Eres Mía, Heroína | 𝖲𝗁𝗈𝗍�...

By MrCoffee_

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Llevaba toda la vida entrenando alejada del resto de niños con singularidades porque, según mi padre, la que... More

•Sipnosis•
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By MrCoffee_

Un gran portal violeta se abre a varios metros por delante de nosotros. Mis ojos hablan por mi sorpresa, y mi expresión no se queda atrás. La gente grita y se aleja del lugar a toda prisa, empujándonos a nosotros, quienes, después de todo, no podemos hacer lo mismo, ya que somos aspirantes a héroes.

El terror es abrumador, y casi se puede palpar en el aire. Decenas de villanos salen aparecen ante nosotros, y no precisamente con buenas intenciones. Miro a mis compañeros, quienes también están blancos como el papel.

Ninguno sabe cómo reaccionar ahora mismo, y no estamos seguros de que un profesional ande cerca. Me acerco levemente a a Katsuki, quien ya tiene una sonrisa macabra en la cara.

-Ni se te ocurra.-le murmuro, sin apartar la vista de los monstruos que tenemos delante.-Lo tenemos prohibido.

-¿Y qué? ¿Dejaremos que ataquen a todas estas personas?

Lo miro, con el ceño fruncido.

-Sabes perfectamente que esta gente te da igual. Lo que quieres es luchar y ya, admítelo.

Me mira de reojo y su sonrisa malévola se ensancha.

-Touché.

Antes de que se lance al ataque, lo agarro por el brazo. Sus ojos se clavan en mí, sin entender nada y exigiéndome o una explicación le que le suelte.

-¡No puedes hacerlo!

-____ tiene razón, Katsuki.-interrumpe Eijiro lo que él iba a decir, serio.-No te lances al ataque imprudentemente.

Los villanos comienzan a avanzar, provocando cada vez más pánico entre los presentes. Todos miramos hacia ellos, y descubrimos al líder justo delante del portal: Shigaraki Tomura. ¡Es él! ¡Estoy segura! ¡Es él a quien vi antes de entrar en la casa del terror!

Observo au traje, estupefacta. Todo negro y con unas manos que producen una sensación escalofriante. Se me eriza el bello solo de pensarlo. Y peor lo ponemos cuando me doy cuenta que su único ojos que deja visible, me mira a mí fijamente.

Cojo aire, sin atreverme a expulsarlo. Doy un paso hacia atrás y aprieto los puños. ¿Por qué me mira a mí? ¿Por qué sobresale de esa mano que tiene en la cara una sonrisa psicópata?

Me planteo muy seriamente utilizar mi don para que se largue de aquí, y que de paso, se lleve con él a sus bichos raros. Pero tengo el problema de que ninguno de nosotros tenemos permitido utilizar nuestro quirk. Sé que ai utilizase el mío, nadie se daría cuenta y solventaría esto de una vez por todas. Por otro lado, mi padre sabría que es obra mía, igual que el director de la U.A. y All Might, y nada me garantiza que me cubran, pues esto sería bajo mi responsabilidad.

-¿Qué hacemos?-pregunto, histérica, mirando a mis compañeros.

Mis ojos reparan en una imagen que me aprte el corazón: Todoroki mantiene a Momo tras de él, como una señal para protegerla. Me obligo a apartar la mirada, mordiéndome el labio inferior.

-¡Ir al ataque, obviamente, gilipollas!-suelta Kacchan, rebosante de adrenalina.

-¡No podemos, no tenemos permiso!-interviene Iida, cortante, pero visiblemente nervioso.

-Pero no podemos esperar a que vengan refuerzos, será demasiado tarde.-dice Deku, muy preocupado.-Tenemos que ganar tiempo.

-¿Cómo?-habla Shoto, tratando de aparentar tranquilidad.

Nos sumimos en un silencio mientras pensamos en qué podemos hacer sin meternos en una batalla. Estamos tan nerviosos que no tenemos ni idea de cómo actuar.

-¿Y si simplemente hacemos de cebo?-digo, sin pararme a pensar lo que estoy sugiriendo.-Atraemos su atención y los entretenemos hasta que lleguen los profesionales.

Aunque no es de las mejores ideas, no disponemos de ningún tiempo, así que es lo que todos creen más acertado.

-Bien, hagamos eso.-sentencia Iida.-Clase A, podemos hacerlo. Aguantaremos hasta que lleguen los héroes.

-¡¡Sí!!-exclamamos al unísono.

