The Guardian

By Ana5Harmony

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Hasta del dolor más grande puede surgir el amor. -Su Escritora Prohibida la copia y adaptación de esta histor... More

Capítulo I
Nota
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Between
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capitulo XXVI
Between
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII

Capítulo XXI

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By Ana5Harmony

**MARCHETTI'S CLASSICS PLAYLIST: Everything - Lifehouse

~*~

LAUREN MARCHETTI

No se escuchan más sonidos en la habitación que nuestras propias respiraciones entrecortadas. Camila me deposita en la cama con tanta suavidad que pienso que todo esto es un sueño. Las sensaciones son algo tan distinto a cualquier cosa que sentí antes que no sé muy bien cómo reaccionar. Nunca he disfrutado del sexo, porque jamás lo había tenido con Camila.

—Creo que es momento de tenerle compasión a este short y quitarlo—me dijo contra la boca y su mano vuelve a acariciarme íntimamente sobre mi ropa. La humedad entre mis piernas prácticamente se desliza por mis muslos. La sensación es tan maravillosa que no logro describirla y lo único que puedo hacer ese asentir mientras los ojos ardientes de Camila parecen quemarme el alma—. Pero antes creo que hay un lugar que reclama mi atención.

Sus palabras mueren cuando sus labios entran en contacto con mi cuello, y yo arqueo mi cuerpo buscando su contacto. Sentir sus pechos rozando los míos es tan sublime que me corta la respiración. Su piel es suave y delicada, algo que jamás había sentido contra mi cuerpo. Su lengua pasa por mi cuello y baja hasta mis pechos lo que me hace soltar un grito y arquear mi cuerpo contra su boca.

—Eso es preciosa siente mis besos. Quiero que sientas como te venero, y lo mucho que te quiero—su voz es ronca contra mi pezón. Su aliento me quema la piel, su voz hipnotiza mis sentidos. Mis manos buscan enredarse en su cabello que fluye como una cascada cubriéndome y no dudo en bajar su cabeza hacia mi piel y ella no me decepciona. Su boca se abre tomando mi pezón completo lo que hace que un ronco gemido salga de mi garganta.

Mi cuerpo se estremece y cada terminación nerviosa termina en el centro de mi cuerpo provocando un caos de humedad. Una sonrisa de descubrimiento se forma en mis labios mientras arqueo mi cuerpo una vez más y mis ojos se abren mirando hacia el techo. La boca de Camila cambia y busca mi otro pezón dándole la misma reverencia que al anterior. Mis manos arden en su cabello y la aparto de mi pecho para verla a los ojos y me quedo sin aliento.

Sus labios están hinchados por sus besos, y sus ojos son un pozo marrón ardiente de una mujer que está tan excitada como yo. Sus labios suben hacia los míos y no hay preámbulo cuando su lengua se entierra en mi boca. Mis manos van a su espalda y la pego contra mí gimiendo contra su boca.

—Eres tan sexy—me dice con una voz ronca que no conocía en ella, y que me gusta—tan sexy, Lauren.

Sus labios vuelven a bajar y pienso que va a mis pechos, pero lo único que hace es pasar la lengua entre ellos y bajar un poco más. Mis manos suben de su espalda a su cabello a medida que baja y cuando llega a mi ombligo arqueo mi cuerpo hacia ella una vez más. Sus labios besan y sus dedos trabajan rápido bajando el short y mi ropa interior junta. Su aliento golpea el centro de mi cuerpo que arde por ella.

—Lauren—me llama y mis ojos se encuentran con los de ella. Apoyo mis manos en la cama y me incorporo un poco ayudándola a que termine de quitar mi ropa.

