Opuestos Positivos

By teguisedcg

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Etham y Agatha son dos desconocidos que, sin saberlo, comparten un pasado en común. *** Porque, a pesar de e... More

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By teguisedcg

Capítulo dedicado a esteelaa02 me flipa que te flipe jeje 😏🔥

AGATHA

-21-

Camino por los pasillos de la universidad, arrastrando los pies y entrecerrando los ojos todo el tiempo por la intensidad del sol. Siento como la cabeza me va a explotar y lo cerca que estoy de dejarme sucumbir al sueño y adentrarme en los brazos de Morfeo.

Fijo mi mirada en una de las ventanas que da a la terraza del exterior y observo mi aspecto gracias al reflejo de esta.

Si puede ser posible, mi pelo está más revuelto que de costumbre, estoy encorvada y se puede diferenciar —o yo soy capaz de hacerlo — unas sombras oscuras debajo de mis ojos canela. Me recoloco la capucha negra encima de mi cabeza e intento evitar los rayos solares a toda costa.

Camino hasta llegar a la clase de Anatomía I, cuando mi móvil vibra y me paro a mirar el mensaje.

SELENA:

Tía, ¿estás bien? No te he visto en la cafetería.

Leo el mensaje y bloqueo el móvil directamente.

Últimamente, cada vez que me vibra el teléfono me tenso y no dudo ni un segundo en revisar que ha sido lo que me ha llegado. Solo han pasado dos días desde mi —amigable— reunión con Zuri y he estado distante y tensa con todo el mundo, pero no soy capaz de cambiarlo. Tengo la sensación de que incluso en la universidad hay alguien con un ojo encima de mí y no resulta una sensación demasiado agradable.

Intento quitarme dicha idea de la cabeza.

Estoy a punto de adentrarme en la clase cuando noto movimiento a mi derecha. No tardo en cerrar las manos en puños, preparada para golpear a alguien, aunque las abro de inmediato cuando poso mis ojos en su cabellera anaranjada y rostro pecoso.

— ¡Ey, Ag! —saluda Derek, sonriéndome de vuelta.

Le devuelvo la sonrisa, aunque creo que me ha salido una mueca un tanto rara.

—Hola, Derek —digo, tosiendo al final.

—¿Puedo pasar? —me pregunta divertido, señalándome la puerta.

Asiento y me aparto del marco avergonzada.

Estoy hoy para tener un examen.

Ese pensamiento me sienta como un balde de agua fría y maldigo internamente por mi despiste.

—¡Joder! —susurro por lo bajo.

Paseo mi mirada por el pasillo y este se encuentra casi vacío salvo por los alumnos que no asisten a clase o que no tienen a esa hora.

¿Y ahora que cojones hago?

Lo pienso por un momento. Podría pedirle a Carlos que falsificase un justificante médico o a mi padre que es a lo que se dedica, aunque el primero lo haría sin preguntarme el por qué y el segundo me regañaría por ello.

Me separo de la puerta y comienzo a andar en dirección al exterior, perdiendo la hora de dicha asignatura. Saco el teléfono y marco el número de Carlos. Espero pacientemente los tres bips que hace el teléfono, pero no me contesta la llamada y salta como llamada perdida.

—¡Mierda! —maldigo.

Vuelvo a intentar llamar a Carlos con la esperanza a que esta vez sí me conteste. Estoy tan centrada en escuchar si ya han sonado los tres bips o no, que tengo la guardia baja cuando alguien me agarra del brazo con fuerza y me arrastra hacia uno de los pasillos del fondo.

En cuanto veo hacia donde nos dirigimos comienzo a removerme inquieta y asustada por quién puede ser dicha personap. Bajo la mirada a sus zapatos y estos resultan ser de marca y aquello me descuadra más.

¿Tanto poder tendría Zuri?

Pensar en ese hombre solo consigue inquietarme más y comienzo a forcejear con más fuerza hasta que decido pisarle los pies con fuerza y darle un codazo en las costillas, consiguiendo que este afloje el agarre sobre mí. No dudo en girarme sobre mí misma, con los puños en alto preparada para golpear cuando dejo que estos caigan lánguidos a mis costados al darme cuenta de quién es.

—¿Etham? —pregunto, sorprendida.

—Si, hola a ti también —me contesta mientras se soba su costado izquierdo intentando disimular la mueca de dolor.

