—¡CAPÍTULO SEIS!
Bajo tierra.
Con un café en mano le habían explicado quien era cada uno de los adultos frente a ella. Bella parecía la más alegre en esa habitación, la más entusiasmada con la llegada de su pequeña hermana, pero todo se desmoronó cuando noto que el corazón de Harper no palpitaba, no bombeaba.
—Harper...
—¿Mm?— preguntó en un leve murmullo.
Isabella se acercó a pasos rápidos a la de cabellos largos y posó su mano en su pecho, la retiró con miedo, estaba como el hielo.
—¿No respira?— preguntó Rosalie notando lo mismo.
—¿Debería hacerlo?— preguntó confusa la castaña.
La familia de piel pálida se miraron sin entender, quizá el que no los reconociera al perder la menoría es algo más común pero... ¿No conocer las necesidades básicas humanas?
Harper escucho una ventana abrirse en el piso de arriba. Pasos ligeros en la derecha de la casa sonaron a sus oídos.
—¿Quién está arriba?— preguntó asustada.
—Tu... ¿Puedes escuchar lo qué pasa en el piso de arriba?— preguntó estupefacto Carlisle.
—Claro, ¿Quien está arriba?—volvió a insistir.
La familia Cullen se vio sin entender. ¿Acaso tenía un oído como el suyo?
—Vale hay algo que no te dijimos... nosotros no somos humanos, somos vampiros, eso ya lo sabías pero... no te acuerdas de nada.
Esperaron una reacción sorprendida, asustada como la nueva Harper asustadiza y tímida frente a ellos, en cambio parecía súper tranquila la de piel pálida y contextura delgada.
—¿No te asusta?— preguntó Jasper confundido.
—¿Debería?
Definitivamente Harper había perdido el sentido común.
Ella sabía que eran los vampiros, los había visto en varias películas junto a Theodore. Más era muy distinto el vampiro de la televisión con lo que realmente eran los Cullens.
Pasos se escucharon por las escaleras, acelerados, como si algo los hubiera atraído. No sabía porque Harper sentía algo extraño en el ambiente.
Por las escaleras apareció un chico. Llevaba el cabello castaño muy largo, la piel pálida y los ojos negros. Usaba ropa negra y una camiseta de quien Harper reconoció como Kurt Cobain de color negro de tamaño para ella gigante, estaba sucia, como si hace mucho tiempo la usara.
—¡¿De donde sacaste esa remera?!— La voz de Alice resonó en su cabeza, como un recuerdo.
Esa remera... la había usado ella.
Observó al chico, sus ojos estaban fijos en la castaña, sin poder creérselo, parecía que la chica frente a él era un ángel caído en el cielo a su vista.
—¿...Harper? ¿Eres tú?
Reconocía a la chica con la que bailaba bajo la lluvia entre esa maraña de cabellos y digiera a su parecer más delgada de la última vez. Ahora aparentaba dieciséis y no catorce y normal, había crecido a diferencia de él.
—Si, ¿Tu eres...?— Harper estaba perdida.
El castaño volteo a ver a su familia, con los ojos desorbitados.
—Ha perdido la memoria.
—¿Pero dónde ha estado todo este año y medio? Y-y... ¿No recuerda a nadie?
El chico parecía decaído, mejor dicho peor que eso. Harper estaba confusa, si él era importante ¿Porqué no recordaba nada al verlo? Ni siquiera sabía su nombre, algo en ella quería saber su nombre.
—Lukas, tranquilo...— dejó de escuchar.
Lukas...
Saboreo ese nombre entre labio y labio.
Levantó la mirada de apoco encontrándose con unos oscuros ojos. Un chico pálido de con un matorral de cabellos rebeldes marrones la miraba desde arriba. Tendría unos años más que ella y iba vestido todo de negro. Supuso que era un voluntario al ver el cartel en su pecho; «LUKAS».
¿Porque le dolía tanto recordar? Ella quería recordar.
—Espera... ¿Dónde despertaste? ¿Y cuándo? Eso nos puede dar un indicio de que te paso.— Edward parecía seguro.
—Bajo tierra.
—¿Qué? —Lukas parecería histérico.
—Aja estaba bajo tierra, y-ya saben enterrada, tarde dos días en escarbar y salir... Estaba en las afueras de lo que supongo es mi instituto.— comentó como si no fuera nada, aunque le había costado aún hablar.
—Ah mi niña.— Esme se llevó la mano a la frente.
Lukas estaba estupefacto ¿Estuvo enterrada?
—¿Ósea que estuviste enterrada un año bajo tierra y un día solo despertaste y saliste de ahí?—preguntó estupefacto Carlisle.
—¿Tu internado no es en Inglaterra? ¿Cómo llegaste aquí?—Jasper se dio cuenta de ese detalle.
Eran muchas preguntas, todos tenían sus dudas y la verdad que Harper ya se sentía agobiada entre tantos diálogos que soltaba la familia de vampiros.
—Corriendo, la verdad solo deje que mis pies me guiarán y termine aquí, llegue a mediados de septiembre, desde que llegue me estoy quedando en la reserva.
Había corrido y nadado dos continentes en unos días, no podían sorprenderse más de las nuevas habilidades de la chica, que aunque no fueran tan rápidas como las suyas, eran muy avanzadas.
—¿Estas aquí desde septiembre? Harper, no sabes lo preocupado que está Charlie y yo...
—¿Charlie Swan?— preguntó dudosa.
—Si, ¿Cómo lo sabes? ¿Recordaste algo?
—Aveces me vienen pequeños recuerdos, recuerdo haber usado esa remera o algunas cosas, sucede cuando escucho palabras o veo cosas. Solo sucede.
Parecía apenada la castaña.
—¿Recuerdas lo que eres verdad?— preguntó Alice.
Harper la miró sin entender y se llevó la taza a la boca.
—Banshee.— soltó Emmett.
Susurros extraños sonaron en su cabeza. Siseo molesta, eran como los mosquitos, no te matan pero joden un montón.
Lukas observó a la chica frente a ella, estaba tan cambiada. Se dio cuenta de un dato que no tenían:
—¿Con quién te estas quedando?
—Itzaes Feelen y Theodore Flitcher.
Bella reconoció al chico, era uno de los amigos de Jacob, el vecino y mejor amigo de la infancia más específicamente.
—Deberíamos hablar con Charlie y decirle que... —una ansiosa Bella fue interrumpida.
—¿Qué le diremos cuando pregunte donde estuvo todo este año y medio?
Y eso era lo que asustaba a Harper, la habilidad de esas personas de hacerla uno más de ellos, de su grupo, de hablar en plural y incluirla en el total. Le daba miedo pertenecer a algo, más si no conocía bien a los integrantes de ese algo, en los únicos que confiaba era en la pareja de mecánicos.
Lukas por su parte observó con sus ahora ojos de carbon a la chica con la que alguna vez se había besado bajo la lluvia; no podía esperar a que se repitiera, es más, no dejaría que se fuera de su lado ¿Quién sabe si la próxima no volvía? Eso de que alguien la hubiera enterado no era del pleno gusto para ninguno de los vampiros, para nada.
Harper observó a los vampiros, uno a uno los barrió con la mirada ¿Era el único de algo o... el final de todo?
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@RossieSFF