P.O.V Lara
Estoy en casa de mi hijo, disfrutando del sol junto a mi nuera, África. Hoy mi hijo se ha llevado a su padre por ahí, a mirar nuevas máquinas, casi obligado. Suspiro con pesar, creo que he acortado la vida de mi esposo durante estos dos últimos años.
Han pasado dos años desde que mi hijo y África se fuesen a aquella isla paradisíaca. Durante su estancia allí, mi marido y yo nos encargamos de cuidar de nuestros nietos, con la ayuda de sus otros abuelos: Jaime y Estefanía. En ese tiempo, me sentía cansada y rara. Y lo achacaba a aluvión de nietos que tuve durante quince días en casa.
Al fin y al cabo, hacía tiempo que mi marido y yo solo estábamos con Carla, y ya tenemos una edad....que no es como tener 15.
Me estremezco al recuerda aquel día; Lo recuerdo de forma nítida, clara, con peños y señales.
Flashback
Me levanto cansada, como siempre últimamente. Mi marido esta con su hijo, en el gimnasio, haciendo no sé qué y mi hija está en la universidad, estudiando para los exámenes que se aproximan
Me metí en la ducha y me enjabono el pelo, me lo aclaro y vuelvo a echarle jabón. Llega el turno del cuerpo, con ayuda del gel, me voy lavando a la vez que me palpo ciertas zonas, como siempre.
Cuando llego pecho derecho, me tenso. Ahogo un quejido de dolor y palpo de nuevo. Eso no estaba ahí la última vez que me palpe el cuerpo. Hay un bulto, grande, no demasiado. Intuyo que será quizás...del tamaño de uno de esos chicles de colores que venden en máquinas expendedoras, redondos.
Salgo de la ducha e intento tranquilizarme. Lo primero de todo, es vestirme. De forma ausente, me visto, me seco y adecento mi cara con maquillaje sutil. Salgo de casa sin avisar a nadie, iré a ver a Esteban a su hospital, le comentare lo que me pasa y volveré a casa más tranquila.
Antes de llegar, le llamo para saber si está en el hospital; Me confirma que sí y que no tiene ningún problema en hacerme un hueco. Sé que esto está mal, probablemente en la sala de urgencias hallan personas enfermas, más graves que yo y que posiblemente lleven horas esperando. Pero seamos sinceros, estoy asustada y quiero terminar con esto cuanto antes.
Al llegar, me espera sonriente y entro por la zona de médicos; Me mete en una consulta y me sonríe.
.-Tú dirás. Si vienes a perderme pastillas azules para tu marido...deberías traerle a él.-Comenta divertido.
-Tranquilo, la virilidad de mi sigue intacta y sus niveles de testosterona igual. Me rio.
-Me alegra saberlo. Pero dime, que te trae por aquí.-Me dice sonriente.
-Me he encontrado un bulto en el pecho.- su sonrisa se borra de un plumazo.-Hace un mes o así, me palpe y no estaba ahí.
Esteban traga saliva duramente; Y yo, retuerzo el asa de mi bolso, nerviosa, preocupad. Y aterrada.
Esteban no pierde el tiempo. Me hace quitarme la camisa, desabrocha mi sujetador y me palpa. Acto seguido me ordena vestirme y tras hacer un pequeño parte, me arrastra hacia oncología.
Me hacen todo tipo de pruebas, análisis de sangre, un TAC, también una ecografía. Mil pruebas que no recuerdo ni entiendo.
Me dejan ingresada, pocas horas después. No entiendo porque, bueno si, me conocen aquí por ser la mujer del sobrino de Raúl y la vecina de Esteban.
Mi bebe, aun no le he llamado para contárselo, porque estoy aterrada. ¿Qué le digo? Sollozo en mi habitación solitaria permitiendo liberar un poco de la tensión que llevo acumulando desde esta mañana.
-Maldita seas princesa.-Me dice una voz, una voz que conozco.
-Bebe.-Digo llorosa.
-Joder, ¿porque no me has avisado de que te encontrabas mal?.-Me dice furioso.-¡Me tengo que enterar de que estas enferma e ingresada por mi vecino!.
-Lo siento.-Sollozo.
-Princesa, no me apartes de tu vida... No lo hagas por favor.-Susurra a mi lado.
-¿Te ha llamado Esteban?.- Pregunto aterrada, ¿le habrá dicho algo?
-Sí, me ha llamado para decirme que has venido encontrándote un poco mal y te han dejado ingresada.-Gruñe dolido.
-Lo siento bebe.-Suspiro aliviada, debí ser yo quien se lo diga.