No me arrepiento de ello, si no me hubiese arrastrado de forma forzada no lo hubiese golpeado. Se lo había buscado él solito.

—Con haberme pedido que te soltara, lo hubiese hecho, ¿lo sabes?

—Estaba forcejeando y no me soltaste. Me habías asustado, imbécil —contesto, señalándolo con el dedo índice.

Sonría ladeadamente aparece en su rostro, aunque rápidamente desaparece y clava su mirada miel en mí con intensidad.

Deja de sobarse el costado y comienza a acercarse a mí hasta que me tiene entre la pared y su atlético cuerpo. Coloca los brazos en cada lado de mi cabeza y su mirada está anclada en la mía. Trago duramente.

Observo como hay un debate interior en su cabeza. Su mirada recorre cada sección de mi rostro y yo noto un estremecimiento recorrer toda mi espina dorsal.

— No sabía que ibas a volver a las carreras de forma definitiva —suelta de sopetón y su mirada adquiere un brillo extraño.

Desvío mi mirada al suelo y me retiro un mechón rizado, nerviosa. Noto como una de sus manos se posan en mi mentón y me obliga a sostenerle la mirada.

—¿Por qué, Agatha? —pregunta sin disimular la preocupación en su aterciopelada voz.

Escucho ruido alrededor nuestra alrededor y soy capaz de ver como algunos estudiantes se nos quedan mirando. Etham tan cerca de mi rostro y acorralándome contra una pared podría parecer que estábamos teniendo un momento íntimo o que me está amenazando, pero ya hubiese gritado o algo.

Pero nada más lejos de la realidad, porque es más bien que él estaba metiendo las narices dónde no le incumbía.

—No es asunto tuyo, Sander —digo cortante. Me cruzo de brazos, para dejar de hacerlo cuando él eleva una ceja, divertido.

Bufo irritada.

—Si es problema mío si esa banda es mi contrincante, preciosa —me advierte, acortando los escasos centímetros que nos separan.

—Sigue sin ser asunto tuyo.

Coloco mis manos en su pecho tonificado e intento empujarlo para apartarlo de mi lado. Aunque en un primer momento no soy capaz de moverlo un solo centímetro, decido darle un ligero puntapié en la espinilla, distrayéndolo y saliendo de su jaula humana.

—¡Déjame en paz, Etham Sander! —grito, recogiendo la mochila y marchándome de allí con paso apresurado.

¿Si Etham se había enterado, quién más lo habría hecho?

Mis pensamiento son interrumpidos por la vibración de mi teléfono en el pantalón. Lo saco del bolsillo y observo el destinatario. Descuelgo inmediatamente.

—Carlos, necesito que me hagas un favor.

* * *

Hablé con Carlos y dijo que me mandaría dicho justificante por email y que no me tardaría en llegar. Me tranquiliza, porque lo último que me faltaba era que volver a adentrarme en ese mundo de mierda, afectase a mis estudios —estudios que he trabajado duramente y con empeño—.

Jairo no vino hoy a clase porque tenía un problema familiar con su padre y debía solucionarlo. Así que ahora me encuentro caminando durante quince minutos sola, tras haber bajado del autobús para llegar al bloque de edificios en el que vivo.

Entonces la veo.

Bueno no exactamente a ella.

Primero me fijo en la moto negra y en el casco del mismo color que hay en el asiento, siendo iluminado por una de las farolas repartidas por la calle, dándole un toque tétrico. Vacilo un momento entre sí es Tom o Melania, pero ella no tarda en aclarármelo cuando veo movimientos cerca de la puerta de la entrada al edificio.

Avanzo hacia ella vacilante  mientras intento explicarme el por qué, el cómo y el cuándo.

Porque apenas la gente sabe cómo me llamo, menos aún saben dónde resido

Me da mala espina.

—Hola, Agatha Floros.

Escuchar mi nombre de ella no me sorprende.

Pero que sepa mi apellido logra descuadrarme.

N/A: ¿Me habéis echado de menos? Jeje

Ahora sí que empieza lo bueno... queda menos para uno de mis capítulos favoritos y AAAAAAA.
Creo que a vosotras también os va a gustar.

Yo sigo de vacaciones y ahora mismo estoy corrigiendo este capítulo después haber pasado todo el día en la piscina con mis amigos, ¿qué tal las vuestras?

Nos vemos pronto, Opuestas. 💛👀

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