Sus dedos acarician mis piernas mientras baja todo hasta quitarlo y tirarlo sin ceremonia a un lado de la cama lo que me parece lo más erótico que he visto en mi vida. Está de rodillas entre mis piernas y sus ojos ven el centro de mi cuerpo como lo más hermoso del mundo. Es la mirada de admiración más profunda que he sentido en mi vida. Me siento expuesta, pero no quiero ocultar mi cuerpo de su mirada. Estoy más delgada, y soy consciente de eso, pero Camila me ve de una forma que no deja lugar a dudas en mi mente. Me arqueo ante sus ojos y su mirada arde por dónde pasa.

—Eres tan hermosa—me dice casi con reverencia mientras las yemas de sus dedos suben por cada una de mis piernas. Sus dedos se detienen en mis muslos que aprieta suavemente antes de abrir mis piernas un poco más.

La veo entreabrir su boca y pasar la lengua por sus labios y no lo puedo resistir más. Me incorporo tomando su rostro y besándola con toda la pasión que siento en mi cuerpo. Nuestros cuerpos se juntan y siento el roce del encaje de la ropa interior de Camila contra mi centro desnudo.

—Quiero probarte—me dice moviendo sus labios hacia mi oído—. Quiero sentir tu sabor en mis labios y en mi lengua. Déjame probarte, Lauren.

—Si—entierro mi rostro en su cuello—. Lo que quieras, Camila. Toma lo que quieras de mí.

—Lo quiero todo—me dice incorporándose para verme a los ojos—. Todo de ti, Lauren Marchetti. No te contengas.

Sé que sus palabras significan mucho más que una noche de placer. Sé que se refiere a más que a mi cuerpo, y yo quiero entregárselo todo. Quiero dejar de pensar y solo sentir. No hay recuerdos que opaquen este momento, porque este momento no tiene comparación.

—Entonces tómalo—le digo y no tengo tiempo de decir nada más porque mis palabras parecen ser órdenes para ella, que baja sus besos muy rápido hasta llegar a mi centro. Siento su aliento y como ella abre más mis piernas colocándolas sobre sus hombros. Sus manos van hacia mi trasero alzándome y siento la punta de su nariz tocarme. El grito es desgarrador, porque lo siento en cada terminación nerviosa de mi cuerpo.

Escucho un gemido ronco salir de la garganta de Camila cuando aspira contra mi centro absorbiéndome de una manera que hace que mi cuerpo reaccione mucho más. Sus labios besan mi clítoris y todo el razonamiento me abandona en ese momento. No puedo pensar, solo sentir. He esperado toda mi vida por este momento, el momento en que mis sentidos han muerto para revivir en las acciones de otra persona.

La lengua de Camila me acaricia por primera vez y no puedo evitar incorporarme un poco para verla. Su rostro entre mis piernas es la imagen más hermosa que he visto en mi vida, y el sonido que hace al acariciarme con su lengua a lo largo de toda mi intimidad es la melodía más perfecta que alguna vez escuché. Su mirada se alza y sus ojos se encuentran con los míos. Su lengua me acaricia mientras ella no deja de verme y mi cuerpo tiembla provocando una sonrisa en mi rostro mientras la observo. Siento su sonrisa contra mi cuerpo y sus ojos se cierran cuando sus besos se vuelven más intensos sobre mi clítoris. Yo caigo contra la cama alzando mi cuerpo hacia ella que bebe de mí con fuerza.

No puedo evitar gritar de éxtasis mientras mis caderas se mueven contra su boca buscando liberación. Mi cuerpo se estremece y siento la humedad salir mucho más, pero Camila la bebe y es lo más íntimo que he compartido con alguien. Estoy viviendo el momento más hermoso de mi vida, con la persona que soñé toda mi vida.

—Déjate llevar, mi amor—me dice ella roncamente contra mi piel y no tiene que decirlo de nuevo cuando mi cuerpo se estremece haciéndome perder la respiración. Mis ojos se abren ante lo que estoy sintiendo y cuando sintiendo su lengua firme penetrarme pierdo el sentido. Mis ojos se entrecierran y mi cuerpo se estremece en lo que ahora sé es un orgasmo. Acabo de experimentar la cima del placer que sigue subiendo y subiendo mientras Camila no para de acariciarme y beber de mí. Su agarre es firma sin permitir moverme mientras grito de éxtasis al ver estrellas. El grito de liberación casi quema mi garganta, y las convulsiones van bajando mientras sigo sintiendo las caricias tiernas de su lengua.

