Una orden || Larry

De ohhmycnco

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Louis es un hombre que ha vivido en la calle desde los 13 años. Harry tiene todo el dinero que alguien podrí... Mais

Introducción
CAP. 1.
CAP. 2.
CAP. 3.
CAP. 4.
CAP. 5.
CAP. 6.
CAP. 7.
CAP. 8.
CAP. 9.
CAP. 10.
CAP. 11.
CAP. 12.
CAP. 13.
CAP. 14.
CAP. 15.
CAP. 16.
CAP. 17.
CAP. 18.
CAP. 19.
CAP. 20.
CAP. 21.
CAP. 22.
CAP. 23.
CAP. 24
CAP. 25.
CAP. 26
CAP. 27.
CAP. 28.
CAP. 29
CAP. 30.
CAP. 32.
CAP. 33.
CAP. 34.
EPÍLOGO

CAP. 31.

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De ohhmycnco

No me vestí demasiado formal, tampoco es que supiera cómo debía ir vestido pero lo intenté lo mejor que pude, ganándome la aprobación de Zayn y siendo eso suficiente para salir de casa seguro de lo que estaba haciendo. 

No me quería engañar a mí mismo y luchaba con mi ser interno para que eso no fuera ningún tipo de broma o hubiera un error ortográfico en la nota que me había dado Gemma. Tampoco quería hacerme ilusiones, no era algo con lo que contaba con certeza por lo que estuve algo inquieto la gran mayoría del tiempo. 

Todo se pasó cuando llegué allí. Había un pequeño escenario y bastantes sillas ya ocupadas por gente lujosa hablando entre sí o otros de pie conversando sobre, seguramente, temas de negocios. 

No pude divisar a nadie conocido ahí así que me senté en la silla que formaba la última fila, mirando todo a mi alrededor y guardando las manos en mis bolsillos de una manera nerviosa. 

Había seguridad, bastante gente nueva que trabajaba para los Styles y que probablemente estaba ahí para impedirme a mí, cosa que obviamente no fue posible por el momento. 

Justo en lo más profundo de mí sabía que ellos sabrían que yo estaría ahí si demostraba querer a Harry, aunque seguramente le habrían intentando convencer de que yo no hice nada por verlo de nuevo, cosa que afortunadamente pude desmentir en mis cartas hacia él. 

La gente comenzó a aplaudir sacándome de mis pensamientos y Anne apareció en el escenario con una sonrisa hermosa, su pelo atado en un recogido precioso y un vestido hermoso de color negro luciendo ajustado y bonito bajo su piel. 

-Buenas tardes a todos. Agradezco la presencia de todos los presentes aquí. Para mí es un honor poder estar presentando este proyecto ya que en mi familia siempre hemos apoyado mucho este tipo de causas. 

Solté una carcajada sarcástica y negué con mi cabeza apoyándome mejor en la silla. 

-Pero no pienso hablar más, pido por favor un fuerte aplauso para el verdadero pensador de esta ONG, mi hijo Harry y su esposa Claudia. 

Anne se hizo a un lado mientras aplaudía, el escenario quedándose vacío por unos leves segundos hasta que las dos personas nombradas aparecieron ahí, sus manos entrelazadas y sus bonitas sonrisas deslumbrando a toda costa. 

Claudia se hizo a un lado y Harry carraspeó la garganta acercándose al pequeño atril que tenía delante, mirando entre el público antes de decidirse a hablar. 

-Muy buenas tardes a todos. Gracias por acompañarnos en este proyecto, me atrevería a decir, el proyecto más importante del que he sido parte. 

Llevaba un traje negro precioso, una camisa blanca desabrochada por los botones de arriba que dejaban ver los tatuajes que decoraban su pecho. Su pelo estaba suelto y parecía un poco más corto que la última vez que lo vi, sin embargo, estaba más delgado y fue algo que no pude pasar por alto incluso a la lejanía. 

