SAM'S POV
No aguantaba la presencia del Emir en el castillo, recordaba aquel amargo momento hace 7 años y me hace desear desollarlo vivo
- ¿en qué piensas? – Alex a mi lado me miraba preocupada
- en cómo se idiota ha venido a imponerse en nuestras vidas – suspiré cansada
- ¿te refieres al Emir? –
- si... es insoportable – dije
- lo pude notar, ninguna de ustedes lo aguanta, pero creo que tu madre quiere matarlo –
- estás en lo cierto, mi madre desea ponerle la mano encima y hacer que deje de respirar –
- ¿por qué? –
- el hizo algo muy malo, y nunca lo vamos a perdonar – dije, no quería contar aquella horrible historia
- está bien... ¿no crees que la pequeña Nía es hermosa? –
- sí, y creo que Lena y tu prima la adoptarán... - dije burlona
- después de esa imprudencia que cometiste no lo dudaría – tomé su barbilla y le di un leve beso
- pero esta imprudente te gusta – dije
- no sé qué tienen las otomanas que nos vuelven locas – replicó para abrazarse a mi cuello y besarme de manera apasionada
Nos vestimos acorde a la ocasión y bajamos al salón de fiestas, Lena, Lady Kara, mi madre y Lady Astra estaban ya en el lugar, mi madre estaba apartada, la veía con la mirada perdida...
Empezamos a beber alegremente y a conversar con distintas personas, la fiesta estaba muy animada, Alex ni se despegaba de mí y eso me encantaba, las sirvientas pasaron copas con vino, el momento del brindis había llegado, todos se pusieron de pie
- quiero brindar por todos nosotros, por lo que hemos logrado y por lo que falta, por mi esposa y la maravillosa familia que se ha concedido, espero sigamos siendo una unión solida – Lena elevó la copa y todos la seguimos, bebimos el contenido de los recipientes y luego continuamos con la fiesta
- la sultana es una excelente oradora – me dijo Alex
- lo sé, ella... -
- ¡LA SULTANA HA SIDO ENVENENADA! –escuché el grito de mi madre, me levanté de inmediato, la ví con su rostro manchado de sangre y Lena entre sus brazos, la angustia inundó mi ser – LLAMEN AL MEDICO, ¡PREPAREN AGUA CALIENTE CON SAL! ¡Y LLEVEN CARBÓN! – mi madre corrió a toda velocidad fuera del recinto, escuché a la gente murmurar, me acerqué al lugar donde las sultanas estaban sentadas, agarré ambas copas y vi la evidencia
- es arsénico – dije
- ¿Cómo lo sabes? – dijo Alex
- el arsénico tiñe la plata... que rayos... -
- ¿Qué ocurre? –
- Alex... esto no iba destinado para Lena – dije atónita
- ¿Qué? –
- esta es la copa de la sultana regente – la miré – a quien querían matar era a Lady Kara... -
- Arwen... - dijo Lady Kara suplicante
Todos estaban pendientes de nosotras, Lady Astra se acercó
- ¿dices que quieren matar a mi sobrina? – preguntó la mujer mayor, yo asentí en silencio, escuché pasos apresurados, era mi madre quien se acercaba
- es arsénico – le dije, ella se detuvo, cubrió sus ojos con su mano
- como es... - ella dijo casi al borde del llanto
- mamá, el veneno estaba en la copa de Lady Kara, es evidente que a quien quieren eliminar es a ella – ella retiró su mano, volteó y miró al Emir idiota
- ¡FUISTE TÚ! – caminó hacia él, lo agarró de la túnica y lo empujó muy fuerte contra la pared, se escuchó la cabeza del hombre golpear contra la estructura
- no... no sé de qué me hablas – tartamudeó, su mirada era de pavor
