este juego, dime que estás orgulloso de mi.
—Estoy orgulloso de ti Bellita.
—Gracias, que bueno que no tuve que pedirte que lo dijeras, te salió del corazón.
—¿Ya te dije que no estoy entendiendo nada de este libro?
—No tienes que decirlo, te delata la cara de perdido que tienes.
—Bueno, no estoy entendiendo nada por si no te diste cuenta.
—Tampoco entendiste nada de la novela que vimos.—já, soy una máster en este juego.
—Hablando de eso, no te olvides en que capítulo estábamos, la quiero seguir viendo, obvio contigo porque me explicas todo.
—Anotado, cuándo quieras seguimos viendo Teresa, la veremos tanto hasta que te sepas la canción del inicio.
Tendré que enseñarle español, será divertido, con lo rápido que él pierde la paciencia.
Cuándo nos llaman a abordar siento que mi alma me abandona por unos minutos, odio tomar aviones, mi odio solo va a incrementar, y ni hablar ni mi miedo.
—Estaremos bien Belle, tranquila.
—¿Podríamos cambiar de asiento? Me da algo de miedito estar cerca del pasillo, en Destino Final...
—Deja de pensar en Destino Final.—Chris acepta y se cambia de puesto, ahora estoy junto a la ventana, me entretengo viendo a las personas que están haciendo sus cosas debajo, ¿cómo pueden estar tan tranquilos trabajando junto a aviones? Yo estaría desmayada.
De más estar decir que si me entró el pánico cuándo despegó el avión, pero Chris me ayudó a calmarme, luego me dijo que es experto en ataques de pánico en aviones porque Scott también colapsa dentro de aviones.
Hablando de Scott, me hace falta hablar con él, me hace falta intercambiar información con él, y definitivamente me hace falta que me actualice con lo que está pasando con Lou.
Porque yo ya estoy lista para organizar la boda.
—Scott es igual, le da pánico subirse a un avión, pero le digo 'Scotty tengo que ir a tal lugar' y me dice que me acompaña, es un amor de hermano.—Chris siempre habla de Scott como si fuera el único ser humano del mundo, y Scott también habla así de Chris.
Son una relación de hermanos súper mega goals.
Chris se esmera en que si entenderá el libro que compró si lo lee detenidamente, y el lugar de quedarme viendo como sufre decido ver una película, me decido por Mi Villano Favorito, y cuándo la película lleva unos diez minutos de haber empezado, Chris ya se ha rendido por completo y está viendo la pequeña pantalla conmigo.
Supongo que jamás en mi vida creí que haría un viaje así de rápido y sin planificar, incluso cuándo de por si yo jamás planifico nada, sigue siendo un viaje súper rápido.
La de la planificación en la familia es Aida, si a ella le decíamos que para Navidad iríamos a otra ciudad, desde el primer día de Diciembre ya tenía todas las maletas hechas.
Ay mi Aida, sólo de recordar lo feliz que está ahora me hace sonreír, si tan solo Andy jamás hubiera llegado a su vida.
Aunque lo único bueno que Andy ha hecho en su vida fue Sam, Sam es por quién yo daría la vida sin pensarlo, y ahora que está lejos de su padre es como el regalo divino.
No dejo de preguntarme si es que Aida ha vuelto a hablar con Tom Hiddleston, hasta me da emoción pensarlo, pero como toda la semana estuve ocupada, no tuve tiempo de hablar con ella.
Aunque lo dudo mucho, ha estado muy estresada con el tema del juicio, y no, no soy una egoísta que quiere que aún estando mal inicie algo con alguien que apenas conoce, sólo quería saber si tal vez podían al menos hacerse amigos.
Sin fines lucrativos, no es como que a mi me beneficie en algo que se haga amiga de Tom, cof cof.
—¿En qué piensas tanto?
—En Aida, me muero por preguntarle si ha vuelto a hablar con Tom, ¿tú te imaginas que me diga que sí? Me muero en ese momento.
—Cariño, Aida te lo dirá cuándo se sienta mejor, no ha tenido muy buenos días que se diga, y Tom es muy paciente.
