Las Hijas De Los Tres Grandes...

By Lin_Liz

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Al nacer la hija de Afrodita, Hemna, ésta le da un don. El don de la belleza y el encanto, pero, ¿Qué pasa cu... More

Prólogo
Personajes
Capítulo 1 "Ladrones"
Capítulo 2 "La verdad"
Aviso!!
Capitulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Haris Zabat
Capítulo 9
•Nuevos personajes•
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Zell Zabat
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Persa Zabat
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Hemna Zabat
Capítulo 25
Capítulo 26
Hades
Capítulo 27
Capítulo 28
Poseidón
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Zeus
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Epílogo
Agradecimientos
Escena extra
Segundo libro

Capítulo 19

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By Lin_Liz

Pov Haris:

El lugar está hecho una mierda, pero una mierda así como a lo grande, hay cuerpos tirados por todos lados tanto de semidioses como de bestias.

Ver esto es muy triste, da arcadas, pena y una rabia inmensa.

Atacaron a un pobre refugio lleno de semidioses heridos, tan heridos que no pudieron dar una batalla digna. No pudieron luchar como realmente deseaban hacerlo, de ellos no haber estado en esta situación el escenario sería distinto, quizá, ni siquiera estuviéramos aquí.

—Esto... no sé, es demasiado— Tamara se pone de rodillas para comprobar si la chica tirada a sus pies sigue con vida pero su rostro contraído fue nuestra respuesta.

Caminamos revisando quienes siguen con vida sin bajar la guardia en caso de que haya un segundo ataque.

Esto fue una masacre, hay alrededor de cien cuerpos tirados solo de semidioses. Me pregunto, ¿Que habrán buscado? ¿Cuál era el objetivo de este ataque? Son muchas preguntas sin nadie que pueda responderlas.

Me asusto cuando siento que alguien toma mi pies, me giro dispuesta ha atacar pero me detengo cuando veo que solo se trata de una niña, una niña pequeña alrededor de sus siete años.

Verla me desgarra el alma, tiene su pierna izquierda destrozada hasta el muslo con daños irremediables, sin estudiar medicina puedo deducir que la nena perderá su pierna.

—Llévame con mi mami por favor— su voz era una mezcla de dolor y dulzura, se arrastraba con su pierna derecha con lágrimas saliendo de sus ojos— No siento mi pierna, necesito a mi mami.

—¿Dónde está tu mami nena?— flexiono mis piernas para quedar a su altura.

—No sé, la última vez que la vi había un árbol sobre ella, me dijo que corriera lejos y que no me preocupara por ella, dijo que iba a descansar un rato.

»Pero ella lloraba, mami nunca llora cuando va a dormir, ¿Mi mami está bien? No quise correr muy lejos, si corro muy lejos me perderé. Mi mami dijo eso, le he preguntado a todos sobre mi mami pero ellos también están durmiendo.

»Búscala por favor, ella tiene el dibujo de una rosa negra con mi nombre, justo aquí— toca su brazo derecho.

Me repito que no debo llorar, ella no necesita a una llorona con lastima, necesita a alguien fuerte que la ayude ha salir de esto. Estoy segura que todo ese parloteo se debe a la adrenalina del momento.

—Buscaré a tu mami, pero necesito que te quedes aquí con mi compañero Diego— acaricio su cabello con un nudo en la garganta.

Llamo a Diego y le pido que lleve la niña con los otros heridos mientras busco a mi familia y su madre.

Escucho pasos en el bosque, sostengo la espada con fuerza agudizando mi vista para ver de quién se trata. Un Kozman muy herido viene arrastrando sus pies, al verme cae de rodillas sonriendo, sus dientes están cubiertos de sangre.

—Ellas están allá, Ateia está inconsciente pero no tiene nada grave en cambio Xena, ella está en apuros, solo gritaba que era un dios. Nunca dijo de quién se trataba tampoco pudimos verlo— se quejó un poco—Ve por ellas, yo estaré bien.

Asiento dudando un poco pero acepto, corro sin dirección alguna.

Me encuentro con algunos cuerpos, reviso que sigan con vida, pero todos son cadáveres. Me encuentro con el cuerpo de una mujer aplastada por un árbol, para confirmar mis sospechas, observo el tatuaje en su brazo derecho, una rosa junto a un nombre, Angela. La mujer está muerta, la madre de la niña está muerta.

En un árbol a la distancia diviso a una chica amordazada, tiene los brazos atados sobre su cabeza, cuelga de ellos sin tocar el suelo y lleva una venda cubriendo su boca, a simple vista parece como si pudieran arrancar los brazos de su cuerpo.

—¿Xena?— pregunto dándome cuenta que se trata de mi amiga cubierta hasta los pies con sangre, no podré sacar esa imagen de mi mente por mucho tiempo.