Todos nos disponemos a distraer a los villanos, pero yo me quedo quieta cuando el resto corre a hacer su trabajo. Muchos de esos bichos se acercan peligrosamente hacia los visitantes del parque de atracciones, y no somos alumnos suficientes para llamar su atención, y encima tenemos que ser precavidos y que no nos obliguen a utilizar nuestras singularidades.

Suspiro varias veces mientras me tiemblan las manos, y me decido por que solo yo puedo parar esto, y debo hacerlo cuanto antes. No hay tiempo, y el que podamos ganar no será suficiente.

Dirijo mi mirada a Shigaraki Tomura, quien está observando la escena con gracia, como si aquello fuera la mejor opción del mundo. Ahora mismo, siento repulsión hacia él. Cojo aire todas las veces que me son necesarias para tranquilizarme y tomar el control de mis nervios antes de manipular la mente de ese psicópata. Siento los nervios descender y la seguridad fluir por mis venas. Mentalizo lo que le voy a obligar a hacer, y en cuanto fijo de nuevo mis ojos en él, me dispongo a acercarme lo máximo que pueda para que la eficacia de mi singularidad tenga más resultado. A medida que lo hago, creo que se da cuenta, y su sonrisa se ensancha mientras su ojo rojo me observa con diversión.

Enfadada y caminando entre el desastre, tratando de evitar cruzarme con ningún villano del que me pueda deshacer, siento el poder de mi quirk subir por mis venas tan rápido que parece inhumano. Pronto me rodea un aura roja que se introduce en mis ojos, posiblemente dándome un toque de peligro que hace que la sonrisa de ese loco desaparezca lentamente.

Tras coger una última vez aire, uso mi don. Me introduzco en su mente cuando nos separan a penas tres metros de distancia, y obligo a su mente a que crea que estar allí no es lo correcto, que debe marcharse antes de que llegue la policía junto a los superhéroes. Veo sus dientes rechinar, pero no sé si es porque sabe que lo estoy manipulando o porque ésta surge efecto. Lo único que sé, es que se resiste, y que convencerlo de que son sus ideales los que lo quieren llevar a abandonar la misión y no yo es más complicado de lo que pensaba.

Hasta que se rinde, su seriedad transmite incluso miedo, y alza la barbilla. Dice algo al aire, o mejor dicho, al portal violeta, por el que se introduce después. Los villanos comienzan a retroceder, dejando de atacar a los habitantes y siguiendo los pasos de su líder. Observo cómo cada vez quedan menos, cómo se están yendo gracias a la influencia de mi poder, y me siento orgullo, tanto que me permito bajar la guardia.

Lo cual termina siendo un grave error.

-¿Has sido tú?-dice detrás de mí una voz grave masculina, haciendo que me gire al instante, alerta.

Veo a un hombre mucho más alto que yo, de pelo oscuro y ojos azules. Está totalmente serio y como si estuviera cansado y enfadado a la vez; pero no es eso lo que me horroriza, no, es su físico. Media cara suya, las ojeras y los brazos son de un color tirando a violeta, y aparecen grapados al a la piel normal del chico. Su apariencia es aterradora, todo hay que decirlo, y transmite un miedo sin igual.

-¿Q-qué?-consigo articular, mientras me alejo de él. Me lo permite, pero su mirada me advierte que no lo haga demasiado.

-Tú has entrado en la mente de Shigaraki.

Intento guardar mi sorpresa de que lo haya descubierto, pues no sería precisamente un punto a mi favor que los villanos supieran de mi poder.

-Eso no es cierto.-me pongo seria y entre cierro los ojos, escondiendo la verdad.

-¿Ah, no? Porque todo apunta a que sí.

La calma de su voz me produce escalofríos, y más todavía cuando alza el brazo en mi dirección. Unas llamas azules lo recubren, provocando que abra los ojos como platos, sin saber cómo reaccionar.

-¡¡____!!-escucho que alguien grita mi nombre de pila con todas sus fuerzas, alguien que hasta hace poco solo pronunciaba mi apellido.

Las llamas azules se dirigen por el suelo hacia a mí a una velocidad que me impide reaccionar a tiempo. Tanto la sorpresa como el terror me obligan a mantenerme quieta en mi lugar. Me cubro la cara y me encojo por instinto, pero ese fuego no llega nunca a mí. Juto antes de que me golpeen, un enorme pedazo de hielo retiene el ataque del villano.