-¿Qué te pasa?.-Pregunta preocupado abrazándome.
-Pues....dios bebe.-Se me rompe la voz
-¿Qué pasa? Me estas asustando princesa.-Me dice cogiendo mi cara entre sus manos.
-Bebe...tengo un bulto.-El abre los ojos.- Debajo del pecho derecho.-Digo mientras el labio me tiembla.
-¿Que?.-Pregunta horrorizado, sus ojos son completamente opacos, sin brillo. Su rostro ha pasado de la preocupación al miedo.
-Bebe.-Susurro.
-Prince...-Intenta decir pero alguien nos interrumpe.
-Perdón chicos.- Susurra Esteban.
-Hola.-Susurro y cojo la mano de Raúl, apretándola con fuerza.
-Me temo...que no traigo buenas noticias.-Indica Esteban y oigo a Raül emitir un gemido de puro dolor.-Necesitamos...biopsiar el bulto.
-¿Eso que quiere decir?.-Gruñe Raúl.
-Significa, que tenemos que pinchar el bulto y sacar una muestra para determinar si el tumor...-Raúl le interrumpe.
-¿¡TUMOR!?-Grita destrozado, suelto un sollozo al verle así, lo que llama su atención y me atrae hacia el.
-Tumor...sí. Queremos determinar si es benigno o maligno.-Explica Esteban.
-¿Puede ser benigno?.-Pregunto sorprendida.
-Puede serlo. Mañana lo sabremos. Hoy te quedaras ingresada y mañana a primera hora te lo hacemos. Y tendremos los resultados, pasado mañana.-Me indica y me extiende unos papeles para que firme.
Cuando se va, Raúl esta inexpresivo, con la mirada perdida y todo su cuerpo tenso y duro como una piedra. Sollozo de nuevo y me abraza. Nuestros hijos, no tardan en llegar, preocupados.
Al mirar a su padre, sus rostros se contraen y deducen que algo no va bien. Ainhoa se acerca a mí y me coge la mano.
-¿Que pasa mama?.-Pregunta calmada, la sonrío, intentando aparentar tranquilidad.
-Cariño...-Susurro tristona.- Chicos, mama....-Busco la manera de decirlo.-He detectado un bulto en mi pecho derecho. Justo debajo.
Oigo a mis hijos emitir un sonido de dolor. Cierro los ojos abrumada, no quiero que sufran, ni verles tristes.
-Mami.-Solloza Marta.
-No llores mi niña. -Digo triste mientras la abrazo.
-¿Es... cáncer?.-Pregunta mi hijo Raúl.
-No lo saben.-Contesta mi bebe por mi.-Mañana le van a realizar una biopsia para saber si es bueno o malo. Y por dios, espero que sea bueno.-Su voz re quiebra.
-Lo será....-Murmura Ainhoa.
Ya es de noche cuando mis hijos se van a su casa; Raúl ha estado muy callado durante toda la tarde y ahora está sentado con la cara entre sus manos.
-Bebe…-Le llamo
-Dime princesa.-Dice con voz ronca.
-Túmbate aquí conmigo.-Le pido.
-Princesa...-Murmura con dolor.
Se tumba a mi lado y empiezo a pensar. ¿Y si sale algo mal? ¿Y si es malo lo que tengo? Se me caerá el pelo, se me estropeará la piel. No tendré fuerzas y posiblemente mi deseo sexual morirá durante ese tiempo.
-Hazme el amor...-Le susurro de repente.
-¿Aquí?.-Murmura sorprendido.
-Si...-Suplico.
-Pero princesa.... estamos en un hospital.-Me dice acariciando mi cara.
-Bebe, mañana me hacen eso. Si sale algo mal o resulta que es malo y tengo que darme quimio, al menos quiero que mi último recuerdo sea haber el hecho el amor contigo.-Le sigo llorosa.
-No digas eso. Ni lo pienses.-Gruñe con los dientes apretados.-Todo va a salir bien.
-De acuerdo, pero por favor, concédeme esto...-Susurro.
Me mira y tras poner el pestillo, se pone sobre mí. Me besa y acaricia con suma ternura; Los pechos los acarician, los besa, los lame. Incluso da besitos sobre la zona del bulto.
Me desnuda muy despacio y me acaricia; Presta especial atención a mi intimidad volviéndome loca, provocando que me muerda el labio con fuerza para no gritar. Cuando cree que es suficiente, se pone sobre mí y se hunde en mi interior.
Me hace el amor muy despacio, saboreando cada caricia interna que me da. Me besa mientras mantiene el ritmo y me susurra palabras bonitas y me tranquiliza.
-Te amo.-Susurra.