—Tu noviecita está indispuesta en estos momentos— una voz se escucha por todo el lugar, no logro descubrir de donde vine—Es tu novia ¿No? Porque solo gritaba tu nombre mientras le quitaba la vida, hasta me amenazó diciendo que me mataría si te pongo un dedo, lastima, ella murió primero— su voz me parece conocida pero no puedo identificarla, es como si la conociera desde siempre.

Giro mirando a todos lados con mi espada en alto, no sé dónde diablos está esa escoria.

—Eres tan patético mintiendo que desde acá puedo ver como ella respira.

»Dices ser un dios honorable, sin embargo no das la cara, cuanta hipocresía destilas— tiento mi suerte.

—Si deseas verme, ¡Entonces que así sea!— observo como sale tras de un árbol, me es imposible verle la cara por las sombras.

No logro reconocer nada en él, solo puedo ver la punta de una espada flamígera que parece estar en llamas y no solo por su forma.

—Linda ¿No crees? Se puede considerar una reliquia familiar, creo que te gustaría empuñarla. Con suerte logras liberar todo su potencial— la burla en sus palabras me dan asco.

—Suelta a Xena, así no tendremos problemas mayores.

Solo recibí una risa socarrona, cuanto desprecio siento hacia esa criatura.

El asunto de la pelea ocurrió en cuestiones de segundos, en un solo parpadeo ya me encontraba tirada en el piso, ¡Vaya que rapidez!

Desaparezco corriendo hacia Xena, tengo que liberarla cuanto antes porque estoy clara que no podré contra un dios sola. Cuando estoy frente a ella siento que tiran de mi cabello suelto con fuerza, en un movimiento astuto giro mi espada con el filo apuntando hacia mi espalda, haciendo que cuando el dios me pegue a su cuerpo el filo perfore la piel de su abdomen.

Gotas de icor caen a mis pies antes de que con rabia, el dios me empuje y corte mi brazo con la espada, la herida no tarda en sangrar y duele como los mil demonios.

—Eres un maldito hijo de tú santísima madre.

Señoras y señores eso fue lo ultimo que dije antes de volar por los cielos de un solo golpe.

¡Que fuerza tiene ese hijo de perra!

Mi cabeza impacta con fuerza sobre una roca nada amigable, siento que todo da vueltas y que mi cerebro sale por mi cabeza. Un líquido caliente corre por mi cuello haciéndome saber que tengo la cabeza casi reventada.

¿Recuerdan esa luz blanca que todos ven al final del túnel? Pues la estoy viendo justo ahora, solo pido que en mi lápida pongan lo genial que fui. Tuve una excelente vida, no puedo negar eso, de hacerlo sería una perra injusta.

—Haris— a mis oídos llega la voz más angelical que he podido escuchar.

Aún cuando mis ojos amenazan con cerrarse, busco la dueña de esa voz, una chica se va acercando lentamente.

—Haris, nena, necesitas levantarte de ahí— la chica flexiona sus rodillas hasta quedar a mi altura, me doy cuenta que se trata de mi hermana, cuando esta me sonríe derritiendo mi corazón—Necesitas levantarte y romperle el trasero a ese mal nacido, tienes que hacerlo por ella, por tu familia, por mi y por ti— toca mi mejilla y se siente tan real aún cuando sé que ella no está aquí.

»Se más fuerte que yo hermanita— me sonríe con ternura antes de ponerse de pie para alejarse hacia la luz. 

—¡Mara!— grito su nombre y ella gira con mucha serenidad— No sé como hacerlo— admito casi sin voz.

—Si sabes, solo tienes que buscar ahí, en ese corazón tan lindo que tienes.

—Pero no estás aquí, no podré hacerlo, no soy como tú.

—No, eres mucho mejor— esas fueron sus últimas palabras antes de irse junto a la luz.  

Como si sus palabras fueran una especie de milagro, me puse de pie con torpeza caminando hasta mi amiga y el dios.

—¡Oye tú! Pedazo de mierda, feto mal nacido, adefesio de la vida, cucaracha asquerosa, soltarás a mi amiga o conocerás el lado no muy agradable de Haris Zabat— pareció sorprendido por verme de nuevo.

Es increíble en como a pesar de ver su rostro, me es imposible reconocerlo o asociarlo con alguien, lo único que me parece familiar es su espada.

—¿Qué me hará una chiquilla como tú? Me desaceré de ti fácilmente, igual como lo hice con Mara.

—Que lástima, pero yo no soy mi hermana— y como papá me enseñó, encendí cada parte de mi cuerpo, lo que no esperé es que la espada también se abrazara por el fuego—Soy algo así como la puta ama.

¿Algo que no sabía? ¡No sabía que puedo hacer cosas tan asombrosas con mi espada y poder!

Recibo buenos golpes de su parte y él algunos de los míos. Giro, desaparezco, doy golpes, hago de todo contra el.

—Parece que fuiste bien entrenada.

—Eso, que no has visto lo mejor.

