Phi sería el tipo de novio que...
Al principio de su noviazgo no te prestaría atención; pero después de un tiempo, comenzaría a mostrar sus emociones y preocuparse por ti.
Primera semana de noviazgo...
—¡Vamos Phi! Vayamos a la playa juntos, ¿sí? —pediste a tu novio albino mientras lo sacudías de su brazo derecho.
—Ya te dije que no _______________. Ve tú si quieres —dijo zafándose de tu agarre y seguir entrenando con Phoenix.
Suspiraste— Ya qué, nos vemos —saliste del lugar cabizbaja a la playa.
Querías que fuera un día especial con tu pareja. Celebrar su primera semana de noviazgo, sin embargo, no salió como esperabas. Tenías pensado dar su primer beso sentados en la arena acurrucados, pero como siempre, tiene que entrenar con Phoenix.
Tercera semana de noviazgo...
—¡Hay que ir a la feria! —rogaste tomándolo de los hombros.
—No —siguió entrenando.
Otra oportunidad para pasar el tiempo juntos, rechazada.
Primer mes de noviazgo...
—¿Y si compramos un poco del pan bey de la mamá de Valt? —preguntaste esperanzada.
—Que no _______________ —respondió secamente dándose la vuelta para comenzar a entrenar de nuevo con Phoenix.
Bajaste la cabeza y sentiste una lágrima bajar por tu mejilla.
Segundo mes de noviazgo...
—¿Podríamos ir a... la playa... juntos? —preguntaste nerviosamente.
—Debo entrenar —respondió yéndose.
Claro, siempre debe entrenar. Como si no entrenara demasiado...
Tercer mes de noviazgo...
—Pudimos haber ido al parque... —susurraste para ti mientras balanceabas tus piernas hacia al frente y hacia atrás sentada en esa banca esperando a tu novio terminar de entrenar.
Lo que no viste, era que el albino entrenando, te miraba de reojo.
Cuarto mes de noviazgo...
El apellidado Appears veía a su pareja con una mirada llena de culpa y arrepentimiento.
Solía ser una mujer llena de energía y alegría, pero ahora era una nerviosa, callada y muy triste.
Le dolía verla así, más cuando él era el causante de dicho comportamiento.
Pero ya sabía qué hacer para devolverle esa sonrisa a su bello rostro. Esa sonrisa que lo cautivó, y que convirtieron de sus oscuros días, en los más brillantes.
Quinto mes de noviazgo...
Phi buscaba por todas partes a su novia; cuando fue a entrenar, con la idea de llevar en marcha su plan, todo se acabó al no verla sentada en la banca que acostumbraba verlo.
—¿_______________? —te llamó en voz alta, esperando obtener una respuesta con tu melodiosa voz que lo vuelve loco—. ¿_______________? —pero nada. Ni un sonido obtuvo.
Suspiró y siguió buscándola.
Después de mucho tiempo, la encontró viendo una película muy animadamente con su hermano gemelo, Hyde.
Veía cómo esa sonrisa no se borraba de tu rostro, como cada vez que en la película ocurría un suceso divertido, lo apuntabas con tu dedo índice y te reías muy feliz.
Extrañaba que fueras así con el, pero tenía que arruinarlo siempre.
Pero esta vez no...
Tú eras lo único importante en su vida, y sí, mucho más importante que Phoenix; y eso te lo iba a demostrar, aunque fuese lo último que hiciera.
Sexto mes de noviazgo...
Ibas rumbo a ver a tu novio entrenar con la mirada gacha.
Hoy cumplían medio año de estar en una relación, aunque no pareciese una. Y le tenías un pequeño regalo de tu parte. Compraste unas pulseras para los dos; tenían un pequeño pendiente con forma de flama en el que estaban grabados sus iniciales, así: P + ___.
Apretabas las pulseras en tu bolsillo nerviosa. No sabias si dárselo o no. Los últimos días ha estado mucho más raro, y eso te preocupa.
Como caminabas con tu cabeza agachada, no viste que alguien estaba frente tuyo, por lo que chocaste con esa persona, haciéndote caer de sentón en el suelo. Sacudiste levemente tu cabeza para levantar tu mirada. Y para tu parecer, era tu novio Phi.
—Ah, hola Phi —contestaste nerviosa.
—Hola —replicó y extendió una mano para ayudarte a ponerte de pie.