-Esta idea nació hace años y fue gracias a alguien que consiguió cambiar mi vida. Tuve la suerte de conocerlo y darme cuenta de lo afortunado que era por poder compartir mi tiempo con alguien así, fue por eso, que decidí ayudarlo y por eso mismo que decido ayudar a la gente que desgraciadamente pasa por esto también. Así que sí, amigos, esto no es algo que debamos celebrar, las personas sin techo son una realidad y desgraciadamente sigue existiendo. 

Suspiré profundo escuchando la seriedad con la que estaba comenzando a hablar, la gente a mi alrededor dándole la razón sin saber lo que todas esas palabras me estaban llenado de orgullo. 

-Por eso, hoy aquí delante de todos, me alegra presentar este proyecto en el que espero que pueda ayudar a más gente de la esperada. 

Harry se separó del atril girando detrás suya, todos ahora pendientes del cartel detrás suyo que revelaría en nombre de su trabajo. 

El telón rojo que cubría el nombre de la ONG se abrió a la perfección, todos aplaudiendo al leer ese nombre escrito ahí mientras que yo me levanté rápidamente de mi sitio, mi corazón latiendo con velocidad y la vista de Harry viajando por la gente sin encontrarme. 

Lou. Había llamado a su ONG Lou. Había puesto mi nombre a su trabajo durante años y me había dedicado aquello porque sabía que yo estaría ahí. 

Quise correr al escenario, besar su boca tantas veces como me fuera posible y abrazarlo contra mí con toda la fuerza que mi cuerpo me permitiera. 

La gente se comenzó a almacenar más cerca del escenario y me vi obligado a irme de ahí un poco más lejos, mirándolo aún como se hacía fotos con todas las personas responsables de eso también. 

El reloj de una de las tiendas cercanas marcó la hora en la que yo debería estar en aquél bar. 

Me despedí de Harry con la mirada, aunque él no me vio y seguramente no lo haría en las horas próximas. 

Corrí como nunca hacía aquel bar más lejano de lo que pensé, mis pies solos y mi corazón acelerado por varios motivos a la vez. 

Abrí la puerta del bar mirando a mi alrededor, sumergido en ese murmullo constante típico de los bares y la gente observando quién había decidido entrar por última vez. 

Pude divisar a una mujer en la mesa más alejada, su capucha fina sobre la cabeza y los ojos verdes e imponentes sobre mí. Caminé hacia ella a paso detenido, sin dejar de mirarla ni un solo segundo hasta que estuve delante suyo. 

-Llegas tarde- Dijo levantándose y dejando un fajo de billetes sobre la mesa. 

-Perdón. 

-Vámonos. 

Ella comenzó a caminar llamando al camarero, diciéndole que tenía la cuenta de su pedido en la mesa y volviendo a caminar sin esperarme, cosa que me recordó demasiado a Harry. 

-Tienes problemas con la policía, ¿Verdad? 

La miré dudoso, viendo como seguía caminando mientras colocaba mejor su capucha y me obligaba a imitarla con mi capucha. 

-¿Por qué? 

-Toma- Dijo mientras me ofrecía una navaja pequeña y yo la miraba con mis ojos abiertos. 

-¿Qué haces? 

-Utilízala. No te preocupes. Si te pillan te ayudaré. 

-¿Me puedes explicar, por favor, qué piensas hacer? 

Ella se quedó en silencio girando la otra navaja que llevaba en su mano, mirando al frente sin detener sus pasos. 

-Vamos a colarnos en la mansión. 

-Hay muchos guardias. 

-Por eso vas a necesitar la navaja. 

-Ni pienses que voy a matar a alguien. 

Ella esbozó una sonrisa y me miró rápidamente desviando de nuevo la vista al frente. 

-Se pueden hacer muchas cosas con una navaja. 

