Skuld entró a las cocinas, localizando de inmediato al elfo que alguna vez perteneció a los Malfoy. Ignoró a las pequeñas criaturas que se acercaban ofreciendola pasteles, bebidas, y todo tipo de alimentos, y se acercó al elfo, el cual estaba junto a una elfina rodeada de botellas de cerveza de mantequilla. Aunque reconoció a la elfina, no era importante en esos momentos.
- Dobby - llamó-. Harry Potter y sus amigos están en peligro. Umbridge va hacia su escondite, ve a avisarlos antes de que sea tarde.
- Está bien, señorita Weasley.
Desapareciendo de ahí, el elfo fue a avisar a Potter, mientras Skuld salió lo más rápido posible para fingir no haberse desviado, e ir en la supuesta búsqueda del club ilegal de Potter. Mataría a Marietta Edgecombe, de eso no cabía duda, pero prefería ver qué ocurría, y después probar todo tipo de maleficios con su cara, ahora completamente llena de feos granos, formando la palabra traidora.
Por ese tipo de cosas, Hermione Granger era a quien más soportaba de ese trío de amigos, ya que había condenado de por vida a la traidora Ravenclaw a lucir una fea cadena de granos revelando lo que era en realidad.
- ¿Por qué sales de las cocinas?
Evitó verse sorprendida por la presencia de Khronos a su lado, luciendo también una insignia de la Brigada Inquisitorial, y fingió tranquilidad, aunque su corazón pareciera salirse de su pecho. No ahora, no podía permitirse perder la confianza de Dolores Umbridge y del Ministerio, no podía.
- ¿Y tú qué haces por las cocinas también?
- Lo mismo que has hecho tú - se encogió de hombros, tomándola de la manga de la túnica y tirando de ella hacia las escaleras-. Según mis cálculos, quedan exactamente dos minutos y dieciséis segundos antes de que Umbridge llegue a la Sala de los Menesteres. Para ese momento, la mayoría de los participantes en la reunión estarán dispersos por el castillo.
- Vamos hacia la zona de la Torre de Gryffindor - dijo, tomando otras escaleras-. Hay más Gryffindor que Ravenclaw o Hufflepuf en ese grupo ilegal, siempre podemos atrapar a un par de despistados y dejar huir al resto.
Khronos sonrió, siguiéndola.
- Me gusta cómo piensas, Potter.
- Eso ha sonado horrible, Wright, déjalo en Skuld.
Soltó una carcajada, fingiendo no ver al Gryffindor de tercer año que se escondía tras una columna. Se veía tan patético, que Skuld le miró directamente, y él pareció perder el color en su rostro.
- Por favor, ve a tu Sala Común antes de que me arrepienta - dijo, cruzándose de brazos. El chico no lo dudó dos veces, y salió corriendo dirección Torre de Gryffindor. Khronos soltó otra pequeña risa, mientras Skuld suspiró negando con la cabeza-. Vamos, relojito.
- ¿Me acabas de llamar relojito?- preguntó, confundido, siguiéndola de nuevo por los pasillos hacia la Sala de Menesteres, ignorando de nuevo al Hufflepuf despistado que parecía huir despavorido de ahí junto con una chica Ravenclaw-. Mira, el sapo, disimula.
- ¡Oh, al fin la encuentro, profesora Umbridge!- se acercó a ella, con Khronos pisandola los talones-. No hemos visto a nadie aún.
- Tenemos los suficientes, señorita Weasley, no se preocupe, han hecho un buen trabajo. Señor Wright - le miró. Él se puso algo firme ante esa mirada-, ¿podría llamar al señor Filch?
- Claro, profesora Umbridge - sonrió falsamente, yendo a buscar al conserje.
Umbridge la miró, y ella sonrió ligeramente, tratando de disimular.
.....
Skuld entró al despacho del director tras haber ido a por unos papeles como Umbridge la había dicho. Ahí, en ese curioso despacho, estaban aurores, el ministro, la profesora Umbridge, Potter, Marietta y, para su sorpresa, Percy Weasley, su hermano mayor.
- Oh, señorita Weasley, llega justo a tiempo - dijo la mujer, con un toque de locura en los ojos-. Me alegra ver a dos Weasley con algo de sentido común, ¿no cree, señor Weasley?
El chico la miró, y sonrió ligeramente. Era la primera vez que la sonreía con tanta sinceridad, y Skuld se sintió horrible por unos momentos, hasta que devolvió la sonrisa para no hacer sospechar a Umbridge de la situación. Se colocó a su lado, mientras él escribía algo y se manchaba de tinta, y suspiró, viendo en como un Weasley había traicionado a su familia de esa manera.
- Me alegra verte, Niké.
- No puedo decir lo mismo, realmente, y me llamo Skuld, no Niké.
Percy la miró de reojo, confundido.
- Bueno, aunque tengas esa actitud conmigo, me conformo con saber que has sabido escoger el camino correcto.
Skuld ahogó una risa irónica, y miró la situación.
- ...no dejaré que me atrapen tan fácilmente.
En un momento, todo se volvió oscuro.
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Me he despertado a las 8am porque se me habían olvidado los jodidos deberes de matemáticas
En mi vida he sido tan rápida para hacer esas ecuaciones de mierda