- ¡TU LA ENVENESASTE! – mi madre levantó la mano y le propinó un fuerte golpe directo al rostro, la nariz del hombre empezó a sangrar copiosamente - ¡VOY A MATARTE! – otro golpe más
- yo... yo no... fui – murmuró en medio del llanto
- ¡NO TE CREO! – ella lo soltó y le dio un puño más en el estómago, haciendo que el se arrodillara y devolviera todo lo que había consumido, hice un gesto de asco – asqueroso, ¡ENCIERRENLO! – los soldados lo levantaron de los brazos y se lo llevaron lejos de nuestras vistas, mi madre volvió para encararme, yo me cuadré firme – debemos averiguar quién hizo esto – dijo agitada, yo asentí
- ¿no fue James? – preguntó Alex
- no, eso fue solo para despistar, quien puso el veneno sigue libre – mencionó mi madre en voz baja
- ¿Lena estará bien? – las lágrimas no paraban, quería ir para verla
- si cariño, es una chica fuerte... - me respondió mi mamá
- ¿Qué pasará ahora? – Alex se notaba preocupada
- Lady Kara debe hacerse cargo del reino – dijo mi madre, y tenía sentido, al faltar la sultana, entonces su pareja era la sucesora en la línea al trono - ¡LA FIESTA HA TERMINADO! – la gente empezó a salir asustada del sitio entre conversaciones – Sam... quiero que interrogues a la servidumbre – me pidió
- ¿puedo ayudar? – mi Alex pidió
- sí, muchas gracias – mi madre sonrió triste, asentí y me encaminé con Alex rumbo a las cocinas
- con Lady Kara querían que fuera de inmediato... no se tomaron la molestia de envenenarla como hicieron con el viejo – dije en voz baja
- ¿Por qué crees que fue así? –
- querían inculpar al Emir... - dije contundente - querían despistarnos –
- pero... ¿Por qué Kara? – la detuve y nos situamos en una esquina apartada
- no lo sé cariño... lo único que sé, es que Lena salvó a tu hermana, tal vez se dio cuenta de que el vino estaba envenenado y lo tomó –
- ¿Por qué lo hizo?, decir, si es como dices, solo hubiese avisado que estaba envenenado –
- no, ella quería comprarnos tiempo, y debemos aprovecharlo, debemos saber quién está tras todo esto –
- está bien... - continuamos nuestro camino
Mientras nos acercábamos a las cocinas, escuchábamos fuertes llantos y gritos, nos apresuramos a llegar, y en cuanto lo hicimos nos topamos con una lamentable escena... una mujer yacía colgada de uno de los candelabros de la cocina
- ¿Qué ocurrió? – nos acercamos a la servidumbre
- se ha suicidado – dice uno de los sirvientes, de inmediato miro a Alex – bájenla – ordené a los guardias, ellos se subieron al mesón para hacer lo pedido, en cuanto la bajaron la recostaron en el suelo, me hinqué para verla más de cerca, la mujer tenía rasguños en el área del cuello
- no, a esta mujer la asesinaron – dije para luego observar a Alex
KARA'S POV
Me aventuré a dormir con Lena, estaba determinada a cumplir la promesa que hice a la Zarina de cuidarla... y que tampoco deseaba que nadie desconocido se acercara, ahora que sabía sobre mi intento de asesinato estaba terriblemente asustada, pero creía fervientemente que mi familia encontraría a quien estaba detrás de este asunto.
Mi esposa se removía en sueños, quejándose por el dolor, me desesperaba no poder hacer nada por ella, solo podía abrazarla y acariciarla para que se tranquilizara, y así me quedé dormida.
