NOTA DE LA AUTORA: Hey!! tamo de vueltaaaaa xD
Hola mis queridos lectores, quería agradecerles por todos sus buenos deseos, sus buenas vibras y sobre todo por el apoyo y la paciencia. Le cuento que después de casi 20 días de estar enfermos, ya nos encontramos todos mejor de salud. Por tal razón hoy les dejo una pequeña sorpresa. Por la espera un capitulo largo y el que esperaban ;)
Disfruten, comenten que tal les parece y no se olviden de compartir si les está gustando la historia.
POV POCHÉ
-¿Es usted familiar de la señorita Daniela Calle? -preguntó la enfermera que se encontraba frente a mí, tomándome totalmente por sorpresa.
-Ammm si... es decir, estoy aquí por ella. -hablé un tanto nerviosa -¿Pasó algo?
-Acaba de despertar y está preguntando por alguien. ¿Es usted Poché?
Intenté responder, Dios claro que intenté responder y aunque mi mente no paraba de gritar , mi cuerpo estaba totalmente paralizado y mi boca no lograba emitir ni una sola palabra.
-¿Se encuentra bien señorita? -cuestionó la mujer de mediana edad, al no obtener ninguna respuesta de mi parte. De inmediato asentí con la cabeza, pero antes de poderle dar una respuesta, escuché a alguien aproximarse.
-¿Qué sucede? ¿Alguna noticia de Daniela? -preguntó Vera ansioso, llamando la atención de Alejo y Kim que se encontraban cerca.
-Ella acaba de despertar joven y está preguntando por...
-Él es su novio -interrumpí nerviosa, antes de que la enfermera pudiera decir algo más. La mirada curiosa de Kim ante mi reacción se hizo evidente, pero no podía explicarle nada en el momento, así que solo la ignoré.
-¿Podemos verla? -pregunté intentando no sonar desesperada.
-Claro, pero solo puede ingresar una persona a la vez. Todo este proceso puede llegar a ser abrumador para la paciente.
-Lléveme con ella, por favor. -habló Johan con un tono de insistencia.
-Por su puesto, de seguro se pondrá muy feliz de ver a su novio. -respondió la mujer con una pequeña sonrisa, guiando a Vera a largo pasillo donde desaparecieron después de un par de segundos dejándome destrozada y con todo el deseo de ser yo quien se dirigía a esa habitación.
Antes de retirarse la enfermera nos había explicado que por la situación y bienestar de Calle cada uno de nosotros podría pasar a verla solamente 5 minutos y aunque odiaba con todas mis fuerzas el hecho de que Vera fuera el primero en poder pasar, no había nada que pudiera hacer o decir al respecto.
Kim y yo nos sentamos en un pequeño banco que estaba ubicado justo al frente de la habitación donde se encontraba Daniela, esperando que pasaran los 5 minutos para que una de las dos pudiera entrar a verla, sin embargo ni dos minutos habían transcurrido cuando Johan salió furioso de la habitación y se paró justo frente a mí.
-Qué irónico que la única persona que recuerda y quiere ver, sea la misma que casi la mata.-replicó furioso para luego alejarse por el pasillo, sin decir más.
-¿Qué acaba de pasar? -pregunté confundida a la peli rubia que tenía a mi lado.
-Ve! -dijo Kim señalando a la puerta de la habitación. -yo iré a hablar con él.
Asentí con la cabeza y tomando un gran bocado de aire, me puse de pie y me dirigí finalmente hacia el interior de su habitación.
POV CALLE
Frustración, esa era la palabra que definía perfectamente lo que sentía en estos momentos, aparte de todo el dolor corporal, por su puesto.
Si despertar en la cama de un hospital, totalmente desorientada y sin saber ni quiera como te llamas era horrible, no se comparaba con el sentimiento de tristeza que me provocaba aquel chico, Johan. Sentía que le había roto el corazón, pero no tenía muy claro por qué.
-¿Qué está pasando conmigo? ¿Por qué no puedo recordar nada? -me cuestioné a mi misma, llena de enojo.
-Tal vez yo pueda ayudar con las respuestas a esas preguntas.
Fue instantáneo y a la vez involuntario, algo dentro de mí se activó al escuchar esa voz. Aquella gruesa y rasposa voz que tan familiar se me hacía, al instante levanté la mirada y una enorme sonrisa se dibujó en mi cara al verla.
-Te conozco -dije emocionada. -Eres Poché!
Ella sonrió al escuchar mis palabras y asintió despacio con su cabeza, mientras se acercaba a mí.
-Bueno ese no es mi nombre, pero...
-Lo sé, en realidad te llamas María José Garzón. -dije interrumpiéndola.
Y ahí estaba nuevamente esa sonrisa, esa maldita sonrisa en ese perfecto rostro que tenía grabado a detalle en mi cabeza, ese rostro que no había podido dejar de ver en mis sueños, ese rostro que me trajo de vuelta, ese rostro que no creo poder nunca olvidar, pero... ¿quién eres?
-¿Cómo te sientes? -preguntó la hermosa peli negra, sentándose a un costado de mi cama.
