—¡CAPÍTULO OCHO!
Cosas extrañas en ella.
Algo que habían notado Itzaes y Theodore era la constante necesidad de Harper por higienizarse, vamos que era una maniática excesiva, se llegaba a bañar más de tres veces por día veces y labrarse las manos una vez cada hora.
Y era algo extraño, raro quizá, aunque más lo era para la castaña, quien sentía la necesidad de limpiar su cuerpo, una y otra vez, como si no le perteneciera, como si la tierra todavía estuviera impregnada en ella.
No se dio cuenta cuando dejó de pasar jabón y agua por su piel y empezó a rascar.
Rascar, rascar y rascar.
Irritando su piel, dañándola y dejándola roja, pero a la vez no sintiendo dolor.
Porque Harper odiaba su piel, porque Harper odiaba su envase.
—¿Ya estas mejor, chata?— le pregunto Itza mirándola con ojos brillantes.
Harper asintió con la cabeza. Itza sonrió, alegre, temía que luego de todo lo pasado hace unas semanas le afectara demasiado.
Revoloteó su pelo mojado con cariño la adulta.
—Ven, te haré ayudo a secarlo.
Theo y Itza ya sabían sobre el reencuentro de las dos hermanas y lo pasado hace una semana, y estaban encantados con la idea de tener un contacto familiar de la chica, ya saben por las dudas de que pasara algo, pero también les aterraba que el contacto no sirviera, que a Harper le haga más mal que bien estar enterada de su existencia, ellos siempre velaban por el bien de su peque.
—¡Peque! ¡Eleven! ¿Adivina quien trajo pizza y algo de la tienda de CDs?
Theo apareció por la puerta, con su cabello rapado y su usual sonrisa. El chico la había empezado a nombrar así luego de ver una serie llamada "Stranger Thing" y opinar que su comportamiento se parecía al de la chica ya nombrada; callada y oculta en un sótano.
—Theo ¿Qué trajiste?— preguntó con ojos llenos de felicidad como cada noche Itzá.
—¿Tu que crees?— Theo parecía divertido .
Harper sonrió, era una bonita escena. Se veía que se amaban.
—¡Percy Jackson!— mencionó su saga favorita.
—No ugh, nunca caería tan bajo para rentar esa basura.—Theo pensaba que las películas eran una basura al lado de los libros.— Rente toda la temporada de American Horror Story, Coven.
Harper no tenía ni idea que era de lo que hablaban, pero no dudo en sentarse y verla con ellos cuando sirvieron los pedazos de pizza como muchas noches a la semana.
La castaña no recordaba el inicio, más que espíritus asesinando esclavos y mucha sangre, algo que extrañamente no la impresionó, bueno, nada lo hacía.
Hasta que por primera vez mencionaron esa palabra: «Brujas». Resonaba tantas veces esa palabra en su cabeza, que no la dejaba tener otros pensamientos, ocupaba tanto espacio, que no dejaba concentrarse en lo que pasaba en la pantalla.
Miró sus dedos, las puntas de estos eran negras mientras el resto de sus manos y piel a diferencia eran blancas y pálidas como la porcelana.
La primera vez que Harper se sorprendió por algo que hiciera fue esa noche, cuando sus dedos soltaron esa sensación metálica, era como si todo lo contenido por meses, esa angustia que no sabía cómo sacar, saliera fácilmente por ellos.
Por que cuando la Banshee observó las chispas negras y moradas que salían de la punta de sus dedos desde lo más profundo de su interior, sabía que había cosas extrañas en ella, eso ya no era normal.
Se apagó la luz del televisor y el velador, lo único que iluminaba la vista de las tres personas en esa casa eran las chispas moradas de las manos de la castaña.
—¡Coño que si eres Eleven! ¡Su Puta madre santísima!— Theo hablaba demasiado rápido, más de lo normal.
Los adultos se habían quedado paralizados, pero ¿No era su labor entrometerse cundo las cosas de salían de las manos para los menores? Ya saben, ser el adulto a cargo y con responsabilidades, pero en esa situación no se podía culpar a ninguno de los dos por no actuar ¿Cómo hacerlo? La chica que habían acogido bajo su techo largaba chispas de los dedos negros y peculiares.
—Harp... ¿Qué puedes hacer?—Itza parecía asombrada.
