Resist (with love)

By AdrianaLSSwift

3.8K 1.8K 2.5K

Una fiesta en una mansión escocesa. Un virus que se convierte en pandemia mundial. Una veintena de personajes... More

Introducción
I
II
III
IV
V
VII
VIII
IX
X
XI
¡LOS PROTAGONISTAS RESPONDEN A TUS PREGUNTAS!
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
Comunicado
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
Continuará...

VI

133 78 100
By AdrianaLSSwift

Marta


Llueve en París. Llueve a mares y eso siempre me hace feliz. Mi mente se concentra mejor al pintar si la lluvia repiquetea en las ventanas de la sala de arte de la facultad, haciendo que el olor a humedad se cuele por todos los rincones. Y pinto. Pinto aunque debería estar preparando la ponencia que tengo en un par de semanas. Pinto porque mis prioridades son otras; siempre lo han sido y siempre lo serán. No puedo evitarlo. Necesito expresarme a través de pinceles, lienzos, lápices, ceras... Tengo que pintar si estoy triste o feliz o estresada. Da lo mismo. La pintura me da vida.

Y yo pinto esa vida.

Estoy tan ensimismada en mí misma que no me he enterado de que alguien ha entrado a la sala hasta que no me hablan justo a mi lado.

—Profesora, ¿otra vez descalza?

Vuelvo al mundo terrenal y me giro en dirección a esa voz. Es Zoé, mi mejor alumna, una chica de veinte años del grado de arte de la Sorbona, con su morena melena peinada en dos largas trenzas y sus ojos miel brillante. Es la típica bohemia, con ese aire triste y melancólico, y ese humor apagado y peculiar pero mordaz.

Y demasiado francesa. Eso también.

—Para algo están las alfombras —le contesto mirándola un instante de reojo y volviendo a mi lienzo—. ¿Necesitabas algo, Zoé?

—A ti —y se acerca más a mí—. Sabía que te encontraría aquí.

—No suelo venir a pintar aquí —le recuerdo—. Así que no sé cómo lo sabías. ¿Tenías alguna duda que pudiera resolverte?

Ella no parece contenta con mis respuestas pero sabe por qué lo hago. Ya ha habido suficientes problemas y no quiero más.

—Me gustaría quedarme un rato a pintar contigo, si no tuvieras inconveniente.

—Sabes que no me importa pintar con vosotros pero hoy no va a ser posible; me voy en un rato. ¿Alguna duda sobre las clases?

Zoé parece no saber cómo decirme algo. Y sé lo que quiere decir pero yo no quiero que diga más.

—¿No vamos a hablar de ello? —se atreve a decir.

—No, no vamos a hablar de nada que no sean temas de clases, Zoé, y lo sabes —respondo dando una nueva pincelada al colorido lienzo.

Escucho cómo suspira a mi lado, algo derrotada.

—Al menos, deja que me disc...

—¿Tenías alguna duda sobre la clase de hoy, Zoé? —le corto rápidamente.

Siento que agacha la cabeza y medio sonríe. Acto seguido tose un momento y saca un pañuelo de tela para limpiarse la nariz.

—No, profesora. Pero yo...

Me giro, empezando a estar molesta de verdad.

—Zoé, si no te importa, nos vemos en la próxima clase —me giro de nuevo hacia el lienzo y concluyo—. Y cuídate ese catarro. No me gustaría que mi mejor alumna enfermase y perdiese alguna clase.

—¿No va a dar parte entonces? —pregunta con tremendo alivio.

—Fue todo un malentendido, ¿no es así?

—Bueno, yo...

—Fue un malentendido y no volverá a suceder —puntualizo.

Y ella comprende al fin.

—Sí, profesora —veo a Zoé alejarse de mí de camino a la puerta cuando vuelve a hablar—. Lo siento de veras, Marta. Lo siento, yo... —suspira con frustración—. Lo siento.

—Pasa buen fin de semana, Zoé.

Pero antes de acabar mi frase, escucho una voz conocida en la puerta y pasos apresurados dirigiéndose hacia mí. Antes siquiera de darme la vuelta tengo a mi preciosa hija abrazando mi cuerpo con fuerza, diciéndome lo mucho que me quiere una y otra vez, como si supiera que necesitaba escuchar aquello en este preciso momento.

—Vaya, Zoé, ¿qué haces tú aquí? —le dice mi marido a mi alumna.

No hay dudas ni resentimiento, por supuesto.

Pero sé que podría haberlas si él supiera.

—Hola, Ernest —le dice, asintiendo con la cabeza a modo de saludo sin atreverse a acercarse a él—. Iba a ponerme a pintar un rato pero me ha dicho Marta que no podía.

Mi noiva me mira y me dedica la sonrisa más hermosa que tiene.

