Con sabor a azúcar.

By catsdevil

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(Saiki Kusuo Fanfic) [Español/Spanish] Nishimura Hikaru ha cumplido dieciocho años y tiene una vida medianame... More

Prólogo.
Capítulo 1 (El principio de las consecuencias)
Capítulo 2 (Guía para pedir una cita)
Capítulo 3 (Los mellizos Nishimura)
Capítulo 4 (Cyborg Cider-man 2: El regreso)
Capítulo 5 (El suplicio del pasado)
Capítulo 6 (El sospechoso Saiki Kusuo)
Capítulo 7 (Dos pequeñas galaxias)
Capítulo 8 (Salida male sal)
Capítulo 9 (El extraño universo otaku)
Capítulo 10 (Todo empieza con la verdad)
Capítulo 11 (La sorpresa que no fue sorpresa)
Capítulo 12 (Inefable)
Capítulo 13 (Una dolorosa realidad)
Capítulo 14 (Son solo problemas intestinales)
Capítulo 15 (La calidez de tus lágrimas)
Capítulo 16 (El peor enemigo de un psíquico)
Capítulo 17 (Sufriendo la ignorasion y asiendo la morision)
Capítulo 18 (Todo es culpa de Toritsuka)
Capítulo 19 (La casamentera Teruhashi Kokomi)
Capítulo 20 (El sentimiento de estar enamorado)
Capítulo 21 (Las mentiras tienen patas cortas)
Capítulo 23 (Solo seremos tú y yo)
Capítulo 24 (Al ritmo de tu corazón)
Capítulo 25 ("Amigos")
Capítulo 26 (Los demonios internos jamás se irán)
Capítulo 27 (Personas inoportunas)
Capítulo 28 (Adiós a lo viejo, hola a lo nuevo)
Capítulo 29 (Lo que callan los psíquicos)
Capítulo 30 (Efectos de medianoche)*
Capítulo 31 (La graduación)
Capítulo 32 (Típico de hermanos)
Capítulo 33 (Un miembro más de la familia)
Capítulo 34 (El retorno del pasado)
Capítulo 35 (Un peso menos de encima)
Capítulo 36 (Bajo la boca del diablo)*
Capítulo 37 (La perfecta cena familiar)
Capítulo 38 (El querer del destino)
Capítulo 39 (Después de la tormenta)
Capítulo 40 (No más secretos)
Capítulo 41 (El final de este cuento de hadas)
Capítulo 42 (Por y para siempre) [EPÍLOGO]

Capítulo 22 (Etérea felicidad)

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By catsdevil


Los días iban transcurriendo normalmente para Hikaru y Kusuo, excepto para los demás. Quienes empezaban ya a notar y a sospechar lo que había entre la azabache y el de pelo rosa.

Por supuesto que nadie nombraba o sacaba el tema, o al menos no enfrente de ellos. Porque sabían que ni Hikaru ni Kusuo admitirían que había 'algo' entre ambos (si es que realmente llegaba a haber algo entre Nishimura y Saiki y no estaban simplemente malinterpretando la situación). No obstante, como dicen por ahí, la curiosidad mató al gato.

Y digamos que... Kaido no aguantaba más la incertidumbre. Y necesitaba oírlo por Hikaru (aunque si era sincero, ella era la única forma de saber la verdad... Saiki simplemente le diría que dejara de molestar y que se meta en sus propios asuntos).

—Hikaru-san... ¿puedo hacerte una pregunta?

Debía admitirlo, le molestaba un poco que Saiki haya tomado ventaja y se haya hecho más cercano a la mayor. Es decir, el psíquico apenas habla con las personas y nunca quiere ser amigos, ¿por qué justo cuando Kaido posa los ojos en alguien él debe entrometerse? Sí que Shun tenía mala suerte...