-Yo también te amo.-Contesto llegando al clímax
Cuando termina, se derrumba sobre mí y comienza a llorar escondiendo su cara en mi cuello.
Fin flashback
Tras la biopsia, se confirmó que era un tumor y tras una operación donde no dejaron ni rastro, aparente, del tumor, con suerte de que mi pecho siguiera ahí, empecé con la quimioterapia.
Suspiro recordando esa etapa. Estaba insoportable, lloraba, gruñía.... y durante ese tiempo mi marido fue excepcional, se portó mejor que nunca.
No me dejaba sola en ningún momento, me acompañó a todas las sesiones de quimioterapia, aguantó cada cambio de humor que tuve, corrió al baño conmigo cada vez que iba a vomitar. Me cuido, me animó.
Hubo días en los que mis fuerzas flaqueaban y me negaba a ir.
Flashback
-No voy a ir Raúl.-Dije negándome en rotundo a darme una nueva sesión.
-Vas a ir.-Dijo Raúl exasperado
-No lo entiendes.-Me queje.-Me revuelve entera, me quedo sin fuerza, me cambia el humor.
-No me vas a convencer, Vas a ir.-Me contesta preparando la ropa que me pondré hoy.
-He dicho que no.-Gruño de nuevo.-No me entiendes...
-¡No! ¡No te entiendo!.-Me grita.-No ir significa darte por vencida, dejar a la enfermedad que te coma poco a poco. ¡Significa MORIR!. Y yo no puedo vivir sin ti, y a tus hijos todavía les haces falta.-Me grita.-Si no lo quieres hacer por ti, por tu vida... hazlo por mí. Porque tú eres mi vida y si me faltas...-Cierra los ojos y traga saliva. -Simplemente no sobreviviré. Y puede que no solo pierdan un padre, sino dos.
-Raúl.-Susurro
-Por favor, ¿vienes conmigo a darte la quimio?.-Susurra suplicante.
Asiento y le abrazo.
Fin del flashback
Esa fue la última vez que hice el amor con mi marido. La quimio y las pocas fuerzas que tenía mataron mi lívido. Aunque eso era historia, ahora había revivido y venía con fuerzas. Mientras estaba en la terraza oí dos voces masculinas que reconocí en todo momento. Seguidas de las voces de mis nietos.
Mi hombre había llegado. Seguido de su hijo y sus nietos. Estos últimos vinieron a abrazarme.
No me puedo quejar, ya que hasta mis nietos me han cuidado como oro en paño, entiendo en todo momento por lo que estaba pasando.
Fijo la vista en mi impresionante marido y trago saliva. Está deprimido. Mi chico, es una persona propensa a la depresión, desde que murió su madre. Verme ahora tan mal, y bajo la posibilidad de morir, lo ha dejado k.o. Está ojeroso, a penas duerme, pasa sus noches pendiente de mí, de que no me pase nada, de que nasa me duela de que no me falte agua, luz, comida... y todo pasa factura. También esta con la mirada perdida todo el tiempo, la tristeza se ha hecho dueña y señora de todo él.
Me levanto de mi tumbona y me acerco a él; Suspirando, besa mi frente y me abraza, sin decir absolutamente nada. Mi enfermedad también ha provocado que mi hombre se retraiga, se aísle en sí mismo...
Pero hoy pienso poner fin a todo esto. Porque ya puedo hacerlo, ya todo es seguro, al 100% y mientras dure... pienso luchar para que todo vuelva a su lugar.
-Te amo...-Susurra muy bajito.
-Yo también.-Le digo y hago más fuerte el abrazo.
-Vaya, hacía mucho que no me dabas un abrazo así. -Me dice sorprendido.
-Estoy recuperando mi fuerza, así que ten cuidado.-Susurro divertida.
Sonríe pero no le llega a los ojos, sigue preocupado, sigue asustado. Sigue cagado de miedo ante la posibilidad de que.... no sobreviva a esto. Suspiro y beso su pecho, noto como se relaja, como suspira, como disfruta aún más de cada muestra de cariño que le doy.
Tras una comida con mi hijo, su mujer y sus nietos, me echo una siesta que mi cuerpo pide a gritos, no olvidemos, que sigo recuperándome. Cuando despierto, le oigo en el sótano, haciendo ejercicio. Sonriente, me voy a la cocina y le preparo una rica y deliciosa lasaña de carne y queso fundido.
-¿Qué haces? Huele de maravilla.-Pregunta mirando la mesa.
-Cena para dos, señor, suba a ducharse y siéntese conmigo.-Le pido divertida.
