He vuelto... gracias a todos por leer.
Y en un abrir y cerrar de ojos, PASÓ UN MES.
—¡Finalmente en casa! —Exclamó el castaño tras cerrar la puerta de su hogar.
Caminó hasta el perchero que se encontraba en la entrada de su casa, justo al lado del zapatero del cual sacó sus pantuflas, primero colocó su chaqueta delgada y la colgó para quitarse sus zapatos y sentirse cómodo.
Al entrar en la sala, buscó el control remoto para encender su televisor y buscar algo que ver mientras iba a la cocina y preparaba la cena ya que tendría visita en casa más tarde.
Su teléfono móvil comenzó a sonar anunciando una llamada entrante.
Kim Hee Chul decía en la pantalla, el castaño respondió usando el altavoz para seguir preparando la comida.
—Tae, ya casi voy de camino, primero pasaré a comprar algo... iré con un amigo. —La voz del pelilargo se escuchaba una octava más baja a lo habitual, pero era realmente agradable escucharla.
—Vale HeeHee, no hay problema, justo estoy preparando la sopa —respondió el castaño tranquilamente, en tan poco tiempo ya se había convertido en un buen amigo del pelilargo y viceversa.
Tae siguió preparando la famosa sopa, que consiste en mezclar diferentes tipos de carne, usando también tamarindo y otros trucos de la cocina tailandesa, incluso usó la arrocera para preparar un poco de arroz y frió unos huevos ya que, si no se equivocaba, Hee Hyung traería más comida de la que podrían lidiar entre ellos.
Minutos más tarde, el intercomunicador del más joven anunciaba la llegada del hombre mayor, por lo que Tae le abrió la puerta y le dio la bienvenida a él y a quien fuera que viniera para hacerles compañía.
Jung Mo fue el incógnito que Hee llevó consigo y con el que harían una especie de reunión "solo para chicos", y fue muy agradable verlo, ya que eran muy pocas las ocasiones en las que lograba encontrarse con el alto, salvo unas veces que el hombre pasaba por la cafetería y pedía cosas para llevar.
Tae les dejo pasar y que se sintieran cómodos.
El pelilargo había traído consigo un guiso de cerdo que compró anteriormente en una tienda mientras esperaba a Jung Mo.
Minutos después, los tres hombres estaban sentados en la mesa, mientras compartían los alimentos y comentaban sobre su día a día.
—Hace un tiempo conocí un chico, pero termine extraviando su tarjeta de presentación así que no hay forma de que lo vuelva a ver —dijo el anfitrión de la casa.
Jung Mo abrió los ojos por completo, como entendiendo algo, por lo que volvió su vista al pelilargo que observaba extasiado al otro hombre en medio de su charla.
Tal parecía que lo que le había comentado Siwon era cierto, a Hee le gustaba Tae.
—Tengo un amigo alto, así como Jung —dijo el pelilargo mientras señalaba al susodicho—, se llama Kim espero se conozcan un día de estos.
La cena siguió su curso hasta el punto de sentarse todos a ver la televisión y comer snacks y así, la noche pasó rápidamente, Hee y Jung compartieron una habitación equipada con un camarote.
A la mañana siguiente.
Matthew finalmente tenía un descanso luego de tanto trabajo acumulado en la oficina, por lo que fue antes de la hora del almuerzo a buscar algo refrescante para beber, recordando así que podía ir al café del que tanto Hee y Siwon Hyung hablaban las últimas semanas.
Al ingresar al negocio se sorprendió mucho, era un lugar bastante amplio y con una mezcla de colores atractivos, caminó hacia la barra, donde un chico de baja estatura se encontraba de espaldas preparando lo que parecía un sándwich y cuando le iba a pedir, una chica más alta que el muchacho se apareció de la nada, sorprendiéndolo.
—Buenas, bienvenido, ¿en qué lo podemos ayudar… desea un sándwich, café? —dijo Tzuyu muy animada.
Matthew asintió, pero luego se quedó en blanco, ¿qué deseaba realmente? Había desayunado y la hora del almuerzo estaba cerca, por lo que era mejor que buscara algo pesado para comer o luego moriría de hambre. En eso, la chica le ofreció una carta para que viera todos los platos y bebidas ilustradas con su respectiva foto, ya que en el panel solo se mostraban los nombres de los productos y no cómo se veían.
…
Finalmente, el alto se había decidido por un club house de pollo con papas fritas y un jugo de naranja.