-Desorientada y adolorida -respondí con sinceridad. -¿Qué me sucedió?
Ante mi pregunta, su sonrisa desapareció de inmediato y pude notar como todo su cuerpo se tensaba.
-Amm pues... tuviste un accidente y sufriste varias lesiones, entre ellas un fuerte golpe en la cabeza, pero el doctor dice que vas a estar bien.
-Pues no lo estoy, no puedo recordar nada! -dije llena de frustración.
-Me recuerdas a mí- habló posando su mano sobre la mía con delicadeza -no es lo mejor que te pudo pasar, pero peor es nada. -bromeó logrando sacarme una pequeña sonrisa.
-¿Tu y yo somos novias? -pregunté directa y es que en mis sueño pude verme junto a ella en una piscina besándonos, parecíamos muy felices y para ser sincera más que un sueño se sentía como un hermoso recuerdo.
-¿Pensé que recordabas quien soy exactamente? -respondió Poché con otra pregunta y un tanto intrigada.
-Se tu nombre porque te vi en mis sueños, eras el único rostro que podía ver. Estoy segura que eres alguien muy importante para mí, lo sé porque ahora que estas aquí me siento segura. -hablé apretando su mano con la mía, acción la cual dio paso a que ella se acercará un poco más hacia mí y acariciara mi mejilla sutilmente. -El chico que acaba de salir... -continué
-Es Johan Vera
-Lo sé me lo dijo, pero por más que lo intente no puedo recordarlo y al preguntar por ti se molestó mucho y se fue. Siento que lo herí.
-Es tu novio Daniela, estas saliendo con él.
-Me siento mal por él, no fue mi intención herirlo, es solo que no tengo absolutamente ningún recuerdo suyo. Parecía muy molesto al salir de aquí.
-Bueno que no te sorprenda Vera tiene un temperamento un poco complicado.
-¿Vera? Suenas como si fueras...
-¿Su jefa? Lo soy, él trabaja para mí al igual que tú.
Al escuchar esas palabras podría jugar que toda la sangre de mi cuerpo subió a mi cara. Dios estaba muriendo de la vergüenza. Todo este tiempo había estado hablando con mi jefa, pero entonces... por qué es él único nombre que puedo recordar, y aun peor por qué soñé que ella y yo hacíamos el amor en una piscina. ¿Acaso tengo algún deseo oculto por la mujer para la que trabajo?!
-Disculpa, yo no recuerdo nada y creo que mi pregunta de hace rato sobre nosotras fue algo inapropiada. -hablé un tanto apenada, soltando mi mano de la suya.
-¿Qué? No, no, no! Dani tu no eres solamente alguien que trabaja para mí, tu eres mucho más. Tu eres...
-¿Cómo vamos por aquí? -preguntó la enfermera ingresando a la habitación e interrumpiendo lo que María José estaba a punto de decir.
-¿Por qué no puede recordar nada? -cuestionó preocupada Poché a la mujer que se encontraba revisando los aparatos que estaban conectados a mí.
-Es normal que después de haber sufrido un fuerte golpe en la cabeza, el paciente despierte con amnesia, por lo general es algo temporal.
-¿Por lo general?! -repitió las palabras de la mujer, la hermosa chica de cabello oscuro que tenía a mi lado. -Quiere decir que hay una mínima posibilidad de que esto sea pueda ser permanente?
-Así es, pero como usted lo ha dicho, esa posibilidad es mínima.
-Quiero que le hagan todos los análisis pertinentes, que le asignen el mejor neurólogo del país de ser posible y solucionen esto.
-Señorita sabemos como hacer nuestro trabajo...
-Al parecer no! -levantó la voz -dijeron que ella estaría bien, y no lo está!
-Poché... -intenté hablar pero una vez más la enfermera interrumpió.
-Señorita le voy a tener que pedir que se retire, su tiempo de visita se acabó.
-Espere por favor, solo un minuto más. -le rogué a la mujer.
-Hay alguien mas esperando afuera por verla y la hora de visita acaba en unos minutos -habló la enfermera. Era obvio que la actitud de María José le había molestado, pero no me importaba, yo solo quería un minuto más con ella.
-Voy a solucionar esto Dani, te lo prometo. Voy a encargarme de que mejores.
Su actitud de repente se tornó rara, por qué se había puesto a la defensiva de esa manera, cualquiera diría que se sentía culpable por algo, pero supongo que solo era una persona que se preocupa mucho por quienes trabajan con ella. De cualquier forma, era su nombre el único que recordaba y la quería cerca de mí, tanto como fuera posible.
-Me conformo con que no me dejes sola -respondí sin importarme que era a mi jefa a quien le estaba hablando.
-No me pienso ir de aquí, lo prometo. -dijo y luego de esto abandonó la habitación, para darle a paso a la otra persona que al parecer esperaba verme.
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-Juro que si como una gelatina más vomitaré, no puedo esperar a que sean las 6 de la tarde para salir de aquí. -repliqué haciendo un puchero de niña malcriada cruzando mis brazos.
-Deja de quejarte tanto y come que necesitas estar fuerte o si no tu estadía aquí se prolongará por unos días mas.