—Salimos ahora de viaje, así que ella tampoco tiene tiempo de pintar más; tendréis que dejarlo para la vuelta.

—Sí, bueno... —responde Zoé algo cohibida con la situación. Y me mira—. Nos vemos en la próxima clase, Marta.

Le sonrío y le despido con la cabeza, atada de pies y manos por mi Âme-Sylvie, que sigue apretándome con una fuerza descomunal para una niña de ocho años. Y en cuanto Zoé se va, Ernest se acerca a mí y me abraza también, reclamando sus derechos junto a nuestra hija, que ríe con las quejas de su padre.

—¿Qué pintabas, mami? —me pregunta ella, mirando ahora el lienzo frente a la ventana—. Es muy bonito.

Ernest me abraza por detrás y sigue besando mi cuello mientras balancea mi cuerpo.

—Todo lo que tu madre pinta es hermoso. Como ella.

Siento su mirada clavada en mí y me giro hacia él. Sonríe. Sonríe de forma hermosa. Se acerca a mis labios y deposita en ellos un suave beso. Y esa sensación de bienestar y de hogar me recorre el cuerpo de arriba abajo.

—Lo siento, me despisté pintando y... —me disculpo.

—Por eso vinimos aquí en vez de ir directos a casa —me explica Ernest—. ¿Nos vamos?

—¡Sí, por favor! —nos insiste nuestra hija, dando brincos a nuestro alrededor, haciéndonos finalmente reír a ambos.

Suspiro y asiento. Hay que coger un avión. No me hace mucha gracia pero no había otra forma de llegar a tiempo a Solus Blithe, la inmensa mansión que tienen los Graham en Escocia. Nos han invitado a pasar el fin de semana allí, antes de la presentación de su nuevo libro. También estarán otros familiares y amigos, incluyendo a mi adorada Carol. No puedo evitarlo, sigo fangirleando siempre que estoy cerca de ella. Y por circunstancias de la vida hemos acabado siendo incluso amigas. Ella a veces se ríe cuando me emociono demasiado en algún momento y me abraza.

Me vendría bien ahora mismo uno de esos reconfortantes abrazos.

—Si no hay más remedio...

Ernest sonríe con mi medio queja y besa mi mejilla, sabiendo lo poco que me gusta tener que volver a subirme a un avión.

—Voy a pasarme todo el viaje besándote, noiava —promete, sabiendo que es algo que siempre me reconforta durante los vuelos.

—Ay, no... —se queja Âme, haciéndonos reír.

Tapo el lienzo con un destartalado trapo y cojo mi bolso y mi abrigo, dirigiéndome con mi familia a la puerta.

—Tú no mires y arreglado —le dice Ernest, haciendo reír más a nuestra hija.

—¡Es que no quiero mirar!

—Ni falta que hace —le responde.

—Es un asco.

—¿Darse besos es un asco? —pregunto, aguantando la risa mientras cierro con llave la puerta de la sala.

—Sí —me dice ella, cogiendo mi mano y la de su padre—. Marie dice que Pierre le llenó de babas cuando se besaron.

—¿Que Marie...? —comienza a decir su padre, levantando la voz—. Tú no copies de Marie y ya está.

—Ernest... —le digo, tratando de calmarle. Luego me dirijo a nuestra hija, que creo que está realmente esperando una explicación a todo esto de los besos—. No es un asco si das un beso a la persona correcta, Âme. Cuando llegue ese momento, seguro que te gusta y no te da asco.

—Pero para ese momento quedan muchos años —remarca Ernest.

—Papi, será cuando tenga que ser —le responde ella—. El amor no entiende de barreras.

Ambos nos echamos a reír con aquella grandilocuente contestación.

—Hay que aceptar que tenemos una hija demasiado bohemia —me dice Ernest meneando la cabeza, todavía con una sonrisa en sus labios.

—¿Qué es bohemia? —pregunta ella, arrugando su pequeña frente.

—Lo que es mamá, mi vida.

Y ahora ambos me miran.

—Entonces me gusta ser bohemia —sentencia.

Ernest ríe conmovido mientras me agacho para abrazar a mi hija. Tanto su padre como ella me dan tanto amor que a veces me siento sobrepasada. Soy tan feliz, soy tan inmensamente feliz que jamás pondría eso en peligro. Por nada del mundo dejaré que eso pase.

Por nada ni nadie.


Continue Reading

You'll Also Like

69.7M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
15.3M 622K 34
Una chica crea un grupo en Whatsapp para conversar con sus amigos, misteriosamente ella sale del grupo una noche, y se mete un "Desconocido" al grupo...
37.3K 4.5K 58
lo que dice el título
33.2K 2.3K 43
Esta historia pasa en el mundo de hh (hazbin hotel) pero Alastor no es aroace, solo asexual. La historia es después de la batalla contra Adam.