Mis manos temblorosas buscan su cabello y la obligo a subir hasta tenerla frente a mí. Mis ojos la observan y noto su rostro empapado. Sus labios van hacia los míos y siento mi propio sabor en su boca. Me separo de ella y mi lengua sale pasando por su mentón y la escuchó gemir y moverse contra mi cuerpo que sigue sensible. Lo que se ha apoderado de mí es tan fuerte que giro a Camila hasta quedar sobre ella. Mis cabello cae como cascada entre su rostro y mi intimidad se abre contra su vientre dejando un rastro de humedad que no puedo evitar. No digo nada y solo bajo un poco hasta tomar su ropa interior y rasgarla con mis manos. Sus ojos se abren sorprendidos pero la escuchó gemir roncamente ante el acto.

Me desconozco a mí misma. No sé quién ese esta mujer que está admirando el cuerpo de Camila muriéndose de las ganas de volver a sentirla. Quiero hacer esto toda la noche.

Toda la noche con Camila. Para siempre con Camila.

~*~

CAMILA LOCKWOOD

La sorpresa no solo fue que rompiera mi ropa interior en dos para quitármela. La sorpresa es la naturalidad con la que acaricia mi labia mientras su boca besa la mía. Quiero pertenecerle, quiero que me tome. Estoy enamorada de ella, no puedo negarlo. Lauren es la mujer de mi vida, y lo que siento es algo tan nuevo como lo que ella está experimentando. Porque estoy haciendo el amor en todo el sentido de la palabra. Estoy haciendo el amor con la mujer que adoro.

—No lo pienses—le digo contra su boca al verla dudar—. Créeme que no puedo estar más lubricada de lo que ya estoy por ti—sus manos subieron a su rostro acariciando sus mejillas—. Quiero ser tuya, Lauren.

Lauren no dice nada porque parece haber perdido la capacidad de hablar. Sus dedos buscan mi entrada y sus ojos llenos de deseo me miran como ninguna mujer lo había hecho antes. Su dedo índice me penetra despacio y sus ojos me ven pidiendo aprobación. Yo solo sonrío dándole la confianza que ella necesita, y arqueo mi cuerpo ante su avance. Su centro húmedo está sobre mi muslo y yo lo muevo invitándola a que disfrute ella también.

—Más fuerte mi amor—le digo sintiendo sus besos en mi cuello. Lo he dicho, y ella no huye de mis palabras.

"Mi amor" eso significa Lauren para mí.

—Dime cuántos quieres—me susurró al oído—. Quiero perderme dentro de ti, cara mia—sus dientes toman el lóbulo de mi oreja y yo no puedo evitar gemir contra su cuello. Me encanta este lado de Lauren, algo que no conocía de ella.

—Dos—le dije mordiendo su hombro mientras ella se estremecía como yo.

Ella saca su mano y siento la pérdida de su calor, de su cuerpo; pero no tardo en sentir dos dedos penetrándome. El placer es tan intenso, tan real. Su ritmo es perfecto mientras me besa y se mueve contra mi muslo. Su frente se pega a la mía cuando sus penetraciones se hacen más fuertes. Es como si supiera que hacer, como si algo la estuviera guiando dentro de mi cuerpo. Sus ojos se ven puros y llenos de sentimiento, y eso basta para que me deje ir, soltando un grito y sintiendo el orgasmo golpearme fuerte, casi desmayándome, y ella me sigue poco después.

