La semana había pasado y con eso, el día sábado había llegado muy pronto. Ese día, BeomGyu se sentía más alegre de lo normal, porque saldría con sus amigos a pasear muchos perros. Y él amaba los perros.
Caminaba junto con TaeHyun y Hueningkai, mirando las direcciones en una hoja de papel donde debían ir a buscar a sus clientes. Hueningkai leía las direcciones, mientras que los otros dos chicos veían las casas.
— Esa es muy bonita —Hueningkai señaló una casa azul bebé con un pequeño jardín delantero y un gnomo rojo como adorno.
— Que bueno que te guste, porque esa será la tuya —dijo TaeHyun, revisando la hoja.
— ¿En serio? —Kai sonrió.
TaeHyun asintió.
— Entonces me adelantaré. Suerte chicos —se despidió con una sonrisa y empezó a caminar hasta aquella casa.
Los dos chicos lo miraron caminar por el pequeño jardín delantero, entrando al pórtico y luego tocar la puerta. Un chico castaño le abrió, hablaron un rato y después le entregó dos correas donde llevaba dos pequeños cachorros; uno de pelaje marrón y otro de pelaje café claro.
— ¿Quién es el dueño?
TaeHyun revisó la hoja— Uh... un tal... Choi SooBin... creo que va en nuestra escuela —asintió, revisando la hoja en sus manos— la mía está a una cuadra, me adelanto ¿está bien?
— Sí, claro. La mía es esa —BeomGyu apuntó la casa de frente.
TaeHyun se despidió, dejando a BeomGyu solo. Tomó aire para luego cruzar la calle y caminar por el mini jardín lleno de flores de la gran casa blanca con detalles en negro. Guardó la hoja en su bolsillo y tocó el timbre, esperando pacientemente a que alguien abriese. Escuchó pasos desde adentro y luego un par de segundos después la puerta fue abierta por un chico de cabello azul.
Los ojos adormilados de Choi YeonJun recorrieron el cuerpo de BeomGyu parado en su entrada. Talló su ojo izquierdo y lo miró aburrido.
— ¿Qué?
— Lamento las molestias —dio una leve inclinación, sintiéndose nervioso ante el tono del chico— aquí dice que aceptaste el servicio de paseo a mascotas.
Le tendió una hoja, YeonJun la tomó sin muchas ganas, leyendo sin quitar su mirada aburrida. BeomGyu entrelazó sus manos, mirando a otra parte a causa de sus nervios, ¿por qué justamente tenía que tocarle ese chico? quizás no debió de intercambiar los papeles con TaeHyun.
YeonJun le devolvió la hoja, entrando a la casa dejando la puerta abierta, BeomGyu hizo muecas mientras esperaba, hasta que regreso con un pequeño cachorro blanco en brazos. Lo dejó en el suelo y le tendió la correa negra.
— ¿Cómo se llama? —BeomGyu se agachó para acariciarlo.
— Gureum. Bien, escucha —se cruzó de brazos, mirándolo serio— mi hermano me dio muchas especificaciones; necesita detenerse cada dos cuadras, ¿llevas bolsas?
— Sí...
— Perfecto. A veces se cansa, por lo que necesita descansar. Por nada del mundo lo pierdas de vista y no dejes que ningún perro se acerque, ¿entiendes?
BeomGyu repasó las indicaciones en su cabeza— C-Claro...
YeonJun se agachó, acarició a Gureum y le susurró algo que BeomGyu no entendió del todo, juró haber escuchado un "enemigo", pero fue tan bajo que quizás lo pudo haber imaginado.
— Entonces nos vamos, lo regresaré dentro de un par de horas —se inclinó, girándose con Gureum adelantándose.
Ese chico era muy exigente.