JÚPITER
Martha comenzó a flotar de nuevo. Pataleo para intentar alcanzar un árbol.
—Perdón —Se disculpó Tarquín con una sonrisa burlona.
—No sonrías y ya bájame.
—Ya voy —Respondió Tarquín, quien se impulsó del tronco del árbol y toco con la punta de los dedos el pie de Martha, haciendo esta sé que cayera encima de él. Tarquín se hecho a reír abrazando a Martha.
—Suéltame —Martha se levantó y se quitó sus guantes grises.
Tsuky se acerco a Martha para asegurarse de que estaba bien, las hermanas de cristal eran buenas curando enfermedades o fracturas.
—Póntelos —Dijo Martha aventándole los guantes a Tarquín.
—De acuerdo —Respondió Tarquín mientras se ponía los guantes.
—Vamos —Dijo Tsuky empezando a subir una montaña.
—Un poco ajustados
—Cállate
—Me encanta que te enojes —Dijo Tarquín riéndose.
—Ya cállate.
«¿Por qué tiene que ser tan infantil?» Pensó Martha frustrada.
Le dio la espalda enojada y comenzó a caminar, dejando a Tarquín atrás. ¿Cómo podía ser tan inmaduro? Martha nunca se había enojado tanto, de hecho ella nunca se enojaba.
—Oye, ¿Por qué te enojas?
—Porque eres insoportable
—Dejen sus problemas de pareja para después, tenemos trabajo que hacer —Les dijo Tsuky sin voltear a verlos
—Ya vamos —Respondió Martha y continuaron subiendo la montaña.
Ya llevaban dos días subiendo la alta y húmeda montaña; aun no habían llegado a ningún lado. Martha estaba exhausta de tanto caminar, habían acampado un par de veces, pero eso no era suficiente, además no había podido dormir en lo que llevaban del viaje.
«¿Cuánto tiempo más va a tardar este viaje? espera un minuto, ¿Porque a Keith se le ocurrió hacer esto ahora? No pudo esperar unos años ma...»
—¿Qué estas esperando? —La voz de Tarquín interrumpió sus pensamientos.
—No interrumpas mis pensamientos —Respondió Martha fijando la vista en el camino —¿A dónde fue Tsuky?
Tarquín volteo a su alrededor confundido intentando hallar a la husky, mientras que Martha intentaba abrir un portal que la llevara a la ubicación de Tsuky, pero no la encontraba. Tsuky se asomó desde un agujero en el suelo.
—No se retrasen —Les advirtió Tsuky.
—Vamos, camina —La insto Tarquín, poniendo una mano en su espalda.
● ● ●
Cuando Martha volvió a prestar atención al camino, ya estaba dentro de la cueva, había caminado sin darse cuenta.
—¿Cuánto llevamos caminando?
—Como media hora
Martha intento abrir un portal, pero no funciono. Volvió a tratar, pero de sus manos no salía nada, intento una vez más y nada. Algo estaba mal, no podía hacer portales, se sintió inútil.
«¿Porque no puedo hacer portales?»
«Es una cueva mágica» Pensó Tsuky
«¿Porque puedo oír tus pensamientos?» Pensó Martha, confundida.
«¿Hmmm? no se... Cueva mágica te dice algo» Le respondió Tsuky.
Martha ignoro su comentario y continuo caminando sin pronunciar palabra, estaba seria y un tanto enojada ese día todo la irritaba, se sentía molesta, quería hacer daño, necesitaba hacer daño. Tarquín la miraba con ganas de ahorcarla, Martha notaba la hostilidad en el aire.
Tarquín se abalanzo sobre ella y comenzó a golpearla en la cara con los puños cerrados, se detuvo y puso ambas en el cuello de Martha, haciendo presión. Martha saco la pequeña daga que mantenía guardada en su muñeca -Gracias a la sobreprotección de Marcus -Comenzó a apuñalar a Tarquín en el hígado, inexistente en los neptunianos, lo tiro a un lado justo en el momento en el que Tsuky se aventó hacia ella mordiendo su brazo. Un temblor hizo que los tres se golpearan en la cabeza.
Martha observo horrorizada sus manos que estaban llenas de sangre, a sus lados Tsuky se lamia una herida en el vientre hecha por su daga, mientras que a Tarquín se le regeneraba la piel en el abdomen. A Martha le habían dejado un ojo morado y un labio partido, ya no sentía la furia que segundos antes la había inundado.