La viste por unos segundos sorprendida, y pasaste tu mirada de la mano a su cara, que te veía extrañado con una ceja levantada. Te alarmaste y la tomaste rápidamente, y con el impulso de ambos te lograste parar.
—Gracias —respondiste sonrojada.
Hace tiempo que no habías tenido una situación así de incómoda con el, mucho menos contacto físico. Lo normal sería: "Phi, ¿podemos-?" "No _______________, otro día."
—Vamos —dijo dándose la vuelta y empezando a caminar por el pasillo.
Asentiste con la cabeza sin decir ninguna palabra y lo seguiste por atrás.
Caminaban en un, evidente, silencio incómodo; y aunque los dos querían decirles millones de cosas al otro, se lo guardaban para ustedes.
Viste que ya llegaron al lugar donde siempre entrenaba Phi, pero por alguna extraña razón, el siguió de largo.
—Phi, ya llegamos —respondiste confundida.
—Sígueme —contestó sin detener su caminar.
Viste cómo se alejaba por el corredor extrañada, y cuando reaccionaste, corriste para alcanzarlo.
Recorrieron todo el lugar, hasta salir al aire libre. Ya era tarde, puesto que el cielo estaba siendo pintado por unos tonos anaranjados y rojizos.
Buscaste con la mirada a tu novio, y abriste tus orbes _______________ cuando lo encontraste.
Estaba...
Estaba sentado en una mesa para dos, decorada con unas velas y en el centro de la mesa, había un jarrón con tus flores favoritas: los lirios. (Puede ser esa o pueden elegir otra, es que esa es mi flor favorita). En los platos servidos, tu comida favorita, _______________. El mantel era de un color hermoso, entre lila y azul cielo; habían dos copas junto al plato y una botella de vino tinto, tu favorito.
—Phi... ¿qué...? —comenzaste completamente fascinada por tremenda sorpresa que te dio tu novio.
—_______________ —se levantó del asiento y se acercó a ti para tomar tus manos entre las suyas—. Lamento cómo te he hecho sentir los últimos meses; entreno sin parar todos los días, y cuando quieres salir a tener un día los dos juntos, yo me niego rotundamente. Como novio, es mi deber estar al pendiente de ti y hacerte feliz en todo momento, pero he estado haciendo lo contrario a eso. Te he hecho sentir triste y excluida, cuando lo único que tú querías era pasar tiempo conmigo. Por eso organicé esto, para que revivamos aunque sea, un momento de todos los que pudimos haber pasado. Prometo mejorar mi conducta, y pasar mas tiempo poniéndote atención —expresó honestamente.
Tú lo viste con ternura, y no pudiste evitar soltar unas lágrimas de felicidad. Él entró en pánico cuando te vio hacerlo, lo sentiste cuando soltó el agarre en tus manos, pero lo calmaste con un beso apasionado. Al quedarse sin aire, se separaron y se vieron a los ojos. Él a tus hermosos orbes _______________, y tu a sus ojos rojo y azul.
—Me encantan tus ojos —susurraste, a lo que él los abrió un poco—. Representan a la perfección tu personalidad; el azul para cuando estás calmado y muy serio, y el rojo, cuando te enojas y entras en pánico. Pero lo que más me gusta de ellos, es que cada vez que los veo, mi corazón se sigue acelerando —le dijiste con todo corazón—. Phi, no pido que me andes cuidando como si fuera una niña pequeña, solamente te pido que me ames como lo hiciste desde el inicio, ¿si? —preguntaste juntando sus frentes.
—Eso no me lo tienes que pedir —te dijo para seguido unir sus labios nuevamente en un beso que expresaba todo el amor que se tenían, y todo el tiempo que se extrañaron durante el lapso de seis meses que no estuvieron juntos.
Y pasaron la tarde cenando juntos. Platicando sobre lo que podrían hacer los siguientes días juntos, sobre qué podrían preparar para comer ambos, sobre algunos lugares que deberían visitar, y sobre todo: lo mucho que se amaban...
El tercero y último chico que traigo el día de hoy. Espero y les guste, porque EN SERIO me esforcé para este. Mañana subiré dos más, y si tengo tiempo, tres. Como les prometí actualizar seguido, planeo cumplir mi promesa. Bueno, ahora, veré mi anime favorito, Death Note. No puedo aceptar el hecho de que mis husbandos, L, Mello y Matt hayan muerto. >:v. Sin más, hasta aquí llegue hoy.
Sam fuera.