Soy inocente (Yaoi/Gay) PAUS...

By LenDrops02

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Borrador 6 Kanzaki es un chico víctima de abuso sexual quien termina siendo culpado del asesinato de su mejor... More

Antes de leer
0. ¡El fracasado desciende! (Borrador)
2. Tienes derecho a guardar silencio (Borrador)
3. Si hay litera, habrá compañero (Borrador)
4. Touya Minami y Seishiro Vólkov (Borrador)
5. Flor de loto (Borrador)
6. El líder del ala uno (Borrador)
7. Sufre bastardo, sufre (Borrador)
8. Necesito comer (Borrador)
9. Esperanza y ojos de serpiente (Borrador)
10. El dinero es el estiércol del diablo (Borrador)
11. Tarot (Borrador)
12. La intervención (Borrador)
13. La celda de aislamiento (Borrador)
14. ¡A trabajar, holgazán! (Borrador)
15. Un invierno a tu lado (Borrador)
16. Sin excepción (Borrador)
16.2. Sin excepción (segunda parte) [Borrador]
17. Alas rotas
18. Familia
19. Tranquilidad pasajera
20. Jugando con fuego
21. No es como si tuviera otra opción...
22. Ojalá todas las heridas sanaran así de rápido
23. Traslado
24. Porque soy débil

1. (No) Eres inocente hasta que se demuestre lo contrario [Borrador]

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By LenDrops02

Capítulo versión audio:





—¿Kanzaki?, ¿Kanzaki, me escuchas?— su hermana mayor lo llamaba, ella estaba al otro lado de unos barrotes junto con su madre.

—Sasaki...

—Escucha, Shinomiya— había un policía también, él le estaba hablando —Te tenemos detenido por ser el presunto asesino de Daisuke Inoue, ¿entiendes lo que eso significa?

Kanzaki negó con la cabeza, su cuerpo entero estaba temblando.

—Yo no lo hice...

—Pero debido a tu estado mental— fue ignorado por el policía —no tienes la aptitud para un juicio o un interrogatorio, por lo que serás procesado en un hospital psiquiátrico durante un par de días y sucesivamente tomaremos tu declaración para seguir con el resto del proceso judicial, ¿comprendes?

"Daisuke...
¿Qué está pasando...?"

Kanzaki fue llevado a un hospital psiquiátrico tal y como ese policía le dijo.
Su mamá y su hermana fueron con él, acompañadas por otra policía, quien debía custodiar al acusado.

• • •

—Kanzaki Shinomiya, ¿cierto?, por favor ven por aquí, tenemos una habitación preparada para ti.

Al llegar al hospital, un par de doctoras lo recibieron.

—Mi hijo Kanzaki ya tiene un psicólogo— su madre intentó explicarse ante la psicóloga —Va con un psicólogo privado una vez por semana a terapias habladas y desde hace algún tiempo dejó la medicación, tengo el número de su psicólogo y puedo pedirle que venga a ayudar.

—Lo lamento mucho, señora Shinomiya, este caso está bajo la jurisdicción del departamento de policía especial del sur y  mi compañera y yo somos las únicas especialistas encargadas a este caso, no podemos dejar que un tercero participe por órdenes de la policía. A partir de este momento Shinomiya Kanzaki no puede recibir visitas ni de sus familiares— argumentó la psicóloga mientras veía a la hermana de Kanzaki.

—Ahora les voy a pedir por favor que se retiren de la habitación— habló la otra doctora —Debemos hacer nuestro trabajo con la mayor privacidad.

Finalmente su hermana y su madre se fueron, Kanzaki se quedó solo con ambas doctoras y la policía que lo custodiaba se quedó cuidando en la puerta, fuera de la habitación.

—Shinomiya, mi nombre es Riza Shiozaki y soy psiquiatra forense, ayudaré a dar un diagnóstico y a evaluar si eres apto para declarar o no. Mi compañera es Aikawa Shiemi y ella será tu psicóloga— se presentó amablemente.

Kanzaki se quedó mirándolas y poco a poco dejó de temblar.

—¿Puedes hablar?, ¿te sientes cómodo para hablar con nosotras?— le preguntó la psicóloga.