«Perdón, no sé qué me sucedió» Se disculpó Martha, levantándose del suelo.
«No, perdóname tú a mi» Le respondió Tarquín «Perdón por el moretón y el labio y todos los golpes que te di»
«Alguien debió habernos controlado» Razono Tsuky «Alguien quería que nos matáramos, ese temblor fue el que nos salvó de hacerlo, pero ¿Quién haría tal cosa?»
«Keith» Respondió Martha
«Oigan... No estamos solos» Pensó Tarquín alarmado
«¿A qué te refieres?» Pregunto Martha
«Hay alguien más aquí con nosotros, tenemos que volver»
«Y se supone que yo soy la mujer» Pensó Martha irónicamente
«Ayuda» Pensó "aquella persona"
«Tenemos que ayudarlo, ahora» Ordeno Martha
Los tres corrieron hacia el peligro, Martha no veía nada más que polvo, ocasionado por el temblor, que segundos antes los salvo. Frente a ella logro divisar un brazo que salía debajo de una roca gigante, Martha corrió a su lado, el chico debía tener entre diecisiete y dieciocho años, estaba inconsciente además de que su cuerpo estaba tenso como si estuviera alerta, aun después de que su cerebro se apagara.
«Ya viene» Dijo el chico al despertar.
«¿Quién viene?» Pregunto Martha
«Keith, Keith viene» Pensó el chico
Su cabello era rubio casi blanco, al igual que su piel mientras que sus ojos eran celestes ligeramente blancos. Tenía algunos golpes en la cara, además de una pequeña marca detrás de ambas orejas.
«Como quisiera poder usar mis habilidades» Pensó Tarquín intentando mover la piedra seis veces más grande que él.
Martha sintió un escalofrió en la espalda, la última vez que lo había sentido fue cuando era niña, en su casa. Unos pasos se oyeron enfrente, del lugar del que venía el chico.
«Señor Carver, su futuro ya está planeado, y es unirse a su hermano en su camino a la muerte»
Tarquín logro mover la piedra con sus brazos y piernas, Martha se agacho y jalo al chico a un lugar seguro donde Tsuky ya los esperaba.
«Señor Carver, no tengo tiempo para sus juegos, usted tiene que morir, solo míreme, el cuerpo de su hermano es de los más débiles que he poseído, este chico era un idiota, y usted también lo es si cree que puede escapar»
Martha sintió que el chico se movía, volteo a verlo justo en el momento en el que salió corriendo hacia Keith, dios del sol. Martha abrió un portal debajo de ella y los demás e inmediatamente ya estaban en la nave.
—¿Por qué hiciste eso? —Le reclamo
—Deja de quejarte, te salve la vida
—Esperas que te agradezca ¿Qué? el hecho de que mi hermano está muerto.
—Cuando nosotros llegamos, él ya estaba muerto —Le respondió Martha aun calmada —Si quieres encontrar culpables, aquí no vas a encontrar ninguno.
—Hey, ustedes dos dejen de pelear, yo me encargo de acuerdo, Martha —Dijo Tarquín poniendo en brazo sobre los hombros del chico —¿Cómo te llamas?
—Marcio —Mascullo en voz baja
—Marcio si quieres puedes ir a dormir a cualquiera de esos cuartos —Dijo Tarquín apuntando la parte trasera de la nave —A propósito yo soy Tarquín.
—Martha, mucho gusto
—Marcus —Le dijo Marcus sin despegar la vista del espacio.
—Sara, protectora de lo...
—Tsuky, para servir —Respondió Tsuky interrumpiendo a Sara.
El chico solo se fue hacia los cuartos sin prestar atención de la mirada de los demás. Martha se acercó a Tarquín y lo miro a los ojos.
—Dulces sueños —Le grito Tarquín a Marcio antes de prestar atención a Martha.
—Oye, no me habías dicho que tenías gustos especiales —Le dijo Martha a Tarquín, quien tomaba una copa de vino.
—No sé a qué te refieres
—Hablo de la forma en que trataste a Marcio, y dime ¿Ya formalizaron su relación? —Pregunto Martha con malicia.
—¿Porque? ¿Celosa?
Todos se rieron de los comentarios que hacia Martha sobre el lazo que se había forjado entre Marcio y Tarquín.