Ella cae sobre mi cuerpo y yo la abrazo de inmediato mientras sus dedos siguen dentro de mí. La respiración de las dos es entrecortada. Mis dedos recorren su tersa espalda sintiendo la capa de sudor y un suspiro de relajación de su parte me confirma que se siente bien. Se mueve un poco hasta sacar sus dedos de mi interior y los sube hasta su rostro observándolos con una sonrisa. Nuestros ojos se encuentran y ante mi mirada lleva sus dedos a su boca y los limpia con su lengua haciéndome gemir. Mis labios la buscan llenos de amor, y ella corresponde mi beso intenso. Giramos por la cama hasta quedar una frente a la otra y al separarnos nuestras sonrisas se encuentran.

—¿En qué piensas? —le pregunto apartando un mechón de cabello de sus ojos. Su cuerpo se pega al mío sin querer alejarse, sin querer soltarme.

—He perdido un poco la capacidad de formar una oración coherente—me dice contra mis labios—. El primer orgasmo de tu vida causa eso, supongo. Me siento abrumada, pero tan feliz que no me reconozco a mí misma.

—Este es solo el inicio—las yemas de mis dedos recorren la curva de su cuerpo solemnemente—. Lo quiero toda la noche, Lauren—la veo contener su respiración y pegarse más a mí.

—Yo también—sus labios buscan los míos para otro beso y lo correspondo—. Creo que acabas de crear un monstruo—me dice girándome y colocándose sobre mí. Mis ojos recorren su hermoso rostro y le doy la bienvenida a mi destino.

—Entonces debo ser yo quién cubra sus demandas—ambas nos sonreíamos ante eso cuando mis dedos encuentra el centro de su cuerpo húmedo y deseoso una vez más.

—He esperado toda mi vida sentirme así—me dice ella pegando su frente a la mía—. No creo que pueda cansarme—la sonrisa en mi rostro en suave.

Sus ojos se abren cuando la penetro suavemente y sentir su interior es lo que esperaba y mucho más. Su calor cubriendo mis dedos, sus suaves jadeos formándose en su boca, su mirada pasar de tierna a llena de deseo.

—Cuando quieras, dónde quieras y las veces que quieras—le digo contra sus labios y sus gemidos me enloquecen con cada golpe de mis dedos. Sus caderas se mueve con cada penetración y su frente conecta a la mía. Su aliento toca mi rostro mientras pequeñas gotas de sudor se deslizan por su cuello. Su rostro se alza en éxtasis y la imagen queda grabada en mi mente para siempre.

La noche nos abraza y nos llena de placer. Nos hacemos el amor en la ducha, en la sala de estar, en la alfombra frente a la chimenea, sobre la mesa de la cocina. En el suelo de su propia habitación. Mi cuerpo agotado se junta al de ella horas después en nuestra cama mientras los rayos del sol tratan de penetrar las pesadas cortinas. Digo nuestra cama, porque en esa cama la nos hemos entregado la una a la otra sin prejuicios, sin limitantes. Mis manos pasan por el cuerpo que ya conozco a la perfección. Lo he tocado con mi boca, con mis manos con cada parte de mí y ella ha hecho lo mismo. Mi sabor está en sus labios, mi esencia en su cuerpo.

Su cuerpo se pega al mío y su rostro descansa sobre mi hombro. Una sábana nos cubre y yo la abrazo sintiendo finalmente que todo lo que ha pasado durante esas horas. No decimos nada porque ya no existen las palabras. La respiración de Lauren se vuelve tranquila y sé que se ha dormido. La abrazo más fuerte contra mi cuerpo y en ese momento permito que las lágrimas llenen mis ojos y se derramen por mis mejillas. Mis labios besan su cabello con dulzura que guarda el olor a jazmín de nuestra ducha unos minutos atrás antes de caer agotadas.

Estoy llorando de felicidad y de realización. En mis brazos tengo a la mujer que esperé toda mi vida. Un pequeño sollozo escapa de mi garganta y mi respiración se entrecorta cuando siento unos suaves labios contra mi cuello.

