━DIOSA DE LA MUERTE━
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──Había mucha conmoción dentro del castillo pero de pronto todo se silencio. ─habló el rey.
Hace unos minutos juro que sentí un poder casi como el mío, era más grande y es obvio después de todo era solo una niña pero estoy segura que no era tanto como el mío cuando es de noche. Pero solo fue unos pocos minutos, después de eso se desvaneció por completo.
──¿Crees que todo este bien? ─preguntó la princesa Margaret abrazandome fuerte.
──¡Majestad! ─escuchamos la voz de Gilthunder llegando a donde nosotros junto a los demás caballeros sacros, uno estaba herido. ──¡Deben de escapar del castillo de inmediato! Los caballeros sacros y sus súbditos están bajo el hechizo de los diez mandamientos y ahora están de su lados.
──Zeldris... ─susurré sabiendo que era su mandamiento. ──Gracias. ─sabia que lo hizo para no matarlos de lo contrario me enojaría con él.
──Pronto llegarán a este lugar, majestad. ─la princesa me acaricio mi cabello en señal de que todo estará bien.
──¡Un segundo! ─hablo la chica de cabello verde. ──¡Sir. Denzel salió diciendo que tenía un estrategia secreta...!
──Sir. Denzel... ahora esta muerto.─dijo llorando dando una mala mirada a mi persona.
──Ese caballero estúpido. ─murmuró el rey Bartra.
──¡Me aseguraré de que sigan su camino muy pronto! ─todos miramos hacia arriba a Dreyfus que era poseído por un demonio.
──¡Bastardo! ¡Baja ahora mismo!
──¡Mataron a Sir. Denzel! ¡Maldito sean!
──Permítanme unirme a ustedes. ─se escucho la voz de Hendrickson entrando a el castillo. ──¡Ese cuerpo le pertenece a mi amigo! ¡Hoy es el día en que lo devolverás!
──¡Estúpido Hendrickson! Esto es lo que obtengo después de dejarte vivir.
──¡Atención, Howzer, Slader! ─habló Gil poniéndose al frente nuestro. ──¡Hay que proteger a su majestad y a los demás!
──¡De acuerdo! ─expresó Howzer.
──¡Ah! Eso es... ─ante la exclamación de la princesa Verónica miramos lo que estaba detrás de Dreyfus, eran mascaras unidas con materia oscura y traía huevos con personas adentro.
──Todo los humanos dentro del castillo fueron capturados. ─dijo.
──¡Zeal, no! ─gritó Guila al ver a su pequeño hermano.
──Jericho... ─el tío Ban apretó su mandíbula al verla. ──¿Qué es lo que pretendes?
──Estamos considerando que Grayroad sea la reina del castillo. Es una de los demonios más raros que existen que convierte en huevos a criaturas sin poder mágico. Y los convierte en soldados que protegen a su reina. ─hablo Dreyfus.
──¡Tenemos que salvarlos de inmediato! ─el chico lanzo dos flechas dejando caer dos huevos.
──Por cierto, poner el contenido de esos huevos a una temperatura externa hace que crezcan más rápido. ─vimos como de los huevos salian demonios.
──¡Esto no puede ser!
──¡Qué pesadilla!
──Así es como una infinidad de demonios larva lograron tener vida.
──¡Sr. Ban! ─le llamó Gil.
──¡No tienes que decírmelo! ─dijo mirando las criaturas. ──¡Cacería del zorro! ─uso u magia intentando sacar lo mismo que tenían los caballeros de la nueva generación sin embargo no salió nada.
──Lo que intentaste arrancar son los bulbos. Los huevos reales son más grandes que una semilla en su interior, ignorante. ─habló Dreyfus.
──¡Fuera de mi camino Sr. Héroe! ¡Los aplastaré hasta que mueran!
──¡Espera, no Dogedo! ¡No vayas!
Sin embargo este hizo caso omiso a el llamado de su compañeros y mato a las dos.
──No es nada personal. ─dicho eso todos miramos como envejeció hasta morir.
──¿Q-qué... le hicieron?
──Soy el mandamiento del pacifismo. Cualquiera que comenta asesinato en mi presencia se le arrebatará su tiempo de vida. ─explicó.
──Ahora, ya tomen un decisión. ─habló el castaño. ──Moriran matando a los demonios mientras nacen o moriran en sus manos cuando nazcan.
──¡Malditos! ─expresó Gil.
──Gil. ─lo llamó Margaret. ──No te preocupes por mi. No le temo a la muerte si estoy contigo.
──Margaret, yo tambien...
