Ese día abrí los ojos cansado, sin haber dormido más de diez minutos en toda la noche y sintiéndome realmente estresado.
Me quedé alrededor de una hora mirando el techo, escuchando los movimientos de Zayn fuera en la cocina hasta que tocó la puerta de mi habitación abriendo después con cuidado.
-¿Lou? ¿Puedo pasar?
Asentí lentamente y él volvió a cerrar la puerta caminando hacia mí a pasos lentos y meditados, seguramente sin saber muy bien qué hacer para poder animarme aunque sólo fuera un poco.
Se tumbó a mi lado cubriendo su cuerpo con las sábanas, manteniéndose en silencio mientras miraba al techo al igual que yo.
Estuvo así varios minutos, a mi lado y con sus labios cerrados mientras emitían más palabras de las que se pueden relatar en un segundo.
Me abracé a su pecho, sintiendo sus manos ahora abrazándome y mis ojos comenzando a arder pero mi cuerpo entero intentando contenerme.
-A esta hora estará saliendo de su casa- Susurré notando sus manos sobre mi espalda.
Me abrazó más fuerte si se podía, mostrándome que de verdad él estaba ahí para mí y que lo estaría el tiempo que hiciera falta.
Solamente por él yo estaba ahí ese mismo día, martirizando a mi cerebro con un futuro que podría haber cambiado, luchando internamente para no derrumbarme en cualquier momento y matando cada parte centrada de mi ser al saber que podía haber una posibilidad de no haber tomado la opción adecuada. Ahora ya era tarde. Era demasiado tarde para ponerme a pensar en eso.
-¿Por qué no comes algo? Llevas desde ayer sin tomar nada…
-No tengo hambre- Dije con un hilo de voz.
-Ya Louis pero tienes que comer.
Suspiré profundo, sacando la fuerza de algún lugar alejado mientras me levantaba de la cama seguido por él.
Cuando salí de mi habitación, pude ver un desayuno que en otras circunstancias, habría devorado sin pensarlo dos veces pero ahí, simplemente me sacó una sonrisa leve desviando la vista hasta él.
-Gracias Zayn.
-La mejor manera de agradecerme nada es que comas algo.
Me senté en el sofá y agarré aire mientras comenzaba a comer, sintiendo mi barriga rugir cuando iba recibiendo el manjar que había preparado Zayn.
Estaba destrozado, no lo podía negar, sabía que mi cara era un demacre total y si decía la verdad, no tenía ganas de hacer otra cosa que no fuera quedarme en la cama todo el día. Pero le prometí a Harry estar ahí. Una decisión que solo pudo tomar la parte masoquista de mi cuerpo en un momento desesperado por no despegarme de él jamás.
Me dejé gran parte de la comida pero Zayn pareció estar contento con el resultado ya que me dejó marchar, mis pies ahora entrando al baño mientras encendían el agua y se quedaban quietos.
Me quité toda la ropa y cuando me miré al espejo solo pude pasar la mano por mi cara con pesadez, metiéndome en la ducha hasta que el agua caliente corrió por mi cuerpo en la sensación más gratificante de mis últimos dos días.
Estuve más de lo normal ahí y cuando salí me encaminé a mi habitación para vestirme con el traje, sin darle mucha importancia a que aún estaba llevando su camisa blanca y que todavía podía recordarla en su piel.
Llamé a Zayn cuando estuve preparado y él entró ayudándome a que todo estuviera listo en mí, haciendo las cosas ya con práctica y algo de tristeza en sus movimientos.
-Louis, sé fuerte, ¿vale? Todo irá bien.
Asentí lentamente mientras mis manos se deslizaban sobre las llaves de casa, poniéndolas en mi bolsillo y bajando la cabeza.
-No voy a tardar en venir.
-Vale- Dijo con velocidad- Cuando tú quieras irte de ahí te vas, sin compromisos, ya lo sabes.
-Sí….- Susurré notando sus brazos sobre mí en un abrazo demasiado necesitado por mi parte.
Conseguí salir de casa sin soltar una sola lágrima y mientras iba por la calle, quise culpar a el aire que impactaba contra mis ojos para librarme de alguna lágrima traicionera que no debería importarme.
Llegué a casa de los Styles, todo tan precioso como nunca lo había visto. Decorado en tonos blancos y muchas mesas en el jardín trasero, acompañadas de demasiados empleados trajeados a un color negro y con firmeza en cada movimiento que preparaban todo para que fuera perfecto.
