La Maldición de los Nott

By Ssstar31Black

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Una extraña Maldición los ha unido ahora solo queda que descifren como eliminarla. Nuevas parejas y muy raras... More

La Maldición de los Nott
Capítulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capitulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14.
Capitulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Aviso.
Capítulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Wattys 2019
Capítulo 24
Capitulo 25
Capitulo 27
Capitulo 28

Capitulo 26

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By Ssstar31Black

Contrato.

"Si quieres vengarte de la sosa de Granger te veo al frente del comedor a la media noche."

Eso recitaba aquella nota extraña, mas movida por la curiosidad que por venganza fue a aquel encuentro, llego con 10 minutos de anticipación, cuando vio de quien se trataba jamás imagino sonreírle a aquella mujer.

— Pensé que no vendrías.

— ¿Y porque no?

— Tú y yo sabemos quién fue quien encerró a la sangre sucia en aquel asqueroso lugar.

— Eso no importa ahora ¿O sí?

— Realmente no, —La chica la miro con una sonrisa ladina— Lo único que necesito es de tu ayuda.

— ¿Para qué?

— ¿Quieres o no vengarte de la sangre sucia?

Ahora la sonrisa de la otra apareció—. Claro.

— Pues mira lo que tengo planeado para la maldita de Granger nos ayudara a ambas.

Entre los pasillos se escuchaban pequeños murmullos, nadie se imaginaba que aquellas dos personas se podrían encontrar en aquel lugar.

****************

Daba muchas vueltas en su cuarto sabía muy bien a quien le pertenecía aquello, el mismo se lo había dado cuando ella había prometido que se casaría con él, pero no sabría en lo que terminaría esa situación.

— Me tendrás que dar una explicación convincente. —Dijo saliendo de su alcoba.

Caminaba rápidamente cuando la vio hablando con una de sus compañeras, espero el tiempo suficiente para que ella estuviera sola, cuando tuvo la oportunidad la encerró en una de las aulas vacías.

Ginny sonreía por tener al moreno en ese lugar—. ¿Ya tan rápido te aburriste de tu impura?

— Cállate. —Zabini trataba de tomar calma con ese asunto pues no quería tener más problemas de los que ya tenía en ese momento.

— ¿Dime Blaise no me extrañas? —La pelirroja intentaba seducirlo.

Blaise no era tonto sabía muy bien lo que esa mujer tramaba, debía terminar de una vez con ese asunto—. Sé muy bien que fuiste tú quien encerró a Jean en la cámara de los secretos.

Ahora Ginevra era la confundida—. ¿Jean?

El moreno se estaba desesperando—. Tu sabes de quien habló, —Al ver el rostro de confusión de la chica dijo— De Hermione.

Fue un balde de agua fría que el moreno le dijera eso a la pelirroja, pues sabía que eso significaba que él había ido en su búsqueda—. No tienes pruebas. —Se defendió ella.

— Me es más que suficiente está. —Dijo mostrándole el pañuelo que Harry le había quitado a la castaña.

Ginny palideció cuando lo vio, pensó que sería alguien más quien lo encontraría y que al ver el escudo de Slytherin nunca sospecharían de ella pero jamás imagino que fuese precisamente Blaise quien viera el pañuelo—. Alguien lo tomo de entre mis cosas. —Se excusó la chica.

— No te creo. —Los ojos de Blaise destilaban veneno, tomo a la joven del cuello y lo apretó—. Vuelve a hacerle algo así a mi novia y lo lamentaras. —Dijo soltándola como si quemara.

La joven comenzó a toser pues le había quitado un poco el aire—. Jamás podrás amarla como a mí. —Dijo con dificultad.

Zabini dio media vuelta pero antes de salir dijo—. Eso espero porque lo tuyo es un amor enfermizo.

— Me amas y todavía me deseas. —Grito Ginny desde el suelo del aula.

Zabini desde el marco de la puerta contesto—. No te equivoques, — Dijo con una sonrisa— Hermione me da un amor puro y sincero que estoy dispuesto a tomar y ofrecerle lo mismo a cambio.

— Regresarás a mí. —Amenazo la pelirroja.