Mi cuerpo quería chillarle lo loca que estaba en la cara, de verdad sentía que tenía que hacerlo, fue extraño notar que las palabras no salían de mi boca por mucho que quisiera y que mis pasos ya iban firmes a su lado, esquivando a la gente que se ponía por nuestro camino y bajando la cabeza cuando la policía podía pasar cerca. 

Se paró delante de un coche, sacó su navaja y lo abrió con velocidad dándole un pequeño golpe que me dejó embobado con sus movimientos rápidos. 

-¿Piensas entrar o qué?- Preguntó entrando ella mientras yo miraba a mi alrededor y abría la puerta del copiloto entrando después en el coche. 

Agarró dos cables y los rozó con habilidad hasta que el coche se puso en marcha, comenzando a conducir con más velocidad de la que debería por una calle tan transitada como esa. 

-¿Cómo sabes todo esto?- Pregunté mirando a la gente a nuestro alrededor caminando por las calles tranquilamente. 

-Mi madre me vendió demasiado pronto. Tuve que buscarme la vida para salir de ahí. 

La miré dudoso, sin encontrar sus ojos verdes y sabiendo que no debería tocar ese tema a menos que ella quisiera. 

-Sé que Harry te lo contó- Dijo leyendo mi mente- No hay nada nuevo Louis, no te preocupes. 

-No me gusta incomodar. 

-Mi hermano te regalaría hasta su última respiración, no incómodas. 

Bajé la mirada jugando con la alianza en mi mano, tragando el nudo de mi garganta y respirando el poco aire que podía encontrar en ese coche. 

-Siempre has tenido mucho carácter, ¿No? 

-Vivir con un maltratador y sobrevivir solo puede conseguir dos cosas además de joderte la vida, o que te vuelvas un maltratador igual o que solo quieras acabar con todo de raíz. Para mi suerte me pasó la segunda. 

Conseguí mirarla observando la concentración en todos sus movimientos, sus bonitos pómulos y su piel similar al color marfil. 

-¿Y por qué ahora? Quiero decir, ¿Por qué decidiste volver ahora? 

-No lo decidí, estuve preparándome y cuando tuve la oportunidad hice mi ataque. Mi querida madre aún no sabe que me he escapado- Dijo entre risas sarcásticas mientras miraba por los retrovisores. 

-Te escápate de tu… ¿Marido? 

-Exactamente, mi hermoso marido de 72 años. Solo era un viejo aburrido, fue fácil salir de ahí en cuanto todos se fueron a dormir. Lo más difícil fue volver a ver a Harry y encontrarlo así. Pensé que aquí todo seguiría bien. 

-Ya…- Susurré mirando a otro lado mientras trataba de relajarme un poco. 

-Sé que para tí tampoco es fácil. No todo el mundo estaría aquí, haciendo esta locura si no estuviera enamorado de verdad. Te lo agradezco, el que hayas cuidado de mi hermano cómo lo hiciste. 

-Yo no cuidé de él- Contesté sin mirarla- Solo lo metí en más problemas de los que ya tenía. 

-Cuando yo me fui Harry era un niño pequeño y traumatizado, tenía tantos complejos con él mismo que era difícil mantener una conversación y que no se pusiera a llorar. Tú fuiste el único de todos que consiguió devolverle una sonrisa después de todo. Jamás podré agradecerte todo lo que has hecho por él, Louis. Ahora me doy cuenta de que fue sin darte cuenta, que lo hiciste porque realmente querías hacerlo y no por tu trabajo. 

La miré a los ojos mientras respiraba profundo, entrelazando mis manos y pasando la lengua por mis labios secos. 

-Sé lo que vio mi hermano en ti, Louis, y lo entiendo perfectamente. 

Aparcó el coche sin dejarme contestar, haciendo que tuviera que mirar a mi alrededor, la oscuridad cada vez más profunda y una vista perfecta a la parte trasera de la mansión de los Styles. 

