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1:30 a.m.
Cedric y tu habían salido de la casa de su padre, ya que hoy habían tenido una fiesta para conocer a toda la familia, primos, tíos, abuelos, etc.
Pero salieron un poco más temprano de lo que quedaron, la causa fue que alguno de los primos de Cedric empezaban a coquetearte y este obviamente se puso celoso
—Cálmate, yo soy tu novia
—Eso lo sé, pero siempre han sido así ellos, no respetan nada.
—Amor
—Les dije muy bien que mantuvieran el espacio, solo me fui un segundo por bebidas y todos llegaron a hablarte.
Cedric apretó el volante con sus manos, tratando de contener la furia que llevaba dentro.
Llevaste tu mano en su pierna y la apretaste, el te miró confundido.
—Soy solo tuya amor, no te enojes.
Cedric te miró de reojo, miró tus piernas un poco descubiertas por el vestido que llevabas, se mordió los labios y lo notaste.
—¿No crees que hace calor?
—Un poco, pero tenemos el aire prendido.
—No lo sé, yo siento calor...
Subiste un poco más tu vestido, el lo notó y ya no apretaba el volante para contener la furia sino el deseo por arrancarte el vestido.
—Llevas un vestido muy bonito
—¿En serio? Sabía que te gustaría
—Te ves aún más hermosa en él.
Sonreíste con picardía, el sonrió también. Acariciaste su pierna para tentarlo, le gustaba demasiado cuando lo seducías.
—Nena, si sigues haciendo eso me detendré, te arrancaré el vestido y te haré mía
—Bebé, quiero que lo hagas.
—Mierda...
Cedric se detuvo en un estacionamiento que era de una tienda de helados, por suerte estaba vacío y las luces apagadas completamente.
Se quitó el cinturón de seguridad, tomó tus manos haciendo que te pusieras encima de él, te miró a los ojos, transmitiendo deseo, lujuria y claro que amor por ti.
Dirigió tus manos en sus hombros para tomar tu cintura, quedar pegado a ti y besar lentamente tu cuello, cada centímetro de el lo llenaba de besos y caricias.
Apretó tu cintura al sentir como te movías en su ya notable erección, él bajó sus besos a tu pecho, con sus manos bajó un poco los tirantes del vestido y sostén que traías.
—Amo besar cada centímetro de tu cuerpo.
Sonreíste al escucharlo, Cedric podía hablarte sucio, podía hacerte sentir bien, podía hacer que gritaras su nombre, pero siempre todo era con tu consentimiento y todo era con amor, ya que el se encontraba enamorado de ti y eras lo mejor que le había pasado.
Así que ten en cuenta que él nunca te lastimaría.
Cedric bajó el respaldo y te acostó para quedar arriba de ti, sonrió al verte en esa posición.
Subió tu vestido y bajó tu ropa interior, separó tus piernas y pudiste tocar el volante con tus pies, cerraste los ojos y suspiraste.
Sentiste como con su dedo empezaba a acariciar tu clitoris
—Ahg....
—¿Te gusta?
—S-Si...más
—Lo que quieras hermosa
Cedric gruñó al sentir lo mojada que estabas, se lamió los labios al imaginar como se siente estar adentro tuyo, ya lo habían hecho antes pero siempre amaba imaginarlo.
Metió un dedo y gemiste, amaba escucharte gemir.
—Amor, necesito estar dentro tuyo, no aguanto más...
—Yo tampoco aguanto
Cedric bajó sus jeans llevándose su ropa interior también, te mordiste al ver su miembro, era como te gustaba y sabías muy bien que te volvía loca. Sonrió al ver ese gesto tuyo
Se metió lentamente, disfrutando el contacto de piel con piel, gimieron al sentirse completos.
Lo besaste, lo necesitabas más cerca, mordiste su labio.
—Ahg, me vuelves loco, nena.
Cedric apoyó una de sus manos en la ventana trasera, para poder meterse más y gemiste por eso.
Cedric empezó a subir la velocidad, se lamia los labios al ver como tus pechos se movian por los movimientos que el hacía al penetrarte.
Una pequeña sonrisa traviesa se le escapó, lo notaste y te ruborizaste.
—¿De...de que te ríes?
—De nada, solo estoy disfrutando la vista.
—Ahg, Cedric
—¿Si, amor?
—Más... más rápido, estoy por venirme
—Yo también.
Tus caderas se movieron para ayudarlo, para conseguir más placer. Gemiste al sentir su última estocada, fue fuerte y llena de desesperación.
Los dos se vinieron.
—¿Estás bien?
—Si, solo me duele un poco la espalda.
—Perdón...
—No, no está bien, me gustó, demasiado.
Cedric se sonrojó, pero te sonrió con ternura. Besó tus labios y ayudó a vestirte para luego vestirse el
—Nunca creí hacerlo en un auto y en un estacionamiento.
—Siempre hay una primera vez
Pusiste los ojos en blanco
—Así como mi primera vez fue contigo
Sonreíste y es que era cierto, los dos habían sido su primera vez al tener relaciones sexuales.
—Tengo hambre
—¿Quieres comerme de nuevo?
Lo miraste seria, el rió para luego darte un beso en la frente.
—Te prepararé pasta y veremos algún maratón de películas, ¿que te parece?
—Me parece excelente.
Estuvo cortito, pero es que tenía más ganas de escribir algo apasionado, dramático, cursi o triste jaja.