Blaise regreso sobre sus pasos y tomo el rostro de la muchacha fuertemente—. Te lo advierto Weasley, aléjate de ella y de mí o lo lamentaras.

Ginny rio—. Y recuerda muy bien tú Blaise que tarde o temprano volverás a mí, arrastrándote como lo que eres una maldita serpiente.

— Veamos quien busca a quien. —Dijo el moreno lanzando un hechizo al pañuelo que hasta el momento permanecía en el suelo.

— ¿Qué haces? —Dijo alterada la joven al ver el pañuelo arder— Dijiste que tu madre te lo había dado para que lo entregarás a la mujer que sería tu esposa.

— Exacto, —Dijo el moreno con arrogancia— Y con eso te demuestro que tú eres una zorra y que ya no tienes ese lugar en mi vida.

Fue lo último que dijo el joven para salir del aula, la mirada de la pelirroja estaba en aquel pañuelo que se estaba quemando frente a ella pues jamás pensó que el moreno terminará quemando aquella reliquia familiar.

Con lágrimas en los ojos se hizo un juramento, pues realmente amaba a ese hombre—. Juro que volverás a mí —Dijo con lágrimas en los ojos.

***

Muy distinta a ella en los dormitorios de Gryffindor otro pelirrojo leía el pergamino que acaba de llegar a su poder.

— Maldita sea, —Tomo el pergamino y lo quiso romper, mas sin embargo el documento tenía un hechizo de protección— Lo único que le faltaba era esto.

Con el pergamino en mano se dirigió hacia la dirección.

— ¿Que necesita Señor Weasley? —Dijo con fastidio la directora, pues debido a sus acciones ahora no era muy bien visto por la mujer.

— Un permiso para ir a casa, —Dijo con fastidio— Me llegó un citatorio para presentarme en el Wizengamot. —Respondió molestó el pelirrojo.

— Pero, —Minerva estaba sorprendida— Es por lo del...

Ronald la interrumpió— Sabe muy bien para que es, —Estaba realmente molestó— Si sólo hubiese podido sacar a toda esa escoria del colegio yo no estaría así.

Ahora fue el turno de molestarse de la profesora—. Señor Weasley no tengo porque darle explicaciones a usted.

Eso enfureció más al Ron—. ¿Me dará el permiso o no? —Dijo con arrogancia el joven.

— ¿Cuándo es su cita? —Pregunto Minerva.

— Dentro de una semana, pero necesito hablar con mis padres y mi hermano. —Explico el Gryffindor.

— Vaya y regresé mañana a primera hora. —Dijo con fastidio la directora.

El pelirrojo salió sin dar las gracias, sólo de pensar que tendría que ir le molestaba, está les iba a salir caro a todas las malditas serpientes.

Dos horas después llego por medio de chimenea a su casa.

— ¡Ronald! ¿Qué haces aquí? —Pregunto Molly.

Seguido de él, llegó por la chimenea Percy.

— ¡Percy! ¿Pero qué...? —Molly estaba confundida.

— Mamá me llego un citatorio de Wizengamot. —Dijo el menor de los Weasley completamente rojo de la ira.

La cara de los dos Weasley mayores era un poema— Pero Xenophilius y Augusta quedaron de no hacer nada. —Arthur hablo para calmar la molestia de su hijo.

— La acusación la pusieron esos malditos mortifagos. —Exploto el pelirrojo.

— ¿Quienes? —Pregunto con evidente molestia Molly.

— Malfoy y Nott. —Dijo Percy.

— Tranquilo ellos no tienen valor alguno. —Respondió Molly más tranquila.

— Yo que tu no me confiaba mamá. —Respondió Percy.

— ¿Porque lo dices Percy? —Pregunto Arthur.

Percy suspiro, para después contestar—. Después de su gran hazaña con Sirius, los Nott quedaron muy bien ante el Consejo de magos, y bueno los Malfoy proclaman que su hijo puede hacer amistades con impuros e incluso aseguran que si se enamora de alguna no tendrán problema en que se casen.

— Imposible. —Dijo con burla Molly.