──¡Yo no voy a permitir que Gil muera! ─interrumpió un chico tomando a Gil de la camisa
──¡Eres tú! ─expresó Margaret. ──¡No puede ser! ─dejo ver su verdadero cuerpo el cual resultó ser Vivian.
──Por favor no se moleste conmigo. No crean que soy su enemigo.
──¡Vivian, no...! ─fue lo último que se escucho de Gil antes de terminar por desaparece junto a ella.
──¡Gil! ─lo único que pode hacer fue bajar de los brazos de Margaret.
Camine llegado al frente de ellos mirando a los dos mandamientos.
──Oye, ¡¿qué haces?! ¡Vuelva acá en este momento! ─ignore a Ban.
──Dices que tu serás la nueva reina del castillo. ──hable segura de lo que iba hacer. ──¿Tú? Una asquerosa demonio en todos los sentidos.
──Vaya, pero que niña tan valiente. Lastima que eso no te salvara. ─una de las mascaras venia a mi dirección con intensión de atacarme de atacarme para ser una de sus huevo.
──¡No te atrevas a tocarme, demonio endeble! ─levante mi mano. ──¡Ark! ─una esfera encerró su cabeza.
──¡Una diosa! ─exclamarón ambos demonios.
──¡Hágase la luz! ─expresé cerrando mi mano.
──¡¡No lo hagas!! ─gritó Ban pero ya la había desintegrado.
──Niña estúpida. Ahora morirás. ─dijo Dreyfus muy seguro.
──Amaris... ─Ban cerró sus ojos pensando en que le fallo a su capitán al no poder cuidarme.
──Eso es lo qué más deseaba. ─hable sin sentir ningún cambio sorprendió a todos. ──Pero jamás logre cumplirlo.
──¿Cómo es que... sigues con vida? ─preguntó el demonio. ──¿Quién demonios eres tu?
Cerré mis ojos dando acceso a que ella se presentará, talvez quede inconsciente un dia pero lo haré con gusto de salvar a todos.
──¿Demonio? No me comprares con tu asquerosa raza, claro exceptuando a mi pequeño demonio. ─mi cuerpo comenzó a crecer desgarrando la ropa, mis curvas se hicieron notar y mi cabello más largo se miro. ──¿Y preguntas porque sigo con vida? ─solté una risa cerrando mis ojos. ──Es porque estoy maldita. Por comentar aquel pecado. ─trone mis dedos haciendo aparecer mi ropa.
──¿Tú eres...? ¡Es imposible! ¡Se supone que estabas muerta! ─mire con mis ojos ahora naranjas a Dreyus. ──¡Amaris, la Diosa de la Muerte!
──¿Te sorprende acaso? ─alce mi mano. ──Despierta y ven a mi, Selene.
──Es imposible que sea ella de verdad. ─hablo el mandamiento del pacifismo. ──Debe ser una farsante.
──Eso no importa. Mientras sigues hablando hay más huevos esperando. ─dicho eso dos huevos cayeron al suelo.
──Esto será muy divertido. ─dije al sentir mi poder aumentado al tener mi espada-abanico. ──Y no me subestimes, demonio endeble. ─alce mi mano congelando los huevos deteniendo su proceso.
──¡Dejaron de crecer! ─exclamó Howzer.
──Ella es mi hermana... por favor... no dejes que muera. ─mire de reojo a el hermano de la chica. ──En... un lugar como... este. ─lo mire cerrar sus ojos sucumbiendo a sus heridas.
──Te prometo que la salvaré. ─cerré mis ojos al pensar que mis hermanos harían lo mismo, se preocuparían por mi. ──Bien. Comencemos con esto.
Levante mi mano creando picos de hielo en los huevos.
──¿Qué es eso? Ese poder mágico es devastador...
──¿En serio es...?
──Creo que tienes una leve idea, ¿no? ─cerré mis ojos unos segundos. ── Mi Gracia que fue otorgada por la Suprema Deidad, Moonshine. No solo puedo ser más fuerte cuando llegue la media noche, sino que tengo control absoluto sobre el hielo. Talvez no lo recuerdo por completo, pero conozco muy bien mi poder. ─extendí mis alas volando unos metros.
──Esto es... ─los presentes estaban sin palabras ante las mías.
──Ahora que lo recuerdo... ─ladeé mi cabeza al recordar algo que le debo a Merlín para que no me hiciera un collar de nuevo. ──Por un favor que le debo a Merlín, ustedes los diez mandamientos... se convertirán en sus ratas de laboratorio.
Sonreí de medio lado.