Skuld pegó un pisotón a Draco, escuchando sus quejidos y malas palabras, destacando las que la llamaban pelirroja mugrosa, donde lloriqueaba por sus nuevos zapatos y, sobretodo, donde decía que iba a decirle a su madre que era maltratado por ella para que no la volviera a enviar dulces.
Ante lo último, Skuld le volvió a golpear. Desde que entró a Hogwarts este curso y conoció a Cissy Malfoy (ella exigía que no la llamara señora) en los Mundiales de Quidditch, la mujer quedó encantada con ella, entre lo que Draco parecía contar en casa y por cartas (al parecer cosas buenas) comenzó a llevarse bien con la madre del rubio, y de un día para otro, ella la enviaba un pequeño paquete con dulces y una carta deseandola una buena semana, y dándola consejos para estudiar mejor. Tal vez Draco la hubiera comentado que era echada a un lado por su familia y Cissy hubiera sentido lástima de ella, o tal vez realmente esos actos tan cariñosos la surgían de manera espontánea. No quería sonar mala respecto a los Weasley, pero podía asegurar que Narcissa Malfoy era más madre de lo que alguna vez fue Molly Weasley, incluso el señor Malfoy, el cual la escribió una vez.
Haciendo cuentas, con sola esa carta de Lucius, fueron el doble de las que la enviaron sus padres en toda su vida. Y eso era triste.
Un alboroto comenzó a escucharse de delante, y Skuld trató de mirar entre tantas cabezas, pasándolo realmente mal al tener un grupo de chicos Slytherin de último curso delante de ella, bloqueandola todo tipo de vista con sus alturas. Dió un pisotón al suelo con algo de frustración, resignandose a ver llegar a los colegios extranjeros.
- ¿No ves?- la voz de Blaise tras ella la asustó, pero disimuló bastante bien, y asintió con la cabeza.
- Son por esos chicos altos de enfrente - señaló-. Igualmente tampoco quiero ver llegar a unos nórdicos y franceses, ni que fueran tan importantes.
Escuchó la risa de Blaise, y se miró las uñas pintadas de un color verde casi negro. Draco insistió que si era una Slytherin que se quería pintar las uñas debían ser verdes, y tiró el esmalte rojo al lago negro, mencionando que el rojo era para los leones estúpidos. No le quedó otra que pintarse las uñas de ese tono verde.
Ahora, resignada y mirándose las uñas, esperaba a que los alumnos de Beauxbatons y Durmstrang llegaran para poder celebrar el Torneo de los Tres Magos. Dumbledore les comentó el primer día de clases que el dichoso Torneo moral de los Tres Magos se llevaría a cabo tras años de no haberle celebrado por la mortalidad de este, pero alguien tuvo una mente privilegiada y decidió volver a celebrarle, y el punto de encuentro de tal genialidad fue Hogwarts. A Skuld no la hacia especial emoción ver a tres magos corriendo unos detrás de otros lanzándose hechizos o haciendo juegos raros, al contrario del resto del colegio, quienes estaban ansiosos, casi dementes por ver tal festividad.
De un momento a otro, Blaise, quién había estado tras ella todo el rato, estaba delante, tapandola aún más la vista, aunque eso cambió cuando dobló las rodillas y encorvó ligeramente la espalda. Skuld sonrió, sabiendo que el moreno quería que ella se subiera a su espalda, y no dudó en hacerlo, enganchandose bien y escuchando quejidos de unas niñas Ravenclaw de primer año, y de Draco, el cual era peor que una adolescente hormonal y ahora se quejaba de que ella podría haberselo dicho antes y haber mandado a los chicos de último año a volar, y que no era necesario que trepara encima de Zabini.
- Cierra el pico, Malfoy, veo a los franceses - le mandó callar, apoyando sus manos en el pelo de Zabini revolviéndole y dando algún que otro tirón.
- Te tiraré al suelo como no dejes mi pelo - amenazó Zabini, aunque quedó helado cuando un grupo de chicas salió de la carroza de los enormes caballos que acababa de llegar. Todas murmuraban cosas en un rápido francés mientras se abrazaban unas a otras y tiritaban de manera exagerada-. Woah, qué rubia.
- Dirás pelirroja - bromeó Skuld, tirando de la oreja del moreno.
Tras los franceses entrar al castillo llevándose las miradas de todo el público inglés, un barco surgió de manera dramática del Lago Negro. Skuld observó atenta, enfocándose en el hombre de barbas y pelo algo largo que salía del barco. Ignoró que todos parecían más atentos al hecho de que el gran buscador Viktor Krum estaba entre esos chicos nórdicos, porque estaba atenta en analizar al que parecía el director del colegio. Ese hombre desprendía el mismo aura que el hombre de los Mundiales, el cual había hechizado la Marca Tenebrosa.
Sin necesidad de ver su brazo, Skuld Weasley supo que aquel director era un mortífago.
.....
Skuld se alejó de aquel búlgaro (al fin la habían aclarado la nacionalidad de los intrusos) y se pegó un poco más a Theo, el cual reía de manera disimulada. La pelirroja acababa de descubrir lo que era el acoso, ya que ese búlgaro, en cuanto la vio, comenzó a atosigarla sentándose a su lado, hablandola con ese extraño acento y dándola cumplidos algo tontos.
- ¿Cómo te llamas, preciosa?
Ya la había preguntado eso seis veces, cada una con más insistencia que la anterior y cambiando el cumplido.
- Para ti es Weasley - respondió Draco en su lugar, mirándole fijamente con una mirada filosa y fría como el hielo-. Céntrate en lo tuyo.
El chico se alejó de ella de nuevo, comenzando a hablar en búlgaro con un chico a su lado, y ella agradeció con un asentimiento de cabeza al rubio, quién seguía mirando con mala cara al chico, a pesar de que ya parecía haber perdido el interés en ella, ya que su próxima víctima era Astoria Greengrass, quién también parecía esperar que Draco se le quitara de encima como a la pelirroja. Saliendo de su lado más egoísta y egocéntrico, Skuld la miró con una ligera sonrisa y alzando una ceja, diciendo con ese simple gesto que ella tenía unos privilegios con los que ella jamás podría ni soñar.
Astoria Greengrass pareció arder en rabia.
Y eso a ella la gustó.
.....
Dean, Seamus y Skuld se sentaron en uno de los bancos cerca del Cáliz para averiguar quiénes ponían su nombre. Hasta ahora, todos los extranjeros habían metido su nombre, aunque algunas francesas parecían dudativas, lo terminaron haciendo, viendo como tal vez su pasaje hacia la muerte se quemaba entre las llamas azuladas del majestuoso cáliz, el cual fue presentado por Dumbledore como El Cáliz de Fuego.
- ¿Quién creéis que será el campeón de Hogwarts?- preguntó Dean jugando con una caja vacía de ranas de chocolate. Rana que fue devorada por Seamus, sin dejarle ni mirarla-. Yo voto por el perfecto Diggory.
Skuld frunció el ceño mirándole.
Entonces, después de tanto tiempo sin tener esos momentos extraños, pasó.
¿Y si...?
- Tal vez - asintió Skuld, mirando el cromo de la rana de Dean que Seamus se había comido. En ella aparecía Albus Dumbledore, y parecía estar analizandola, viendo a través de ella.
Rompió el cromo.
Estoy hasta el cuerno de trabajos y deberes. Menos mal que ya llega mayo, y mayo es el último mes antes de junio. Y en junio se acaban las clases.
Nada, me iré a llorar
Yyyyy es un capítulo más largo, como podéis ver ✊🏼 tachan