-Oh no eso no, me comeré toda esta porquería si con eso lograré salir de este hospital. -dije arrebatándole el pequeño vaso y la cuchara a Kim que se encontraba sentada en una de las sillas que había en la habitación.
Habían pasado dos semanas desde que desperté de aquel accidente, que según Johan casi me cuesta la vida. A mi parecer, estaba exagerando. Por su puesto él había regresado a verme cada día sin falta y se había encargado de ponerme al tanto sobre quien me arrolló. Era claro que odiaba a María José y parecía que quisiera que yo hiciera lo mismo, pero para mí eso era algo imposible.
No voy a negar que al inicio si me sentí bastante abrumada e incluso molesta, sobre todo por el hecho de que no me lo dijo ella, ni Kim que se supone es mi mejor amiga, pero luego de hablar con ambas me quedó claro que todo había sido un desafortunado accidente.
Desde la primera vez que hablé con Kim me puso al tanto de todo. De nuestra amistad, el hecho de que compartíamos departamento e incluso sobre su complicada relación con uno de nuestro maestros y su ya casi notorio embarazo. Era obvio que eramos bastante unidas y cercanas así que si alguien podía saber que onda con Poché, definitivamente era ella.
A pesar de que le había insistido todos los días que me dijera por qué razón la única persona de la que me acordaba era ella, mis esfuerzos habían sido en vano. Según Kim, eso era algo que le competía solo a María José y que tuviera paciencia, que tal vez al pasar los días recordaría todo.
Y aquí estamos dos semanas después y nada!.
Los doctores me habían realizado varias tomografías pero en todas se reflejaba lo mismo, ningún daño permanente, lo que indicaba que en cualquier momento mi memoria podría volver. Pensaban que el ver rostros conocidos ayudaría, sin embargo hasta ahora ni el ver a mi propio padre había logrado devolver alguno de mis recuerdos.
-Amiga tengo que ir a trabajar, pero a las 6 Johan vendrá por ti y yo estaré esperando en casa. No sabes lo feliz que me hace saber que mi roomie estará de vuelta.
-Claro -respondí con una pequeña sonrisa.
Me emocionaba mucho el hecho de dejar el hospital, pero no era exactamente como lo imaginaba. Por un momento me perdí en mis pensamientos, cuestionándome como iba a ser de ahora en adelante, si no logro entender muy bien la vida que llevaba, todo era demasiado aterrador para mí. De repente mi celular empezó a sonar y al ver su nombre en la pantalla no pude evitar el sonreír.
-¿Lista para regresar a casa?
-No creo que ningún lugar se sienta como casa.
-Al menos ya no estarás en el hospital, llevas días quejándote de eso. -ambas reímos.
-Me gustaría ver a Ramón -dije de repente, intentando seguir la conversación.
-Puedes verlo cuando tu quieras.
- ¿Qué tal hoy? Ven a sacarme de aquí y llévame contigo, osea... me refiero ... a ver a Ramón. -balbucee.
-Pensé que Vera iría por ti.
-No podrá si tiene que trabajar hasta muy tarde hoy.
-Pero no tiene que trabajar hasta tar...
-María José...
-Oh entiendo. ¿Estás segura de esto?
-Si... -respondí casi sin dejar que terminara de formular la pregunta.
-Me encargaré de todo y salgo para allá.
Después de esa llamada y con una sonrisa de oreja a oreja decidí descansar un poco. Encendí el televisor y justo pasaban una película de disney, empecé a verla y no se en qué momento me quedé profundamente dormida. No fue si no hasta escuchar la puerta de mi habitación abrirse que desperté.
-Hey! ¿Lista para irnos? -preguntó arrimándose al marco de la puerta con una pequeña sonrisa.
Cómo era posible que cada día se viera mas perfecta que el día anterior. Con esa ropa elegante, su cabello tan bien cuidado, esa enorme sonrisa y esa voz, Dios esa rasposa voz que me volvía loca.
-Si, claro que sí. -hablé con emoción, poniéndome de pie. -Muero por ver a Ramón.
-Tal vez ver a nuestro bebé ayudé a tu memoria. -Dijo Poché tomando el bolso con mis pertenencias y abriendo la puerta.
-Puede ser -hablé acercándome a ella.
-Haré lo que sea para ayudarte a recordar todo, te llevaré de vuelta a Miami si es necesario.
Y fue ahí, en ese preciso momento en que todos mis recuerdos volvieron a mí como ráfagas de viento, rápido y uno tras otro. Miami, la casa de playa de la familia de Poché. El día que pasamos juntas en su yate, cuando cocinó para mí, cuando hicimos el amor en la piscina. Todo absolutamente todo estaba de vuelta, incluyendo el gran error que cometí al alejarla de mí.
-Mierda!
-¿Qué sucede, estás bien? De repente te pusiste pálida. -preguntó María José bastante preocupada.
-Si, estoy bien no te preocupes. Entonces ¿por qué Miami? ¿Qué sucedió ahí?
NOTA DE LA AUTORA: Qué comience el juego :D