La siguiente vez que nos encontramos fue en el campus de la universidad, Jisung y yo nos miramos de frente y supe lo que iba a pedirme incluso antes de que lo hiciera.
Y, supongo, que él sabía lo que yo respondería y por eso lo preguntaba en primer lugar.
No nos conocíamos hace mucho tiempo, cualquier otra persona hubiera dudado demasiado en preguntarlo, pero él me miró, sonrió y dijo las tres palabras que comenzarían a marcar el nuevo rumbo de nuestra relación.
—¿Quieres salir conmigo?— su ropa seguía recordándome a la de un niño pequeño, de hecho llevaba una camisa blanca de franjas azules y mangas largas (él siempre usaba manga larga) y un overol.
Sonreí, sin embargo, con las mejillas coloradas.
—Sí— respondí, pasando mi peso de un pie al otro al mismo tiempo en el que una ráfaga de viento azotaba el lugar.
—Tenemos una cita entonces— Jisung sonrió todavía más cuando yo asentí.
El viento creó remolinos pequeños a nuestro alrededor y eso me hizo reír. No pensé en lo extraño que eso era, porque antes de que nos encontráramos no había ni un poco de viento, pero supuse que estaba entrado la etapa del clima en la que hacía viento y lluvias.
Cuando nos despedimos y nos fuimos cada quien para nuestra facultad, el viento se detuvo, y ahora sí me di cuenta de lo extraño que eso había sido.
Llegué a mi aula, me senté junto a Jaemin y me quedé pensando seriamente en eso. No eran temporadas ni de viento ni de lluvia, no tenía sentido lo que había pasado cuando nos habíamos visto, era algo demasiado extraño que al principio no me había detenido a analizar.
Volteé a mirar a Jaemin y él inmediatamente me regresó la mirada, sabiendo que quería preguntarle algo.
—¿Es normal que haya viento en estas épocas?— mi pregunta lo hizo arquear las cejas, en frente de nosotros Chenle, Harvey y Jeno voltearon para enterarse de qué hablábamos.
—No, estamos en abril— me respondió él, rascándose la nuca y luego acomodándose los lentes en los ojos. —¿Por qué preguntas?
—Hace rato vi a Jisung— mis cuatro amigos rodaron los ojos, sabiendo que ahora se venía una plática que para ellos no tendría sentido. —y comenzó a volar el viento de la nada, se los juro. Cuando nos separamos dejó de hacer viento.
—¿Estás diciendo que ustedes son algo así como súper héroes?— preguntó Chenle y yo resoplé con fuerza.
¿Recuerdan que dije que éramos frikis? Pues sí, lo somos, pero todos tenemos un área en la que destacamos más. Jaemin es un friki que destaca en la astrología, Chenle es un friki de los cómics, yo soy un friki de las teorías conspirativas sobre alienígenas.
Y luego estaban Jeno y Harvey, que cualquiera los miraría al menos por dos o tres segundos y diría "Nah, estos no son frikis, quién sabe porqué están con ellos". Pues están todos equivocados, Jeno y Harvey también son unos frikis.
Sólo que Jeno era el friki de la demonología y Harvey el friki de la angelología, seguido teníamos peleas de qué ángel era mejor que cierto demonio o alrevés.
—No— Chenle hizo puchero ante mi respuesta—. Estoy diciendo que es demasiado extraño.
—¿La situación o Jisung?— preguntó Harvey y yo le di un golpe, aunque mi reacción sólo los hizo reír.
—Yo voto porque Jisung es el raro— comentó Jaemin esta vez y yo no pude detener mi boca antes de que hablara.
—Al menos nosotros no nos escondemos para besarnos— casi me tapé la boca al terminar de hablar, pero sólo abrí los ojos en grande y volteé a mirar a Jaemin y a Chenle, ambos estaban rojos de vergüenza.
—No se escondían— Jeno soltó una risa que mágicamente aligeró el ambiente—. Esa fue la primera vez que se besaron, hasta ellos se sorprendieron.
—Sí, bueno— Jaemin carraspeó nerviosamente, acomodando nuevamente sus lentes que se la pasaban resbalándosele por la nariz. —nos besamos en aquella fiesta, no es nada del otro mundo.
Pero las expresiones de Chenle y Jaemin me decían que sí, que sí era algo del otro mundo, porque de hecho se gustaban.