— Es verdad. —Respondió Arthur pues él había escuchado ya esos rumores.

— Bueno dejemos ese tema que me da igual, —Dijo con fastidio Ron— ¿Cómo hago para que no tenga que presentarme?

Percy sabía que eso no sería posible—. No lo podrás evitar, pero si tienes una buena defensa todo será más fácil.

— ¿Y cómo? —Pregunto con ansias.

— Yo me encargo, —Dijo con fastidio Percy pues ya se quería regresar a su trabajo— Por lo tanto deja de estar haciendo tonterías en el colegio y por el momento no te metas en ninguna pelea, mucho menos con los de Slytherin.

— Eso será imposible. —Respondió inmediatamente Ron.

— Inténtalo. —Dijo con frustración su hermano.

— No puedo. —Dijo con mucha molestia— Y menos porque ella tiene la culpa.

— ¿De qué hablas? —Pregunto Molly.

— Granger es una traidora, —Dijo con rabia— Se pasó a la casa de esos malditos mortifagos.

— ¿Como? —Molly estaba realmente sorprendida.

— Pero... —Arthur no sabía que decir.

Percy ya con evidente enojo respondió—. Eso no importa, no te metas en más problemas Ron porque de ser así no podré ayudarte.

— Si esa sangre sucia se cambió de bando lo pagará más adelante, por el momento tu hermano tiene razón así que más te vale que no te metas en problemas, la boda de tu hermana será en unos días y no nos conviene que su futura familia se entere de esto así que te lo advirtió. —Dijo su madre.

— Está bien. —Respondió molestó el pelirrojo

***

Habían pasado tres días desde la visita a su familia así que no pudo hacer otra cosa más que observarla de lejos.

La amaba si, la amaba tan intensamente como jamás llego a imaginarse, pero no perdonaría que ella se fijara en un maldito como Malfoy que lo haya despreciado a él solo por irse a revolcarse con un sucio mortifago, y en lugar de sufrir el desprecio de todos ahora estaba con otra maldita serpiente y por si fuese poco también la habían aceptado en la casa de esos malditos.

Era momento de averiguar porque razón el idiota de Nott estaba tan pegada a ella, de Zabini lo entendía ya que había gritado a los cuatro vientos que era su novia pero juraba por su misma magia que el averiguaría porque paso todo aquello, el asunto del Ministerio lo tenía sin cuidado siendo un héroe de guerra no podrían hacerle nada.

La observó caminar a lado de la zorra de Parkinson tendría que hacer algo ya que si no era esa mujerzuela era la otra zorra de Greengrass quien siempre andaban con ella, si no eran esas dos eran los otros dos idiotas.

A lo lejos vio a un joven de Ravenclaw y supo la respuesta, él se arreglaría de quitar a Parkinson de en medio ya luego vería la manera de quitar a la rubia de su camino.

"Hermione pagarás caro el haberte metido con el Maldito de Malfoy y el rastrero de Zabini pero principalmente por haberme traicionado, serás mía por las buenas o por las malas." Pensó el pelirrojo con una gran sonrisa.

***

Apenas había amanecido cuando Arthur ya estaba cansado de los reclamos de su mujer, pues nada más abrir los ojos se encontraron con una lechuza, al leer la nota Molly había entrado en cólera.

— Esto es el colmo Arthur. —Era la décima vez que la escuchaba decir aquello.

El señor suspiro—. Molly debes de tranquilizarte.

— No, —Grito la pelirroja alterada— Si esos estúpidos creen que nos podrán ver la cara están equivocados.

— Cariño por favor —Pidió Arthur.

— No. —Molly Weasley estaba decidida.

— Está bien, ¿Qué quieres que hagamos? —Dijo derrotado.

— Le escribiré a alguien, esto tiene que quedar arreglado hoy, los chicos llegan mañana para la firma del contrato mañana. —Dijo rumbo a la cocina de su casa.

— Está bien.

La señora Weasley redactó el escrito y lo envío, la respuesta no tardó en llegar pero no fue lo que esperaba.

— Maldito Sirius.

El grito de su esposa lo hizo brincar de la silla—. ¿Qué sucede cariño?