—Bueno, en eso tienes razón, pero no puedo dejar de pensar en los dos, me da como una corazonada, como que mi sentido arácnido se activa cuándo me acuerdo de Tom, me da buena espina, y yo jamás me equivoco con los hombres, bueno si, me he equivocado con mis ex relaciones pero con otros hombres no.—al menos no con Chris, hasta ahora.
—¿Se activó tu sentido arácnido cuándo conociste a Andy?
—Un poco si, se mostró muy encantador cuándo llegó por primera vez a la casa, pero a mi mamá y a mi nos dio como la sensación que no era de fiar, y no nos equivocamos con él.
—¿Y conmigo, se activó el sentido arácnido?
—Se demoró mucho, lo admito, no porque no me hayas gustado, si no porque se me hacia muy difícil creer que yo te gustaba a ti.
—¿Acaso nunca te di señales de que me gustabas?
—Supongo, la verdad es que soy muy lenta para entender señales, como te habrás dado cuenta.
—Sip, recuerdo cuándo fui a ver el partido a tu casa y preferiste sentarte sola que a mi lado, eso me dolió.—cuándo lo volteó a ver me esta devolviendo la mirada.
Le pongo pausa a la película para prestarle atención al rumbo al que va nuestra conversación.
—Yo sólo quería darte espacio, me parece que tú no entiendes que en esta relación hay una celebridad, no quería ser pesada contigo, no quería que creyeras que era una fanática loca.
—Y jamás lo creí, pero igual me dolió.
—Bueno, lo siento tanto si te hice sentir mal, enserio.—su carita de tristeza cambia rápidamente a una sonrisa.
—Descuida amor, eso ya quedó en el pasado y será una divertida anécdota en un futuro.—un futuro, un futuro juntos, él lo dijo, no yo.—Como sea, la verdad es que te di muchísimas señales, no puedo creer que no te diste cuenta.
—Chris, una parte de mi si se daba cuenta, pero lo ocultaba, le decía a Kat que todo lo que tú hacías era únicamente por Sam, no podía creer que alguien como yo me pudiera gustar a alguien como tú.
—¿A qué te refieres con alguien como yo, acaso crees que eres muy poco para alguien?
—No, no, sólo que somos muy diferentes, ay Chris no me digas que cuándo eras adolescente no soñabas con casarte con Dolly Parton y jamás se dio, lo mismo pasaba conmigo, estaba acostumbrada a verte únicamente en películas, a verte en vídeos de internet y en fotos, era difícil creer que entre tantos seres humanos del planeta, justamente me tuve que chocar contigo.
—Pues es el destino, amor, recuerda que vivo en Boston, ese día fui a Nueva York solo a pasear, tampoco me imaginé toparme con mi actual novia.
Agradecida con el de arriba que se le ocurrió ir a Nueva York ese día, si no, ahora estaría en mi departamento preparando mis cosas para mañana, soltera y sin nada que hacer un domingo.
Probablemente Aida seguiría con Andy, porque fue luego de que volvimos de Los Ángeles luego de la premiere de Infinity War que ella estaba convencida del divorcio, y nos volvimos más cercanas, volvimos a ser buenas hermanas.
—¿Y cuándo se activó entonces, cuándo te comencé a gustar? Y no a gustar de fotos de internet, a gustar de verdad.
—Mmh, fue muy rápido, lo admito, cuándo fuiste a la fiesta de Sam, me dio mucha ternura verte ahí, pero ya te dije que reprimía todos mis sentimientos porque no quería hacerme ilusiones contigo... ¿y tú, cuándo te comencé a gustar-gustar?
—Desde que te vi, tan enojada que estabas conmigo, creí que me golpearías.
—Lo hubiera hecho, pero estaba muy asustada creyendo que me podrías golpear, creí que era algún ladrón experto.
—Sip, tú me gustaste desde que te vi, no sabía dónde te encontraría de nuevo y para mi suerte, el cupido Sam me dio la dirección de tu casa por la fiesta, y fui muy nervioso, tenía el presentimiento de que en realidad tú tenías novio, pero no, gracias al cielo.