Ella salió del coche y yo la imité viendo como caminaba hacia un arbusto y comenzaba a apartar muchas hojas con velocidad y fuerza, mostrando una puerta metálica bien camuflada con el bosque a nuestro alrededor. 

Sacó la navaja de su bolsillo y la introdujo en la puerta dándole un fuerte golpe que consiguió abrirla. 

Por nuestro lado, pasaron varios coches que correspondían a la mansión y en ese momento supe que en uno de ellos iba Harry. 

Miré a Gemma y ella me hizo un gesto con la cabeza de que pasara al interior de ese pequeño túnel que ahora había descubierto con facilidad. 

Le hice caso y comencé a caminar entre la oscuridad, viendo como ella encendía un pequeño interruptor y todo el pasillo se llenaba de luces tenues ante el marrón a nuestro lado. 

Ella comenzó a caminar con determinación por varios minutos en los que la seguí sin decir nada, parando cuando ya no pudimos avanzar más. 

Ella se sentó en el suelo y respiró profundo señalandome justo el sitio que estaba delante suyo. 

-Tenemos que esperar ahora. 

-¿Espera a qué?- Dije sentándome. 

-Tienen que irse a dormir. No te preocupes, están cansados, no tardarán. 

Respiré profundo apoyando mi cabeza contra la dura pared de piedra en la que estuve por más de 40 minutos con ella, hablando de temas que no tenían tanta importancia pero para los dos sí. 

Me contó toda su historia justo como lo hizo Harry, yo le conté la mía y los dos nos intentamos consolar lo mejor que pudimos. 

Justo cuando ella estaba hablando, se escuchó un golpe seco a nuestro lado, provocando que ella se levantara rápidamente y sacara la navaja de su bolsillo. 

Se comenzó a ver un hueco al otro lado y las trenzas de Tina me sorprendieron hasta que su pequeña cabeza se asomó por ahí ayudándonos a pesar al interior. 

Agarré su mano y pasé al interior de la mansión mirándola, notando como sus delicados brazos me abrazaban después con fuerza, como si hubiera necesitado hacerlo durante todo el tiempo que habíamos estado separados. 

-Tina…- Susurré acariciando su cabeza y abrazándola más a mí- Perdóname por favor… Yo… Debí contarte todo. 

Ella negó con la cabeza y comenzó a caminar agarrando mi mano, al igual que Gemma. 

-No te preocupes ahora por eso, Harry te está esperando arriba. 

Me di cuenta de que ya le llamaba por su nombre y supe que ella le habría apoyado como nadie en esa casa. 

Cuando abrió la puerta, bastantes guardias me miraron y sentí demasiado miedo hasta que Tina comenzó a caminar como si nada, todos ellos siguiéndonos ahora en cada movimiento. 

Subieron las escaleras con velocidad y silencio, encontrándonos con más guardias que parecían estar de nuestra parte, mi mente girando en todo momento con velocidad logrando marearme en varias ocasiones. 

-Louis- Me dijo Gemma agarrándome del brazo con fuerza- Mañana a las 6 estaré aquí y necesito que seas puntual. ¿Vale? Nadie además de nosotros puede saber que has estado aquí. 

Asentí con mi cabeza y vi como ella daba un golpe seco contra la puerta, yéndose con velocidad acompañada de varios guardias y una Tina que me regaló una sonrisa verdadera. 

Mi corazón se aceleró como nunca y justo cuando la puerta se abrió con miedo, el bonito pelo suelto de Harry cayendo como una cascada y sus ojos verdes mirándome cristalizados ya, supe que ahí era donde debía estar. 

Pasé al interior con velocidad y me agarré a su cuello notando su fuerte agarre en mi cintura. 

Su aroma me inundó con bondad, su pelo precioso haciéndome cosquillas en la cara y su cuerpo más delgado contra el mío en la sensación que merecía hace meses. 

-Louis. Dios Louis estás aquí. Mírame, estás aquí, eres tú. Mi vida eres tú. 