—¿Qué pasa, cariño? —sus besos siguen hasta girar mi rostro y su pulgar limpia las lágrimas de mi mejilla izquierda—. ¿Por qué lloras?

—De felicidad—me muevo un poco para quedar a su nivel y besarla en los labios—. Pero por favor duerme, hermosa. Tienes que descansar.

—Tú también tienes que dormir—me besa de nuevo—. Mañana tienes un día especial en el hospital. Es tu primer día como cirujana. Es tu día tan esperado.

—Mi día más esperado acaba de pasar—le beso la frente y ella suspira.

—Además tengo planes para hoy—me dice contra los labios y ambas sonreímos. Por supuesto que los tiene, Lauren es insaciable y me encanta—. Te necesito fuerte.

—Creo que voy a necesitar medicamentos, mujer—ella empieza a reír y se acomoda de nuevo para descansar. Nuestros cuerpos desnudos y entrelazados formando una nueva y descubierta confianza e intimidad.

—Es una suerte que seas doctora—Lauren empezó a reír contra mi cuello y su mano descansó al centro de mi pecho. Minutos después ambas nos sumimos en un hermoso y pacifico sueño.

Una en brazos de la otra.

~*~

JESUS LOCKWOOD

Veo a mi madre llorar de nuevo y mi corazón se parte de dolor por ella. Sus días viendo videos de Camila y sus álbumes le han dejado con mucho más dolor, y que mi hermana no llame ni quiera hablar con ella la está consumiendo poco a poco.

—Madre, ¿Quieres algo de desayunar? —me acerco a ella pero parece tan lejana. Ha estado así desde que Camila se enteró de la adopción.

—¿Te ha llamado tu hermana? —yo respiro hondo acercándome a ella y colocando una mano en su hombro con cariño.

—No, mamá—me siento a su lado—. Camila ha estado muy ocupada con sus cosas. Debes respetar sus deseos.

—¿Respetar sus deseos? —su voz suena llena de dolor—. Han pasado meses desde la última vez que me habló. Necesito verla y aclarar las cosas, Jesus.

—¿Aclarar qué exactamente, madre? No creo que exista nada que puedas decirle a Camila que le aclare las cosas. Deja que ella cierre el ciclo por su propia cuenta y busque sus propias respuestas. Cuando ella lo crea conveniente vendrá a verte.

—¿Y si nunca lo hace? —yo no me quedo callado sin saber cómo responderla.

—¿Tú sabes de su familia biológica? —mi madre niega, pero sé que me está mintiendo y eso me duele—. Ocultar las cosas no te hará bien. Ya tienes un ejemplo en la reacción de Camila al enterarse por un papel de su adopción. Si sabes algo de su familia creo que sería bueno que por lo menos le escribas una carta o algo.

—Su familia somos nosotros dos nada más—su voz es dura y yo suspiro con resignación.

—Camila necesita saber, madre—le acaricio el brazo tratando de alguna forma de transmitirle confianza—. Creo que esa sería una forma de hacer que hablara contigo. Es momento de que le digas la verdad y la dejes decidir.

—¿Y si busca a esa mujer? —su voz suena amarga y sé que tiene temor de perder a Camila para siempre—. No quiero perder a mi hija.

—La perderás de igual forma si se entera que tú sabías de su familia biológica y jamás se lo dijiste como la adopción—ella empieza a llorar llena de dolor y yo solo le acaricio la espalda—. Piénsalo, madre.

~*~

HORAS DESPUÉS

Lauren respiró hondo al ver la puerta del sótano de su cabaña y apretó fuertemente las medallitas que llevaba en su mano ya que tenía exactamente cuarenta minutos parada en el mismo lugar sin atreverse a entrar. La noche anterior se había quitado las medallas con el nombre de Caleb de su cuello con el objetivo de dejar atrás y de avanzar. Su noche había sido maravillosa y la mañana había sido mucho más espectacular cuando Camila la había despertado moviéndose sobre ella con sus centros húmedos rozándose. Eso había sido casi tres horas atrás y Camila ahora estaba profundamente dormida. Lauren le había dejado una nota y una flor silvestre sobre la cama por si despertaba. Su mano temblorosa acarició la puerta y después de pensarlo mucho la abrió.