— Sirius no quiso ayudarnos con el contrato matrimonial. —Dijo arrojando la carta a la chimenea encendida— Dice que está muy ocupado, solo son excusas.

Arthur sabía que así seria, la relación son Remus y Sirius estaba muy tensa desde aquel día en el despacho de Hogwarts—. Bueno ten en cuenta que ha de estar molesto por el engaño de Ginevra, en fin ¿Que haremos ahora?

— Buscare a alguien más, Sirius no es el único que nos podría ayudar.

Volvió a escribir algo y en menos de dos horas alguien tocaba a la puerta.

Arthur abrió la puerta para darle paso al Ministro de Magia.

— ¿Qué sucede? —Pregunto inquieto el pelirrojo.

— Molly me pidió que viniera, perdón la demora pero tenía unos asuntos en el Ministerio.

El señor Weasley estaba en estado de shock pues jamás imagino que su esposa pediría ayuda al mismo Ministro de Magia, estaba por llamar a su esposa cuando ella fue quien respondió a Kingsley.

— Si me imagino.

Kingsley los miraba a ambos—. ¿En qué puedo ayudarlos?

— Esto es muy vergonzoso... —Empezó Arthur.

Pero fue interrumpido por su esposa—. Quisiera que nos asesorarás en un tema.

Kingsley suspiro—. Si es con respecto a su hijo Ronald yo...

Pero Molly volvió a interrumpir— No, no, tranquilo es más bien mi pequeña Ginny. —Dijo con falsa tristeza.

— Oh, —El ministro sonrió— Entonces dime, será un placer ayudarte.

Arthur estaba tenso, pues sabía que este tema involucraba a alguien importante en el Ministerio—. El chico McLaggen, —Molly comenzó a llorar— Yo digo que fue forzado o tal vez algún filtro de amor, ya que mi niña está perdidamente enamorada de Harry.

El Ministro estaba confundido—. Molly no te entiendo.

Molly se limpió las lágrimas—. Bueno, mi niña está embarazada de ese chico McLaggen, tratamos de arreglarlo con una boda pero nos están poniendo unas cláusulas de verdad que son una burla para nuestra familia.

Ahora si había entendido todo, confiaba ciegamente en esa familia porque sin importar nada habían ayudado de mil maneras a que Harry Potter venciera a Señor Tenebroso—. Tranquila Molly ¿Puedo ver el contrato?

— Claro, —Ella se levantó y volvió con un pergamino— Aquí está. —Dijo entregándolo.

Kingsley comenzó a leer el pergamino, pero mientras más leía mas se desconcertaba.

En el siguiente documento se estipulan las cláusulas del matrimonio entre Cormac McLaggen y Ginevra Weasley.

1. El contrato matrimonial sólo será válido durante 2 años.

2. El matrimonio sólo vivirá junto y en la misma residencia durante los seis primeros meses del matrimonio.

3. La señorita Weasley está obligada a ser fiel a su marido durante este contrato.

4. Si durante el mismo hay hijos ellos disfrutarán del legado familiar sólo lo que dure el matrimonio de los padres.

5. Si hay hijos varones llevaran el apellido McLaggen, si son mujeres llevarán el apellido de la madre.

6. Al terminar el matrimonio los hijos varones se quedarán bajo la tutela del señor Cormac McLaggen y las mujeres bajo la custodia de la señora Ginevra Weasley.

7. La señorita Weasley no recibirá nada una vez terminado el matrimonio, salvo una cantidad para la manutención de las futuras hijas.

8. Ella no podrá contraer nuevamente matrimonio con nadie, hasta que la hija o las hijas tengan la mayoría de edad.

9. En caso de no tener hijas mujeres, después del divorcio ella deberá guardar luto por el mismo durante al menos 10 años en los que no podrá estar con nadie.

10. Este contrato se hace con un hijo ya engendrado previamente al matrimonio y a este contrato, si esa criatura se llegase a perder este contrato queda invalidado y por ende también el matrimonio.

La cara del Ministro realmente era de desconcierto—. Que contrato tan más extraño.