—¿Por que creíste que tenía novio?
—Porque eres una mujer preciosa, creí que ya estabas con alguien, pero no, y soy muy afortunado, me había dado infarto si hubieras tenido novio.
No me quiero imaginar eso.
Si hubiera tenido enserio novio cuándo lo conocí, no se si algo hubiera cambiado, jamás le sería infiel a alguien, pero las cosas sí hubieran sido muy incómodas.
—Eso si hubiera sido incómodo, pero por mucho que me gustaras, dudo mucho que sería capaz de serle infiel a una pareja, a mí me lo han hecho y es algo muy feo.—y algo difícil de olvidar y sumamente difícil de perdonar.
—Lo sé, tampoco te habría presionado, sigo creyendo que fue el destino, algo muy bueno hice en mi otra vida como para tenerte a ti en esta vida.
—Vaya, es lo más romántico que me han dicho en la vida.—los dos nos quedamos viendo, parecemos adolescentes que se están enamorando.
Me siento como adolescente a pesar que ya voy para mis treinta, y ni hablar de Chris y sus cuarenta.
—¿Enserio? Vaya, en ese caso fui poeta en mi otra vida... me vas a odiar por lo que te voy a decir, ¿sabes cuánto me di cuenta que estaba enamorado de ti?
—¿Cuándo?
—Luego de lo de Boston, y si, me sigo arrepintiendo de lo que te hice sentir, pero cuándo te fui a buscar, te quería decir que estaba enamorado de ti, pero no lo hice porque creí que era muy pronto para decir te amo, y no quería que te sintieras presionada.—no lo odio, no soy de guardar rencores, al menos eso creo.
—¿Sentirme presionada?
—Si, muchas veces me he adelantado a decir te amo y eso solo ha hecho que me dejen, porque no todos se enamoran igual, por eso tenía miedo decírtelo, pero a ti te nació decirlo y a mi igual, es lo que importa, ¿cierto?
—Si, lo que importa es que no me sigas haciendo acuerdo de lo de Boston porque vas a regresar allá y la zuripanta sigue lista para buscar venganza y luego me pongo nerviosa.
—¿Venganza? No amor, yo le dejé muy en claro que no quería que siguiéramos siendo si quiera amigos, ella es un caso aparte y jamás te vuelvas a preocupar, porque jamás te volveré a hacer algo así.
—Más te vale Christopher, porque no te perdonaré una segunda vez, ni por todos los obsequios del mundo.—ni palabras ni nada, no me volveré a sentir así de mal por un hombre nunca más.
—Ay mi vida no hablemos de eso, por favor, peor ahora que estamos hablando de nuestra relación, ya te prometí que nunca más lo haría.
—Está bien, te creo, a ver, déjame pensar, ¿cuándo me enamoré yo de Chris Evans? Probablemente por allá en el 2005 cuándo vi los 4 Fantásticos.
Chris se cubre la cara con las manos.
—No me hagas acuerdo de esa película o abro esa ventana y me tiro de este avión.
—Ay no seas así, a mi me encantan esas películas, las he visto mil veces, hasta me se los diálogos.
—Isabelle, basta con esta tortura...
—Todo me gustaba, eran muy graciosas...
—Ay no, abre esa ventana que me bajo ahora mismo.—Chris se acerca a la ventanilla y lo empujo.
—Suelta eso, tengo esas películas en el departamento, cuándo menos lo imagines entrarás y te verás a ti mismo hace 13 años atrás.
—Acaba con mi vida antes de hacer que vuelva a ver esas películas, los 4 fantásticos están enterrados para mi.
—Que dramático eres, tú no te das cuenta de la importancia cultural que tiene esa película, por esa película me enamoré de ti, y llevo 13 años enamorada de ti, así que vete al diablo por haberme echo decir te amo primero.
Chris tiene toda la cara cubierta con sus manos, pero puedo ver sus mejillas rojas, no sabía que le afectaba tanto recordar su pasado de superhéroe.