—Jefe, volvió… —escuchó Matthew decir a la chica—. ¿Encontró lo que estaba buscando?
—Sí, aunque habían muchas personas esperando… —Esa voz, el ahora pelinegro estaba seguro que conocía esa voz—. ¿Quién ocupa la distribuidora desde temprano y no deja que otros hagan sus compras pequeñas? Fue una vieja ridícula comprando pan y ¡No me dejaba comprar el mío!
Matthew volteó su mirada, encontrando a los dos chicos del lugar rodeando al hombre de cabello castaño Tae, el mismo que conoció hace semanas, aquel que casi hace que se deshidrate a causa del café, ese por el cual esperó un mensaje y nunca llegó… incluso llegó a pensar seriamente si se escapaba sin dejar que lo viera, total, ya había pagado, pero, había solo una puerta y mientras seguía debatiéndose sobre qué hacer, Tae Hyung se dio cuenta de su presencia, por lo que sonriente le llamó.
—Señor Kim, me alegro finalmente volver a verlo —inició el castaño a lo que el alto simplemente sonrió.
Tae se excusó con los chicos y se dirigió a la barra, Matthew se limpió las migajas del pan y la grasa de las papas con una de las servilletas dispuestas para los comensales.
—Es bueno verte de nuevo, ¿cómo sigues del golpe? ¿quieres un café? —atacó de preguntas el castaño y no había terminado de hablar cuando ya se había levantado de la silla y caminaba hacia dentro de la barra para prepararle un café a su invitado -que no había invitado pero que deseaba hacerle sentir cómodo-.
—S-si, bien, no —respondió el pelinegro a la carrera, y con su mano, tomó al otro hombre y evitó que le preparara un café que lo condujera a su muerte, exageraba, pero por ahí iba la cosa.
El simple toque entre ellos envió chispas por el cuerpo de ambos, era como magnetizarse y sentir la energía atravesar tu cuerpo.
—¿Te sientes mal? ¿no quieres café? —dijo Tae mientras se sentaba nuevamente al lado del alto.
—Tranquilo… —sonrió el pelinegro—, estoy bien, el golpe era solo una raspadura, nada de lo que preocuparse realmente y sobre el café… —pensó un poco antes de decirlo—. ¿Tienes descafeinado?
Kim Tae Hyung se sorprendió, ahora recordaba que había algo que tenía muy pendiente cuando fue a hacer las compras y eso era el café descafeinado, ¿en qué estaba pensando que lo olvidó por completo? Ni idea.
—Sabía que se me olvidaba algo… —el castaño entonces se pasó su mano frustrado por su cabello—, pero, ¿puedo prepararte algo más?
El alto sonrió de nuevo.
—Ok, lo que quieras estará bien.
El más bajo se levantó de la silla, cruzó hacia la parte interna de la barra, retiró el plato y los cubiertos donde se encontraba la comida del pelinegro, se dispuso a lavarlos mientras le sacaba conversación.
—Cierto, dijiste que necesitabas comprar algo, el café que olvidaste… —inició el alto, mientras sacaba su Tablet del bolsillo interno de su blazer azul marino—, hay una aplicación que se encarga de tus compras aquí en Seúl, ellos venden de todo, y tienen precios de mayorista.
—¡¿En serio? Excelente!
Mientras los dos hombres estaban inmersos en su burbuja y conversación, Tzuyu y Ji Sung se miraron complicemente, era como esos programas de romance que ambos veían cuando no había mucho que hacer en la tienda.
—Dejalos ser, hacen linda pareja. —El chico escuchaba lo que su compañera decía detrás de él, para luego sentir el peso de su abrazo.
Alguien comenzó a saltarse varios latidos, incluso su rostro se puso rojo, Ji Sung no pudo evitar sonrojarse por la cercanía de su compañera.
Matthew se despidió del castaño, esta vez ambos intercambiaron números telefónicos, el alto quedó en que pasaría más seguido por la tienda. Y mientras se marchaba, vio a otro hombre entrar a la cafetería, era alto, con el cabello obscuro y una piel perfecta, aunque no era de cuerpo tan grueso como él, se podría considerar de muerte lenta, porque era bastante guapo y le sonreía al castaño, error, ya que ambos se estaban sonriendo… incluso desde el otro lado del ventanal, el alto notó como la otra jirafa y su "amigo" se abrazaban como dos amantes...
"Si pudiera atravesar el espejo y vivir una vida lo haría, aunque eso signifique olvidarme de ti". By: Dmar Spino