Fue ahí cuando se paró y tomó su teléfono, prendió la linterna y alumbró las paralizadas y delgadas manos de la adolescente, no paraban de chispear al morado.
—Ohh... ¡Es genial!— Theo parecía un niño pequeño en una tienda de dulces.
Harper no despegaba la vista de sus manos, no podía. Adormecidas, cosquilludas, intranquilas, así las sentía.
Fue ahí cuando callo en algo la castaña mientras el chico seguía murmurando cosas como; «¡Eres la bruja escarlata, peque! ¡Como la de Marvel!»
La luz se había ido, y dudaba que solo en su casa. Se asomó por la ventana, no había ninguna luz en la calle, ni la de los postes de luz, ni en las casas de los vecinos que empezaban a salir de sus casas, curiosos de que había pasado.
—Cortaste la luz en no solo está casa, si no que en toda la calle, quizá en más sitio...
—¡Genial! ¡Súper-Harp ataca!—Theo parecía ilusionado.
—¡Nada de genial!—le repuso Itza.—¿Acaso no sabes lo que dice Spiderman?
—¡Mi sentido arácnido está en alerta!— imitó la voz del personaje supuso la castaña y se puso en una pose en la oscuridad de la casa bastante extraña.
—¡No grandísimo Idiota! ¡Eso no!—parecía que sus dientes crujían.— «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad»
Y Harper lo medito por un momento en las profundidades de la oscuridad de esa casa, esa no estaba preparada para el poder.
—Ya sabes lo que Nico di Angelo dijo sobre eso en Percy Jackson: «Con un gran poder viene una gran necesidad de tomar la siesta, despiértenme más tarde.»— se hizo el ofendido Theo y se cruzó de brazos, sacándole la lengua, como si su respuesta hubiera sido la más ingeniosa.
Pero Itzaes no lo escucho, ya que se había dado cuenta de algo:
—¿Harp? ¿Estas bien?—Itza se dio cuenta que la chica no había hablado.
—No quiero el poder. No necesito el poder...
Sus dedos dejaron de chispar.
La luz volvió y pronto el televisor volvió a encender. Pudo escuchar a los vecinos festejar la vuelta de la luz poco a poco y volver a sus casas, pero eso no le importaba la verdad en ese momento.
—Puedes controlarlo, interesante.— Theo se llevó una mano a la mandíbula, haciéndole el pensativo.— Yo seré tu Yoda.
»Veras, en la incontables historias de héroes o protagonistas con poderes siempre o muchas veces está la aparición o visita de "aquel que lo guía por el camino" o su maestro y mentor más corto y fácil, que es quien le enseña a controlar y utilizar su habilidad como en Star Wars Yoda o en teen wolf está Stiles o Quiron en Percy Jackson, también podemos incluir a....
—¡Ya entendimos! ¿Pero cómo piensas ser su mentor si ni siquiera sabemos que es? No es como si fuera Eleven de Stanger Things.—La de cabello enrulado tenía un punto.
—Ya veras mi amor.
Harper mentiría si dijera que no se sentía culpable por lo ocurrido por lo que no dudo en intentar recordar la palabra que había producido todo aquello, para hacerle más fácil y rápido el trabajo a él de cabeza rapada. La reformulo a la palabra en su mente hasta que la soltó.
—Bruja.
Los mecánicos giraron sus cabezas en un giro de ciento ochenta grados hacia la de cabellos largos.
—¿Qué?— la de rulos estaba desconcertada.
—Bruja... ¡Bruja! ¡Itza, nuestra pequeña es una bruja! ¡Ven aquí mi retoño!— corrió hacia Harper con los brazos abiertos y la mirada iluminada. La atrajo hacia él con fuerza y cuando pensó que se iban a separar depositó un sonoro beso en su cabeza.— ¡Te quiero tanto! ¡Ay! ¡Itza, la bruja está en la casa!
Harper frunció el ceño, juraba que había visto ese episodio de los Simpson y la frase era: « ¡Marge, el cuco esta en la casa!»
Miro por última vez, un poco dudosa al chico de mirada iluminada y sonrisa extensa, ya no le sorprendía ese comportamiento, no era nada extraño en el chico de muchas ideas y gran imaginación a su lado. Theo era un niño atrapado en el cuerpo de un adulto.
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@RossieSFF