Entramos a un restaurante que se veía elegante en cuestión pero con solo mirar la carta y ver los nombres más raros en gustos culinarios decidimos salir de ahí.
-¿A donde quieres ir?- Sonríe y toma mi mano.
- ¿Te parece pedir al en McDonald's y comerlo en el auto mientras paseamos por ahí?
- Me parece perfecto. Solo no se lo menciones a mi entrenador. -Dice riendo.
-¿Por qué?- Le cuestionó con una sonrisa risueña en mi cara.
- Mike es exagerado. Pero es parte de mi rutina comer saludablemente.- Suspira.- Pero tengo que confesar que hace mucho no como una así que de verdad quiero una hamburguesa de una cadena de comida rápida.
- Entonces pide dos Big Mac.
Sonríe y conduce para buscar el MacDonald's más cercano.
****
Nuestra tarde conociéndonos fue la más hermosa y divertida que haya y posiblemente tenga en toda la vida. Con él puedo ser yo misma y no la chica miseria que todo mundo suele ver.
Él siguió conduciendo hasta que entramos a la granja donde el creció. Esta parecía como un pequeño zoo, en el que contemplamos un atardecer sobre su auto.
- Vaya esto parece sacado de película y amo que se sienta así. - Sonreí y continúe perdiendo mis vista en el increíble paisaje de Perth.
- Lo sé. De niño esto era lo que más amaba, solo que ahora casi no puedo disfrutarlo. Siempre estoy de vuelo en vuelo y no me mal entiendas. Es increíble pero cansado y a veces abrumador porque me siento un poco solo.
- Siempre te ves tan feliz...
- Si y es real pero cuando estoy fuera de cámara a veces extraño estar en casa como todos.
- Entiendo. Realmente casi siempre estoy sola. Casi no tengo amigos. Ya sabes del tipo que siempre están contigo y son tus mejores amigos por siempre. Tengo amigos pero ellos tienen otros amigos con los que prefieren estar más y obviamente yo no estoy en esa lista. Más bien soy la chica que de repente puede hacerte un favor pero nunca la amiga con la que quieres pasar tiempo...- Respiro profundamente y suspiro.
- A mi me gustaría ser ese amigo que quieres si me lo permites. - Daniel toma mi mano y la aprieta suavemente.
- Claro que quiero, ¿Quien no querría ser tu amigo?. - Digo sonriendo cálidamente.- Me refiero a que eres divertido, carismático y para nada como los demás que tal vez en tu lugar serían completamente groseros conmigo.
- ¿Por qué habría de serlo? No me me hace falta nada como para ser un amargado.- Ríe como lo suele hacer
- Gracias de verdad por salir hoy de paseo conmigo. Me divertí como nunca antes y extrañamente no me sentí incómoda o que ya no tenía nada por hablar. Por cierto creo que tengo que regresar al hotel. Ya es un poco tarde y me tengo que parar temprano para regresar mañana a tu entrevista.
- Oh claro. Permíteme llevarte.- Me ayuda a bajar del auto y me abre la puerta.