2 años después
-Cariño... despierta- Camila veía fijamente a Lauren, su rostro iluminado por los rayos del sol que entraban por su ventana mientras dejaba pequeñas caricias en su rostro. Lauren abrió sus ojos. Camila sonrió- Hola...
Lauren parpadeaba repetidamente estudiándola a detalle, comenzó a recorrer la habitación con su eterno ceño fruncido. Cerró sus ojos, esos hermosos ojos que iluminaban la habitación y esperó. Estaba desorientada, como cada mañana.
"Cada vez que despertaba me sentía como una extraña a su lado, invadiendo su espacio, no sabía si sentirme así estaba bien".
-Lau...- lentamente Camila comenzó a acariciar su mejilla -soy yo, ¿lo tienes? Estamos en nuestra habitación, noviembre 23, es viernes- Constantemente Camila tenía que hacer lo mismo cada mañana. -Vamos Lau, es hora de levantarse.
Lauren bostezó y comenzó a tratar de sentarse en la cama, de inmediato Camila la tomó por la espalda y la ayudó a completar su cometido. Lauren se dejó ayudar simplemente porque no sabía que hacer.
-¿Quieres desayunar?- preguntó Camila haciendo un ademán para que entendiera. Lauren no respondió. -Lau...- suspiró mientras sentía como su pecho se oprimía, era difícil ver cómo todo había cambiado, Lauren había dejado de ser la chica que conoció, se había vuelto dependiente de ella y eso dolía. Extendió su mano invitándola a que la tomara. -Te ayudaré a llegar a la mesa ¿está bien?- no contestó.
Juntas y tomadas de la mano se dirigieron al comedor de su departamento, Camila llevó a Lauren hasta una de las sillas y la ayudó a sentarse -espera aquí. Ya estaré de regreso con tu desayuno.
Lauren esperó pacientemente viendo un punto fijo, dirigió su mirada hasta Camila que daba vueltas en la cocina tratando de buscar algo.
-¡Lo que faltaba!- dijo exaltada- ¿Puedes creerlo? Nos estamos quedando sin leche- dijo casi riendo- parece que no eres la única que olvida cosas- sonrío a medias mientras servía lo último del cartón de leche en un bol que seguidamente llenó con cereal. Se dirigió hasta la mesa, y colocó una cuchara en la mano de Lauren -Anda Lau... come, yo prepararé algo para mi luego- permaneció observándola, apreciando cada detalle y extrañando el brillo de sus ojos, su calidez, aquel amor con que la veía, no eran más así, ahora en cambio los sentía vacíos, melancólicos... perdidos.
Con dificultad Lauren comenzó a dirigir la cuchara al bol al mismo tiempo que con su otra mano trataba de acercarlo más hacia ella, había perdido considerablemente en los últimos meses la coordinación de sus movimientos, constantemente hacia todo con ayuda de Camila. Algo falló provocando que la mayor parte de su cereal cayera en su ropa y el bol directo al suelo haciendo un desastre en el.
Camila se apresuró a llegar hasta ella -Tranquila- tomó una servilleta tratando de limpiar su ropa- ya está... quédate sentada, no te muevas- las manos de Lauren detuvieron lo que hacía.
-Para- dijo apenas en un susurro -déjame- repetía constantemente, su tono asustadizo y su respiración agitada le hicieron saber a Camila que estaba desorientada.
-Cariño, tranquila... soy yo- llevó una mano hasta su mejilla e inmediatamente Lauren cerró sus ojos, sabía que eso la calmaba, sentir su tacto y escuchar su voz porque al verla no la reconocía ya. Camila la ayudó a ponerse de pie y la guió hasta el sofá- quédate aquí ¿esta bien? Terminaré de limpiar y supongo que aún quieres tu cereal ¿no es así?- Lauren asintió y Camila sonrió, eran pocas las veces que tenía una respuesta suya.
Era agotador, por supuesto, a diario ocuparse de todo a la vez, cuidar de Lauren, a veces sentía que conversaba sola, algunos días obtenía respuestas de su parte, monosílabos, gestos que demostraban que estaba de acuerdo en algo o no o sus respuestas más largas que quisiera no escuchar preguntándole que quién era ella.
Terminó de recoger los restos que cayeron al suelo colocándolos descuidadamente en una esquina de la cocina y suspiró -Lau... saldré un momento iré a comprar más leche, no te muevas- le dio una última mirada terminando de caminar hasta la puerta.
*
Dejarla sola era difícil, un sinfín de pensamientos se cruzaban por su mente imaginando que podía estar haciendo, si estaría bien, era por eso que buscaba la manera de salir casi nunca a no ser que estuviera acompañada de ella cuando daban pequeñas caminatas o dejándola con supervisión de alguna de sus dos inseparables amigas, quienes de momento no estaban disponibles. Bajó por el ascensor y cruzó la calle hasta la tienda del frente donde hacía turnos por la noche, era perfecta por la vista que tenía hacía la puerta de su edificio así podía darse cuenta si algún día Lauren salía por ahí sola. En eso se había convertido su vida: Lauren. Lauren. Lauren. Pero no le importaba, era perfecto para ella si al final del día podía recostarse a su lado y sujetar su mano haciéndole saber que estaba con ella.