Acaricié sus mejillas como si la vida me fuera en ello y besé su boca tantas veces como me fue posible siendo correspondido en cada ocasión. 

-Estás guapísimo Harry- Dije mirándole desde un poco más de lejos- Y más delgado, ¿Estás comiendo bien? 

Él suspiró besando de nuevo mi boca, tomándose todo el tiempo del mundo mientras acariciaba mi pelo. 

-Más o menos… Tú también estás más delgado, ¿Comes todo lo que te envío? 

-Sí- Dije rápidamente acariciando sus brazos, sin creerme del todo que lo tuviera delante al fin- ¿Tú sabes lo mucho que te he echado de menos? 

Me regaló una sonrisa leve y bajó su cabeza juntando mi frente y la suya, nuestros dedos ahora entrelazados y nuestras alianzas chocando entre sí. 

-Y yo Louis, de verdad… Cuando Gemma volvió solo pude mandarla a buscarte, necesitaba tanto verte… Las cartas ya no son suficientes. 

-Gemma es genial- Susurré notando sus caricias en mi cara. 

-Lo es… Llegó cuando más la necesitaba y gracias a ella estás aquí y yo ahora soy el hombre más feliz del mundo. 

Dejé un beso en la palma de su mano y la acaricié sintiéndome en casa por el calor que me transmitía su piel de nuevo, las caricias inolvidables llegando a mí y sus besos salvadores y similares a gloria bendita por todo mi cuerpo. 

Lo amé como jamás pensé amar a alguien y como nunca creí que lo harían los protagonistas de una película romántica. 

Me tumbé en la cama con él, notando sus caricias en mi cintura y como mi pecho lo acogía con cariño, mi cuello siendo bendecido por sus caricias y los roces eléctricos que mandaba por todo mi cuerpo. 

-Harry- Susurré notando como se acercaba aún más y entrelazaba sus piernas con las mías como respuesta- ¿Tu madre sabe el significado del nombre de la ONG? 

-Sí- Susurró contra mi piel mandando fuego a todo mi cuerpo- De hecho, tenía un discurso súper cursi y bonito preparado hacia ti porque sabía que irías a la gala, pero ella no me dejó. Con la emoción del momento solo pude recordar pocas cosas, lo siento. 

Dejé un beso en su frente dibujando una sonrisa en mi boca mientras mis manos acariciaban su pelo tiernamente. 

-No hacía falta. 

-Sabes que todo va dedicado a tí. Todo lo que yo haga siempre irá dedicado a tí, todo lo que soy y todo lo que seré Louis, todo para tí. Acuérdate de que tú tienes la última palabra aquí siempre y que, en cuanto tú me lo pidas, los dos nos vamos donde quieras, como quieras y con quién quieras pero juntos. Siempre juntos. 

Cerré los ojos viviendo de sus palabras, manteniéndome estable como si eso fuera la cuerda que me sujetaba a todas mis locuras, ese barco precioso que me guiaba en mis decisiones, esa jaula donde guardaría mis posibilidades, esa flor preciosa con la que podría vivir para siempre a mi lado y esa mariposa que me sacaría volando de ahí en cuanto yo se lo pidiera. 

-Siempre juntos- Repetí en un susurro notando sus caricias ahora bajo la tela de mi camiseta. 

-Siempre. 

Esa noche, después de más de dos meses de pesadillas nocturnas día sí y día también, pude jurar que dormí como jamás lo hice, sin soltarlo ni un solo segundo notando como él tampoco lo hizo conmigo y que su respiración pesada contra mi cuello ya era parte de mis cosas favoritas en todo el mundo. 

Justo esa mañana cuando me tuve que separar de él para irme, juré volver pronto y solo sus lágrimas fueron testigo de una promesa que cayó al vacío nada más se enteraron de que estuve ahí.

___________________________________________

¿estáis preparadxs para el final? pregunta seria 😳

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