Opuestos Positivos

By teguisedcg

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Etham y Agatha son dos desconocidos que, sin saberlo, comparten un pasado en común. *** Porque, a pesar de e... More

Antes de leer...
[ Prólogo ]
[ Mapa ]
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By teguisedcg

Capítulo dedicado a lexa_2714, aquí tienes tu querida actualización 😏🔥

AGATHA

-22-

El silencio se instala entre nosotras.

Sé que Joan no está en el apartamento porque se ha quedado este puente en casa de mis abuelos y mi padre tiene turno de noche.

Por ese lado estoy más tranquila, lo último que me faltaba es que todo esta mierda en la que me he metido, salpicase a mi familia también. Sería el colmo.

Porque es por ellos por lo que lo estoy haciendo, no tendría sentido si igualmente acabasen afectados.

El humo del cigarrillo me da de golpe en el rostro. Toso y parpadeo un par de veces mientras muevo las manos, retirando la nube que me impide ver más allá de mis narices. La melena rubia y la mirada azulada que está clavada sobre mí es lo primero que me encuentro de frente al igual los labios rojizos que se curvan en una sonrisa divertida.

—Estabas distraída. No te molestes, eh.

—No, si da igual.

—Mejor, ¿me invitas? —pregunta, señalando el interior del bloque de edificios.

Antes de contestarle nada, observo mi alrededor.

Vuelvo a tener esa sensación de que tengo la mirada de alguien pegada en la nuca y logra erizar mi piel por completo de puro terror. Me recoloco la mochila. Vuelvo a mirar por encima de mi hombro antes de sacar las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta.

La aguanto, dejando pasar a Melania. Se cierra de manera automática cuando después de que paso yo por ella, no la sostengo más.

Caminamos por las escaleras con una calma que estoy lejos de estar experimentando.

Aunque tengo la vista al frente puedo notar como Melania me observa por el rabillo del ojo. No sé por qué está aquí, pero de todos los corredores de las carreras de Downtown, la parejita son los que mejores me caen.

Tom fue una especie de mentor y siempre estuvo allí para ayudarme. Melania, por otro lado, me trataba como a una hermana. Incluso compartíamos nuestros sueños y nuestros miedos. Marine y Melania hicieron buenas migas y me animaban en las carreras que hacía contra otros bandos.

Pero tras la muerte de la primera, me distancié de todo.

Incluyendo los amigos que había hecho, olvidando los buenos momentos y enterrando los recuerdos junto al cuerpo de mi mejor amiga.

Un nudo se instala en mi estómago al pensar en ello. En su cuerpo inerte con aquel agujero en su piel del que borbotaba sangre. De su boca que había adquirido un toque carmesí de la hilera de sangre que le recorría el rostro. Sus espasmos involuntarios y las veces que se retorcía del dolor. Y su mirada.

La jodida mirada de terror que me devolvió aquel día, sabiendo ambas que no íbamos a salir de esas cuatro paredes de metal a salvo, o por lo menos, no las dos juntas.

—¿Estás bien?

Me frena Melania en medio de las escaleras. Yo sigo con la mirada pérdida, rememorando una y otra vez ese momento, el miedo y la tristeza como si fuese un disco rayado que reproduce la misma melodía.

—Estás muy pálida. ¿Quieres sentarte?

Asiento. Me rodea con el brazo, ayudándome a sentarme al pie de las escaleras de la planta número tres. Tiemblo de pies a cabeza y me pican los ojos por las ganas que tengo de llorar.

Sh, pequeña. Llorar es bueno, no te lo guardes.

La voz dulce de Melania es el detonante para que me oville y me pegue a ella mientras se me escapa el primer sollozo, seguido de un segundo y un tercero.

Con paciencia, Melania se queda ahí sentada a mi lado, retirándome los mechones húmedos por las lágrimas mientras me susurra palabras tranquilizadoras.

Únicamente consiguiendo que la culpa aumente dentro de mí.