Si Chris se pone a llorar, toda la raza femenina que está en el avión me molerá a golpes por hacer llorar al dios griego.
—Tendré pesadillas esta noche por tu culpa.
—El drama te lleva en peso.
—Hey, soy actor, me pagan por ser dramático, tú haces dramas gratis.
Si fuera actriz, sería de esas actrices que siempre lloran, algo así como Victoria Ruffo.
Conversar con Chris siempre será divertido, sale con cada ocurrencia que hace reír, casi la pasamos hablando todo el viaje, no se de donde sacamos tantos temas de conversación, no se de donde sacamos tantos chismes tampoco, y por nada del mundo sabia que Chris era tan chismoso.
Hasta baja la voz cuando va a contar algo.
Y mi parte favorita del viaje fue definitivamente cuándo los dos estábamos luchando por no dormirnos porque luego dormíamos mal en la noche, y aún así nos quedamos dormidos.
—Me parece que acordamos no dormirnos.—dice Chris cuándo me vuelvo a sentar a su lado luego de haber ido al baño a lavarme la cara.
—Como dice Shakira, lo hecho está hecho.
Estamos a minutos de llegar, falta muy poco para estar de nuevo en el suelo de la ciudad más bulliciosa del planeta.
Chris ya le mandó un mensaje a Scott diciendo que nos vaya a recoger al aeropuerto.
—Apaga el celular, vas a hacer que el avión explote.
—Por décima vez Belle, no digas 'explote' en voz alta que puedes alterar a los pasajeros.
—Entonces apaga el celular.
—¿Quién te hizo tanto daño como para que creas que los aviones explotan cuándo alguien enciende un celular? Y si me dices Destino Final me da algo.
—No digas 'explotan' en voz alta que puedes alterar a los pasajeros.—Chris me mira mal, como siempre hace cuándo me burlo de él.
—Por ratos me dan una ganas de... olvídalo.
—¿Unas ganas de qué? Dilo Christopher.
—No me digas Christopher.—da ternura que se trate de enojar conmigo porque no le dura nada su enojo.
—¿Por qué no? Es tu nombre, yo te he pedido mil veces que no me digas Isabelle y lo sigues haciendo.
Cuándo me aburro de esperar que el avión aterrice, comienzo a molestar a Chris, no se porque habla tanto de su paciencia si solo le toqué tres veces el brazo antes de que gritara que lo deje tranquilo.
Tengo el triple de paciencia que él.
—Belle, ¿por qué no te duermes otro rato?
—¿Estás diciendo de manera indirecta que te molesto?, ¿estás terminando conmigo acaso? Scott tiene razón, todos los hombres son iguales.
—Que hayas tenido unas desgracias de ex novios no quiere decir que yo soy igual.
—Chris, no te conviene hablar de ex parejas, recuerda que todo sobre ti está en internet, y de mi tú no sabes nada.—Chris abre y cierra la boca repetidas veces, como buscando que responder, pero se da por vencido.
He ganado de manera limpia
—Tienes muy poca paciencia, no se como dices que me enseñarás a manejar auto.
—Yo veré cómo me las ingenio, tú tranquila yo asustado.
—Es tú tranquila yo nervioso.
—Como sea, suena igual.
Esos pocos minutos que faltaban para que el avión aterrice se me están haciendo eternos, no quiero prender mi celular y como no dejo que Chris prenda el suyo tampoco, no puedo jugar Fruit Ninja.
Tampoco puedo seguir viendo la película porque ya vamos a llegar, supuestamente.
Mi única forma de entretenimiento es golpear suavemente el brazo de Chris y contar mentalmente en cuál golpe me manda al diablo, entonces es ese golpe en el que perdió la paciencia.
—Cuándo era pequeña, mi papá solía darme pequeños golpes en la frente con una tapa de un lapicero, decía que así yo sería una persona con paciencia, también lo intentó con Aida pero ella sí fue un caso perdido, pero yo no, ese experimento funcionó.
—¿Estás tratando de aplicar tu experimento conmigo acaso?