Miro hacia mi izquierda, llena de agradecimiento y alivio, y descubro a Todoroki con el brazo estendido hacia el impacto donde colapsaría la desgracia de no haber intervenido. El suelo también está cubierto de hielo, y tomo aire de forma casi agresiva. Me tiembla el pulso, y al otro lado de mi escudo, escucho a quien hubiera sido mi verdugo soltar una maldición. También alcanzo a ver al portal violeta aparecer justo detrás del hielo, y supongo que el villano ha huido con ese teletransporte.

Me dejo caer de rodillas, y Todoroki corre hacia mí, gritando de nuevo mi nombre. Cuando llega a mi altura, también se agacha a mi lado enfrente de mí, y me agarra por los hombros, histérico.

-¡¡____!! ¿¡Estás bien!? ¿¡No te ha hecho nada!?

Su conducta me produce felicidad, no puedo negarlo. Que se preocupe por mí de tal manera me alegra, me hace ver que, en el fondo, le importo aunque solo sea un poco.

-Estoy bien.-susurro, en un hilo de voz y con los ojos húmedos.-Estoy bien.-repito, dejando caer unas lágrimas. Pero no estoy segura del por qué, ya que puede ser tanto por el miedo que pasé como por este sentimiento que me aborda y no soy capaz de controlar.

Me atrae hacia él para abrazarme, dejándome desahogarme en sus brazos, transmitiéndome una seguridad que solo él es capaz de transmitir.

Me encuentro sentada en la parte trasera de una de las ambulancias que llegaron poco después de la desaparición de los villanos. Una manta cubre mis hombros y tengo una taza de café entre las manos. De mi mente no sale la pequeña conversación, si es que se le puede llamar así, que mantuve con aquel robusto hombre de extraño aspecto. Estoy segura de que sabe cuál es mi singularidad, y es probable que traten de buscarle una debilidad. Y, lamentablemente, la tiene: es necesario que mi contrincante me esté mirando directamente para que yo pueda manipularlo. Tras ese breve paso, da igual si aparto o no la mirada, pues puedo hacer lo que me dé la gana con él el tiempo que quiera, ya que mi quirk es permanente. Por esa razón, nunca hablo de mi singularidad y la escondo, porque aterroriza a la gente.

Suspiro y me llevo la taza a los labios, intentando borrar de mi mente esa secuencia de imágenes. Mi padre aparece corriendo hacia mí y, por primera vez en mucho tiempo, lo veo realmente preocupado.

-¿¡Estás bien!?-exige saber en cuanto ha llegado junto a mí. Me agarra de los hombros y me inspecciona, haciendo que sonría levemente.

-Estoy bien, no te preocupes.-lo tranquilizo.

-He venido lo más rápido que he podido. Cuando me llamaron, casi perdí el control de solo pensar que te habían puesto la mano encima.

-No lo han hecho.-pierdo mi vista detrás de él, donde Todoroki se encuentra de pie al lado de su padre, Endeavor.-Gracias a él.

Lo señaló con la cabeza, y mi padre se gira a mirar al muchacho. El bicolor se da cuenta de que lo observamos, y clava su vista en nosotros. Con un asentimiento de cabeza, mi única familia le muestra su agradecimiento, y mi compañero realiza el mismo gesto para hacerle saber que no ha sido nada que merezca un gracias.

-Volveremos a casa en cuanto termine de hablar con la policía y otros héroes. No hay nada claro en el comportamiento de los villanos.-dice, escondiendo levemente su rostro entre las cintas de su cuello.

Se me eriza el pelo de nuevo con solo pensar que yo sé por qué no hay nada claro, pero no puedo decírselo. Sé que es mi padre, pero no puedo, no soy capaz.

-Es cierto que es extraño.-le sigo la corriente. Me mira de reojo, como si supiera que oculto algo, mas no dice nada, ya que sabe que ahora mismo no estoy bien.

-Vendré en un rato. Si algún compañero tuyo, por casualidad regresa antes que yo y es tan amable de acompañarte a casa, puedes ir con él, pero antes avísame. No quiero que estés sola en ningún momento cuando no pueda verte.

Asiento antes de que se vaya, aparentando de nuevo esa calma que lo identifica. Revuelvo mi café con la cucharilla mientras miro la remolinos que forma el líquido oscuro, perdiéndome en ellos, mientras mi mente viaja otra vez a la extraña conversación que mantuve con ese chico. No sabría explicarlo, pero me da miedo. Me descubrió, supo que era yo y qué había hecho. Y eso no tenía nada de bueno. Más bien, al contrario.