—P-Puedo... hablar... ¿a dónde se fue mi madre...?, ¿y mi hermana?, Daisuke... ¿qué le hicieron a Daisuke?

La psiquiatra dio un largo suspiro y la gentil expresión de su rostro se tornó en una completamente seria.
Empezó a examinar las pupilas de Kanzaki con una pequeña lamparita, comprobando que no estaba en estado de intoxicación y sus reflejos estaban intactos.

—Aikawa, dale cero punto cinco miligramos de alprazolam— ordenó de mala gana.

—Pero no sabemos si ha recibido medicación posterior, su madre dijo que ya tenía un psicólogo.

—La madre dijo que ya ha tomado alprazolam antes— fue cortante.

—De acuerdo.

—Espera a que se calme, habla con él y haz su diagnóstico, probablemente estará aquí durante una semana, así que arma tu plan terapéutico con la hipnosis basándote en tus resultados.

Tras dar las instrucciones, la mujer psiquiatra estuvo a nada de retirarse de la habitación, pero antes de que abriera la puerta, su compañera la llamó.

—Riza...

Ella se detuvo y se giró hacia la mujer parada frente a Kanzaki.

—¿Qué?

—¿De verdad vamos a hacerlo...?— preguntó, sonaba asustada.

—¿Qué otra opción tenemos?, ahora que lo sabemos no podemos hacer nada más.

—Pero... es que tan solo míralo— la psicóloga sonaba triste, cuando sus ojos y los de Kanzaki se encontraron, ella vio cómo los de Kanzaki habían perdido su brillo y estaban desorientados —Es tan joven... si se lo llevan a uno de esos lugares él no aguantará... no podemos hacerle esto.

"¿Eh...?", Kanzaki las miró.

—¿D-De que están...?

—¡Cállate!— la psiquiatra alzó la voz —Él está escuchando, ¡vas a arruinarlo todo si sigues hablando!

La mujer de rostro triste miró a Kanzaki a los ojos. Ambos parecían querer llorar.

—Lo siento— le dijo —De verdad lo siento mucho.

La psicóloga dejó escapar un par de lágrimas y sucesivamente colocó su mano en el rostro de Kanzaki y ejerció presión hacia él.

—¿¡Qué hace!?

Todo se volvió oscuro...




—Por lo tanto, la pena a imponer al acusado Kanzaki Shinomiya por el delito de homicidio doloso calificado, en perjuicio del occiso Daisuke Inoue, es una pena de veinticinco años de prisión. El ministerio público solicitó que se condene al acusado al pago total de ¥1,700,300 por concepto de indemnización de muerte.

En el fondo, se pudo escuchar como la madre de Kanzaki empezó a llorar en cuanto el juez pronunció la gran suma de dinero.

Sin embargo... el delgado chico de pecas no sabía que estaba sucediendo.

"¿Por qué mi madre está llorando...?"

Se sentía como si acabara de despertar de un largo sueño.

—Como resolución... Primero se acredita la existencia del delito de homicidio calificado en perjuicio de Daisuke Inoue y la responsabilidad de Kanzaki Shinomiya en su comisión. Segundo, por dicho delito se le condena al joven Shinomiya el pago de la reparación del daño bajo los términos precisados anteriormente...

Toda la situación actual era bastante irreal.
¿Cómo había llegado hasta ahí?, ¿por qué el juez le estaba dictando su sentencia...?

"¿Por qué piensan que yo maté a Daisuke...?"

—Tercero, se suspende al sentenciado Kanzaki Shinomiya en el ejercicio de sus derechos civiles y políticos por el tiempo que dure la sanción impuesta, y amonéstesele sobre las consecuencias del delito cometido, excitándolo a la enmienda y conminándolo para que no vuelva a delinquir, pues en su caso será considerado como reincidente y las sanciones serán más severas.

—¡Espere...!— gritó Kanzaki y se levantó de su asiento rápidamente —¿¡Por qué...!?, ¿¡p-por qué está pasando algo como esto!?

Las personas del jurado y el resto empezaron a susurrar cosas. Decían palabras que Kanzaki no podía entender.