Su corazón dolió al ver su piano de cola y la gran cantidad de instrumentos dentro. Sobre el piano se encontraba su violín. Los ojos de Lauren se cerraron un momento ante la acostumbrada ola de dolor que sintió al observar su antigua vida y apretó la medalla en su mano. Al abrir los ojos se encontró rodeada de dos delicados brazos y el suave olor de Camila la hizo estremecer.

—Hola, hermosa—le dice al oído besando su cuello.

—Hola, cariño—Lauren se gira para darle un beso que se torna apasionado de inmediato.

Camila suelta un ronco gemido y la abraza por la cintura pagándola a ella. La nueva intimidad entre ellas es especial, lo que hace que el beso sea más intenso, más significativo.

—¿Qué es este lugar? —murmura Camila contra sus labios y Lauren alza su brazo para encender la luz.

—Es un sótano—Lauren la abraza suavemente y Camila observa a su alrededor acariciando la espalda de Lauren. La cantidad de instrumentos dentro la asombra unos segundos, sobre todo el enorme piano a mitad de la habitación.

—Tus instrumentos...—le dice al oído y Lauren asiente contra su cuello.

—Cuando entré a la sinfónica alquilé un pequeño local y traté de poner un estudio—Camila se aparta para ver sus ojos y Lauren la observa con dolor ente los recuerdos—. Eres la primera persona que lo sabe. Nunca se lo dije a nadie.

—¿Un estudio para que otros artistas pudieran grabar? —Lauren niega acariciando la mejilla de Camila.

—Algo personal—su frente se pega a la de Camila y suspira contra sus labios. La vuelve a besar sin poderlo evitar, el contacto es necesario—. Lo hice para componer y tener un lugar para inspirarme. Un lugar que fuera solo mío.

—Entiendo—Camila le sonríe y acaricia su mejilla—. ¿Sabes tocar todos estos instrumentos?

—La mayoría—Camila la ve sorprendida y llena de orgullo—. Mis favoritos son el piano y el violín. Pero puedo tocar la guitarra, la batería, el bajo y el violonchelo.

—Entonces son casi todos—ambas se sonrieren y Camila le besa la punta de la nariz con dulzura—. Cuando desperté y no te vi en la cama me preocupé mucho, hasta que leí tu nota. No estaba segura si querías que te acompañara en algo tan íntimo como esto—señaló a su alrededor.

—No creo que pueda hacer más que mirar, pero es mucho más de lo que he hecho en todo este año. La puerta ha estado cerrada siempre para mí y he sido incapaz de abrirla. Thomas se encarga de tener en buen estado los instrumentos.

—Pero hoy pudiste entrar—Lauren asiente y toma el rostro de Camila entre sus manos y recuerda la medalla.

Camila se gira un poco al sentir el metal contra su mejilla y ve la medalla con sorpresa y luego los ojos de Lauren.

—Me la quité mientras arreglaba nuestra habitación ayer por la noche. Porque quería empezar nuestra noche bien, sin que nada nos interrumpiera.

—Oh, Lauren—Camila toma la mano que tiene la medalla y la pone entre las de ellas—. Sé lo importante que es esto para ti. Sé que tuviste una relación anterior y que amaste a Caleb mucho, no quiero que pienses que debes renunciar a una parte de ti, por mí.