Al menos no dolía. Si bien le gustaba Hikaru, no era para tanto. Le atraía físicamente y hasta mentalmente, ella era una persona con un carácter fuerte, inteligente y era bastante culta en ciertos aspectos. Sin embargo, no podía decir que estaba enamorado de ella porque no era verdad.

Y en el fondo, sabía que Nishimura nunca saldría con alguien como él. Ella buscaría a una persona con su mismo carácter, mismos gustos, entre otras cosa que Kaido no tenía.

Tal vez aceptar aquella salida con Yumehara no era tan malo, después de todo.

Volviendo a la realidad, la azabache observó con asombro al chico que se encontraba frente a ella. Le llamó la atención aquél tono bajo y suave que había utilizado para iniciar una conversación.

—Claro, Kaido. ¿Qué sucede? —preguntó Hikaru, llevándose a la boca un trozo de lo que era su almuerzo.

Entre ellos, se incorporó un silencio bastante incómodo y raro. Duró pocos segundos, sin embargo, fueron los suficientes para que Hikaru empezara a preocuparse (pocas veces eran los momentos en donde su pequeño amigo de pelo celeste era serio).

Kaido y ella se habían quedado solos en la una de las mesas de la cafetería durante la hora del almuerzo; Kusuo había sido arrastrado por aquél chico, Toritsuka, hacia alguna parte, Aren estaba con su otro grupo de amigos y Nendo... bueno, solo Dios sabe donde estará ahora mismo ese chico.

—Yo... e-esto p-puede sonar un poco incómodo pero... —Hikaru dejó de comer para poder centrar toda su atención en el menor, este sintió como su rostro se calentaba suavemente, así que desvió la mirada—. ¿Saiki es... tu novio?

La azabache quedó muda en su sitio, atónita por la repentina pregunta. Parpadeó un par de veces perpleja antes de poder contestarle a su amigo.

La mente de la mayor empezó a maquinar. Conocía muy bien a Kusuo, él no sería capaz de contar algo como 'eso' a Kaido, Nendo o a Aren. De hecho, jamás contaba sus problemas, las resolvía internamente conversando consigo mismo. Por esa razón no se esperaba esa pregunta por parte de Kaido.

"¿Habremos sido demasiado obvios? ¿Acaso nos besamos en un lugar público y no me di cuenta? Tal vez nos vieron." Pensaba la azabache, aún con su mirada fija en el de cabello celeste, quien al notar el silencio sepulcral de su amiga decidió volver a hablar.

—¡L-lo siento! ¡N-no debí haber preguntado! —se disculpó, moviendo sus manos de un lado a otro, y sintiendo como su rostro enrojecía por la vergüenza.

—¡No, no! No me incomodaste, tranquilo. Solo... me tomó de sorpresa, eso es todo. —acotó ella, sonriendo ligeramente nerviosa sin saber muy bien qué contestar—. ¿Por qué la pregunta?

—Es que... —Kaido jugó con sus dedos—. Últimamente ustedes dos han pasado mucho tiempo juntos...

—Bueno... somos cercanos, eso no significa nada.

—¡L-lo sé! P-pero... ustedes dos... se comportan diferente cuando se trata del otro...

Hikaru alzó una ceja y Kaido tragó saliva duramente, él tenía su mirada aún fija en sus manos, lo último que quería era que ella malinterpretase la situación.

—¡E-es decir...! Jamás había visto a Saiki sonreír tanto como lo hace cuando está... contigo... —confesó el joven, ya alzando la mirada para encontrarse con la de la mayor—. L-lo mismo digo de ti, Hikaru-san... te ves más feliz cuando estás con Saiki.

"Ah, ¿si?" Se preguntó la azabache para sus adentros. "Realmente jamás he sido consciente de lo feliz que soy al lado de Saiki."

Y era cierto, tal vez Akane entrase en el primer lugar de su ranking de 'mejores amigos', se divertía y le encantaba estar con ella, ¡claro que sí! Sin embargo, con Kusuo... debía admitir que era diferente... era una sensación que había vivido antes pero ahora la vivía mejor gracias al desarrollo de su madurez (tanto física como mentalmente). Ahora los sentimientos eran más claros y se sentían como si se estuviese quemando viva.