De repente, alguien se sentó a mi lado en la ambulancia, y me encontré con el perfil de un Todoroki serio que tenía la vista perdida en el cielo, que oscurecía por momentos. No dije nada. Mordí mi mejilla interna y seguí dándole vueltas a mi bebida, la cual empezaba a enfriarse.

-Pensé que no llegaría a tiempo.-susurra. Frunzo el ceño y lo miro.

-¿Qué?

-Pensé que no podría detener sus llamas.-confiesa, cerrando con fuerza los puños.

Me conmueve que todavía se sienta así, pero me siento mal por él al mismo tiempo. Corto la pequeña distancia que nos separa y apoyo la cabeza en su hombro mientras pierdo también mi vista en el cielo. Noto su cuerpo tensarse al instante, pero no dice nada, y tampoco se mueve.

-Pero llegaste.-lo tranquilizo.-Y me salvaste la vida.

-¿Por qué no usaste tu quirk?-Me pregunta. Por primera vez en mucho tiempo, no me inmuto ante una pregunta sobre él.

-Porque no hubiera surgido efecto.-respondo, sin dar detalles de la singularidad que poseo y oculto.

Todoroki se da cuenta de que no quiero hablar de ello, y guarda silencio tras mirarme de soslayo. Se lo agradezco. Nos mantenemos así varios minutos, hasta que empiezo a tener sueño, y me separo de su hombro bostezando. Dejo la taza dentro del vehículo y me pongo en pie, ajustando bien la manta alrededor de mi cuerpo para calmar el frío.

-¿Tienes frío?-me pregunta, con dulzura.

Asiento, bajando la vista y acurrucándome más. Noto cómo se pone en pie, se saca la chaqueta y me la coloca encima de la manta de manera que no se me caiga.

-Gracias.-digo, mirándolo con una sonrisa de agradecimiento.

Un pequeño brillo acude a sus ojos, y tuerce una sonrisa de lado.

-¿No la necesitarás tú?-pregunto, dándome cuenta de que él queda en manga corta.

-Puedes estar tranquila, mi lado izquierdo compensa el frío del derecho.-me guiña un ojo, de broma, y pasa por delante de mí para irse de nuevo con su padre, pero antes me acaricia la cabeza como un perro.-Descansa, ¿vale? Ya me la devolverás.

-Vale, muchas gracias por todo.

Y se va diciéndome adiós con la mano, sin girarse.

Me siento feliz, es como si hubiera avanzado solo un paso. Pero esa sensación desaparece cuando veo que se despide de Momo con un abrazo. Los celos escalan cada parte de mí, y destrozan todas las ilusiones que me había hecho. Me doy la vuelta para no ver la escena, y muerdo tan fuerte el labio para no llorar que termino haciendo sangre.

Mina aparece entonces junto a mí, y me informa, algo preocupada, de que un fino hilo de sangre desciende por el lado derecho de mi boca. Lo limpio rápidamente, intentando disimular la humedad de mis ojos.

-Me voy a casa. Tú y yo vivimos cerca, ¿quieres que te acompañe?-me pregunta.

Miro por encima del hombro a mi padre, quien parece todavía ocupado para rato; y luego me fijo en que Todoroki y Momo no se estaban despidiendo, pues se están yendo juntos a sus respectivas casas. Con una necesidad extrema de distracción, acepto la proposición de mi amiga sin dudarlo más, e informo a mi padre de que regreso a casa sin él.

Durante el camino, a penas presto atención a mi amiga. Y no solo eso, sino que una idea muy alocada no para de dar vueltas a mi cabeza.

Cuando llego al fin a casa, me encierro en mi cuarto con Afrodita, y mientras la acaricio, mi plan va cobrando forma de una manera tan psicópata que me parece hasta buena.

-¿Tú qué dices, Afrodita?-murmuro, con la vista perdida, mientras la acaricio.-Es una buena idea, ¿no? ¿Por qué no usar este poder para manipular sus sentimientos y que se enamore de mí? Sí...es muy buena idea...-una sonrisa de demente acude a mi cara.-Pero que muy buena...

¡Aquí os dejo otro capítulo!:]
Espero que lo estéis disfrutando uwu
Como podéis ver, rayita ya va a manipular los sentimientos de Shoto B)) Ahre re loca la piva

¡Os envío corazoncitos geis, mis panas!:D🔥❄❤

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