Frunciendo el ceño sorprendido, sube y se ducha, Cinco minutos después, le rengo en la cocina, duchado, con un chándal y una camiseta de manga corta que se ajusta... muy peligrosamente a su cuerpo.
Comenzamos a cenar, con una sola mano, Otra de sus nuevas manías es cogerme la mano, mientras como, mientras veo la televisión, incluso mientras duermo. También mientras conduce cuando puede, mientras leo, cocino... hablo por teléfono con mis hijas.
sonrío feliz, agradecida más que nunca de que el destino juntara a nuestros padres y por lo tanto, a nosotros.
-Bebe-Le digo feliz
-¿Que pasa princesa?.-Pregunta dejando de comer.-¿Te sientes mal?.
Sonrío, mientras luchábamos contra la enfermedad, si, digo luchar, porque lo hicimos juntos y sin él, no lo habría conseguido, me bastaba con decirle bebe y ya sabía lo que me pasaba.
-Nada, bebe. Tengo que contarte algo.-Le digo tirando de su mano para llevarle al salón.
-Dime.-Insiste preocupado.
-Hoy he ido al médico.-Confieso sentada frente a él.
-¿Por qué?.-Pregunta preocupado.-¿Sin mí? .-Continua preguntando dolido.
-Bebe, hoy tocaba revisión.-Le digo mientras acaricio su mano.
-¿Me he olvidado?.-Susurra con miedo y tristeza.
-¡No, no!-Le corrijo enseguida.-No te dije nada, quería ir sola...
-¿Porque?.-Susurra destrozado.
-Necesitaba hacerlo. Lo descubrí sola y quería ir... sola, para matarlo del todo, o seguir luchando contra ello.
-¿Pensabas decírmelo?.-Me pregunta dolido.
-¡Pues claro!-Digo apretando su mano.-Eso estoy haciendo.
-¿Que te han dicho?.-Sigue interrogándome.
-Me han dicho que....-Me interrumpe.
-¿Sigue ahí? ¿Es peor verdad? ¿Terminal?.-Se le rompe la voz.
-Bene, mírame.-Le suplico pero le he perdido, mantiene la vista en un punto fijo del salón, nuestra foto de boda. Trago saliva e insisto.-Mírame Raúl.
-Que....-Gime asustado.
-Se ha ido.-Susurro.
-Se ha ido.... ¿el qué?.-Pregunta.
-El cáncer, amor mío, se ha ido. Para siempre.-Confieso nerviosa.
-¿¿¿¿Se ha ido????-Vuelve a preguntar temblando.
-Si.-Contesto.
-¿De verdad? ¿No me mientes princesa? No me mientas, estaré a tu lado pase lo que pase y quiero saberlo todo y estar ahí pase lo que pase....-Me dice muy deprisa asustado y perdiendo fuerza en la voz.
-No te engaño. De haberme dicho el doctor lo contrario, te lo contaría igualmente. No obstante y sabiendo que pasaría esto. Ten, llame a Esteba.-Le digo mientras mi móvil ya está llamando.
Habla con Esteban, quien le pasa a su tío, que amablemente le da al teléfono a mi oncólogo, el que le confirma que todo ha pasado, que estoy limpia, que no queda ni rastro del cáncer y que podemos decir... que le hemos vencido la batalla al cáncer.
Raúl suelta el teléfono sorprendido, mil pensamientos cruzan su mente mientras no deja de mirarme. De repente, me abraza y llora. Llora de pura felicidad, soltando todo sus miedos, su temor..
Lo lograste.-Solloza.-Lo venciste
-Lo logramos. -Le digo emocionada.-Sin ti no lo habría logrado.
-Oh princesa que orgulloso estoy de ti. Te quiero tanto preciosa. Dios, que mido he sentido todos y cada uno de los días que hemos vivido hasta hoy. No quería dormirme, por si empeorabas y te perdía. Princesa...... te amo.
-Bebe... gracias por estar ahí.-Me interrumpe.
-No me des las gracias.-Me riñe.
-Si, por todo, por estar siempre ahí, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad.-Susurro.
-Lo juré ante dios, ante toda mi familia y ante todo. Estaré siempre. Siempre. Siempre.-Dice muy serio.
-Lo se.-Susurro.
-Adiós para siempre.-Dice acariciando mis labios.
-Para siempre. Aunque tendré que seguir lleno a revisiones para estar pendientes de que nada vuelva a pasar.-Le explico.
-Lo haremos juntos princesa, como hasta ahora. Juntos nada ni nadie puede, contra nosotros nadie puede preciosa. Te amo...-Dice de nuevo.
** La historia continua, aquí no acaba **