—No es una parte mí—Lauren niega con tristeza—. Los recuerdos vienen y me golpean tan fuerte que algunas veces siento que no puedo respirar y no quiero eso Camila. No quiero arruinar el recuerdo de Caleb con dolor. Ayer por la noche me sentí libre—las manos de Camila alzan las de Lauren para besarlas y ella la ve con profunda ternura—. Lo que vivimos ayer fue lo más hermoso que me ha pasado en la vida—sus palabras son sinceras aunque la afirmación la hace sentir triste—. No quería que un recuerdo arruinara todo lo que construimos. Hacer el amor contigo ha sido la experiencia más sublime de mi vida. Y todo lo que ves aquí es parte de mi pasado. Esto lo dejé en nombre del amor—los ojos de Lauren se llenan de lágrimas que se nueva a derramar—. En cada uno de estos instrumentos estaba un sueño que dejé atrás. Pero esto—se refiere a las dos y Camila siente un nudo en la garganta—, es algo que no pienso sacrificar. Sé que estoy llena de dudas. Sé que posiblemente no me creas después de que días atrás te dije que jamás podría olvidar a Caleb, y no lo he hecho. Lo sigo amando—Camila baja la mirada asimilando las palabras.

—Yo entiendo—su voz es triste y Lauren le alza el rostro para que la vea a los ojos.

—Pero esta mañana vine aquí para poner esta medalla con todos estos recuerdos de mi pasado. Es la que usaba en Italia cuando te conocí y la que he usado desde que Caleb murió—la duda se nota en la mirada de Camila y Lauren se atreve a sonreír en medio del dolor que siente—. Quiero que al salir de aquí sea un nuevo inicio para las dos, Camila. Porque si de algo estoy segura es que esto no es algo de una noche para ninguna de las dos. No quiero que al salir de esta cabaña las cosas se vuelven incomodas entre nosotras. Yo quiero esto, cada día. Quiero llevarte la cena al hospital y besarte. Quiero citas, y hacer el amor contigo—los ojos de Camila se llenan de lágrimas, pero una sonrisa adorna su rostro—. Quiero que esa doctora Hayden sepa que no estás disponible—Camila empieza a reír entre lágrimas—, pero porque estás conmigo. Porque soy yo la que te besa—Lauren pega su frente a la de Camila y suspira sintiendo su cuerpo temblar ante la cercanía—, que soy yo la que te hace el amor. Es conmigo con quien tienes una relación estable y llena de confianza.

—Hayden no es relevante para mí, Lauren—sus ojos son sinceros—. No existe una mujer que se te compare en ningún sentido—la boca de Camila busca la de Lauren y las dos se encuentran con un gemido de aceptación. El beso es feroz y apasionado y las dos lo corresponden con la misma intensidad—. Es a ti a quien quiero y deseo—el beso se vuelve intenso, tanto que Camila pega a Lauren a la pared. La toma de la cintura alzándola como puede y haciendo que enrede las piernas en su cintura. La pared es su apoyo y Camila no dudó en dejarse llevar.

La cadena se deslizó de la mano de Lauren y cayó al suelo mientras sus dedos se enredaban en el cabello de Camila.

—Lauren—le dice contra la boca—. Perdóname, pero apenas puedo resistir la urgencia de tenerte.

Lauren usaba solo una vieja camisa que había tomado de la maleta de Camila. Las manos de Camila la acariciaban como lo más precioso del mundo, pero cuando las puso en la pared al lado de su rostro supo que se había controlado.

—Lo siento—le dijo observándola con sus ojos marrones llenos de afecto. Camila no duda en ayudarla a poner sus pies sobre el suelo, y la besa dulcemente—Iré a preparar algo de comer para las dos—le acaricia la mejilla.

—Te acompaño—Lauren le sonríe y se separa de ella levanto la medalla del suelo y acariciándola con su pulgar. Un respiro hondo sale de su boca mientras se acerca a su piano y la coloca sobre la tapa. La yema de sus dedos acarician el piano y luego el violín que se encuentra sobre él.

Había tanta historia en sus cuerdas, tantos recuerdos en su sonido. Camila se acercó a ella y Lauren no dudó en pasar un brazo por su cintura y abrazarla.