— Es lo mismo que digo. —Respondió Molly.

Kingsley estaba dudando pero al final lo dijo—. Pero yo creí que su hija y Harry...

Molly sabía que si decía la verdad su hija se hundiría—. No sabemos que paso, por eso pensamos que tal vez ese muchacho la forzó.

— ¿Estas segura de lo que dices Molly?

Molly comenzó a llorar—. Mi pobre niña no me quiere decir.

Arthur no tenía la cara para mirar al Ministro de Magia, así que mejor permaneció callado durante toda la conversación.

Después de releer el contrato al fin volvió a hablar Kingsley—. Sé cómo ayudarlos.

— ¿En serio? —Pregunto emocionada la señora Weasley.

— Por desgracia McLaggen es mayor que su hija, ella sigue siendo menor de edad.
— Si en unos meses cumplirá la mayoría. —Respondió Arthur por primera vez.

— Eso puede estar a su favor. —Dijo con más animo Kingsley.

— Que bueno. —Dijo con emoción Molly.

— Déjenme redactar una carta y en unos momentos esto tendrá solución.

— Gracias Kingsley. —Dijo sinceramente Arthur.

— Al contrario para mí es un placer poder ayudarlos, ya que gracias a ustedes y a muchos más vencimos está guerra. —Dijo agradeciéndoles el Ministro.

— Gracias. —Dijo Molly y Arthur al mismo tiempo.

— Bueno iré a mi despacho y redactare la carta que necesitamos.

Molly sonrió satisfecha.

— En un momento regreso. —Dijo Kingsley entrando en la chimenea de la casa.

— Si, adelante. —Dijo Arthur.

Pasaron al menos otras dos horas, cuando el ministro volvió a la casa de los Weasley.

— Quiero que sepan que debido a que su hija es menor de edad, goza de muchos beneficios para poder tener un contrato de matrimonio mucho mejor, espero que este que redacte con ayuda de los abogados del Ministerio, les agrade más. —Dijo con más alegría el Ministro.

— Claro. —Respondió sincero Arthur.

Los Señores Weasley comenzaron a leer.

En el siguiente documento se estipulan las cláusulas del matrimonio McLaggen Weasley.

1. La señorita Weasley al término del matrimonio podrá obtener una suma considerable para su manutención en caso de no haber hijos.

2. Todos los hijos concebidos dentro del matrimonio, llevaran el apellido McLaggen que por derecho les corresponde.

3. Al término del matrimonio un juez dictaminara quien se queda con la custodia de los menores y el monto a dar para la manutención de cada uno.

4. El término del matrimonio estará sometido a la voluntad de ambas partes, una vez que ellos lleguen a un acuerdo será avalado por abogados de ambos.

5. Este contrato se hace con un hijo ya engendrado previamente al matrimonio y a este contrato, si esa criatura se llegase a perder, el señor Cormac McLaggen está obligado a mantener y ayudar con la recuperación de la menor Weasley para solventar los gastos durante ese periodo, hasta que ella este completamente recuperada, esto con apoyo del alta de San Mungo.

A fin de los implicados, si alguna clausura no se llega a respetar será enjuiciado como una violación, esto debido a la edad de la menor Ginevra Weasley.

La sonrisa de Molly se extendió en su rostro.

Kingsley hablo—.Como pueden ver son menos cláusulas, pero son como tienen que ir para este tipo de contratos.

— Muchas Gracias de verdad.

— No hay de que, son mis amigos, ahora me retiro, ese contrato ya fue enviado y aprobado por el Ministerio, así que los McLaggen estarán recibiendo su notificación en unos instantes.

— Gracias

— La boda...

— Sera muy pequeña pero te estaremos mandando la invitación por lechuza

— Gracias la estaré esperando, ahora me voy.

Una vez que Molly estuvo segura de que el Ministro se había ido grito emocionada.

— Te dije que todo saldría bien. —Parecía niña pequeña con dulces.

— Si cariño todo salió bien. —Arthur solo suspiro.

Pero el señor Weasley sabía que no estaría nada bien, sus hijos estaban tomando rumbos muy distintos de los que él había imaginado.

***

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