Anne se había empeñado en hacer la celebración ahí y aunque la familia Williams insistió en que sería buena idea ir a algún restaurante, la jefa de esa casa prometió que sería algo inolvidable y que la casa de los Styles estaba totalmente preparada para ese tipo de reuniones. No les tocó otra cosa que hacerle caso.
-¡Louis! Que alegría verte.
Me giré hacia donde provenía la voz encontrándome a una Tina sonriente, su vestido preciosos negro y su pelo rubio totalmente suelto en algo demasiado bonito.
-Hola Tina, ¿cómo estás?
-Bien, disfrutando del día libre, me alegra que me hayan invitado. Niall y yo pensábamos ir a la iglesia ahora, ¿Quieres venir?
Dibujé una sonrisa en mi rostro, juro que fue lo más verdadera que pude y todo lo mejor que me salió sin tener en cuenta mi situación.
-No Tina, gracias pero prefiero quedarme aquí.
-No seas así Louis, estarán terminando, solo será un par de minutos te lo prometo, luego volvemos.
Negué de nuevo con la cabeza y ella puso las manos en sus caderas, mirándome como si me fuera a castigar por mis decisiones.
-Va Louis, anímate, ¡nuestro jefe se casa! Ahora supuestamente estará más contento, aunque bueno, contigo siempre ha sido muy amable y no se puede tener queja del Señor Styles, ¡Pero imagínate ahora! Todo será mejor.
Busqué el aire almacenado en mis pulmones y lo expulsé por mi nariz pesadamente, sintiendo un nudo en mitad de mi pecho.
-Ya… Sigo pensando que será mejor quedarme aquí.
-Louis por Dios, no seas tan aguafiestas, solo serán 20 minutos, te lo prometo que no tardamos más.
Agarró mi mano y comenzó a caminar, mis pies ahora siguiéndola en todo momento y mi cabeza buscando excusas pero sin saber cómo formularlas sin que pudiera sonar sospechoso.
Cuando quise reaccionar, ya estaba entrando en un coche, Niall ahora a mi lado y Tina con una sonrisa justo al otro.
-Hacía tiempo que no te veía Louis, ¿Cómo estás?
-Bien- Mentí intentando ponerle emoción a mis palabras- Ilusionado por el casamiento.
Él asintió mirándome con una verdadera alegría de que su jefe por fin hubiera decidido mantener algo de estabilidad en su vida con alguien.
Eso mismo fue lo que me hizo pensar en lo que de verdad tendría que sentir y en lo que estaba sintiendo en ese momento.
Debería sentirme eufórico, orgulloso de que por fin Harry diera el paso de formar una familia con alguien como Claudia, con una carrera universitaria, dinero, belleza, estilo y sobretodo una educación envidiable en todo lo que se trataba. Pero, sin embargo, me sentía tan destrozado que podía jurar que jamás había estado así.
Tuve que aguantar las lágrimas de nuevo, convenciendo a mi cuerpo de que sólo serían 20 minutos. 20 minutos y volvería a casa con Zayn, olvidándome de todo y de todos, viendo películas y esperando a que pasara la tormenta para poder respirar de nuevo.
Muy a mi pesar, el coche llegó a la iglesia.
Tuvimos que subir unos escalones y los trajes exagerados y caros no tardaron en aparecer delante de nosotros para cuestionarnos si realmente deberíamos estar ahí o no.
Aquello estaba llenísimo, no solo había ido toda la familia entera de cada uno de los novios, sino que también habían invitado a amigos, conocidos, gente lejana, seres importantes en ese mundo de falsedad y lujos y personas realmente importantes para esa sociedad como podría ser el mismísimo alcalde o el hombre que salía presentando los deportes en la televisión.
Todo eso solo hacía ver la importancia que tenía la familia Styles en esa sociedad, los miles y miles de millones de dinero que habían tenido que invertir para que ese compromiso llegara a interesar incluso a la prensa, llegando a las afueras de la iglesia con cámaras y reporteros.
Tampoco se tenía que dejar de hablar de la familia Williams, una familia escondida pero con más negocios de los que la gente se podría incluso imaginar, ahora juntándose con los Styles para hacer más grande su imperio y para, según la gente, ser la máxima prueba de amor verdadero entre los miembros de sus familias. Asco y demasiada hipocresía, eso era todo lo que gritaban esos nombres en mí.
Niall se quedó en la puerta, elevando sus talones del suelo para mirar sobre las cabezas que ahora estaban delante nuestro cuando Tina nos agarró de las manos a los dos, su cuerpo pequeño esquivando personas y arrastrando nuestros dos cuerpos hasta que consiguió ponerse en la primera fila que separaba a la gente sentada de los que estaban de pie.