—¿Estás mejor? —pregunta ella al cabo de unos minutos de llanto.

—¿Por qué has venido?

Clava sus ojos azules en mí con una intensidad abrumadora.

Sin retirar la mirada de la mía rebusca en uno de los bolsillos de su cazadora de cuero hasta que encuentra un sobre amarillento de aspecto viejo y sucio. Me lo acerca y, dudosa, lo acepto.

—Siempre acabamos en el mismo equipo —comenta, con pasmosa tranquilidad.

Un escalofrío me recorre por dentro al comprenderlo.

—¿Trabajas para Zuri?

—Tom se quedó con Gran S y yo decidí cambiar de aires hace cosa de tres meses.

—¿Y vuestra relación?

—Ahora está más a salvo que nunca. Si hay un enfrentamiento planeado, por lo menos puedo advertirle a él y Tom conmigo igual.

Asiento sorprendida.

Vaya, eso sí que no me lo esperaba.

—¿Te ha mandado Zuri a por mí? ¿He hecho algo mal? —pregunto sin disimular el miedo que comienza a invadirme.

—No exactamente. Me dijo que tenía que entregarte este sobre para que entendieses nuestra misión el viernes. Pero prefería decírtelo yo y ya después darte el sobre. Este mundillo es una mierda, pero si estás solo es mil veces peor. Además, tú y yo siempre hemos peleado codo con codo. Es hora de hacerlo de nuevo, ¿no?

Sonrío agradecida antes de soltar una pequeña risa neeviosa. Melania me da un leve codazo y me sonríe de vuelta.

A pesar de estar las dos envueltas en problemas, es capaz de sacarme en un sonrisa en medio de todo ese embrollo. Aunque tampoco soluciona nada mi situación, ahora me resulta más amena.

—¿Qué tenemos que hacer el viernes?

—Hay una gran fiesta. Habrá empresarios y mafiosos por partes iguales, incluso puede que haya algún famoso... Nuestro trabajo es exhibirnos. Eres la nueva adquisición de Zuri —dice, sin evitar arrugar la nariz en desacuerdo—. Y has ganado todas las carreras, eres una especie de premio gordo.

—¿Cómo la lotería?

—Si, eres la lotería para cualquiera de ellos. Así que tienes que hacer presencia de gala en esa fiesta, aunque Zuri me ha permitido acompañarte después de insistir bastante.

—Gracias.

—Para eso estamos, colega. Aunque sigo queriendo la revancha.

Volvemos a reírnos las dos juntas.

En las escaleras del rellano de la planta tres nos hemos adentrado en una especie de burbuja donde los problemas dejan de tener importancia y la mierda de gente con la que nos juntamos no parece tan mala.

Pero claro, es así hasta que dicha burbuja se rompe.

El móvil de Melania comienza a sonar enérgicamente. Ella me ofrece una mirada de disculpa antes de descolgar.

—Hola, amor. Si, estoy con ella. Bien, bastante bien. ¿Tú qué sabes? Vale, vale. Nos vemos este viernes. Si, yo también. Te quiero.

Cuelga y se lo vuelve a guardar en el bolsillo, aunque no se sienta de nuevo.

—¿Tom? —pregunto divertida.

Me fijo en como la mirada le brilla al nombrar a su novio y una sonrisa bobalicona aparece en su rostro.

—Tom —contesta en un suspiro. —Me ha encantado verte. Lee la carta y el viernes me acerco aquí para decidir dónde nos cambiamos e ir juntas, ¿te parece?

Asiento, levantándome también de las escaleras.

—¡Hasta el viernes, fea!

—¡Hasta el viernes, chula!

N/A: Estamos de vuelta.

Prometo ponerme un recordatorio en el calendario.

Melania es uno de mis personajes favoritos, aunque aparece poquito por ahora, es genial, de verdad. Todo el grupo de las motos son maravillosos.

Y... ¿teorías sobre la fiesta? 👀🔥

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