—Bueno... yo-...

—¡S-sé que Saiki lo negó! Él dijo que no sentía nada y que solo te consideraba como una buena amiga... pero aún así... sigo teniendo la duda...

Maldita sea, Kaido. Cállate.

"¿Con que una buena amiga, eh?" Y más que molestarla, aquello le divirtió. Le hubiese gustado ver el rostro de su amigo de pelo rosa intentando negar todo.

—Nah, no te preocupes, Kaido. Entre Saiki y yo no hay nada más que amistad. —confesó la mayor, sonriendo—. Pero... si llega a pasar algo serás el primero en saberlo.

El de pelo celeste volvió a sonreír, feliz, y asintió.

—¡Sí! ¡Me alegro saber que confíes en mi, Hikaru-san! —y con eso, Shun empezó a comer su sándwich, el cual no había tocado desde que decidió preguntar sobre el tema a la mayor.

La azabache siguió comiendo en silencio mientras escuchaba a Kaido contar sus increíbles 'experiencias' de cómo él, el 'Alas Negras', había derrotado a las personas que trabajaban secretamente para la organización oscura.

"Mhm... Kusuo dice no sentir nada por mí, pero sí que me besa como si dependiera de ello..." Luego de unos segundos, sonrió divertida. "Hombres..."

Yare yare... No te imaginas lo molestos que serán si se llegan a enterar. Son más molestos que Tortisuka cuando quiere conquistar a alguien.

—¡Saiki! Bien... escucha, este es el plan. ¡Con esto, ella definitivamente caerá a mis pies! ¡Me estremezco con solo pensar en todo lo que haríamos solos~...! —reía Toritsuka en un extravagante tono pícaro. Verdaderamente estaba fuera de sí en esos momentos.

Aunque dudo que él pueda conquistar algo en toda su patética vida.

—Me largo.

Tortisuka dejó de reír en lo bajo para poder correr hacia el psíquico y colgarse del brazo del mismo.

—¡E-espera, Saiki! ¡Si me ayudas te pagaré con diez gelatinas de café!

—Te escucho.

El de cabello violeta rió burlón. Sí que Saiki era una persona extremadamente sencilla de convencer.

—Heh... qué fácil eres de convencer. Apuesto que caerías a mis pies si-...

Saiki ya se estaba alejando de él otra vez.

—¡Saiki! ¡Solo fue una broma, por favor ayúdame! —siguió lloriqueando Tortisuka, abrazándose a la espalda del de pelo rosa.

—Una más y me largo definitivamente.

—¡Gracias, Saiki! Bien, mi plan es...

El psíquico suspiró pesadamente mientras escuchaba el estúpido y ridículo plan que tenía el contrario para poder 'ganarse el corazón' de una de sus compañeras de curso.

No puedo creer que esté gastando mi valioso tiempo para hacer esta porquería.

Miró hacia el pasillo, una extraña sensación de tristeza y soledad invadió su pecho por unos cortos segundos.

Un tiempo que podría haberlo gastado para estar con Hikaru...

***

—...entonces le dije 'cállate, imbécil' y lo golpeé en la entrepierna. Lo único que faltaba era que ese estúpido con cerebro de simio no me dejara pasar porque los juegos de carrera de autos eran 'para niños'. —relató la azabache con un deje de molestia, a la vez que revolvía la mezcla de ingredientes en el bowl amarillo con una cuchara de madera.

Mientras tanto, Saiki se encontraba con los codos arriba de la mesa y con el mentón sobre ambas manos, escuchando atentamente la historia que le contaba Hikaru. Esta se había decidido por contarle alguna que otra experiencia que vivió durante su niñez.