—Es un hermoso piano—sus dedos lo acarician y Lauren suspira a su lado.

—Lo compré con mi primer pago de la sinfónica—su mejilla se pega a la cabeza de Camila y el desayuno queda olvidado—. El piano siempre fue mi favorito para empezar a componer, y luego acompañar la melodía con el violín. Usaba mi acústico y mi violín eléctrico—señala arriba de un mueble dónde estaba otra funda de violín.

—Me dijiste que al morir Caleb nada de esto tenía sentido, que él era tu inspiración—Lauren observa la habitación con tristeza.

—Lo dejé pensando en una familia, en el amor por él. Cuando el murió perdí las ganas de tocar, ya no me quedaba nada.

—¿Por él era todo? —Lauren se gira para observar a Camila, y guarda silencio pensando en su respuesta.

—No—responde finalmente Lauren—. Pensé que él lo era todo, pero no sabía que no puedes considerar un todo, cuando estás vacía. Tenía dos años de estar vacía cuando Caleb murió, y no lo entendí hasta mi viaje a Italia y estos días atrás cuando pensé que te había perdido. Al dejar la sinfónica lo perdí todo sin saberlo. Seguía tocando, pero jamás fue lo mismo. Jamás pude superar el haber dejado mi sueño...mi álbum—Camila la observa sin entender, pero Lauren parece reflexionar lo que ha dicho—. Lo dejé todo por amor a Caleb. Pero olvidé que para amar a alguien debo amarme a mí misma primero. Ahora no pienso cometer el mismo error.

Sus labios se juntan con los de Camila una vez más y Camila la abraza por la cintura.

—Jamás te pediría que dejaras nada que te haga feliz—murmura Camila contra su boca y Lauren asiente.

—Es por eso que estoy dejando cosas aquí, en los recuerdos. Porque lo que me hace feliz eres tú, y quiero amarme a mí misma permitiéndome experimentar la felicidad y el placer de estar contigo—Camila baja la mirada y piensa en las palabras de Lauren tan profundas y sinceras y sabe que debe decirle.

—Cariño—Lauren se gira para observarla y Camila la ve sintiendo angustia en su pecho—. Hay algo que debo decirte. Algo importante sobre la noche en que Caleb murió—Lauren le pone un dedo sobre sus labios y niega con la cabeza.

Lauren la toma de la mano y la saca del sótano y ya estando afuera cierra la puerta sin mirar atrás. Sus ojos van a Camila una vez más.

—El pasado se queda allí dentro, Camila—su frente se pega a la de ella—. Sé lo que tengo que saber y eso basta. Ahora lo que quiero es que me lleves a nuestra habitación y me hagas el amor.

—¿Y el desayuno? —pregunta Camila con una sonrisa.

—Conozco un hermoso lugar en el pueblo dónde te llevaré a cenar—los ojos de Camila se abren sorprendidos.

—¿Cenar? —alza una ceja con curiosidad y Lauren le sonríe—. ¿Qué comeremos en cinco horas?

Lauren se quita la camisa rápidamente quedando desnuda frente a Camila que abre los ojos con sorpresa. La risa de Lauren llena el lugar mientras empieza a correr por las escaleras y Camila con un grito de indignación empieza a seguirla hacia la habitación donde minutos después se encontraron en la cama haciendo el amor.

Era momento de dejar el pasado atrás. Lauren esperaba lograrlo, pero solo el tiempo lo diría.

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¡LISTO!

Estos capítulos siempre son dificiles de escribir para mí, pero de verdad espero que les gustara mucho. Yo disfrute escribiendolo y esta historia es especial para mí. Espero sus comentarios que saben que adoro leerlos y estaré contestando algunos así que pueden preguntar hasta cierto punto porque no les daré spoilers. También los invito a leer mi nueva historia Returned. Es corta pero espero que les guste. Dónde estén please be safe.

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