Lanza un golpe que esquivo deslizándome por el lodo, antes que pueda reaccionar hundo mi espada ardiente en su muslo, desgarrando gran parte de la zona, como lo habían hecho con la pequeña niña inocente.

Aprovecho su dolor para clavar una daga en su pecho, hundo mis dedos en la herida de su muslo provocando que suelte un doloroso grito, sonrío teniéndolo casi arrodillado.

—Eres una mierda insignificante para mi, lo de dios me lo paso por donde se me venga la merecida gana.

»Y espero que recuerdes mi nombre por siempre, Haris Adella Zabat, te lo recuerdo por si se te había olvidado, porque sé que será el único nombre que gritarás pidiéndome piedad, pedazo de escoria— pateo su pecho y antes de que pueda hacer otra cosa este desaparece.

¡Santos dioses del universo! ¡He peleado contra un dios! ¡Le he dado en la madre a un dios! ¡Si soy la puta ama! ¡Mamá y papá me matarían si oyeran mi vocabulario el día de hoy!

Observo al cielo agradecida con mi hermana, sin su pequeña visita estuviera hecha una mierda en el suelo.

Corro hacia Xena para soltar sus brazos.

—Ya estoy aquí Xen, no te preocupes, no estás sola— quito la venda de su boca, desato los nudos y su cuerpo cae rendido a mis brazos.

—¿Haris?— parece asustada y tiembla, tiembla muchísimo.

—Shh, tranquila, estoy contigo, nada malo te pasará. No estarás sola nunca más, mírame soy yo, Haris, no tengas miedo. Ya estás bien, estás conmigo— dejo un beso en su cabello sin importarme la sangre en el.

Ella solo llora en mi hombro, aferrándose a mi como si su vida dependiera de ello, balbuceando palabras ininteligibles.

—Ven, te llevaré con los demás, necesitamos volver a casa.

Hago mi mayor esfuerzo para cargarla, aún cuando tiene un peso considerado me resulta un poco difícil llevarla. Importándome poco mi resistencia saco fuerzas de los cojones y la tomo en brazos, solo espero no dejarla caer y protegerla.

—Hassie— apenas susurra, bajo mi rostro para observarla, se ve tan vulnerable que solo quiero protegerla de todo, aún cuando sé que es una de las mejores en su área—Eres como mi ángel.

—Y tú el mío.

•En el Olimpo•

El dios llega ante la diosa arrastrando su pierna, quejándose del dolor pero con la frente en el alto.

—¿Está hecho?— la diosa retira su vista del horizonte y la clava en el dios.

—No. Subestimamos a la chica, es más fuerte de lo que pensé.

—¿Éstas diciendo que una patética mestiza logró vencerte? ¡¿A ti un dios?! ¿Y por qué aún no sana esa herida?

—Es como si ella tuviera el mismo poder que Hades, por un momento sentí que se trataba de él.

»Tiene sus mismas técnicas, habilidades, estrategias, es como si la profecía realmente se fuera a cumplir.

—¡No! Eso no pasará, no podemos permitir que ellas asciendan, ¿Conoces los riesgos de eso?, ¿Dónde está la hija de Atenea?

—Ella se la llevó, tuve que huir.

»Le pido piedad.

La diosa se acercó a el viéndolo directo a los ojos.

—Te daré otra oportunidad— sus labios estaban muy cerca de los suyos—Solo porque me has sido leal durante siglos— susurró rozando su boca entre abierta con sus propios labios.

»Ahora lárgate, no quiero verte hasta que la tarea esté completa.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

¡Ya tenemos 1k de lecturas! Estoy súper feliz, es un pequeño paso pero uno que me hace muy feliz y me inspira más a seguir con esta historia que me tiene día y noche pensando en ella. Gracias, gracias por dedicar su tiempo en leer mis ocurrencias, para mi vale mucho.

Ok, ok, ya se nos puso modo romanticona Haris, la verdad amo este lado de ella porque simplemente es su 'yo' verdadero.

La Haris con un vocabulario muy sucio, un corazón noble y nuevos sentimientos encontrados, es todo lo que pude imaginar en ella, claro, también mucho más porque falta bastante de Haris en esta historia.

No sé si soy muy sensible, pero en lo personal me entró una nostalgia escribiendo sobre Mara y la pequeña Angela, siento un gran amor por ambas, claro, más por Mara.

También quiero informales que como estamos a mitad del libro, sip, estamos a mitad del libro, les tengo la sorpresilla de una historia extra sobre un personaje que admiro y adoro muchísimo. El libro ya tiene portada y algunos capítulos escritos, aún no lo publico porque contiene fragmentos vitales para esta historia y que de leerlo  este libro perdería mucho sentido.

Por el momento no diré de quién se trata con la esperanza de que sepan sobre quién es, quizá para algunos es muy obvio. De ser así o no, dejen en los comentarios de quién creen que se trate.

Ya he hablado demasiado, así que los dejo con el mayor amor que puedo dar.

Besos:
            Lin_Liz.

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