Era un sábado por la mañana y los señores Nishimura se habían llevado a los niños al parque. Y como Hikaru se aburría, decidió invitar a Kusuo a su casa, fue allí donde salió la idea de comer un poco de pastel.

—Tú siempre tan adorable. —habló Kusuo, sonriendo ligeramente divertido.

—Es parte de mi encanto, cariño. —acotó, sonriendo de manera burlona.

—Me sorprende el hecho de que tus padres hayan apoyado tu comportamiento...

—En realidad no. Mi padre me regañaba cuando me metía en peleas con otros niños. —respondió ella, recordando nostálgica algunos momentos—. En cambio, mi madre solía decirme que solamente pelease cuando no había otra. Por ejemplo, unos niños me solían molestar cuando era pequeña, yo no me defendía porque mi padre decía que la violencia no arreglaría nada. Pero incluso con la amenaza de sus padres y de los profesores, los niños no se detenían, entonces me molesté y los golpeé... desde ese día nunca más volvieron a tocarme ni un pelo.

—Te ves orgullosa de eso.

La mayor alzó una ceja y sonrió con diversión.

—Jamás he perdido en una pelea, Kusuo. ¿Qué puedo decir? Soy malditamente invencible. —rió.

El psíquico rodó los ojos, aún con una sonrisa en la cara. La joven se encontraba poniendo el pastel en el horno a la temperatura adecuada, esperando la típica respuesta que su amigo le daría ante sus comentarios 'egocéntricos'.

—Eres-...

—¿Hermosa, dulce, increíble, atractiva, sexy, caliente...?

—Tal vez.

Hikaru casi pierde la compostura. No se esperaba que Kusuo respondiese de verdad, generalmente solo la insultaba y seguía con otro tema. Una risita escapó de su boca y finalmente cerró el horno, para poder sacarse los guantes y dejarlos en una de las encimeras cercanas.

—Bien, ya está todo, el pastel debe estar aproximadamente en unos 45 min-...

No pudo seguir hablando puesto que el cuerpo de Saiki se encontró exactamente detrás de ella, asustándola un poco por su repentina aparición (incluso creyó ver por un momento que Kusuo se había teletransportado... pero claro, eso era imposible, ¿verdad?).
Él la acorraló, empujándola, hasta que su cintura chocara contra el borde de una de las encimeras. Hikaru le dio una mirada de asombro, pero luego la borró.

—¿Vas a besarme? —cuestionó con una sonrisita pícara.

—Posiblemente.

Kusuo posó una mano en la mejilla de ella, disfrutando del suave contacto.

—Hikaru... me gustas.

Y en vez de besarla, el psíquico simplemente la abrazó y enterró su rostro en el cuello de la mayor, sorprendiéndola.

—Me gustas.

Hikaru quedó unos segundos en silencio para después deslizar sus manos por toda la espalda de Saiki, haciéndole un par de caricias.

—Puede que a mi me gustes también... todavía no estoy segura. —confesó, posando su mentón en el hombro del contrario y abrazándolo con un poco más de fuerza.

—¿Necesitas ser convencida?

—Mhm... ¿Y cómo harás eso? —ronroneó ella en su oído.

Kusuo sonrió.

—Te enseñaré.

Y entonces la besó.

Aunque para mala fortuna de ambos, los padres de Hikaru llegaron a los pocos segundos y casi los agarran en el acto (aunque los dos jóvenes piensan que se dieron cuenta, pero que no dijeron nada para no avergonzarlos o incomodarlos... de todas maneras, le agradecen por eso).

Pero de cualquier modo, todos pudieron disfrutar de un hermoso día comiendo un delicioso pastel con chips de chocolate.

Podría acostumbrarme a esto.

Kusuo sonrió a la vez que su mirada se perdía en el rostro de la azabache, sobretodo en aquellos sabrosos y carnosos labios que le gritaban incansablemente que los besase.

Sí... definitivamente podría hacerlo.

***

Espero que les haya gustado. 💕

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