—No, solo me gusta molestarte, aplicaré ese experimento el día que tenga hijos.—mis hijos sufrirán lo que su tía Aida sufrió con la prueba del lapicero.
—Tus hijos se iran de la casa, estoy seguro.
—Mis hijos no solo van a heredar mi talento para cocinar, también mi infinita paciencia y mi gran dote para tropezarme en todos lados, mientras que tus hijos serán grandes actores, nótese que dije tus porque terminaste conmigo hace poco.
—Mis hijos van a heredar mis pestañas y mi habilidad de bailar tap, fin de la historia, señorita Isabelle García, ya que no somos más novios le sugiero que deje de golpear mi brazo o abriré esa ventana y la arrojaré, gracias.—Chris tiene los ojos cerrados, y tiene razón con sus hijos heredando esas hermosas pestañas que tiene, aunque su habilidad de bailar tap es algo que yo aún no he comprobado.
—Puedo llamar a una azafata y decirle que usted me está amenazando.
—Adelante, no te detendré, vamos a aterrizar, a ver a quién le agarras la mano para no entrar en pánico.
—No te atrevas Christopher.—Chris me mira desafiante, y vuelve a cerrar tranquilo los ojos.
Estamos por fin de nuevo en mi amada/odiada Nueva York, esperamos pacientemente a que nos devolvieran nuestras cosas y salimos a ver a Scott que estaba afuera esperando, tan guapo mi cuñado, tan benditos esos genes.
Más me vale no dejar ir a Chris tan fácil, que mis hijos tengan esas pestañas y ese habilidad para bailar tap.
—¿Cómo les fue?—Scott me recibe con un abrazo, luego abraza a su hermano.
—Oh, muy bien, fuimos a un mirador, a la playa, terminamos en el avión, muy bien.
Scott me mira a mi y a Chris casi entrando en pánico.
—¿Cómo que terminaron?
—Tú hermano me dijo que soy una molestia y que me arrojaría por la ventana de un avión si pudiera.
—Creí que era la única persona a la que Chris amenazaba así, ya veo que me equivoqué, ¿en que más me has estado engañando Christopher?
—¿Que diablos le pasa a todo el mundo con decirte Christopher? Y si, le dije eso porque no dejaba de molestarme.
—¿Lo escuchaste? Tuvo el descaro de repetirlo.—los dotes de actriz me salen a flote y me doy aire en la cara fingiendo que voy a llorar.
—Ser sin corazón, perro desgraciado, ven Bellita.—Scott me abraza.—Yo te dije que no tuvieras nada con él, pero ahí vas tú de estúpida a decirle que lo amas.
—¿Le contaste a Scotty? Chismoso de miércoles.
—Claro que me contó, él me cuenta todo, ¿verdad?
—Scott sube al auto, quieres
—Lo hago porque yo quiero, no porque me lo hayas pedido.—Scott le saca el dedo de en medio a su hermano y se sube al auto.
—Y tú, dramática, ven acá.—antes de subirme al auto Chris me toma de la cintura para besarme.
—Hey, no me beses, tú y yo no somos nada más que ex, y los ex no se besan.—al menos yo nunca me he besado con un ex, no se Chris.
—¿Por qué estás tan dedicada a pelear conmigo? Ah ya, porque nuestras peleas acaban en...
—¡Ay Chris cállate! Cínico.
—Dime qué es mentira entonces.
Estoy más que segura que tengo las mejillas rojas y aunque es de noche ya se que él se dio cuenta porque se está riendo casi que de mí.
—Déjame subir al auto.
—Esta bien, pero probé mi punto, así que tranquila que cuándo lleguemos al departamento me debes una explicación que acabará muy bien para ambos.
Eso lo sentí como una amenaza.
***
justamente me dejaron libre estos días y pude actualizar, yei♡
del 1 al 10, ¿qué tanta paciencia creen tener?
yo honestamente creo que un 8🤔
btw gracias por recomendarme faceclaims para nuestra amada mandy, me gustó mucho esta pareja
melissa benoist y chris wood,
jalan o le temen al éxito?