La iglesia era grande, lujosa y con detalles que daban a entender que era antigua pero estaba reformada hace poco. Tenía muchos cuadros con ángeles y bastantes cruces a cada rincón que me dignaba o atrevía a mirar.
Mi vista se juntó en su preciosa y ancha espalda.
Iba tan guapo se me vi obligado a contener las lágrimas de nuevo. Su esmoquin negro y ceñido a su hermosa y delicada piel y una rosa pequeña, blanca y igual a la que le regalé el día de mi cumpleaños y que justo tiene tatuada en su brazo, colocada en el bolsillo que se situaba cerca de su pecho, al lado de su corazón.
Eso me hizo ser un poco más fuerte, saber que en una situación como esa él seguía pensando inconscientemente en mí aún sabiendo que sería incapaz de estar ahí para ver ese momento. Con lo que ninguno contaba era con las quejas pesadas de Tina hasta que consiguió lo que se proponía.
Miré a Claudia y me apoyé contra la puerta suspirando. De verdad que ella no era consciente de lo que estaba haciendo. Seguramente había sido creada con esa idea y ahora, teniendo a un hombre como Harry delante dispuesto a entregar su vida por ella delante de un lugar como podía ser un altar, veía sus sueños hechos realidad y le sentaban tremendamente bien.
Su pelo estaba agarrado en un recogido dejando apreciar la bonita espalda del vestido largo y con demasiados detalles que llevaba, sus ojos desprendían felicidad y en su boca no se podía borrar la sonrisa que adornaba su rostro.
Anne estaba sentada en la primera fila, su vestido negro precioso contrastando con el blancor de su sonrisa. Se veía tan feliz que me entró un escalofrío solamente de pensar en todo lo que habrá tenido que negociar aquello con Harry y con la familia Williams para que todo fuera perfecto según ella.
-Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia.
Ellos dos se giraron mirando sus ojos, sus manos ahora unidas con una notoria incomodidad por parte de Harry, ella mirando sus ojos con potencia.
-Yo, Harry- Comenzó con un hilo de voz hasta que el cura le indicó que tenía que elevar un poco el tono- Te quiero a ti, Claudia, como esposa
y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
-Yo, Claudia, te quiero a ti, Harry, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Respiré profundo, escuchando como el cura empezaba a relatar de nuevo sus palabras dándole apoyo a los demás para que comenzaran a ponerse nerviosos.
Fue entonces que como un imán a un metal, la mirada de Harry se paró en mí rápidamente pero volviendo de nuevo con duda, sin saber si sus ojos estaban enfocando bien o solamente era fruto de su imaginación.
Sonreí levemente, buscando la fuerza en sus ojos verdes sin escuchar nada más, viendo como el cura le tocaba levemente en el brazo y los dos volvíamos a la realidad de nuevo.
-Harry- Dijo el cura de nuevo carraspeando su garganta- ¿Quieres recibir a Claudia, como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?
Él me miró rápidamente y yo asentí haciéndolo suspirar mientras asentía con la cabeza y emitía un silencioso "sí", desviando su mirada a Claudia después.
El hombre le hizo la misma pregunta a Claudia y cuando ella contestó, la gente a nuestro alrededor dibujando sonrisas en sus rostros mientras ellos se colocaban los anillos en sus manos y finalmente, el cura indicó que el final de eso ya había llegado.
Claudia se lanzó sobre él rápidamente y Harry solo pudo corresponderle con temor, sus ojos apretados con fuerza y la gente a nuestro alrededor aplaudiendo con frenesí mientras celebraba el acto.
Mis manos se juntaron varias veces hasta que entrelace mis dedos, tocando la reciente alianza en mi dedo, dibujando una sonrisa en mi boca que fue adecuada a esa situación.
Fue divertido saber que mientras todos ellos estaban celebrando una unión que no era posible, yo ahora era heredero de la mitad de la fortuna de los Styles.
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Me enorgullece pasar por aquí contaros que ya podéis leer mi nuevo libro "Última Respiración" en mi perfil.
Harry es el Capitán de Inglaterra en la Batalla de Inglaterra en 1940 y Louis es un inglés reclutado que después de haberlo perdido todo encuentra el amor de la forma más temerosa posible.
Encontrareis el epílogo y poco a poco nuevos capítulos, gracias por vuestro apoyo en todo <3.
En cuanto a esta historia os aseguro que se vienen cosas grandesss✨