—¡Orden!— el juez dio un golpe con su mállete —Señor Shinomiya, le exijo que regrese a su lugar y me permita terminar con las resoluciones.

—¡Pero...!

Alguien lo jaló del brazo y lo obligó a tomar asiento.
Kanzaki lo miró, era un hombre bien vestido con una expresión seria en su rostro.

"Mi abogado...", pensó. "Pero... ¿por qué sé eso...?, yo nunca en la vida había visto a esta persona"

—Cuarto, se informa a las partes, que en caso de inconformidad ante la resolución, pueden interponer recurso de apelación dentro de los próximos diez días siguientes a la notificación, conforme a lo dispuesto por el artículo 471 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

"¿Qué sucedió antes de que yo estuviera aquí...?
¿En donde estaba?
Mi hermana... estaba con mi hermana y mi madre, había tres personas más, eran mi psicólogas... ¿y qué sucedió después?"

—Una vez cause firmeza la determinación condenatoria, remítase copia autorizada de la sentencia al Juez de Ejecución correspondiente y a las Autoridades Penitenciarias y administrativas que intervienen en el procedimiento de ejecución, para su debido cumplimiento. Finalmente, así se resuelve de manera unánime y firman en nombre de la prefectura de Kantō y Tokyo, los Jueces de Control y de Juicio Oral Penal de la prefectura, siendo el segundo de los nombrados el relator de la sentencia.

"¿Qué pasó antes de este juicio?
¿¡Por qué no puedo recordarlo!?"

Se sentía tan frustrado y desesperado que estaba al borde del llanto.

Sucesivamente, un par de policías se acercaron a él y le colocaron esposas en sus muñecas.
Lo levantaron de su silla y empezaron a llevárselo.

—¡No!, ¿¡qué están haciendo!?, ¡¡¡yo no lo hice!!!, ¡¡¡no lo maté!!!

Que se opusiera no sirvió de nada, porque era imposible que se librara de esos dos policías. No había manera de salir de esa situación si no era directo al reclusorio.

Kanzaki miró a las personas a su alrededor. Algunos de sus maestros estaban presentes, a otros no los conocía, pero no pudo dejar de mirar a su madre y a su hermana.

—¡¡Mamà...!, ¡¡Sasaki one-chan!!, ¡¡ustedes saben que yo no lo hice!!

Su madre bajó la cabeza sin tan siquiera dirigirle la mirada y el rostro de su hermana estaba empapado en lágrimas, pero ella tampoco quería mirar su rostro.

Los padres de Daisuke estaban ahí también y miraban a Kanzaki con desagrado, pavor y una evidente decepción.

—¡¡¡ÉL ERA MI MEJOR AMIGO!!!, ¿¡POR QUÉ LO MATARÍA!?— forcejeó, pero los policías simplemente hicieron más esfuerzo en jalarlo y llevárselo —¡YO NO LO HICE!, ¡SOY INOCENTE-

Kanzaki se quedó totalmente congelado cuando sus ojos se encontraron con los de Ryuichi Sato.
Éste le sonreía burlonamente y le decía con la mirada...

"Yo gané"

Kanzaki sintió como si todo el mundo se estuviera viniendo abajo, pero entonces entendió la situación a la perfección.

Dejó de forcejear y se lo llevaron de la sala del juicio rápidamente.





—Entró en un estado de angustia y confusión debido a la situación, pero puedo afirmar que el chico estaba apto para el juicio. Es común que algunos presos reaccionen así y se desplomen una vez que se les dicta su sentencia, especialmente si cuentan con antecedentes de depresión y crisis de angustia, pero pueden proceder con el proceso penal, solo necesita tiempo para asimilarlo; además él será tratado en una prisión especializada, así que no habrá mayor problema.

"Esa es mi psiquiatra..", Pensó Kanzaki, esposado dentro de una pequeña celda temporal.








Kanzaki fue ingresado en el Centro de readaptación y salud mental "Naraka", pudo ver el nombre del reclusorio en un letrero, al entrar al terreno dentro de una patrulla.
Había dos enormes edificios, uno frente al otro; ambos eran dos cárceles diferentes, solo que un edificio estaba destinado a mujeres y otro a hombres. Lógicamente, Kanzaki fue llevado al de los hombres.