-Hey- escucho que la llamaba Lenny su compañero en la tienda- ¿me echas una mano? Estoy terminando de ordenar por acá pero necesito salir un momento.
-No estoy de turno- bufó - puedes hacerlo luego yo solo vine por un par de cosas- nerviosa miraba constantemente hacia la entrada de su edificio.
-Vamos Camila nadie mejor que tú para colocar estas galletas dietéticas-se burló- Te cubro esta noche si es lo que quieres escuchar, será solo un momento, es una buena oferta -Camila suspiró y aceptó - Vuelvo en veinte- decía mientras tomaba las llaves de su motocicleta -No tardo será solo un momento.
Un terrible momento.
*
Camila estaba desesperada, terminó de ordenar los productos, cobró un par de cosas y veía el reloj constantemente. Lenny se asomó por la puerta trasera del lugar llamándola -Estoy aquí- le decía agitando sus llaves.
-Dijiste que serían sólo veinte minutos, ¡pasaron dos horas Lenny!
-Vamos Camila te cubriré esta noche- caminó hasta el mostrador y tomo un par de chocolates y se los ofreció- tómalos, el otro día dijiste que eran los favoritos de Lauren, además escuché que ayudan con su problema- dijo despreocupado.
-Idiota- los arrebató de su mano y salió de la tienda, estaba preocupada por Lauren nunca había estado tanto tiempo sola, y cuando tenía que hacer sus turnos por la noche en la tienda se aseguraba antes de salir que estuviera durmiendo.
Giro la llave en el picaporte mientras seguía maldiciendo a Lenny por hacerle perder el tiempo -Lauren estoy de vuelta, adivina lo que te traje- anunció al entrar buscándola con la mirada, un escalofrío recorrió su cuerpo al no encontrarla en su sofá favorito -Lauren, cariño ¿donde estas?- comenzó a ponerse nerviosa y recorrió cada una de las habitaciones de su departamento llegando a una terrible conclusión. No estaba dentro. Volvió a tomar sus llaves mientras se repetía -No puede estar pasando, no puede estar pasando...- bajo lo más rápido que pudo y preguntó al portero si la había visto salir, supo entonces que hace menos de media hora Lauren había cruzado esa puerta. Sola.
*
-¿Estas segura que ya buscaste aquí?- Después de casi media hora tratando de encontrarla llamó desesperada a su mejor amiga quien no dudo en ir a buscarla, poco después Ally también se les unió.
-Si, lo estoy, es la tercera vez qué pasó por aquí, ya he buscado en todos los lugares en los que podría estar nunca vamos más allá- dijo al borde del llanto.
-Tranquila Mila, no lograrás nada poniéndote así- Ally trató de tranquilizarla aún sabiendo que era casi imposible.
-Es que ya no se que más hacer está comenzando a oscurecer y es peligroso, no quiero ni pensar en cómo está Lauren- decidida comenzó a caminar para seguir buscándola- no voy a descansar hasta encontrarla.
-Mila...- habló Dinah- ¿No le avisarás a sus padres? Digo, a lo mejor nos podrían ayudar.
Fingió no haberla escuchado, no podía aceptar que había fallado, los padres de Lauren confiaban en que su hija estaba en buenas manos, tenía que encontrar a Lauren tarde o temprano.
*
Media hora más tarde marcó desesperada el número de la madre de Lauren.
-Hola... señora Jauregui- hizo una pausa y contuvo la respiración-... es que no la encuentro por ningún lado- dijo al borde del llanto.
En menos de lo que pensó tenía a los padres de Lauren preguntándole cómo había pasado, cuestionándola sobre el por qué de su descuido.
-¡Como ha sido posible Camila!- reclamaban mientras caminaban buscándola -confiamos en ti, nos dijiste que podrías con todo esto.
Iba a hablar para defenderse cuando escuchó a Dinah llamándola, parecía ser que la había encontrado y corrió hasta ella.
-Mila, apresúrate mira allá- señaló una acera- ¡Es ella!
Sus ojos se inundaron aún más al verla, sola, abrazando sus piernas y sollozando. Clara y Mike se adelantaron hasta ella.
-Lauren, hija- Clara intento abrazarla y Lauren al percatarse de ello retrocedió, estaba asustada. Camila llegó hasta ella y la tomó de la mano.
-Tranquila, Laur... soy yo- dejó suaves caricias en su mano- todo esta bien- de a pocos Lauren comenzó a calmarse al verla-Vamos a casa.
*
Se encontraban en su departamento, Dinah y Ally habían decidido no acompañarlos sabían que tenían muchas cosas de que hablar.
-Ya está en la habitación, aún no ha podido dormir, supongo que lo hará hasta que la acompañe- dijo Camila llegando a uno de los sofás en los que se encontraban los padres de Lauren. Suspiró y se preparó para escuchar los reclamos de ambos.
-¿Por que la dejaste sola Camila?- preguntó Mike con un tono relajado.
-Yo...- estaba nerviosa- solo fui a comprar un par de cosas, fue un descuido... no pensé que...