Fui despertada por un gemido, ella se movía bruscamente, me acerqué y al tocarla noté que ardía en fiebre, me levanté rápidamente, abrí la puerta, encontrando a la Zarina a punto de entrar
- tiene fiebre – dije preocupada, ella asintió y me pidió permiso para entrar, accedí, ella se acercó a la cama, tocando la frente de mi mujer
- por favor pide a los guardias que vayan por agua helada, con hielo si es posible – me pidió, yo asentí y salí de la habitación
- por favor, traigan agua para llenar la bañera, que sea helada – pedí, uno de los guardias asintió y fue a cumplir con lo pedido, ingresé de nuevo a la habitación, la Zarina tocaba los cabellos de Lena
- han... ¿han descubierto algo? – pregunté nerviosa
- sí, dígame Lady Kara ¿recuerda a la persona que les proporcionó las copas? - Pregunta, sus gélidos ojos me examinan
- era... una mujer, morena y delgada, no creo recordar su rostro a la perfección –
- y si yo se la mostrara ¿podría reconocerla? –
- sí, creo que si ¿Qué encontraron? –
- mi hija y Lady Alexandra encontraron a una mujer colgada en la cocina, creemos que fue asesinada, y que fue ella quien les proporcionó las copas –
El guardia llegó acompañado de otros dos, con grandes recipientes de agua, se encaminaron al baño, llenaron la bañera y luego salieron
- vamos a bajarle la fiebre – ella cargó a Lena con facilidad, en cuanto llegamos al cuarto de baño, le quité la manta, ella sumergió a mi mujer dentro de la bañera, Lena de inmediato despertó e intentó aferrarse al cuerpo de su mentora – cariño... debes quedarte en el agua, debemos bajarte la fiebre – Lena titiritaba del frió y las lágrimas se deslizaban por sus sonrojadas mejillas, después de un tiempo fue por un toallón, me lo dio y yo lo acepté, la sacó del agua y yo de inmediato la cubrí, ella se encaminó hasta la cama y con el toallón se dispuso a secarla – es necesario no hacer fricción con la toalla, o la temperatura de la piel aumentará- me explicó y yo asentí, ella me tendió la toalla y yo la recibí sin entender – por favor termine – los colores se me subieron al rostro – estaré afuera haciendo guardia, cualquier cosa por favor llámeme, he enviado por dos soldados de confianza para que mañana se queden con Lena en lo que nos reunimos con el parlamento – dijo
- gracias, Zarina –
- por favor, dígame Arwen, estoy a su servicio... buenas noches – y salió de la habitación, avergonzada terminé de secar el cuerpo de mi mujer, la cubrí con una manta delgada y la dejé dormir, yo también hice lo mismo
Al día siguiente me levanté con la alborada, me bañé y vestí con ropas formales, estaba increíblemente nerviosa por lo que pasaría hoy
- deséame suerte – dije a una Lena dormida, me aventuré a besar sus labios
Escuché un par de golpes en la puerta, autoricé la entrada, la Zarina ingresó para saludarnos
- buenos días – hoy vestía una armadura ceremonial negra con ornamentaciones rojas, su capa era carmesí
- buenos días, Arwen – dije sonrojándome, ella sonrió
- ¿Qué tal la noche? – me preguntó
- estuvo más tranquila – respondí
- optimo, ya he pedido que preparen la infusión – escuché toques en la puerta – deben ser mis soldados – dijo, se levantó y fue para abrir la puerta, se quedó un momento en el rellano y luego las hizo pasar... era la guerrera de piernas bonitas y otra mujer
- buenos días sultana – saludaron ambas mujeres haciendo una reverencia
- Lady Kara, ella es Diana, y ella es Lucy - ¿Lucy?, ella es...