Al entrar, fue procesado.
Primero fue despojado de sus pertenencias, incluida su ropa.

—Por favor, ¿puedo conservar mi chamarra?— no quería que le quitaran la chamarra amarilla de Daisuke y se aferró a ella con todas sus fuerzas.

—¡Deja de preguntar mierda y quítatela ya!

Aún así lo obligaron a quitársela.
Le entregaron un uniforme con el número 753 escrito en la espalda y una pequeña etiqueta con su nombre en la parte izquierda del pecho.

Después tuvo que ir a una especie de enfermería, donde le hicieron algunas preguntas y unos breves exámenes.

—Carne fresca— habló un hombre con cabello largo y labios sutilmente maquillados, su vestimenta era colorida y femenina, pues usaba una falda con un par de tacones y una blusa con cuello de tortuga debajo de su bata. —Tráelo por aquí, vamos a examinarlo. Tienes un cabello muy lindo, que bueno que ya no le cortan el cabello a los presos recién llegados— le dijo mientras sujetaba uno de sus mechones de cabello y lo acariciaba delicadamente —Ahora, voy a tomar tu peso y estatura, súbete a la báscula, pequeño diablillo— soltó con picardía.

Finalmente, fue llevado a la oficina de administración.

—¿Nombre?— le preguntó el encargado.

—K-Kanzaki Shinomiya...

—¿Edad?

—Tengo dieciocho años.

—¿Delito?

Kanzaki se quedó callado unos segundos. Se sentía inseguro respecto a la respuesta, puesto que era sumamente consciente de que todo lo que estaba sucediendo era un completo error.

—¿¡Cuál fue tu delito!?— el encargado se impacientó.

—¡Ho-Homicidio doloso calificado...!— dijo. Las palabras salieron de su boca tan naturalmente que fue extraño, ya que no recordaba de manera tan especifica lo que había dicho el juez.

"¿Por qué recuerdo eso...?"

—Bien. Eres uno de los enviados para la zona de atención psiquiátrica— volteó a ver a Kanzaki. Exploró al chico de la cabeza a los pies —Aunque yo te veo bastante normal.

—Tengo antecedentes de depresión y trastorno de angustia...

—¿Tomas algún medicamento?

—Ya no. Solo en emergencias.

—Bueno, entonces te vas al ala uno, celda número uno, felicidades. Si necesitas medicamento puedes pedírselo a la doctora de tu ala, ella también te dará asesoría psicológica si así lo deseas. Los oficiales a cargo de tu ala te van a explicar lo demás, puedes irte ya.

Un guardia se dirigió hacia él para esposarle las manos otra vez y después llevárselo hacia su ala correspondiente.

• • •

Entró al ala uno, respiró hondo, estaba por encontrarse con terribles criminales y sus manos temblorosas hacían ruido a causa de las cadenas de las esposas.

—Frente a la puerta te encontrarás una lista con todos los nombres de los presos, ahí dice cuál es tu trabajo de destino, ¿comprendes?— el guardia señaló la lista y el chico pecoso asintió —Tus tareas son lavar ropa, limpiar baños, limpiar pisos, cocinar y tienes la opción de escoger un taller recreativo y entrar al programa de escuela para presos. Si en la lista del lunes tú nombre está en "lavar baños", eso harás y no volverás a tu celda hasta que termines, ¿¡entendiste, algodón de azúcar!?

—¡S-Sí señor!

Entonces empezaron a caminar por los pasillos con celdas, todas estas llenas de presos.

—Hola, algodón de azúcar.

—¿Quieres venir a jugar a mi celda?

—Estas muy delgado, seguro que te puedo romper los brazos como si nada.

Los presos empezaban a hablarle y a gritarle.

—¿Qué son todos esos puntos que tienes en la cara?

—P-Pecas...— respondió.

—¡Te las voy a arrancar, ratoncito!

Entre todo el bullicio que se formó con su simple presencia, uno de los presos empezó a ladrarle y a gruñirle como un perro.

—¡Voy a hacer que seas mi perra!— le dijo después.

—¡Te voy a sacar las entrañas, algodón de azúcar!