-¿No pensaste qué Camila?- la interrumpió Clara- ¿que abriría la puerta y que caminaría sin saber a donde iba? ¡Esta enferma!
-¡No lo está!- se alteró- ...ella solo olvida cosas...
Claro rió sin podérselo creer -Si lo está, ¿te has dado cuenta ya de lo delgada que está? Por Dios Camila no estas haciendo nada bien.
Mike se paró y comenzó a caminar, por el departamento supervisando cada lugar, Camila lo siguió con su mirada -¿Que es este desastre Camila?- se encontraba en la cocina señalando lo que quedaba del bol del desayuno
-Es...- caminó hacia él- tuvimos un pequeño accidente en la mañana, iba a limpiarlo es solo que...
-Se acabó- otra vez fue interrumpida por Clara- nos dijiste que podías hacerte cargo...
-¡Puedo hacerlo! No he tenido ningún problema hasta hoy... estamos bien, estaremos bien, siempre lo hemos estado.
-¡Deja de pensar que puedes solucionar todo con amor! Sabes bien en donde tendría que estar Lauren.
-No dejare que se la lleven a Michigan- un nudo en su garganta comenzaba a formarse- yo puedo hacerlo.
-Ve a descansar Camila- Mike colocó una mano en su hombro y suspiró -ha sido un día largo. Vendremos mañana.
-¿Para que?- Clara y Mike caminaron hasta la puerta -no volverá a ocurrir, lo prometo- una par de lágrimas se le escaparon y las limpió de inmediato. Ambos la vieron notoriamente decepcionados antes de irse.
Se dirigió a su habitación en donde Lauren ya se encontraba durmiendo, vio la hora en su mesa de noche 12:45 el tiempo se fue volando, se acostó a su lado observando cada detalle y comenzó a dibujar líneas imaginarias con la punta de sus dedos en sus mejillas.
Sollozó -abre tus ojos cariño- dijo en un susurro- dime que lo estoy haciendo bien, se que estás ahí en algún lugar, extraño sentir tus labios acariciando los míos- dirigió sus caricias hasta sus labios- extraño que me pidas que use un labial con sabor a cereza para que intentes recordar nuestro primer beso, extraño que me envuelvas en un abrazo y que me digas que conociste a una chica linda difícil de olvidar y que soy yo -el nudo en su garganta se sentía más pesado- sabes que daría lo que fuera por escucharte reír por verte sonreír- apretó sus labios tratando de contener sus sollozos, uno de ellos se escapó alertando a Lauren quien abrió sus ojos y permaneció así, viéndola fijamente -Dime lo que ves Laur- dejo una última caricia en su mejilla esperando una respuesta, lo que fuera -Di qué me recuerdas por favor- le suplico mientras una lagrima bajó por su mejilla.
Lauren la vió directo a los ojos cómo hace tiempo no lo hacía.
-¿Te sientes bien?- le pregunto preocupada al ver que permanecían así sin lucir desorientada.
-Te amo- le dijo con un pequeño brillo en sus ojos. Camila se sorprendió y sin pensarlo junto sus labios en un beso, volvió a sentirse amada solo con escucharla esa noche. Esa última noche.
*
A la mañana siguiente Mike y Clara habían llegado para llevarla a Michigan.
-No pueden hacerle esto, ella esta bien aqui, conmigo- Camila se interpuso entre la puerta y ellos impidiendo que se fueran -las cosas serán diferentes, tendré más precauciones, por favor- suplicó.
Lauren permanecía ajena a todo.
-Ya basta Camila vas a alterarla- Clara trato de abrir la puerta haciéndola a un lado -así es como haremos las cosas, lo hicimos a tu modo y vimos los resultados anoche ahora esto es lo que haremos.
Mike tomó una pequeña maleta con algunas cosas de Lauren al mismo tiempo que colocaba una mano en el hombro de su hija guiándola hacia la puerta.
Camila veía como su mundo se caía a pedazos sin poderlo evitar, muy en el fondo sabía que era una buena decisión pero quería ser egoísta sabía que siéndolo ambas estarían bien, pero no podía hacerlo le preocupaba que algo peor pudiera pasarle a Lauren y decidió rendirse. -Solo... les pido un momento- pidió antes de que cruzaran la puerta.
-Ya no insistas Camila...
Camila tomó una bolsa que había dejado el día anterior cerca de la puerta. Camino hasta Lauren y sujeto su mano, colocando su palma hacia arriba, dejó un chocolate en ella -Cariño... se que son tus favoritos, los compre para ti ayer y esperaba podértelos dar al regresar- le dijo con su voz temblorosa -se que estarás bien- trataba de convencerse a sí misma -Prométeme que no me olvidaras- la despidió con un pequeño beso que no fue correspondido y la vio alejarse llevándose sus recuerdos y su vida detrás.
Algo en el interior de Lauren pedía a gritos que Camila detuviera todo y la hiciera quedarse.
No lo hizo.
~💙
Tengo tiempo sin hacer esto así qué espero que les guste, y lamento si las hice llorar. Gracias por leerme.