- es un gusto conocerlas – dije
- cuidaremos a la sultana – prometieron
- gracias – dije
- debemos irnos, no puede llegar tarde a la reunión – Arwen me invitó a salir de la recamara, accedí – sé que lo hará bien – dijo una vez fuera de la habitación
- ¿disculpe? –
- su gestión como sultana, lo hará bien – ella sonrió
- gracias por todo – dije sincera – por cuidarnos... - recordé el asunto del té para el dolor
- fue un gusto – respondió, me ofreció su brazo y lo tomé, ambas caminamos rumbo al salón del parlamento
En cuanto llegamos, esos viejos estaban ya sentados, hablaban entre ellos
- buenos días – dije, de inmediato todos se callaron, pero no respondieron al saludo, Arwen retrocedió, volteé a mirarla indicó a Alex y a mi tía que se situaran a mi izquierda y derecha respectivamente, y ella junto a su Zarévich quedaron atrás
- el motivo que nos reúne a todos el día de hoy, es porque la sultana regente, la princesa Kara In Ze de Valaquia asumirá el trono de manera provisional – dijo Arwen de manera firme
- lo siento, Zarina, pero la princesa de Valaquia no está capacitada para llevar a cuestas tal responsabilidad – dijo uno de los viejos
- ¡no estamos de acuerdo! – dijo otro por allá, y los otros viejos asintieron en acuerdo
- lamento que no estén en acuerdo, pero aquí hacemos lo que dictamina la ley, y esta dice que en caso de enfermedad o por incapacidad del sultán principal, su consorte será quien asuma el trono – dijo mi ahora protectora firme
- entonces ¿Qué pasará cuando esta mujer fracase? – pregunta otro por allá
- no lo hará – dijo Alex muy segura
- ¿y quién es usted para hablar? ¡nadie la ha invitado! – esos hombres me estaban sacando de quicio
- ten más cuidado al referirte a ella, viejo... estás hablándole a la nueva visir de la sultana regente – Alex la miró sorprendida
- nosotras serviremos como asesoras y consejeras de la sultana en vigencia, pero serán Lady Astra y Lady Alexandra quienes desempeñen sus labores como visires –
- ¡no pueden hacer eso! ¡son foráneas! –
- fue un decreto de mi parte, y como sultana en vigencia harán lo que yo diga – dije firme, todas estaban peleando por el bien del pueblo, y yo no me iba a quedar atrás
- el día que estas mujeres fracasen entonces nosotros elegiremos el sultán – dijo uno de los consejeros
- el día que ustedes hagan eso, mis tropas arrasarán con el imperio otomano – dijo Arwen
- ¡nos debes lealtad! –
- no es cierto, querido Ocas, no te debo lealtad ni a ti ni a ellos, le debo mi lealtad a las sultanas, mis tropas las apoyan a ellas, así que ya lo saben –
El resto de la reunión transcurrió de manera tensa, aquellos hombres nos miraban de muy mala manera
- Zarina ¿puedo preguntar algo? – Alex estaba algo cohibida, Arwen estaba comiendo un bollo de canela, y Nía estaba sentada en sus piernas
- ¿uhm? – ladeó su cabeza
- ¿es posible que sus tropas acaben con este imperio? – preguntó, yo también tenía esa duda
- así es – contestó con simpleza – nosotros tenemos parte del Danubio, y muchas tierras, sitios estratégicos donde podemos atacar directamente al imperio... - mencionó, tuvo que callar porque Nía se levantó y le dio un trozo de pastel
- ¿Quién está cumpliendo el papel de rey en el imperio Búlgaro? – pregunté
- el Zar regente es mi hermano Iván, el entendió y aceptó el intercambio, yo soy quien mantiene los tratados entre ambos imperios –
- ¿piensa asumir su puesto en el trono de manera cabal? –
- puede que sí, o puede que mi hija y su esposa sean las nuevas Zarinas, todavía no lo tengo en claro – Sam miró a Alex, Arwen sonreía
- esto... escuché que estaba comprometida ¿Qué pasará con eso? – pregunté, quería proteger el corazón de mi tía
- mi unión con Dílara fue algo diplomático, hace 10 años estamos comprometidas, pero... pienso cancelar mi compromiso en cuanto Lena esté bien, no puedo estar al lado de alguien a quien no amo – sonreí complacida
- Dílara es inaguantable – dijo Sam – me pregunto qué dirá el gran jeque cuando sepa que dejaste a su preciada hijita
- lo más probable es que Jaffar me rete a duelo –
- ¿duelo? – pregunté
- si, por la ofensa a su familia... - dijo reflexiva – pero valdrá la pena – ella miró a mi tía – por favor adelántense a la habitación, mi sultana, por favor acompáñeme – accedí, nos alejamos de las demás
- ¿ocurre algo? – pregunté preocupada
- iremos a ver el cadáver – respondió, me guió hacia una habitación vacía, en todo el centro había una mesa y una sábana blanca cubriendo el cadáver, ambas nos acercamos, ella descubrió el rostro de la mujer
- es ella – dije segura
- muy bien... - volvió a cubrir
- estoy preocupada por lo que pasa – expresé
- tengo serias sospechas... pero es algo que no puedo conversar ahora, solo puedo decirle que, de ser cierto lo que intuyo, esto es más grande de lo que imaginábamos -