Luchar para estar juntos

Capitulo 4: Feliz cumpleaños, pequeñines.

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¡Holaaaaaa!

Por fin viernes! He leido por ahí que quereís capis dobles xD Intentaré subir algún día capis dobles, el problema es que no tengo las historias escritas y tengo que escribir ambas historias todos los días, para poder subirlas un día una y un día otra.

Intentaré hacerlo, haber si saco tiempo ^.^

Espero que os guste el capi de hoy. Es cortito, sí, lo sé. Pero me tengo que ir y no me daba tiempo a más. El siguiente será mucho más largo. ¡PROMETIDO!

Besitos... Gracias por todo!!

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P.O.V África

Me desperté temprano y me asomé a la habitación de mis hijos; Ver la manita de mi pequeña con aquella tirita tan grande me enfurecía, me hacía sentir mal..

Me puse a recoger el salón, Raúl seguía durmiendo, hoy no había tenido pesadillas. Suspire tristona, jamás pensé que pudiera reaccionar así por un sueño. Pero yo jamás le iba a dejar.

Cuando todo estuvo recogido sonreí; Hoy era el cumpleaños de mis dos pequeñines y iba a prepararles una súper fiesta para la tarde. Desperté a su padre y tire de él hasta la habitación de mis pequeñines.

Alce la persiana como cada mañana y les vi retorcerse buscando oscuridad en sus ojitos.

-¡Felicidaaaaaaaaaaaaaaaadeeees!.- Gritamos los dos al tiempo que cada uno iba a por un pequeñín y les hacíamos cosquillas.

-Mami nooo.- Gritaba mi pequeño riéndose.

-Papi..- Reía mi pequeña.

 -Au..- Se quejo mi pequeña y hizo amago de llorar.

Su padre de inmediato la cogió, se había hecho daño en su manita; Enfurecí, iba a ir a buscarles  a la guardería y iba a intercambiar varias palabras con la mujer del animal que había mordido a mi pequeñina.

Sonreí al verla agarrada del cuello de su padre, mientras este le daba besitos, uno de tras de otro, mientras que ella no se cansaba. Mi dulce y chiquita pequeña.

Les vestimos y les dimos de desayunar; Estaban contentos, y aún no sabían nada de la fiesta que les tenía preparada.

Su padre se los llevo a la guarde y yo me quede preparándolo todo.

Moví los muebles, haciéndome daño en la espalda, tensándome, por que Raúl me iba a matar en cuanto se enterara. Hice bocadillos, tortillas, prepare la piñata, inflé los globos. Todo estaba listo y preparado.

Me vestí y me fui hacía la guardería de mis pequeños, Raúl no sabía que iría a recogerlos y mejor así.

Cuando llegue, me puse junto con todas las madres, esperando a que salieran los pequeñines. Nada más verme los dejaron salir, y contentos vinieron a abrazarme, mientras unas manos se posaban en mi cintura.