—No vas a durar ni un mes si ya mojaste tus pantalones, ratoncito.

—¿Cuántos años tienes?, ¿dieciséis?, porque me encantan los adolescentes indefensos y tiernos como tú, para quebrarles las costillas con mis puños.

Se sintió como si se hiciera pequeño y todos los demás lo pisotearan.
Kanzaki bajó la mirada con ganas de llorar, para dejar de mirar a todos esos reclusos y siguió caminando hacia donde el guardia lo llevaba con timidez.

El camino se sintió interminable, pero por fin llegaron a su celda.

—Celda número uno, sección A— dijo el guardia —Hogar, dulce hogar.

Lo empujó hacia dentro y el chico puso sus manos en una pequeña abertura de la puerta de barrotes para que así el guardia le quitara las esposas.

El chico miró la celda. Era más grande que todas las demás, tenía una litera y un baño detrás de un pequeño muro sin puerta.
Había solo una ventana protegida por barrotes.

"¿Voy a estar solo?
¿Tengo toda esta celda para mí?"

—Suerte en tu primera noche, algodón de azúcar— le dijo el guardia y luego se retiró.

"Que bueno que estaré solo...", pensó.

Se quedó parado a mitad de la celda durante unos segundos, y repentinamente se desplomó hacia el suelo.

"¿Cómo llegué a esto...?"

Siempre se sintió vacío, porque las circunstancias eran difíciles y aplastaban su felicidad, pero su mejor amigo Dai y su familia siempre estuvieron ahí para él.

Pero ahora había sido culpado de haber asesinado a la única persona que podía llamar amigo, aquel crimen quedaría impune y él pasaría el resto de sus días encerrado, rodeado de criminales.

—Lo siento mucho... Daisuke- san...

"Yo no pude hacer nada por ti... en ese momento solo me quedé mirando", pensó lleno de tristeza.

Se sentía culpable, como si por su incompetencia y debilidad su amigo hubiera muerto.

—De verdad lo siento...— lloró —Yo no puedo ayudar a las personas, ni siquiera tengo una tanri, no puedo ser un policía ejemplar como tú y nunca podré serlo.

Entre lágrimas y sollozos, Kanzaki se arrastró hacia la cama inferior de la litera y se tiró en ella.

Cerró los ojos y tan solo se dedicó a llorar.

"Es como mi hermana dijo, soy débil, nunca me defendí de Ryuichi. Ese día en los baños... ¡si no hubiera sido tan débil entonces nada de eso hubiera pasado!, ¡si tan solo hubiera ayudado a Dai cuando Ryuichi sacó su navaja...!"

Se colocó en posición fetal en la cama, sintiendo un insoportable dolor en el pecho.

"No te vayas, Daisuke, no me dejes.
Aún había tantas cosas que quería hacer contigo... y tantas cosas que debías hacer. Estabas a punto de comenzar tu servicio militar y dar un paso más para unirte a la policía especial..."

Al pensar en Daisuke Inoue, también vino a su mente la manera en la que éste solía apoyarlo.
No había nadie tan cálido y amable como Dai.

Cuando más miserable se sentía... o cuando más perdido se encontraba, Daisuke le daba la fuerza que tanto necesitaba.

"Cuando yo estaba ahí mirando asustado... tú me sonreías y... parecía que podía dejar de tener miedo  de Ryuichi y de todo lo demás.
Incluso en medio de esa pelea frente a los baños que tanto me atormentaban, cuando estabas ahí por primera vez me sentí fuerte de verdad"

Las mejillas llenas de pecas de Kanzaki, se encontraban también llenas de lágrimas.

"Gracias, mejor amigo... por haberme protegido hasta el final"

Shinomiya recordó las palabras de Dai:

"—Si la cuerda se rompió, entonces fue porque se te concedió una segunda oportunidad.
—¿Y qué debería hacer con eso...?
—Pues aprovechar, salir adelante y reírte de las circunstancias. Tienes que prometerme que lo harás—"

—Lo haré— susurró con la voz rota —Lucharé por mí y por ti, Daisuke, en donde quiera que estés; sobreviviré aquí y seré fuerte— Kanzaki levantó la mano y apretó su puño con fuerza —Es una promesa.

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