Eran apróximadamente las cuatro de la mañana cuando sonó mi teléfono, no esperaba ninguna llamada a esa hora y todas las personas que conocía no llamaban al menos que fuera una emergencia. Supuse que ese era el caso, así que vi el número que llamaba en la pantalla, pero fruncí el ceño al no reconocerlo.
De todas formas decidí contestar, no todos los días recibías una llamada tan tarde.
—¿Hola?— escuché un par de murmullos en la línea, seguidos de un tosido y al fin alguien contestó.
—¿Hola?— hice alguna de especie de sonido con mi garganta para indicar que escuchaba—. ¿Hablo con Mark?
Fruncí más el ceño, claramente yo no era Mark, y me habían despertado de mi hermoso sueño para que solamente fuera un número equivocado.
—No— me tallé el ojo izquierdo—. Número equivocado.
—Mierda— alcé ambas cejas ante la expresión, esperando cualquier otra palabra que no fuera esa. Me alejé el teléfono de la cara—. ¡Espera, espera! ¡No cuelgues!
—¿Perdón?
—Escucha— me incorporé en la cama, aún con las cejas en alto. No podía creer que en serio un desconocido pretendiera que yo lo escuchara—. Yo sé que esto es demasiado extraño, y aparte son las cuatro de la mañana.
—Ajá.
—Pero necesito que me ayudes— ahora sí estaba sorprendido. —estoy en la estación de policía.
—¿Felicidades?
—No— escuché un golpe a lo lejos y luego un quejido, el cual supuse que venía de la persona al teléfono. —mira, sólo tenía una llamada y marqué mal.
—No es mi problema.
—¡Por favor!— chilló el desconocido del otro lado. —Sólo tienes que llamar al verdadero Mark, ¿Sí? Te daré su número, le dices que Jisung está en la estación y listo.
Me planteé la posibilidad de colgarle sin más, pero por alguna razón sentí que debía ayudarle.
—Está bien— suspiré poniéndome de pie para buscar donde anotar el número.